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El desafío de la
Auriculoterapia
E1 Hombre reflejado
en su oreja
Dr. Victorino Martínez Figuereo
Índice
Presentación xi
Capítulo 1 • Concepto de la Auriculoterapia
y de la Auriculomedicina 1
Justificación de la Auriculoterapia 1
Concepto de la Auriculoterapia 2
Antecedentes históricos 3
Diferencias entre la Auriculoterapia y la Acupuntura clásica china 10
La representación somatotópica en el pabellón:
La Embriología como justificación de la Auriculoterapia 11
Capítulo 2 • Fundamentos científicos
de la Acupuntura y de la Auriculoterapia 17
Capítulo 3 • La Imagen auricular 23
La Configuración del pabellón: El Hélix y el Antehélix 23
La Concha, proyección del Endodermo 27
El Hélix y el Antehélix, proyección del Mesodermo 27
El Lóbulo y la cola del hélix, proyección del Ectodermo 28
El Trago, proyección de las Comisuras y de la Formación Reticular 29
Inervación del pabellón 29
Vascularización del pabellón 30
Los tres territorios de la oreja 32
La Cartografía refleja de la oreja 32
Capítulo 4 • Algunas proyecciones importantes 35
La proyección de la columna vertebral 35
Proyección de la Columna cervical
Proyección de la Columna Dorsal
Proyección de la región lumbar
Proyección del sacro y del coxis
Proyección de las estructuras paravertebrales
La proyección de las extremidades superiores 39
La proyección de las extremidades inferiores 41
La proyección de los órganos torácicos 42
Proyección del corazón
La zona relacionada con la regulación vagal del corazón
Proyección de las vías respiratorias
La zona de la laringe
Proyección de la tráquea
Proyección de los pulmones
La zona relacionada con el automatismo respiratorio
La zona del plexo bronco-pulmonar
Capítulo 5 • La proyección auricular del tracto
digestivo y otras estructuras importantes 45
La proyección auricular del tracto digestivo 45
Proyección de la Rinofaringe
Zona relacionada con el sentido del gusto
El Esófago
El Estómago
El Duodeno
El Intestino Delgado
El Colon
El Hígado
La Vesícula Biliar
El Páncreas
Estudio de la proyección auricular de las vías endocrinas 49
El Punto de las Gonadotrofinas
El Punto ACTH
El Punto TSH
El Punto de la Prolactina
El Punto de la Hormona Somatotropa
La Región del Antemuro
El Tiroides
La Paratiroides
El Timo
La Mama
El Páncreas endocrino
Las Glándulas Suprarrenales
La región de la rama ascendente del hélix
La proyección del tracto urinario 53
El Riñón
La Vejiga urinaria
Las proyecciones del sistema genital
Las proyecciones del sistema nervioso central 55
Parte especial 56
Proyección del Telencéfalo
Zona correspondiente al lóbulo frontal
Zona correspondiente al córtex límbico
Cerebro olfatorio
El cerebro sexual
El cerebro mnésico
El cerebro reaccional
La zona del lóbulo occipital
La zona del cerebelo
La zona del nervio trigémino
Capítulo 6 • La proyección del sistema
Neurovegetativo 61
Recuerdo anatómico 61
El Simpático y el Parasimpático 62
El Simpático
El Ganglio Cervical inferior o ganglio estrellado
El Parasimpático
El Parasimpático cefálico
El Vago o Parasimpático somático
El Parasimpático pélvico
Capítulo 7 • La consulta y el examen
en auriculoterapia 65
Instrumentos y aparatos utilizados en la Auriculoterapia 65
El Punto y sus correlaciones 67
La detección del punto 69
La inspección
La búsqueda mecánica de los puntos: El palpador a presión
La búsqueda eléctrica de los puntos
Los detectores diferenciales
Procedimiento práctico en la búsqueda de puntos 75
El Diascope 76
El Servoscope 77
El Neuralstif de la casa Svesa 77
Fuentes de error en la comprobación eléctrica de los puntos 78
La presión de aplicación
El ángulo de aplicación
El ajuste del potenciómetro de sensibilidad
El cambio de las pilas
Capítulo 8 • El desarrollo de la sesión
de auriculoterapia so
La anamnesis y su valor 81
El examen clínico 82
La inspección del pabellón 82
Duración de la sesión 83
Frecuencia de las sesiones 83
La reacción del paciente 83
El tratamiento de los puntos detectados en el pabellón 85
El Masaje en la Auriculoterapia
Las Agujas: Técnica de su utilización
Tiempo que deben permanecer colocadas las agujas
Inserción exacta de las agujas
Limpieza y esterilización de las agujas
Moxibustión y cauterización
Estimulación luminosa. El Láser
Tratamiento eléctrico
Combinación con otros tipos de terapia
Indicaciones y contraindicaciones de la Auriculoterapia 92
Indicaciones de la Auriculoterapia
Auriculoterapia utilizada para corregir trastornos funcionales
y para estimular funciones orgánicas
Auriculoterapia en el tratamiento de las alergias
Auriculoterapia para el alivio de trastornos psíquicos
Contraindicaciones relativas y absolutas de la Auriculoterapia
Capítulo 9 • El RAC 96
El RAC 96
Etapas en el conocimiento del RAC 104
Percepción del RAC 104
Variaciones en el curso del RAC de la forma del pulso 105
Práctica del RAC 106
Para regular el RAC 107
Capítulo 10* Los filtros 109
Generalidades 109
Los Filtros de colores 111
Utilización de los Filtros coloreados 111
Los Filtros test 114
"" Manera de medir el grado de toxicidad 115
Colocación de los filtros sobre la piel 115
Diagnóstico bajo cobertura de filtro 116
Tratamiento bajo cobertura de filtro 116
Jerarquía de los filtros 116
Capítulo 11 • El test de medicamentos
y su empleo en auriculomedicina ns
El test de medicamentos 118
Los fenómenos de la polarización 122
El test de medicamentos mediante el filtro polarizador 124
Comprobación de la acción positiva de una determinada sustancia 126
Capítulo 12 • Las técnicas de deshabituación
en auriculomedicina 127
Generalidades 127
El programa primitivo 130
Los programas Delta 134
Vanantes del programa Delta 136
Variante propuesta por el Dr. BAHR 136
Variante propuesta por el Dr. BUCEK 138
La adicción a la comida 139
Desintoxicación antialcohólica 143
Capítulo 13 • Los puntos auriculares
con acción psicológica 144
Zona de la Angustia y el Miedo 145
El Punto con acción similar a la de los barbitúricos 146
El Punto de la Agresividad 147
El Punto Antidepresión o "Punto de la alegría" 149
El papel de cada hemisferio en la vida de relación del individuo 150
Los Puntos Omega 151
El Punto R o Punto Psicoterapéutico de BOURDIOL 152
El Punto con acción similar a la del Valium 154
El Punto Maestro de la Lateralidad 154
El Punto de los Disgustos 155
Capítulo 14 • Ejemplo de enfoque práctico
de una determinada enfermedad: las cefaleas 156
Generalidades 156
Circunstancias modificativas del curso de las migrañas 157
Aplicaciones prácticas 158
Migraña hormonal
Migraña como expresión de una depresión larvada
Migraña producida por una perturbación hepato-biliar
La migraña meteoro-dependiente
La migraña cervical
La migraña oftálmica
Otros tipos de migraña
Capítulo 15 • La terapéutica del aparato locomotor
mediante la auriculoterapia 170
Principios sobre la etiología de la patología ortopédica desde el punto
de vista cibernético 171
Observaciones sobre algunas enfermedades ortopédicas frecuentes
en la práctica diaria 172
La inequívoca ventaja de tratar un bloqueo mediante la Acupuntura
frente al tratamiento por quiropraxia 174
Síndrome cervical alto 177
Síndrome cervical medio 178
Síndrome cervical bajo 178
Radiculitis verdadera 179
Bloqueo de la primera costilla 179
Lumbago 180
Neuralgia intercostal 181
Coccigodinia 182
Los dolores del hombro 182
Epicondilitis lateralis 184
Síndrome del túnel del canal carpiano 185
El Morbus Sudeck de la mano 185
Artrosis aisladas de las articulaciones de los dedos de la mano, del pulgar,
del tobillo y de los dedos de los pies 186
Coxartrosis 186
Meralgia parestésica nocturna 187
Articulación de la rodilla 188
Articulación del tobillo 190
Sensación de quemadura en los pies 190
Espolón calcáneo 191
Dedo gotoso 191
Resumen de la terapia 192
Intervalo en la terapia 193
Curso de la terapia 193
Curso y resultado a largo plazo de la terapia 193
Epílogo 195
Bibliografía 196
Presentación
resentamos hoy al público español la AURICULOTERAPIA, una técnica
reflexoterápica de origen occidental y de historia relativamente reciente,
puesto que data de apenas algo más de 25 años, aunque como veremos
más adelante existían ya precedentes históricos que sugerían la posibilidad de uti-
lizar el pabellón de la oreja con finalidades diagnósticas y terapéuticas.
P
Esta técnica ha sido puesta a punto, codificada y estructurada por el Dr. PAUL
F. M. NOGIER, de Lyon (Francia) y se adapta perfectamente a la formación y hábi-
tos de pensar de los médicos occidentales, el lenguaje que usa es el mismo que se
puede utilizar en cualquier Cátedra de una Facultad de Medicina, y los conoci-
mientos básicos que precisa su aprendizaje forman parte del bagaje cultural que
se imparte a lo largo de una formación médica académica.
No necesita, por lo tanto, el conocimiento de otros tipos de pensamiento y
conceptos cosmobiológicos de origen oriental, como ocurre con la Acupuntura
clásica china, por otra parte una técnica perfectamente válida, asimismo.
Se fundamenta en la existencia en el pabellón auricular, en situaciones de con-
flictos patológicos, de unos puntos especiales en la dermis, que se pueden detec-
tar fácilmente por diversos medios, y cuya estimulación produce a distancia efec-
tos reflejos que se traducen en una mejoría o en una desaparición de las molestias
que aqueja el enfermo.
Las vías nerviosas que permiten que esto ocurra han sido perfectamente estu-
diadas por figuras de la Anatomía moderna, como los Profesores LUIS MARÍA
GONZALO, de la Universidad de Pamplona y JEAN BOSSY, de la Universidad de
Montpellier (Francia), así como también los interesantes trabajos realizados por
RENE BOURDIOL han aportado muchas claves para la comprensión de estos sor-
prendentes fenómenos. Importante ha sido, asimismo, la aportación efectuada
por los trabajos del Dr. SEPPO ROT1NEN, de Pamplona, que han constituido el
tema de su tesis doctoral, que ha merecido las máximas calificaciones.
