1. Casa Nacional del Estudiante, 100 años.
“Despertando al alba, tras el estruendo de un cañón disparado por las
tropas de Benjamín Argumedo, los jinetes de la división del norte se aprestan a
matar federales de Victoriano Huerta.
Él, despierta casi por inercia, rápidamente se calza sus botas y alerta al
resto de la banda de música que apenas hace unas horas llegaba a Querétaro,
tomada hace unos días por el General villista Fernando Reyes. Apenas a los 10
años, él, ya empezaba a tocar con la banda del pueblo Huajuapan de León en
Oaxaca, hasta 1907 cuando deja su tierra para irse a estudiar a la capital, en el
Conservatorio de Música. En un ambiente de inquietud estudiantil, compone en
1912, la melodía de la Canción Mixteca, formando parte del Álbum de
Compositores Juveniles, en la Casa Nacional del Estudiante.”
José López Alavés forma parte de las primeras generaciones de jóvenes de toda la república que
llegan al barrio universitario en el centro histórico de la ciudad de México a habitar en plaza del
estudiante no. 11 con el proyecto de realizar estudios universitarios, un lugar donde 100 generaciones de
jóvenes han visto pasar revoluciones, reformas y represión; un lugar donde cohabitaron estudiantes
devenidos en presidentes, gobernadores, científicos, literatos o revolucionarios. Jóvenes que han tenido
la historia de un país entre sus manos y con la V de la victoria, bien en alto, se congregan en la plaza de las
tres culturas cada año para formar ese ente colectivo que no olvida ni perdona, pues a cada día siente el
dolor de ver a su pueblo con hambre, de salir corriendo con la tripa vacía para llegar a los recintos
universitarios y politécnicos a escuchar que a 100 años, existe ¡Autonomía y libertad!.. de mercado, pero
libertad, y que deberían sentirte privilegiados, por que el resto… ni estudiar puede.
No somos ninis, mucho menos sicarios; nos negamos a ser una estadística. Somos jóvenes:
estudiantes, trabajadores y campesinos pero se nos niega la escuela, la fabrica y la tierra. Sólo hay un
Wall-mart donde nuestra vida es siempre mas barata o un call center que a destajo te arranca los sueños
y te enseña que lo que debes vender más barato es la esperanza.
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A pesar de esto, en pleno 2010, emblemática signatura del calendario para la historia del país, existe
un espacio-tiempo que se resiste a morir, que se yergue polvoriento a cinco cuadras del Zócalo de la
Ciudad de México, en pleno Centro Histórico, que esta asfixiado por lonas, estructuras metálicas y basura
de los puestos ambulantes del 2º callejón de Girón y plaza del estudiante, que no es sino el reflejo de una
realidad social que duele, que lacera los sueños de jóvenes que a cada mañana se escurren por las calles
del centro histórico para llegar a la escuela, ya sea a Ciudad Universitaria, Zacatenco, el Casco de Sto.
Tomas o cualquier otro de esos refugios de la educación pública, donde todavía se pude estudiar por 20
centavos, o incluso sin pago alguno; gracias a los soñadores que en algún tiempo lucharon y ofrendaron
su vida por la educación pública. Este edificio, que ha sido testigo de un turbulento siglo XX, que a una
década de iniciado el XXI no esconde sus heridas, pues fueron hechas en victoriosas batallas; las grietas,
los despintados y húmedos muros, el deplorable aspecto que sólo la carencia y el olvido han podido
superar. Sin embargo con celo y orgullo alberga a más de 120 jóvenes de todas las latitudes de la
república Mexicana, los cobija y hace suyos, como si siempre hubiera esperado por cada uno de ellos.
Este espacio, que es mucho más que eso, huye del olvido y te invita a celebrar 100 años de existencia, a
celebrar, la vida.
La Casa Nacional del Estudiante, conserva en sus muros una parcela del siglo XX mexicano, esta
parcela caracteriza la migración rural a la ciudad, propia de transición por la que atraviesan sus
estudiantes, quienes dejan sus lugares originarios para ir a estudiar al Distrito Federal. A su inmueble se
les ha dado el carácter de Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en
1980. Por sus pasillos han caminado personajes de trascendencia nacional e internacional que ocuparon
sus instalaciones. Intelectuales, revolucionarios, compositores, poetas y políticos como: Carlos Alberto
Madrazo Becerra, ex-gobernador de Tabasco; José Vasconcelos, ex-rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México, ex-secretario de Educación Pública y ex-director de la Biblioteca Nacional; Emilio
Portes Gil, Presidente interino de la República de 1928 a 1930; el Presidente Miguel Alemán Valdés; los
revolucionarios Ernesto el “Ché” Guevara, Fidel Castro, Julio Antonio Mella y Tina Modotti; el compositor
José López Alavés, quien en una habitación de la Casa del Estudiante creó "la canción Mixteca", himno de
nuestra alma mater.