La intención de este trabajo es estimular el interés del público español que
pudiera desconocer esta técnica, para que aquellos que la juzguen interesante pue-
dan profundizar en la misma mediante la consulta de otras fuentes, dedicadas al
ambiente profesional, como las relacionadas en la Bibliografía final.
NOTA: Gran parte de las ilustraciones de este libro son pequeñas modificaciones
de diseños originales del prestigioso Acupuntor y Auriculoterapeuta
Dr. FRANCISCO-JOSÉ GONZÁLEZ ALVAREZ, de Barcelona, quien reúne
por una parte un profundo conocimiento de estas técnicas y por otra
unas dotes artísticas relevantes.
TARRASA (Barcelona), Agosto del 98.
Capítulo 1
Concepto de la Auriculoterapia
y de la Auriculomedicina
JUSTIFICACIÓN DE LA AURICULOTERAPIA
arecería absurdo que en el estado actual de desarrollo de la ciencia
médica, con el progreso indudable de la Farmacología, y la perfección
que ha alcanzado la Cirugía en sus técnicas, nos ocupemos
actualmente de una de las denominadas "Medicinas Paralelas," cuando
aparentemente los problemas técnicos están resueltos o muy cerca de resolverse,
y se usan en el diagnóstico y en la terapia las técnicas más sofisticadas.
Y sin embargo, los médicos acabamos por preguntarnos: ¿Cuál es la validez de
lo que estamos haciendo?
Porque si por una parte usamos medicamentos, como los citostáticos, en el tra-
tamiento de enfermedades antaño consideradas como incurables, es evidente que
sus efectos secundarios, mucho más visibles que los resultados terapéuticos, nos
hacen pensar en la conveniencia de realizar un exhaustivo balance de lo que esta-
mos realizando.
Por otra parte, no cabe duda de que toda esta sofisticación de técnicas no ha
llevado aparejada una paralela humanización de las mismas, sino todo lo contra-
rio. Se ha perdido la visión global del hombre en su conjunto, sometido a un
cúmulo de influencias exteriores a el mismo que desembocan en un proceso cada
vez más frecuente: la angustia.
Cuanto más progresos técnicos, más solo se encuentra el hombre ante el
dolor, la enfermedad y la muerte. Para el médico superespecializado, atento
solamente a la vigilancia de unas cuantas constantes vitales de un paciente que
sólo representa para el un número en una historia clínica, no tienen ninguna
valoración las circunstancias personales del hombre entregado a su cuidado y
mucho menos el entorno sociológico que le rodea.
Hemos perdido actualmente el papel del médico como intermediario entre el
mal y su paciente. Es evidente que en muchas fases de su enfermedad lo que el
hombre enfermo necesita es lo que más le cuesta obtener en el mundo tecnifica-
do en que vivimos: la mano amiga del médico, que le ayude a sobrellevar sus
molestias y a morir, cuando llegue el momento.
La AURICULOTERAPIA nos permite estar en contacto directo, físico incluso,
con nuestros pacientes. Existe una constante intercomunicación entre el terapeu-
ta y el enfermo que está tratando, lo cual abre el camino a posibilidades de cap-
tar información sobre lo que le ocurre al paciente que en ocasiones llegan a sobre-
pasar nuestras capacidades puramente sensoriales.
Por ello es mayor el mérito del Dr. NOGIER, descubridor de la técnica que
nos ocupa, quien supo tener el valor de volverse hacia unos conocimientos
insólitos y lograr, partiendo de antiguas fuentes, construir sobre ellas un edifi-
cio nuevo y sorprendente, estableciendo un método científico, riguroso, acce-
sible, y eminentemente práctico.
CONCEPTO DE LA AURICULOTERAPIA
Podemos plantearnos la esencia de la AURICULOTERAPIA como la utilización
terapéutica de informaciones que se pueden captar a nivel del pabellón auricular.
Si por una parte esta utilización podría parecer sorprendente, se explica per-
fectamente por la riqueza de su inervación, así como por las múltiples conexiones
que mantiene con el sistema nervioso central.
Si ya eran conocidas para los científicos desde tiempo atrás las somatotopías
que el organismo humano presenta a nivel de la circunvolución frontal o la parie-
tal ascendente, o la empleada por los indólogos, ¿cómo extrañarnos de que lo
mismo ocurra a nivel de la oreja?
Como iremos precisando a lo largo de este trabajo, en el pabellón auricular
existe una imagen refleja que podría equipararse a la de un feto in útero, a térmi-
no. O sea, con la cabeza situada en la parte inferior de la oreja, a nivel de su lóbu-
lo, mientras que las extremidades se situarían a nivel de la cima auricular.
Con arreglo a esta ordenación tiene lugar la existencia de un punto reflejo
auricular para cada zona corporal. Ahora bien, y es un detalle a subrayar, esta
correspondencia sólo puede ponerse de manifiesto en un sujeto enfermo. No es
demostrable en el sano. Sólo cuando una región corporal abandona su equili-
brio fisiológico pueden detectarse en la oreja puntos alterados. En estas condi-
ciones, el punto reflejo auricular se muestra como doloroso a la palpación o
altera sus constantes eléctricas.
Y esta alteración del punto es la que permite la práctica de nuestra técnica, que
en síntesis consiste en la estimulación por medios diversos (masajes, agujas,
corrientes eléctricas, rayos Láser, etc.) de estos puntos detectados, mediante la cual
y por complicados mecanismos reflejos, vamos a lograr una modificación de los
trastornos observados en el organismo, que constituyen el origen de la existencia
del o de los puntos encontrados alterados en la oreja.
Esta viene, pues, a significar a la vez un cuadro de control, donde podemos
apreciar las alteraciones del organismo, y un tablero de mando donde, apretando
ciertas teclas, vamos a poder corregirlas.
El descubrimiento hecho por el Dr. NOGIER de las relaciones topográficas
de la oreja con el embrión humano fue el detonante de una investigación
intensa, no solamente en los países del mundo occidental, sino que incluso
ha alcanzado a la China continental, lo que ha conducido a un gran desarro-
llo en este campo.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Ya en el antiguo Egipto se encuentran referencias a la utilización del pabellón
auricular con intenciones médicas. Un reconocido egiptólogo, Alexandre Varilla,
afirma que las mujeres que no deseaban tener más hijos se hacían pinchar el pabe-
llón de la oreja. Y se ha encontrado una antigua obra de arte mostrando una reina
con una aguja en la oreja.
No nos puede extrañar que el gran maestro de la Medicina Hipócrates,
durante los años de su estancia en Egipto tuviera acceso a estos conocimientos,
como se deduce de alguna de sus publicaciones. Así en su libro "Sobre la gene-
ración" afirma que "los que han sufrido incisiones al lado de las orejas usan,
verdaderamente, del coito y eyaculan, pero su eyaculación es poco abundante,
inactiva e infecunda."
En otro libro "De los aires, de las aguas y de los lugares" menciona Hipócrates
también que la agresividad de los escitas podría estar en relación con la frecuen-
te impotencia que constituía una auténtica plaga en este pueblo. Y así cita: "Ellos
se tratan de la forma que sigue: al comienzo del mal, abren la vena colocada detrás
de una y otra oreja." Esta intervención dedicada a remediar este problema permi-
tía la realización de un coito normal, pero reducía el contenido espermático en el
líquido seminal. Igualmente que en la antigua Grecia, ellos trataban la ciática que-
mando un punto determinado sobre el antehélix de la oreja.
En el libro dedicado a las epidemias, se refiere al tratamiento por la oreja de
los estados inflamatorios: "Para las inflamaciones de las partes inferiores, abrir las
venas en las orejas."
También Galeno describió el empleo clínico de pendientes y otros modos de
estimulación auricular para el tratamiento de diversos problemas, principalmen-
te trastornos sexuales y menstruales.
En la antigua China, hacia el año 400 A.C., todo el sistema de la Acupuntu-
ra se estructura sobre el principal texto médico chino, el Huang Di Nei Jing, o
Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo, cuya antigüedad se
remonta a 2.000 años atrás. En este texto se dice que todos los seis meridianos
Yang se hallan directamente conectados con la oreja, mientras que los seis
meridianos Yin se hallan conectados indirectamente a la oreja. En el primitivo
esbozo de cartografía auricular china los puntos no guardaban una organiza-
ción somatotópica, sino que eran un conjunto de puntos distribuidos aleato-
riamente por la oreja.
En otro texto clásico, el Ling Shu, fechado aproximadamente entre el 475 y el
221 A.C., se menciona por primera vez una somatotopía de la oreja, estudiada
más ampliamente por el médico chino Pian Que. Ya en tiempos más recientes, en
la época de la dinastía Tang, se difunde ampliamente el uso de la estimulación del
pabellón auricular para controlar el curso de las enfermedades internas.
En la antigua Persia, después de la caída del Imperio Romano, se conservaron
antiguos informes médicos, en los que se mencionaba el tratamiento de la ciática
mediante cauterizaciones en el pabellón auricular.
Los antiguos chinos practicaban, en común con otros pueblos como los ára-
bes, gitanos, hindúes y europeos una técnica consistente en pinchar un punto
determinado en el lóbulo de la oreja para tratar padecimientos oculares, tales
como el ojo rojo, la miopía y la catarata. Frecuentemente se prescribía el uso de
aros de oro, a los que se consideraba como productores de una continua estimu-
lación de los centros vitales del cerebro.
En Europa, ya en la Edad Media, la Compañía Holandesa de las Indias Orien-
tales, que desarrolló un gran intercambio comercial con China, trajo los primeros
conocimientos sobre la Acupuntura a Europa. Incluidos en este conjunto de infor-
maciones se hallaba también la Acupuntura auricular, así como el desarrollo de
las agujas hipodérmicas a partir de las agujas chinas de Acupuntura.
Ya en el siglo XVII, un médico portugués, Zacutus Lusitanus, describe la utili-
zación de las cauterizaciones auriculares en el tratamiento de la neuralgia ciática.
El afirma: "Hipócrates recomienda frecuentemente a lo largo de sus obras la sec-
ción de venas situadas detrás de las orejas para curar los dolores isquiáticos. Los
modernos, que han ensayado muy raramente esta práctica, no saben cómo expli-
car la utilidad de la aplicación de un cauterio en este punto."
Ya en el siglo XVIII, el anatómico italiano Valsalva, en su obra "De aura huma-
na tractatus" precisa en sus páginas 11 y 12 la región del pabellón que se cauteri-
zaba en los dolores dentarios.
Más modernamente, en 1810, el Profesor Ignaz Colla, de Parma, expone la
observación de un hombre que había sido picado por una abeja a nivel del ante-
hélix, lo que le había causado una incapacidad pasajera para la deambulación.
También relata cauterizaciones retro-auriculares realizadas bajo su dirección, con
un evidente éxito, por un compañero suyo cirujano, el doctor Cecconi, para tra-
tar dolores ciáticos.
En 1850, el "Journal des Connaissances Médico-Chirurgicales" en su núme-
ro de primero de mayo, publica un conjunto de observaciones y documentos
facilitados por el doctor Lucciani, de Bastía, recomendando la cauterización de
la oreja como tratamiento radical de la ciática. La zona que se estimulaba era la
raíz del hélix.
Corría la década de los años 50 cuando muchos médicos residentes en la
región lyonesa vieron aparecer por sus consultas a pacientes que eran portadores
de una curiosa cauterización en la zona del antehélix, en la oreja.
Interrogados sobre el origen del fenómeno, los pacientes contestaban que esa
cauterización les había sido practicada por una curandera, de nombre Madame
BARRIN, y que había tenido como finalidad el alivio de unas molestias ciáticas.
Como en todos los grandes descubrimientos de la humanidad, debió darse en
ese momento la conjunción del azar con el genio observador de un científico
tenaz e imaginativo. Y así ocurrió que el Dr. PAUL NOGIER se preguntó primera-
mente si era cierto que una tal cauterización en un punto concreto del pabellón
auricular podría aliviar los dolores de una ciática. Y repitiendo en su consultorio
tal práctica, se convenció de que efectivamente se obtenían resultados positivos.
Siendo él mismo practicante de la Medicina manual, y conociendo perfecta-
mente que muchas veces un trastorno localizado a nivel de L5/S1 estaba en el ori-
gen de un síndrome ciático, dedujo que muy posiblemente el lugar que Madame
BARRIN cauterizaba sería una proyección refleja de dicha localización. De ahí a
deducir que la totalidad del antehélix sería la correspondencia refleja de la
columna vertebral sólo había un paso.
Pero curiosamente esta correspondencia no tenía lugar en el sentido que podría-
mos llamar "normal," sino que la disposición era invertida, de forma que las vérte-
bras cervicales se proyectarían en la parte más inferior del antehélix, mientras que
las lumbares, sacras y coxígeas ocuparían las porciones más superiores.
Había hecho su aparición el primer dogma de ia recién nacida ciencia: La ley
de la inversión somatotópica auricular, que informa todas las relaciones del pabe-
llón auricular con el resto del organismo.
Si esta correspondencia obedecía a un plan lógico, las estructuras vecinas a la
columna vertebral, como la parrilla costal, los huesos ilíacos, etc., debían proyec-
tarse en su inmediata vecindad. Y así ocurrió.
La constatación de una peculiar característica de los puntos auriculares,
que eran capaces de traducir la presión que sobre ellos se ejercía en un dolor
agudo y específico, permitió el diseño del primer instrumento diagnóstico, el
palpador a presión, con cuya ayuda se pudo ya esbozar una especie de caña-
mazo de cartografía, que se fue precisando progresivamente mediante un
movimiento de investigación impulsado por el propio Dr. NOGIER, compen-
sando con un entusiasmo irrefrenable el posible empirismo de los primeros
tiempos de la técnica.
Las localizaciones encontradas, siempre en relación con la existencia de pro-
cesos patológicos en el organismo de los pacientes explorados, debían pasar la
prueba del fuego de su utilidad terapéutica. Su estimulación se debía traducir
en un alivio o una desaparición de las molestias que aquejaban al paciente. Y
así ocurrió.
Más adelante, el descubrimiento por el Dr. JACQUES NIBOYET de que tanto
los puntos de la Acupuntura clásica china como los puntos auriculares se caracte-
rizaban por presentar una resistencia al paso de la corriente eléctrica completa-
mente diferente de su entorno inmediato, permitió el diseño de aparatos que
basados en la vieja ley de OHM permitían la localización de los puntos activos con
toda precisión.
Así se pudo sobrepasar la primera etapa del desarrollo de la AURICULOTERA-
PIA, en la cual todo giraba alrededor de la colaboración del paciente, quien debía
informarnos de si nuestra exploración de tal o cual punto le resultada dolorosa o
no. Las diferencias individuales inducidas por factores personales, sociales, de
educación, de sexo, etc., que gravaban penosamente la fiabilidad de la técnica
comenzaban a desaparecer, para dejar paso a un procedimiento objetivo, repeti-
ble, que permitía demostrar la existencia de esos puntos especiales al propio
paciente, a los colegas escépticos, y ¿por qué no?, a nosotros mismos.
Con esta importante ayuda se pudo ir completando cada vez con más preci-
sión el entramado de la primitiva cartografía auricular. Pero aún no era la técnica
más que una reflexoterapia más.
Sin embargo, otra curiosa coincidencia observada por el Dr. NOGIER iba a dar
paso a un avance gigantesco en el desarrollo de esta ciencia.
Examinando un día a un enfermo, tomándole los pulsos a la manera tradicio-
nal china, observó NOGIER que al rozar casualmente el borde del pabellón de la
oreja con su mano se había producido instantáneamente un cambio en la per-
cepción del pulso. Pensó incluso que había descubierto un matiz del pulso que no
había sido descrito por los autores chinos y lo bautizó como pulso YU.
Pronto se convenció de que el fenómeno observado era algo mucho más com-
plejo. Que era una verdadera señal autónoma, un nuevo reflejo, que por similitud
con el bien conocido reflejo óculo-cardíaco, bautizó con el nombre de Reflejo
Aurículo Cardíaco, pensando que su punto de partida sería el pabellón auricular
y que el corazón tendría mucho que ver en su mecanismo de producción.
Sin embargo, estudios más profundos le llevaron a la conclusión de que el
nombre no había sido bien elegido: no solamente el pabellón auricular funciona-
ba como "trigger" de este reflejo, sino que cualquier punto del revestimiento cutá-
neo del cuerpo era capaz, si se estimulaba convenientemente, de poner el meca-
nismo en marcha.
Y en cuanto al rol del corazón también quedaba en entredicho, ya que muy
pronto se relacionó este reflejo con vías neurovegetativas, como los trayectos sim-
páticos periarteriales, cuya interrupción experimental producía la desaparición
del fenómeno.
Por ello, NOGIER decidió cambiar la denominación por V.A.S., siglas de la
denominación inglesa "Vascular autonomic signal," aunque a los practicantes
"veteranos" les cueste mucho renunciar a la antigua denominación de R.A.C.
Y de hecho este descubrimiento podría haberse producido mucho tiempo
antes. Ya por los años 40, un cirujano vascular francés, el Profesor RENE LERICHE
había comunicado a sus colegas del "Collége de France," de donde era profesor,
un caso muy curioso que le había sucedido con un paciente que era portador de
un gran aneurisma arteriovenoso a nivel ilio-femoral.
Una vez realizada la intervención quirúrgica, con buen resultado, cuando a
este paciente se le fueron a cambiar los vendajes, se apreció que el más fino con-
tacto con la piel que recubría el vaso intervenido desencadenaba una pulsación
violentísima de la arteria femoral, que incluso resultaba molesta para el paciente.
E incluso estímulos de tan escasa entidad como la lectura de una novela poli-
cíaca, cuando el paciente llegaba a un momento interesante, desencadenaban el
mismo latido de la arteria femoral.
Aún más, LERICHE descubrió algo mucho más importante aún, que la Patolo-
gía actuaba como amplificador y estabilizador de fenómenos que la sola Fisiolo-
gía enmascaraba. Así como la ley de la solidaridad de los grandes troncos arteria-
les, de las arteriolas e incluso de los capilares.
Sin embargo, todos estos descubrimientos quedaron durmiendo el sueño de
los jjstos, y a nadie se le ocurrió profundizar en el estudio de estos fenómenos.
Hast¡que
Ia
investigación fue retomada por NOGIER y su grupo.
i_ partir de aquí se fue asistiendo a una progresiva sofisticación de los proce-
deré de examen de los pacientes, investigándose la respuesta del organismo a
divesís estimulaciones, como la luz blanca, los diversos colores monocromáticos,
djve-S()s productos químicos y biológicos, como neurotransmisores o neuro
niodjadores, hormonas, enzimas, etc.
Ijcluso medios físicos, como los campos magnéticos y las radiaciones atómi-
cas je débil intensidad, fueron añadiéndose progresivamente hasta llegar al
momento actual, en que las técnicas en uso permiten un estudio profundo del
disoríir de las diversas informaciones que son procesadas constantemente por el
orgaaismo humano.
lj utilización práctica de este método no tiene límites. Y aún más, tiene la
ventají de ser relativamente fácil de practicar, ya que no suele desencadenar reac-
cione desagradables, consume menos tiempo perdido que otros métodos, ya que
el paciente no tiene que desnudarse una vez que se ha realizado el examen pre-
vio. Su amplia efectividad puede demostrarse con las aplicaciones a la anestesia
quingica, en la que los puntos auriculares se han mostrado muy efectivos en la
elim#c
i°n
del dolor quirúrgico.
fot lo tanto debemos un tributo de reconocimiento al Dr. Nogier, quien fue el
prirriero que acometió la tarea de explorar con un criterio científico, e inspirado
en le principios tradicionales chinos, los procesos que tienen lugar en la oreja,
alcanzando un éxito y logrando revivir esta olvidada rama de la medicina china.
apodemos terminar la breve exposición de estos antecedentes históricos sin
recont'ndar a nuestros lectores la visión del cuadro del BOSCO, titulado "El jar-
dín celas
delicias," que se exhibe en el Museo del Prado, de Madrid, donde en la
partt derecha del tríptico hay un motivo extraordinariamente sugestivo de que tal
vez cl«unos iniciados conocían suficientemente bien la correspondencia del pabe-
llón con el resto del organismo.
tueste cuadro, plagado de detalles cuya interpretación se ha intentado reali-
zar desde muy diversas aproximaciones, esotéricas, alquímicas, psicoanalíticas,
etc.,vdejando aparte un claro sentido de agresiva sexualidad masculina, se da el
deta]e curioso de que por una parte el diablo se halla situado sobre una zona de
proyección hormonal, hipofisaria, y además su lanza apunta a una zona que ha
sido bautizada por NOGIER como "Punto de Jerome" o "Punto del Bosco," cuya
estimulación produce un aumento de la libido (Figura 1-1).