A solicitud de la Escuela Nacional de Ingenieros, que el gobierno de Porfirio Díaz a través de su
secretario de hacienda José Yves Limantour retoma el proyecto para construir un albergue estudiantil en
la plazuela de San Sebastián y el Carmen, barrio universitario.
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Dicha construcción se concretaría en un “edificio amplio, higiénico y bien acondicionado con: sala,
biblioteca, patio para realizar ejercicios físicos y numerosos departamentos para el alojamiento de los
estudiantes”, según consta en el periódico “El Imparcial” del año 1904. Se coloca la primera piedra el 6 de
Julio de 1910, año histórico nacional. Sin embargo, su construcción e inauguración es en 1911, año desde
el cual inicia su labor social hasta hoy. En 1966, la Casa Nacional del Estudiante se constituye como
Asociación Civil de nombre “Casa del Estudiante José Yves Limantour A.C.”, con la finalidad de regular sus
relaciones con el estado y darle sustento legal a la organización. La CNE funge de albergue para los
damnificados del temblor de 1985, donde los estudiantes de medicina habitantes atendieron a los heridos
de la tragedia.
A lo largo de 100 años, la CNE ha mantenido dentro de sus muros una comunidad multicultural y
multidisciplinaria, con una producción constante de profesionistas egresados de las principales
instituciones de educación superior: UNAM, IPN, UAM, ENAH, CNA, BENM, ENMJN, ENSM, ENC, ESEF,
ENED, INBA, UACM.
La CNE como comunidad representativa de la población del país, inevitablemente refleja la realidad
social, política y económica nacional, al respecto de la educación pública, en los años 60’s y 70’s cuando el
acceso a la educación superior publica en el país se mantenía como una política de masificación de la
educación, la Casa tuvo también su momento de auge y efervescencia, ella se presentó como un espacio
de masas. Con la entrada en vigor de políticas neoliberales, y la descentralización de la educación pública,
la masa popular tiene cada vez, menor posibilidad de acceso a la educación superior pública y de calidad,
ello se proyecta de forma directa en la disminución de estudiantes de clase popular tanto en las
universidades públicas, como en la CNE.
Durante años, la CNE fue parte del proyecto clientelar del partido hegemónico, el Revolucionario
Institucional (PRI), quien mantenía al interior de ésta a los cuadros que luego potenciaría para colocarlos
en puestos de gobierno, estos a su vez, le aseguraban la inmovilidad y estabilidad de la comunidad
estudiantil que se alojaba en este espacio. No fue sino hasta la debacle del aparato prisita, y el avance de
otro proyecto planteado en sus inicios como progresista en la ciudad de México, enarbolado por el
Partido de la Revolución Democrática (PRD), que la estructura del priismo al interior de la CNE fue
desechada. Sin embargo, y desde sus inicios, el gobierno del PRD de la Delegación Cuauhtémoc ha
intentado establecer una relación similar a la del viejo régimen con la CNE, pretendiendo cooptar a los
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consejos estudiantiles que en su momento mantuvieron la administración del espacio, y condicionando el
apoyo que como gobierno tienen el deber de brindar, a la sumisión de ésta a sus intereses de partido.
La situación actual de la Casa Nacional del Estudiante, es el resultado de años de olvido y abandono
por parte de las autoridades de todos los niveles de gobierno, unos por omisión, otros por consigna
política, quienes desde hace cuatro años, ven con desdén un proyecto de Casa de Estudiantes que
defiende su autonomía y mantiene un compromiso irrenunciable con el pueblo que hace posible la
existencia de la educación pública en el país.
El contexto sociopolítico en el cual se ve inmerso el inmueble de la Casa Nacional del Estudiante en
años recientes, es el de un caótico Centro Histórico de la capital del país, en donde la tendencia es la
transformación de un centro histórico poblado por sus habitantes tradicionales a uno turístico y
comercial, a la usanza globalizada y globalizante de los países de primer mundo. De esta forma, puede
observarse que, como resultado del avance del capital privado y de los grupos de interés económico
dominantes, se ha avanzado también en el desplazamiento de la masa popular que habita en los barrios
más cercanos al centro histórico, los cuales (de acuerdo con esta perspectiva) desvalorizan una zona con
enorme potencial comercial, tal es el caso que, a partir de la gestión de Manuel López Obrador, se
promovió la inversión de grupos empresariales como el de Carlos Slim con el pretexto de “rehabilitar la
zona”, como resultado le fueron entregados mas de 67 predios del primer cuadro de la ciudad, los cuales,
después de los trabajos de restauración de la zona elevaron su valor comercial hasta en un 300%.,
A partir de febrero del año 2007, el proyecto es retomado por Marcelo Ebrard Casaubon, quien
como jefe de gobierno ha llevado a cabo mas de 97 expropiaciones en diversas zonas de la capital con el
fundamento del ataque al crimen organizado y el embellecimiento de la ciudad, en un primer momento,
ello le valió que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal emitiera la recomendación a
Marcelo Ebrard por violar la seguridad jurídica , el derecho a una adecuada protección judicial y la
presunción de inocencia de quienes habitaban los inmuebles expropiados, como respuesta, y para
legalizar sus acciones, el GDF( y más tarde también el gobierno federal) impulsó la “Ley de extinción de
dominio”, que no es más una figura jurídica para expropiar inmuebles que presuntamente estén
vinculados con cualquier actividad ilícita, facilitando a su vez, de esta manera el desalojo de familias y la
limpieza social necesaria de zonas de interés para los grupos económicos aliados al gobierno de
“izquierda” del PRD. Actualmente, en la zona donde se encuentra ubicada la CNE, Centro Histórico-Barrio
de Tepito, es evidente la disputa entre grupos de interés que buscan controlar económica, política y
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socialmente. Por un lado encontramos a las organizaciones de ambulantes que durante años han
mantenido un control corporativo de quienes ejercen este oficio, por otro, la inserción del capital
financiero tanto local como extranjero que busca insertarse en la zona y aprovechar el enorme potencial
comercial que en este momento se encuentra en manos de la economía informal, para lo cual, impulsan
la limpieza social que ha caracterizado a la “revitalización” del Centro Histórico.