DIFERENCIAS ENTRE LA AURICULOTERAPIA
Y LA ACUPUNTURA CLÁSICA CHINA
Tanto la Auriculoterapia como la Acupuntura clásica china comparten el uso
de agujas para tratar puntos concretos del tegumento corporal. La calidad del
metal empleado condiciona el resultado deseado. Así las agujas de acero tienen un
efecto equilibrador de la energía del punto, mientras que las agujas de oro tienen
un efecto tonificante y las de plata un efecto dispersante o sedante. Sin embargo
mantienen evidentes diferencias.
La primera y más importante se relaciona con la calidad de los puntos. Así como
en la Acupuntura clásica china los puntos se hallan distribuidos por la totalidad del
tegumento cutáneo, y son detectables siempre, independientemente del estado de
salud o enfermedad del sujeto explorado, e incluso se pueden localizar en el cadáver
algunas horas después de la muerte, los puntos de Acupuntura auricular sólo son
detectables en una situación de enfermedad. Solamente cuando una estructura ana-
tómica o funcional del organismo abandona su equilibrio fisiológico aparecen en la
oreja unos puntos sensibles a la presión, la cuál traducen en un dolor incisivo, casi
lancinante, que a veces obliga al paciente a realizar un gesto defensivo, a la vez que
manifiestan una alteración en sus parámetros eléctricos.
La segunda diferencia la constituye el hecho de que mientras todos los puntos
de Acupuntura corporal poseen una resistencia eléctrica al paso de una corriente
menor que su entorno inmediato, los puntos auriculares pueden tener una resis-
tencia eléctrica menor que el entorno, lo que se valora como un estado de déficit
energético, y se deberá tonificar con una aguja de oro, pero también existen, en
cantidad algo menor, puntos que poseen una resistencia eléctrica más elevada que
su entorno, que se interpretan como manifestación de un exceso energético, una
plenitud en el sentido clásico, que deberá sedarse mediante una aguja de plata.
BAHR menciona asimismo diferencias de tamaño. Para él, los puntos de Acu-
puntura cubren un gran espacio y poseen diámetros de uno a tres milímetros.
Dadas las limitaciones de espacio en la oreja, los puntos auriculares deben ser más
pequeños, de un diámetro de 0,1 a 0,3 mm., por lo que el pabellón puede alber-
gar un gran número de ellos. La existencia de tan gran número de puntos en el
pabellón auricular se justifica por el hecho de que el pabellón de la oreja es una
de las zonas de la superficie corporal más ricas en inervación, y en el mismo la
densidad de las más finas ramificaciones nerviosas equivale a la de zonas tan sen-
sibles como la yema de los dedos o los labios.
El hecho de que los puntos auriculares sólo existan en situaciones de altera-
ción patológica facilita que puedan ser utilizados no solamente con una intención
terapéutica, sino también diagnóstica, permitiendo a veces aclarar casos difíciles,
en los que existe una sintomatología oscura y poco definible. Y si es cierto, como
dice el viejo refrán médico que "un buen diagnóstico es la mitad de una cura-
ción," no cabe duda que la Auriculoterapia no sólo es diferente de la Acupuntura
clásica, sino que en algunos casos puede presentar ventajas frente a ella.
LA REPRESENTACIÓN SOMATOTÓPICA EN EL PABELLÓN:
LA EMBRIOLOGÍA COMO JUSTIFICACIÓN
DE LA AURICULOTERAPIA
El conjunto de proyecciones reflejas en el pabellón auricular constituye lo que
llamamos una Somatotopía. Ya en los antiguos libros chinos se mencionaba una
cartografía, si bien muy rudimentaria.
El descubrimiento en el año 1952 por el Dr. NOGIER de la existencia de pun-
tos especiales en la oreja, susceptibles de ser explotados con una finalidad tanto
diagnóstica como terapéutica, vino a crear el cuerpo de doctrina que conocemos
con el nombre de AURICULOTERAPIA.
La distribución de los diferentes puntos viene a configurar una cartografía en
la cual puede encontrarse un cierto parecido con las estructuras anatómicas de un
embrión humano. Es una imagen que se ha difundido prácticamente por todo el
mundo (Figura 1-2).
El parecido entre ambas imágenes es asombroso. Las zonas que corresponden
a las distintas partes corporales tienen proporciones similares: la zona de la cabe-
za ocupa una gran extensión, el brazo y la pierna ocupan porciones más peque-
ñas. Las zonas correspondientes a los órganos están colocadas análogamente a
como lo hacen en un embrión, con (por ejemplo), la zona cardíaca en el territo-
rio cervical y el hígado en el centro de la topografía auricular.
Pero aparece una circunstancia extraordinariamente importante: tiene lugar
una sistematización totalmente coherente, por la cual observamos que las pro-
yecciones de estructuras derivadas de las diferentes hojas embrionarias ocupan
unos territorios determinados en el interior del pabellón auricular.
La imagen refleja del sistema nervioso, (ectodermo), de los músculos, huesos
y vasos sanguíneos (o sea, el mesodermo), y por otra parte las visceras ocupan tres
regiones separadas de la oreja.
Exactamente igual ocurre en el embrión: las denominadas células del creci-
miento (capa germinal) se hallan todas en los estadios embrionarios precoces
separadas unas de otras. Posteriormente van a dar lugar al desarrollo especializa-
do de las hojas embrionarias que conocemos con el nombre de Ectodermo (Siste-
ma Nervioso y Piel), Mesodermo (Tejido conjuntivo) y Endodermo (Visceras).
En el año 1983 el investigador noruego B.J. OVERBYE se planteó la cuestión
de si sería interesante calcular a que edad del desarrollo embrionario podría
corresponder la cartografía difundida por NOGIER.
El primer problema que se le planteaba era establecer una
técnica geométrica que permitiera una
exacta localización de los puntos. El
mé establecía unatodo de NOGIER
relación con el Punto Cero
(Figura 1-3), considerado como
punto de partida de un con-
junto innumerable de radios
de una circunferencia ideal.
Figura 1-3:
Un método geométrico para determinar
la correcta correspondencia refleja
en la oreja. En el ejemplo se muestra
la relación de la zona del pulmón en la oreja
con la zona de la columna en la oreja.
A la izquierda, relación en el adulto entre
el pulmón y la columna.
El Punto Cero sería como la representación del ombligo en el embrión. Se rea-
lizaron muchas mediciones, tanto en la oreja como sobre imágenes de embriones,
que no condujeron a ningún resultado.
Entonces OVERBYE pensó que normalmente se localizan los órganos
mediante su relación con las diferentes etapas de la columna vertebral. Podría
utilizarse la misma relación en la cartografía auricular. El investigador noruego
comenzó por estudiar la localización de los órganos internos, tomando como
punto de referencia que la proyección refleja de la columna vertebral es el
antehélix. Y así pudo determinar que por ejemplo la zona auricular que se halla
en relación con el pulmón estaba situada a la altura de las cervicales segunda y
tercera. El hígado ocupaba una extensión que alcanzaba desde la zona cerebral
hasta la tercera vértebra dorsal.
Y ello le permitió localizar aproximadamente 30 puntos diferentes en la car-
tografía auricular, así como su relación con la zona de la columna en el antehélix.
Entonces se trataba de realizar mediciones similares respecto a la localización
de órganos y partes corporales sobre embriones de diferentes edades, con la espe-
ranza de encontrar una adaptación perfecta.
La tabulación de los resultados de estas mediciones mostraba de una forma
totalmente clara y precisa que no había ninguna edad embrionaria que mostrara
una relación exacta con la carta auricular.
Había que deducir que la imagen presentada por NOGIER no correspondía a
un momento estático del desarrollo embrionario y que por lo tanto no mostraba
UN ÚNICO EMBRIÓN, sino partes de diferentes embriones en diferentes estadios
de evolución.
Entonces surgió el gran interrogante: ¿Que significaban los diferentes períodos
tabulados? ¿Por que la zona pulmonar se hallaba colocada en la carta como los
pulmones reales en un embrión de 30 días?
OVERBYE encontró pronto la respuesta: A los 30 días el pulmón se hallaba ya
formado. La clave era, pues, el concepto de que los puntos y zonas de la topogra-
fía auricular estaban colocados de una forma análoga a como los correspondien-
tes órganos y partes corporales se van a desarrollar en el embrión.
La topografía auricular vendría a ser COMO UNA PELÍCULA del desarrollo
embrionario. Tal vez aquí podría encontrarse una explicación de la aparentemen-
te absurda localización de las proyecciones de la extremidad inferior, situadas en
la fosa triangular, y la situación de la zona renal por encima de la proyección de
los pies, en el repliegue del hélix.
La siguiente pregunta que surgía era: ¿Por que la cartografía auricular era
una película dinámica del desarrollo embrionario y no solamente la imagen
estática de una determinada edad? La respuesta se encontró en el propio desa-
rrollo embrionario en la misma oreja.
Mediante el examen de numerosas fotos de embriones en diferentes estadios de
desarrollo OVERBYE encontró que existía un sincronismo entre el desarrollo de las
partes del pabellón auricular y las correspondientes zonas reflejas corporales.
Por ejemplo, el primer órgano que se diferencia en el embrión es la llamada
cuerda neural, destinada a constituir en el futuro la médula espinal. Pues bien, la
zona refleja de la médula espinal es el hélix, y el hélix es también la primera parte
de la oreja que se forma en el embrión.
Pero existe una pequeña diferencia: la sincronización no es completamente
perfecta, ya que el desarrollo de las porciones auriculares va con un retraso apro-
ximado de una semana respecto a las partes corporales. La tercera cuestión que se
planteó entonces era tratar de averiguar dónde residía la dirección de ambos desa-
rrollos. Había una teoría que parecía bien fundada.
En el año 1935, en el curso de una investigación realizada en los EE.UU., se
habían encontrado unas células situadas en el cerebro primitivo del embrión a las
que denominaron "Blastóforos." Estas células rigen el desarrollo del embrión.
Si se extirpaban los blastóforos del embrión, se paralizaba el desarrollo del
mismo. Quedaba pendiente la cuestión de por que mecanismo se producía la
comunicación entre los Blastóforos y las células somáticas. Una primera hipótesis
hacía intervenir un mecanismo de tipo nervioso, mientras que otra teoría basaba
en determinadas sustancias químicas la posibilidad de esta transmisión.
Particularmente interesante desde el punto de vista de la Acupuntura Auricu-
lar era el hecho de la inmediata vecindad entre los Blastóforos y la oreja primiti-
va (Figura 1-4).
Posiblemente esta proximidad es muy importante para el desarrollo sincróni-
co del cuerpo en su totalidad y el pabellón auricular.
Ahora bien, ¿Cuál era la conexión entre los Blastóforos y la oreja primitiva? La
Figura 1-5 muestra el sistema nervioso de la oreja. Todas estas vías nerviosas man-
tienen una comunicación con el Tálamo.
Según las investigaciones del Dr. HASSLER, en el Tálamo existe una reproduc-
ción completa del cuerpo. Una deducción lógica nos lleva a pensar que, dado que
los Blastóforos se transformarán posteriormente en el Tálamo, se mantendrá en el
estado adulto esta interconexión del Tálamo con el cuerpo y con la oreja, a través
de diversas vías nerviosas.
Esta teoría, aun siendo muy lógica, dejaba un hueco sin llenar: ¿Qué aparece pri-
mero, las células de la oreja o los nervios que van a comunicarla? Si suponemos que
las células nacen primero, y los nervios vienen después, habrá que sospechar la exis-
tencia de otros factores, además de los nervios. Modernas investigaciones han
demostrado que se trata de un campo de energía. Las células del embrión son
influenciadas por campos energéticos, que funcionan como si crearan un molde de
energía vacío y que las células lo irían llenando progresivamente.
Cuando un molde está terminado se creará otro nuevo, de manera que una
serie de distintos moldes conducirían a la forma final del embrión.
Cuál sea la naturaleza de estos campos de energía es una cuestión aún no defi-
nitivamente aclarada, pero nuevos descubrimientos de POPP y de INYUSHIN
demuestran que actúan como una imagen holográfica láser tridimensional.
Los Blastóforos poseen su propia capacidad de generar Láser DNA (como todas
las células), y la estructura cristalina del DNA determina la imagen holográfica. O
sea, que los Blastóforos funcionarían, en otras palabras, como un proyector de
imagen tridimensional.
La proximidad de la oreja a este proyector de imagen condicionaría este sin-
cronismo entre la oreja y el cuerpo.
La última pregunta que queda por contestar es la razón de por que existen las
conexiones entre los Blastóforos-Tálamo con los nervios principales de la oreja y
con la totalidad del organismo, para la cual no tenemos aún contestación.
¿Será, tal vez, que el diseñador del hombre ha previsto ya la posibilidad de una
futura AURICULOTERAPIA durante la formación de la oreja, o tal vez solamente
es una curiosidad de la Naturaleza?
Esperemos que todas estas ideas puedan estimular nuevas investigaciones
en el futuro.
Capítulo 2
Fundamentes científicos
de la Acupuntura
y de la Auriculcterapia
mbas técnicas se basan en el principio del reflejo, que es un principio uni-
versal fisiológico, pero que no se puede reducir solamente a la existencia
de Estímulo-reacción o la existencia del moderno concepto de un
Círculo
Regulador (Recepción de una información a través de un receptor, aferencias sen-
sitivas hacia una neurona, neurona eferente y actividad de los efectores).
Bajo el concepto de "Reflejo" se comprende hoy la respuesta ordenada del
organismo a un impulso externo o interno, que será procesado por el Sistema Ner-
vioso Central. Diferentes tipos de Reflexoterapias se realizan mediante la partici-
pación de muchas estructuras del S.N.C., sobre la base de un análisis integrativo
de la información, con utilización de una experiencia anterior y también con la
consideración de una motivación sensorial y psíquica.
Es importante para la Reflexoterapia el saber si los cambios en la función pro-
ducidos directamente por el influjo de esta información ascendente se producen
sobre la base de mecanismos determinados por la evolución a lo largo del tiem-
po, alcanzándose así un óptimo nivel de actividad. La Reflexoterapia demuestra
de esta forma un carácter de adaptación.
El mantenimiento de la Homeostasis es posible mediante informaciones espe-
cíficas de un determinado Subsistema (por ejemplo, el mantenimiento de la pre-
sión sanguínea sobre la base de señales aferentes que proceden de receptores situa-
dos en la Aorta y en la Carótida), que es un ejemplo de regulación automática.
Pero el nivel de la presión sanguínea depende de la actividad de la totalidad
del organismo, y se debe adaptar a las nuevas condiciones o necesidades. En el
mecanismo de la Homeostasis toman parte no sólo reflejos automáticos, sinp
también varios complejos mecanismos del denominado grupo de reflejos de adap-
tación. Las reacciones de un sistema fisiológico se producen a nivel del S.N.C.,
como consecuencia de las correspondientes señales aferentes.
Las informaciones o señales que utilizan la Acupuntura o la Auriculoterapia
poseen un carácter natural y absoluto. El Principio de la Somatotopía y de la Vis-
cerotopía se desprende, según la Acupuntura y la Auriculoterapia, de todas las
reacciones correctas en los correspondientes órganos internos, partes corporales y
sistemas que están ligados en primera línea con un determinado segmento cor-
poral. Tan pronto como esta información llega al plano del tronco cerebral, influi-
rá beneficiosamente sobre la regulación humoral y hormonal. Se dan también
aquí tres mecanismos básicos que tienen un valor fundamental para la Acupun-
tura y la Auriculoterapia:
1. El neural, sin ninguna duda el más importante en la periferia.
2. El neuro-humoral, que conduce a cambios del medio interno,
de los fluidos corporales.
3. El neuro-hormonal, a través de una acción sobre la Hipófisis
y las glándulas de secreción interna.
La Auriculoterapia es un método que mantiene una relación privilegiada con
el territorio del nervio trigémino, relación que comparte con otros tipos de refle-
xoterapias, y que ha sido descrita magistralmente por el Prof. JEAN BOSSY en su
fundamental obra, "Bases neurobiologiques des réfléxothérapies" Masson 1975,
de la que tomamos muchos conceptos de los que expondremos posteriormente.
Cada una de las tres ramas de este nervio es utilizada:
• El nervio oftálmico (VI) es el fundamento del diagnóstico por el iris.
• El nervio maxilar (V2) permite la realización de la reflexoterapia
endonasal o centroterapia de BONNIER.
• El nervio mandibular (V3) se halla implicado fundamentalmente
en la Auriculoterapia, como han demostrado los trabajos
de NOGIER y su grupo.
Resulta interesante mostrar cómo se integran en un mismo esquema neuroló-
gico, tal como lo expone BOSSY. "En efecto, no parece resulte lógico hablar de un
órgano o de la proyección de un órgano. El hilo conductor hay que buscarlo en
la organización segmentaria: centros primarios, raíces espinales o craneales, siste-
ma nervioso periférico, traducción periférica de la metámera."
Bases periféricas:
BOSSY expone que "similarmente a la Acupuntura, se podría encontrar
aquí la base periférica de la acción refleja en un nervio cerebro-espinal, un
plexo neuro-arterial o en la inervación de un elemento venoso. En el caso
de los elementos nerviosos puros, el circuito se dirigirá directamente hacia
el centro primario segmentario correspondiente, tomando prestado el tra-
yecto nervioso cerebro espinal. Por el contrario, si el elemento vascular es
el único, el trayecto tomará prestado el sistema neurovascular y por lo
tanto el sistema nervioso autónomo."
Circuitos neuroaxiales:
Aquí se plantea el problema de encontrar un lugar de encuentro, de rela-
ción, entre el organismo como soma y su representación a nivel trigeminal,
al desbordarse los límites del segmento. Como BOSSY ha expuesto, es la for-
mación reticular la que parece ser el substrato de ello, dado que recoge cola-
terales de las vías nociceptivas somáticas y trigeminales según una modali-
dad característica. A esto se puede añadir el núcleo motor dorsal del
neumogástrico como centro primario efector visceral.
BOSSY afirma que las vías y centros del dolor se presentan como una
serie de bucles o circuitos que permiten la filtración de los influjos noci-
ceptivos, en relación con un estado determinado de recepción establecido
por elementos supra y subyacentes.
Distingue:
a) Una etapa periférica, actuando sobre la trasducción, pero segura-
mente mucho más sobre la transmisión en la sinapsis sensitivo-dendrítica,
sea por acción humoral periférica, sea por intermedio de un circuito inhi-
bidor poseyendo un centro neuroaxial.
b) Una etapa neuraxial primaria, según la teoría del "Gate control sys-
tem" de MELZACK, con intervención de neuronas de la sustancia gelati-
nosa de Rolando, con sinapsis inhibidoras.
Hasta aquí, estas dos etapas parecen interesar poco a la Auriculoterapia,
dado que se dirigen a metámeras muy alejadas del pabellón.
c) La formación reticular mielencéfalo-póntica.
Su acción resulta esencial, puesto que es el lugar de encuentro de las
vías de origen espinal y trigeminal. Actúa sobre el filtro primario y se
encuentra bajo el control de la formación reticular mesencefálica.
d) La formación reticular mesencefálica.
Modula el efecto inhibidor de la formación reticular subyacente y acti-
va los centros tálamo-corticales.
e) Los centros tálamo-corticales.
Son puestos en acción por la formación reticular mesencefálica,
integran los influjos sensoriales, los seleccionan y les dan una tonali-
dad afectiva.
Pueden a su vez actuar sobre la formación reticular mesencefálica, como pare-
ce probable para la hipnosis y para algunos ejercicios de yoga.
Como BOSSY ha indicado, sólo la formación reticular bulbar puede explicar
las interacciones somático-auriculares que se explotan en las técnicas de la Auri-
culoterapia.
En cambio, en los fenómenos de relajación que se obtienen con la Acupuntu-
ra corporal o con la Auriculomedicina parece haber una relación con la formación
reticular mesencefálica, que si por una parte responde de la alerta talámica o cor-
tical, imprescindible para la percepción dolorosa, puede inversamente inhibir o
suprimir su componente afectiva.
TIEN añade un nivel transcomisural, que permitiría repartir bilateralmente la
información dolorosa a través de las comisuras, sobre todo del cuerpo calloso.
Las experiencias clínicas demuestran que la Auriculoterapia es apropiada para
el tratamiento de una enfermedad funcional, de estados alérgicos y del síndrome
del stress.
Para muchos pacientes, sobre todo con alergias y estados de stress, puede ser
aún más activa que otras variedades de Acupuntura. Su fundamento se halla,
sobre todo, en la inervación del pabellón auricular.
Es evidente que también desde el punto de vista de la Cibernética, tan de
moda actualmente, podríamos acercarnos al mecanismo de acción de estas
reflexoterapias.
En la vida es constante el intercambio entre Materia y Energía. Podríamos
esquematizar este intercambio con el ejemplo del envío de un telegrama.
En una estafeta de correos, el señor A va a enviar al señor B un telegrama, para
lo cuál en primer lugar rellena un formulario de telegrama (Materia), con la direc-
ción del destinatario, vía la estafeta de correos del destinatario. Se emite la infor-
mación en forma de energía eléctrica, la cuál finalmente será escrita en otro for-
mulario (Materia), y entregada al destinatario.