En este contexto, mantener la razón social de la Casa Nacional del Estudiante no ha sido fácil, año
con año, quienes luchamos por su prevalencia nos esforzamos por difundirla, toda vez que estamos
conscientes de que ésta es una posibilidad de acceso a la educación pública y a la vivienda accesible para
el pueblo, para ello, difundimos información al respecto de su existencia en diversas partes del país a
través de brigadas tanto a otros estados, como en los exámenes de admisión, y posteriormente registro
en las diferentes Universidades, hoy la Escuela Nacional de Antropología e Historia avala a sus estudiantes
realizar el servicio social en la CNE con la intención de rescatar el acervo documental y etnográfico de este
patrimonio artístico y monumental, que a su vez es patrimonio cultural de nuestro país. Asimismo, hemos
realizado una exhaustiva labor de exigencia al interior en relación con el cumplimiento tanto de la razón
social de la Casa, como del reglamento interno, que busca una cohabitación armónica al interior y con la
comunidad de la zona.
Actualmente la Casa Nacional del Estudiante enarbola un proyecto en defensa y fomento de la
educación pública, crítica, científica, gratuita y popular. Pues sabemos que sin estas condiciones la CNE no
tendría razón de ser, además, defendemos la autonomía, condición con la cual es posible la producción
académica transformadora; y la autodeterminación, para que seamos los estudiantes que en ella
habitamos quienes decidamos el rumbo de esta.
Ahora más que nunca, la Honorable Casa Nacional del Estudiante, sigue cumpliendo con su noble
labor, a través del compromiso consciente de todos los que en ella habitan. La Casa no recibe
actualmente financiamiento alguno de ninguna instancia o institución, por ello, el darle mantenimiento
ha sido todo un reto (considerando un inmueble de 3,000 m² catalogado como patrimonio artístico e
histórico), y abrazamos cabalmente la responsabilidad del cuidado de la Casa, así como la razón social de
la cual dependió su construcción y su actual uso que no puede ni debe alterarse, para lo cual, nos hemos
organizado democráticamente-participativamente, creando comisiones de trabajo, en donde cada
estudiante se responsabiliza conscientemente de las necesidades colectivas, aportando, proponiendo y
operando colectivamente en función de los conocimientos universitarios y potencias de la juventud que
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confluye en este espacio multidisciplinario, para brindarle al espacio condiciones dignas, con principios de
sustentabilidad y autogestión.
El perfil de los habitantes de esta Casa Nacional del Estudiante, se define como el de todos aquellos
estudiantes de clase popular que asumen la responsabilidad histórica de luchar por el derecho del pueblo
a la educación, para lo cual resulta imprescindible mantener la razón social de nuestra alma mater .
En un año de “celebraciones”, de centenarios y bicentenarios, nos sumamos levantando el puño
como parte de la comunidad juvenil-estudiantil que en México nada tiene que celebrar, pues el momento
histórico que nos toca vivir está caracterizado por la exclusión del estado hacia los jóvenes, aquellos a
quienes desde la adolescencia, y año con año, les es negada la oportunidad de continuar sus estudios en
los niveles medio y superior por la falta de incremento en la matrícula, la cual está supeditada a los
beneplácitos presupuestales de una clase gobernante que desde hace 4 años mantiene al alza el
presupuesto para una guerra, que entre sus victimas encuentra a estos mismos jóvenes antes alejados de
toda oportunidad de educación y empleo digno.
En momentos como este, la comunidad de Casa Nacional de Estudiante como parte de la
comunidad estudiantil, nos permitimos imaginar lo inimaginable, donde por otro mundo posible, y por
nuestros caídos que hicieron posible la educación publica en este país, no nos permitiremos ni un minuto
de silencio, sino toda una vida de lucha, esa sí es nuestra celebración.
Comisión Organizadora del C Aniversario
Casa Nacional del Estudiante