La Energía es esencialmente un portador de comunicación, aunque ella no va
desde A hasta B, sino más bien corre entre un ente que envía y otro que recibe,
ambos conectados entre si. O sea, que A envía o da el telegrama escrito, que B no
posee. Y B recibe lo que A le ha enviado, o sea lo que se transmite a través de las
distintas estaciones es Materia, Energía y nuevamente Materia, o sea la noticia en
un lenguaje figurado.
O sea, que contemplamos a la Materia y a la Energía como portadores de
esta noticia, lo que condiciona que el telegrafiar sea considerado de una mane-
ra aproximada como un cambio de portador, lo que implica la necesidad de una
TRANSFORMACIÓN (o de varias).
Esta imagen podría traducirse en la Acupuntura así:
Remitente; Por ejemplo, una aguja clavada.
Transformador 1; Estímulo electro-químico de las terminaciones
nerviosas libres.
Transmisión; Transmisión nerviosa.
Transformador 2; Reacción neuroquímica, por ejemplo liberación
de endorfinas.
Destinatario; Por ejemplo, los centros del dolor en el Sistema
Nervioso Central, Tálamo, Sustancia gris
periacueductal, etc.
Se puede decir que el Transformador 1 traduce la noticia de la aguja clavada
(estímulo) en una señal, y que una transmisión hasta el receptor (SNC) va a tener
lugar a través de las vías nerviosas. El Transformador 2 forma nuevamente la
señal, con lo que el receptor "comprende" la señal.
Un principiante en estas técnicas se podría sorprender si encuentra, por ejem-
plo, un punto doloroso de la zona corporal de correspondencia de la quinta lum-
bar en un cuadro de ciatalgia, mediante las técnicas de la Auriculoterapia, y el
detector de puntos le facilita la información de que es preciso usar una aguja de
oro (tonificante). El principiante ha supuesto previamente que un dolor se debe
dispersar, por lo tanto sería lógico utilizar una aguja de plata, con acción sedante.
Sin embargo, el pensamiento chino consideraría que existe un sitio pobre en
energía o vacio en energía, por lo que se puede desarrollar una enfermedad, y esta
pobreza original en energía hay que combatirla con una aguja tonificante de oro.
En nuestra manera occidental de pensar, vemos una alteración de la circulación
sanguínea local y de la nutrición, quizás bajo la forma de una hernia discal, y
podemos aceptar que aquí podría estar indicado un estímulo, como el producido
por una aguja de oro.
Los antiguos chinos ya demostraron en la elección de sus palabras un presen-
timiento de estas conexiones cibernéticas: quizás en la unión de los meridianos
principales individuales mediante los denominados Vasos Lo, entendiendo el
concepto de Lo como red. Las analogías con la red cibernética de los chips de un
computador son inmensas, cuando se representan conjuntamente todos los meri-
dianos principales y secundarios de una zona.
Ya BACHMANN, precursor de la Acupuntura en Alemania hacia los años 50,
citado por BAHR, tuvo también por primera vez en Occidente una concepción
cibernética de la Acupuntura, que expresó en su obra maestra: "La Acupuntura,
una terapia de ordenación." Aunque no llegó a establecer el concepto actual de la
enfermedad como la pérdida de la ordenación.
También la Auriculoterapia nos permite mediante sencillas técnicas de bús-
queda de puntos el descubrir una unión en forma de red funcional. Encontramos,
por ejemplo en un paciente deprimido no solamente el Punto antidepresión sino
también el Punto del Pulmón.
En la Medicina China el órgano pulmón se halla relacionado con la emoción
Tristeza o Melancolía. También encontramos esta relación en la medicina occi-
dental: Los psiquiatras americanos han informado que pacientes afectos de una
depresión mejoran inexplicablemente, sin cambiarles la medicación, cuando el
paciente comienza a ser tratado con la correspondiente estimulación del pulmón.
Ya el conocimiento popular ha establecido relaciones entre la tristeza y el híga-
do, o las preocupaciones y la vesícula biliar.
Con esto pensamos haber establecido unos fundamentos de comprensión
del mecanismo de funcionamiento de estas técnicas, aparentemente exóticas,
pero cada vez más integrables en los conocimientos que tenemos como médi-
cos occidentales.
Capítulo 3
La imagen auricular
LA CONFIGURACIÓN DEL PABELLÓN:
EL HÉLIX Y EL ANTEHÉLIX
omencemos el estudio directo del pabellón auricular, que será a partir de
ahora nuestro punto de enfoque. Si contemplamos con atención una
oreja, observaremos que está conformada a la manera de un embudo
(Figura 3-1).
C
Es innecesario decir que este embudo tiene como misión servir al propósito de
recoger y dirigir las ondas sonoras hacia el cerebro. El estudio de las ondas sono-
ras no empieza en los tímpanos, sino en realidad mucho antes. Los distintos sur-
cos e irregularidades de la oreja realizan ya una primera selección de las diferen-
tes cualidades de las ondas sonoras, que son dirigidas ordenadamente hacia el
conducto auditivo externo, donde una selección más intensa va a tener lugar, rea-
lizada por la membrana timpánica.
De ahí podemos deducir que la oreja actuaría a modo de una pantalla de radar,
capturando primeramente las ondas sonoras con sus células sensitivas, y divi-
diendo a éstas ondas en Yin y Yang.
Las ondas positivas y negativas se desplazan en un movimiento como el de las
agujas de un reloj y contrario al mismo, y a medida que se aproximan al tímpano su
giro aumenta en intensidad y son conducidas al interior, donde va a tener lugar una
posterior selección y distribución. Es verosímil que la forma, estructura y textura de
la oreja externa determinen la calidad de las ondas sonoras que puede percibir.
No le resulta fácil al principiante conocer los relieves anatómicos del pabellón.
Es fácil la confusión de zonas importantes, y por ello es posible errar en centíme-
tros en la localización de los puntos. Ello es un gran obstáculo para un método
terapéutico que debe basarse en la precisión.
Debemos recalcar la dificultad de conocer y reconocer las líneas, dimensiones,
los huecos y protuberancias de la oreja. Unas veces examinaremos el pabellón con
el paciente en posición vertical y otras acostado. Y este cambio en el ángulo de
observación nos va a obligar a una gimnasia mental más difícil de lo que parece.
El principiante tiende a buscar rápidamente la representación somatotópica,
sobrevalora la cartografía auricular y cree que le es suficiente para localizar los
puntos de correspondencia auricular refleja. Cree que todo se va a solucionar con
un atlas de puntos o una lámina de la oreja. Olvida que los puntos se hallan ínti-
mamente ligados a los relieves anatómicos de la oreja, y que sólo un perfecto
conocimiento de éstos le va a permitir su localización.
Todas las orejas son diferentes en sus proporciones relativas. Si bien están
construidas sobre un esquema idéntico, los pabellones se diferencian por varieda-
des asombrosas y singulares.
La edad tiene su papel en la modificación de las formas del pabellón, y los
años acaban por añadir a las curvas simples que se observan en los jóvenes, plie-
gues, angulaciones, e incluso modificaciones importantes en las dimensiones rela-
tivas de las diversas partes.
El pabellón presenta una cara visible, prácticamente paralela a la superficie de
la zona del cráneo en la que se inserta: es la cara externa o lateral.
Y una cara oculta, situada frente a la región mastoidea. Es la cara interna, que
a veces se denomina porción retro-auricular del pabellón.
Y desde el punto de vista funcional podemos considerar una tercera cara,
comisural, que engloba la cara externa del trago y la zona vecina de la mejilla.
La mayor parte de la oreja es libre y flotante. Su parte media y anterior está fija
a la piel del cráneo.
En su parte flotante debemos distinguir dos partes: una antero-superior, que
posee una estructura cartilaginosa, mientras que la región postero-inferior está
formada solamente por tejido adiposo, blando y ligero.
En el estudio de la cara externa apreciamos primeramente, en el centro, una exca-
vación llamada la concha, en forma de embudo, que se continúa con el conducto
auditivo externo. Viene a tener unos 20 milímetros de ancho y algo más de alto.
Alrededor de la concha se distribuyen diversos salientes: el hélix, el antehélix,
el trago, el antitrago y en su parte inferior, el lóbulo.
El hélix constituye el borde del pabellón. Nace en la cavidad de la concha, por
una extremidad adelgazada, la raíz del hélix, que divide a la concha en dos par-
tes, una superior más estrecha y de forma ovoide, y otra inferior, mucho más
grande y de forma triangular. En ésta última parte es donde se abre el orificio
externo del conducto auditivo.
Una vez salido de la concha, el hélix va a contornear en semicírculo la parte
superior de la oreja y vuelve a descender hasta la altura de la parte postero-infe-
rior de la concha, donde se termina por una extremidad afilada, la cola del hélix.
A lo largo de la mayor parte de su extensión, el hélix se repliega hacia el cen-
tro del pabellón, delimitando sobre el un canal semicircular conocido con el
nombre de canal del hélix.
El antehélix es un saliente concéntrico al hélix. Nace por delante y un poco por
encima de la cola del hélix, para dividirse en su parte superior en dos ramas que limi-
tan una depresión conocida con el nombre de fosita triangular o navicular.
El trago es un saliente en forma de lámina triangular, situado en la parte ante-
rior de la concha, un poco por debajo del hélix, del cual se halla separado por un
surco, a veces muy marcado: el surco anterior de la oreja o incisura supratráguica.
Llamamos porción retro-tragal a la parte oculta del trago, que forma como a
modo de un techo por encima del agujero auricular.
El antitrago, como su nombre indica, se yergue enfrente del trago, en la parte
postero-inferior de la concha. En la mayor parte de los casos constituye un saliente
ovoide o piriforme, cuya extremidad anterior está dirigida hacia abajo y hacia ade-
lante. Su superficie es fuertemente convexa. Por detrás y arriba, un surco transversal,
más o menos marcado según los sujetos, separa el antitrago del origen del antehélix.
Por delante y por debajo está netamente delimitado del trago por una escota-
dura profunda, cuya concavidad se dirige hacia arriba y atrás: la escotadura o inci-
sura intertráguica.
El antemuro es una región bordeada por el antehélix por detrás y por fuera y
por la concha por delante y por dentro. En muchas orejas constituye una banda
estrecha más o menos perpendicular a la concha y dispuesta en semicírculo alre-
dedor de la raíz del hélix.
Se le ha denominado antemuro porque es un verdadero muro por delante del
antehélix, al que bordea sumergiéndose en la concha.
El lóbulo de la oreja representa el quinto inferior del pabellón y sus salientes.
No es más que un repliegue de la piel, sin cartílago subyacente, de tejido graso,
situado inmediatamente por debajo de la cola del hélix, del trago y del antitrago.
Unas veces se continúa con estos diversos salientes sin ninguna línea de
demarcación y otras está separado por un surco horizontal, más o menos marca-
do según los sujetos, que se conoce con el nombre de surco supralobular.
La cara interna, posterior, es libre. Reproduce, invirtiéndolos y atenuándolos,
los repliegues de la cara externa. Por ello la convexidad correspondiente a la con-
cha está limitada por fuera por una acanaladura correspondiente al antehélix.
Señalemos, finalmente, la zona de adherencia craneal constituida por la parte
anterior de la cara interna, separada de la parte libre por el surco retro-auricular
(Figura 3-2).
LA CONCHA, PROYECCIÓN DEL ENDODERMO
Estudiemos la concha en su conjunto. Repitamos, porque es importante, su
disposición en embudo y su división transversal por el repliegue cartilaginoso que
forma la raíz del hélix, que delimita asimismo dos regiones:
• La superior, oval, o hemiconcha superior
• La inferior, triangular, o hemiconcha inferior
La región de la concha adhiere en su mayor parte al cráneo. Se halla formada
por piel y cartílago. Se halla inervada por una rama del neumogástrico, que la con-
fiere una tonalidad vegetativa, visceral. Por ello es lógico encontrar que es el refle-
jo de la zona visceral, de todo lo que es de origen endodérmico.
Por lo tanto exclusivamente en la concha vamos a encontrar la proyección de
los órganos de origen endodérmico.
En general, la hemiconcha superior va a soportar las proyecciones de las vis-
ceras abdominales y la inferior la de los órganos torácicos, excepto la del corazón,
que por ser de origen mesodérmico, se nos va a proyectar en la parte alta, flotan-
te, del pabellón.
Análogamente va a ocurrir con la proyección del parénquima renal, también
de origen mesodérmico, que va a encontrar su proyección en la parte alta del
repliegue del hélix.
El abdomen se va a proyectar a nivel de la raíz del hélix y de la hemiconcha
superior. Allí se proyectarán el estómago, la vesícula biliar, el páncreas, el hígado
y la vejiga.
Las vías aéreas superiores y los pulmones se proyectan en la hemiconcha
inferior.
Entre los dos grupps de proyecciones se sitúa el diafragma.
Esta zona es también el asiento de importantes correspondencias del Sistema
Nervioso Vegetativo: el núcleo reflejo del Vago se proyecta sobre el borde poste-
rior del agujero auricular, mientras que encontramos la proyección del Simpático
a nivel del borde de la concha y del antemuro.
La interacción entre Vago y Simpático nos va a dar en la concha los puntos
correspondientes a los distintos plexos y entre ellos y como punto muy impor-
tante, el correspondiente el Plexo Solar, el llamado Punto Cero.
EL HÉLIX Y EL ANTEHÉLIX,
PROYECCIÓN DEL MESODERMO
Como ya hemos visto, el hélix parte de la concha a nivel de su parte poste-
ro-inferior: la raíz del hélix.
Integrado por la rama ascendente, la rodilla, el cuerpo y la cola, situada por
debajo del tubérculo de Darwin, rodea el pabellón de un modo circular.
La parte mesodérmica del organismo está en relación con esta región del pabe-
llón inervada por el trigémino. La tercera rama de este par craneal se distribuye
por la raíz del hélix, la rodilla del hélix, el cuerpo del hélix, el antehélix y una
parte del antitrago.
A nivel de la rama ascendente del hélix encontraremos las localizaciones de los
órganos genitales y del riñon, ésta última situada algo más por encima.
El antehélix, proyección de la columna vertebral, sobrevuela la concha y des-
cendiendo viene a terminarse a nivel de una formación en forma de pera, el anti-
trago, donde se proyectan los huesos del cráneo. Entre el antehélix y el hélix
queda delimitada una depresión que en cierta forma recuerda una barca, la esca-
fa, donde se proyecta el miembro superior.
Por lo tanto, entre el hélix, el antehélix y la zona que delimitan, se encuentra
la proyección del sistema de relación: los miembros, las articulaciones, la colum-
na vertebral, las costillas, pero asimismo el corazón, cuyas proyecciones más
importantes, las motoras, se proyectan sobre la parte interna del pabellón.
EL LÓBULO Y LA COLA DEL HÉLIX,
PROYECCIÓN DEL ECTODERMO
El tubérculo de Darwin constituye la frontera entre dos zonas de inervación
diferente. Por encima del tubérculo de Darwin, la rama ascendente, la rodilla y el
cuerpo del hélix pertenecen a la zona de inervación trigeminal, de tonalidad
ortosimpática.
Por debajo del mismo, la cola está inervada por el Plexo Cervical Superficial.
El lóbulo prolonga la cola del hélix. Estas dos regiones, carnosas, carecen de
cartílago interno.
Todos los tejidos orgánicos que son de origen ectodérmico van a proyectar-
se en las zonas del pabellón que no son inervadas ni por el Neumogástrico ni
por el Trigémino.
El Plexo Cervical va a ser el responsable de la inervación del lóbulo y de la cola
del hélix en su práctica totalidad, aunque es muy verosímil que puedan existir
otras ramificaciones nerviosas con destino al lóbulo y al trago.
Aquí encontramos las localizaciones del Sistema Nervioso Central: el encéfalo,
el tronco cerebral, la médula y el conjunto de los tegumentos cutáneos. Estos últi-
mos se proyectan a lo largo del borde del pabellón de la oreja.
EL TRAGO, PROYECCIÓN DE LAS COMISURAS
Y DE LA FORMACIÓN RETICULAR
El trago, especie de opérculo triangular que sirve de protección a la entrada del
conducto auditivo externo, se halla situado en posición opuesta al antitrago, del
que se halla separado por una profunda incisura, la escotadura intertráguica.
A veces otra escotadura, que en algunos pacientes es incluso bilobulada, lo
separa de la raíz del hélix. Su inervación es compleja y aún no está definitiva-
mente aclarada.
La cara externa del trago corresponde a la porción del Sistema Nervioso Central
que reúne entre si los dos hemisferios cerebrales: las fibras interhemisféricas que inte-
gran las diversas comisuras y entre ellas como la más importante, el cuerpo calloso.
En la parte interna del trago, o sea la que mira hacia el agujero auricular, se
proyecta una organización nerviosa muy primitiva tanto onto como filogenética-
mente, la formación reticular.
Ya hemos visto que entre el lóbulo y la cola del hélix representan en su totali-
dad al resto del Sistema Nervioso Central y periférico.
INERVACIÓN DEL PABELLÓN (Figura 3 3)
Puesto que la inervación constituye
la base teórica para la terapia refleja por
la oreja y la existencia de una respuesta
rápida, que a veces tiene lugar en cues-
tión de segundos, deberemos deducir
que nuestra terapéutica se basa en fenó-
menos reflejos.
Incluso es una opinión muy extendi-
da que la terapia auricular sólo alcanza
resultados positivos cuando se produce
un efecto inmediato tras la colocación
de las agujas.
No ha terminado aún la investiga-
ción sobre la embriogénesis y por tanto
de la inervación del pabellón. Son varios
los investigadores como BOSSY,
NOGIER, BOURDIOL y otros muchos,
los que están empeñados en profundizar
en estos aspectos.
Es muy posible que la clarificación definitiva de la situación neuro-anatómica
de la oreja pueda descubrir totalmente el mecanismo desencadenado por la esti-
mulación del pabellón.
Es una opinión extendida entre todos los anatomistas que el pabellón está
inervado por tres nervios: el Vago, el Plexo Cervical Superficial y el Trigémino.
1) Ramo auricular del nervio vago
Representa una rama sensitiva de la zona de inervación vagal de la cabe-
za. Sirve para la totalidad de la concha, pero sin respetar sus límites nor-
males. De este modo su inervación se mantiene a distancia del antehélix y
del antitrago, dejando libre también el ángulo antero-superior de la hemi-
concha superior.
2) Nervio auricular mayor
Procedente del Plexo Cervical Superficial, inerva la porción poste-
ro-mediana del hélix y el lóbulo, por debajo del surco subantitragal.
Según NOGIER, el lóbulo quedaría inervado por el Glosofaríngeo.
Esta hipótesis se basa en el hecho embriológico de que el IX par es el
nervio correspondiente al tercer arco branquial, quedando entre el área
del nervio Trigémino (primer arco branquial) y la segunda rama del
nervio facial (segundo arco branquial) por una parte, y el décimo par
(cuarto arco branquial), por la otra, representados todos ellos en el
pabellón.
3) El nervio aurículo-temporal
Del Trigémino, inerva el resto del pabellón. Es decir, la rama ascenden-
te del hélix, la porción anterior del hélix hasta el límite de inervación con
el Plexo Cervical, la fosa triangular, la escafa, el antehélix, el antitrago y el
borde de la concha libre de la inervación por el Vago.
Debido a esta inervación abundante existen en el pabellón nexos
importantes con el Sistema Cerebro-espinal, ampliados aún más por enla-
ces con el Sistema Nervioso Autónomo.
Cualquier estímulo que alcance al pabellón se servirá de estas vías y de
los mecanismos córtico-viscerales.
VASCULARIZACIÓN DEL PABELLÓN (Figura 3 4)
A) Arterias
La vascularización del pabellón auricular está asegurada por la arte-
ria temporal superficial y las ramas auriculares posteriores de la caróti-
da externa.
B) Venas
Las venas de la oreja desaguan o bien en la vena temporal superficial las
de la parte anterior, o en la vena yugular externa y la vena mastoidea, las
de la parte posterior.
Q Linfáticos
Existen tres grupos de linfáticos en la oreja:
Grupo anterior; desaguan en los ganglios linfáticos pretráguicos.
Grupo posterior; desaguan en los ganglios linfáticos mastoideos
y auriculares posteriores.
Grupo inferior; desembocan en los ganglios linfáticos parotídeos.
LOS TRES TERRITORIOS DE LA OREJA
Como corolario de lo anteriormente
expuesto, vemos aparecer en el pabellón
de la oreja una imagen coherente y per-
fectamente organizada (Figura 3-5).
Puede dividirse la totalidad de la
superficie de la cara externa del pabellón
mediante una línea que partiendo del
Punto Cero pase a lo largo del eje central
de la raíz del hélix, para alcanzar el borde
del pabellón, sin que afecte a la región de
la concha, en tres territorios diferentes.
De ellos, el territorio 1 se extiende
por la parte anterosuperior del pabellón
y parte de la depresión escafoide y de la
cola del hélix hasta la línea limitante.
El territorio 2 se corresponde exac-
tamente con los límites de la depresión
de la concha.
Y el territorio 3 corresponde al anti-
trago, lóbulo y partes de la cola del hélix
y del istmo del pabellón situadas por
debajo de la línea divisoria.
C
ada uno de estos tres territorios va a
ser el soporte de las proyecciones de los distintos sistemas derivados de las tres
hojas embrionarias: Ectodermo, Mesodermo y Endodermo. Y así en la llamada
Fase Fi 1, la más conocida y utilizada, el territorio 1 soportará los derivados meso-
dérmicos, el 2 los endodérmicos y el 3 los ectodérmicos. Relación que se modifi-
cará en las otras dos Fases principales, la Fase Fi 2 y la Fi 3.
LA CARTOGRAFÍA REFLEJA DE LA OREJA
Al contemplar una imagen de la cartografía auricular, la primera pregunta que
nos viene a la mente es: ¿Qué métodos se han seguido para determinar la relación
entre una zona corporal y un punto determinado de la oreja?
Han sido diferentes los métodos empleados en esta investigación, y el
empirismo de los primeros tiempos fue compensado por la multiplicidad de
los ensayos realizados.
El Dr. NOGIER en sus investigaciones recorrió las siguientes etapas:
1) Método racional
El descubrimiento básico de NOGIER, relacionado con el antehélix y
su correspondencia con la columna vertebral, mostró la evidencia de que
existía un orden lógico de correspondencia íntimamente ligado a la
forma del pabellón. Así se pudieron establecer relaciones de contigüidad,
razonar en función de las estructuras vertebrales y tener en cuenta una
cierta metamerización.
2) Correspondencia patológica
En un segundo tiempo, una búsqueda sistemática de los dolores verte-
brales o de los miembros, permitió verificar y precisar a nivel del pabellón
los puntos correspondientes.
Un elemental dispositivo, el palpador a presión, constituyó el instru-
mento cuotidiano de investigación para determinar puntos nuevos en rela-
ción con una región determinada.
3) Pruebas terapéuticas
En un tercer tiempo, los puntos así detectados deberían demostrar su
eficacia, suprimiendo el dolor o el trastorno causal del órgano supuesta-
mente en correspondencia.
4) Confirmación eléctrica
El detector electrónico, del que nos ocuparemos ampliamente más ade-
lante, suministró datos preciosos, añadiendo una calidad objetiva a lo que
hasta entonces era una investigación eminentemente subjetiva.
5) Las observaciones singulares
Se trata de enfermos presentando una sensibilidad especial, y que se
encuentran en un estado tal, que la simple palpación de los puntos auri-
culares genera un dolor difuso en la región periférica correspondiente.
Frecuentemente, el punto auricular mismo se encuentra como insensi-
ble. Si hacemos pasar por el punto una ligera corriente eléctrica, el fenó-
meno desaparece. El punto en la oreja se muestra sensible, y el enfermo se
encuentra aliviado.
6) Las pruebas experimentales
Se han desarrollado métodos muy sofisticados de excitación periféri-
ca, algunos muy útiles como la estimulación por campos magnéticos fre-
cuenciales.
Para la descripción de la cartografía se hace preciso primeramente
localizar unos puntos básicos, para a partir de ellos poder describir la
situación de otros menos definidos.
Todo en el pabellón se estructura alrededor del antehélix, proyección de
la columna vertebral y por ello nuestro primer objetivo será determinar
con la máxima precisión cada parte del antehélix que se corresponda con
las vértebras cervicales, dorsales, lumbares y sacras.
Estos elementos se pueden definir fácilmente y en un segundo tiempo
es posible la localización exacta de cada vértebra. En estas condiciones, el
arco de círculo que representa el antehélix se define por la vértebra corres-
pondiente.
Ahora deberemos conocer un punto que se encuentra en la concha, a nivel de
la raíz del hélix, allí donde el hélix sale de la concha, un poco antes de que su
relieve se ensanche en un repliegue.
Este punto, llamado el Punto Cero, se encuentra también en la unión del
reborde supero-externo del trago con la línea de la cresta de la raíz del hélix. Este
punto generalmente se muestra sensible a la presión del palpador y se detecta
muy fácilmente con cualquier dispositivo eléctrico de detección, así como con un
aparato especialmente diseñado por NOGIER y al que bautizó con el nombre de
"palpador de estribo."
Este Punto Cero le vamos a considerar como el centro de una circunferen-
cia, cuyo arco de círculo sería el antehélix, y nos va a permitir definir cada radio
que de el parta con el nombre de la vértebra que atraviese, llegando hasta el
borde de la oreja.
Así dispondremos de un sistema de identificación de los puntos de la oreja,
que será completado con las referencias a los diversos salientes del pabellón.
Capítulo 4
Alguna* proyecciones importantes
LA PROYECCIÓN DE LA COLUMNA VERTEBRAL
ara un perfecto conocimiento de
la proyección auricular de la
columna vertebral nos será preci-
so determinar con precisión la localiza-
ción del atlas, la primera dorsal, las char-
nelas dorsolumbar y lumbosacra, así
como el coxis. Para ello nos será de utili-
dad el fijarnos en los cambios del radio de
curvadura del antehélix, e incluso en las
modificaciones de forma en sus diferentes
etapas, más redondeada en ciertos sitios,
más ancha y aplanada en otros.
P
La columna vertebral se proyecta
sobre la porción más anterior de la raíz
inferior y el cuerpo del antehélix. Su
proyección se extiende desde la incisu-
ra post-antitragal (proyección del atlas),
hasta la porción más anterior de la raíz
inferior del antehélix, que queda
cubierta por la porción ascendente del
hélix -proyección del hueso coxis-,
(Figura 4-1).
Las zonas reflejas de los diversos sectores de la columna vertebral se pueden
determinar de modo muy exacto. Las delimitaciones entre la columna cervical y
la torácica, así como las que existen entre ésta y la columna lumbar, están consti-
tuidas por incisuras transversales en el borde del antehélix.
Estas incisuras o ranuras, que son ape-
nas visibles, se pueden localizar de modo
muy sencillo mediante un instrumento
llamado por NOGIER "palpador de estri-
bo." Si pasamos este aparato por encima
del borde libre del antehélix, se queda
enganchado inevitablemente en estas
incisuras, si ejercemos una ligera presión.
Y así se pueden delimitar los diversos sec-
tores de la columna vertebral (Figura 4-2).
Pero incluso en una simple inspección
es posible distinguir los diversos sectores
en cuanto a diferencias en el sentido de la
forma. Así se ve claramente que los radios
de curvatura de los diversos sectores ver-
tebrales en el antehélix son distintos. El
radio de la proyección de la columna cer-
vical es claramente menor que el de la columna
dorsal.
También la sección topográfica del antehé-
lix muestra una clara modificación en los dis-
tintos sectores. De acuerdo con la idea básica
de NOGIER, de considerar al pabellón como
algo similar a la figura de un feto invertido,
encontraremos la proyección de la columna
cervical en la parte inferior, y la lumbar en la
par e superior del antet hélix (Figura 4-3).
Proyección de la Columna Cervical
Se proyecta sobre el sector inferior del cuerpo del antehélix, y tiene una posi-
ción aproximadamente vertical. La sección topográfica muestra aquí un radio más
bien pequeño. Su principio está limitando con el antitrago, correspondiéndose
con la incisura post-antitragal, donde se proyecta la articulación atlanto/occipital.
La tercera vértebra cervical se proyecta sobre una intersección del antehélix
con una línea que representa la prolongación de la raíz del hélix.
Un poco por encima del cruce de la raíz del hélix con el antehélix, y limitada
por arriba por una incisura detectable con el estribo, se encuentra la localización
de la séptima cervical. A su nivel, el antehélix cambia su forma redondeada para
ensancharse. Al mismo tiempo podemos apreciar un ligero cambio del arco de
curvadura, que se hace más grande.
Las vértebras intermedias se localizarán dividiendo la porción de antehélix
limitada entre Cl y C7 en siete partes iguales.
Proyección de la Columna Dorsal
La mayor parte de las vértebras dorsales corresponden al borde ensanchado del
antehélix. El rodete que formaban las cervicales se ha borrado y deja el sitio a una
superficie curva de mayor radio.
Lo mismo que se había encontrado una escotadura en el antehélix, que marcaba
el comienzo de la columna cervical, existe otra que marca el límite con las lumba-
res, a la vez que notamos una modificación del borde, que de redondeado pasa a ser
aplastado, mientras que orienta su curvadura hacia la parte posterior del pabellón. A
nivel de este cambio de curvadura es donde podemos fijar el límite de las dorsales.
Proyección de la región lumbar
Esta zona se proyecta sobre la raíz inferior del antehélix.
Después del surco que marca la charnela tóraco-lumbar, se dirige el borde libre
del antehélix directamente hacia adelante, adoptando un curso prácticamente hori-
zontal. Al mismo tiempo el borde adquiere unos cantos extremadamente afilados.
El final de la región lumbar queda marcado por otra ranura, fácilmente locali-
zable, que corresponde a la articulación lumbo-sacra, situada a la altura de la
intersección del borde de la raíz ascendente del hélix.
Proyección del sacro y del coxis
Están cubiertos en proporciones iguales completamente por la raíz ascenden-
te del hélix, en la porción delantera de la raíz inferior del antehélix. Para poder
examinar adecuadamente esta zona, hay que inclinarla hacia atrás.
Proyección de las estructuras paravertebrales
Debemos al grupo de Lyon, dirigido por el Dr. NOGIER, el haber profundiza-
do en el estudio de las estructuras paravertebrales (Figura 4-3).
La proyección de la mitad homolateral del cuerpo vertebral, con su apéndi-
ce transversal, está sobre la punta del borde libre del antehélix, mientras que el
disco intervertebral debe buscarse en aquella parte del antehélix que continúa
después de aquella localización, en dirección hacia la concha, que recibe el
nombre de antemuro.
Detrás del borde del cuerpo del antehélix y de la raíz inferior del mismo,
es decir, hacia la escafa o la fosa triangular, se encuentra la zona refleja de los
ligamentos y músculos paravertebrales. En el área de la columna cervical se
hallan también los vasos y nervios más superficiales del cuello. Esto nos per-
mitirá tratar a este nivel las afecciones del aparato ligamentario o muscular,
como el lumbago.
En el área cervical será interesante explorar esta zona en las neuralgias cérvico
bra s por rigidez muscular para-quiales, así como en los dolores de cabeza causado
vertebral, que suelen irradiar desde la nuca hacia la frente.
El reborde del antehélix se halla suspendido sobre la concha, y se halla
separado de ésta por una zona, ya vertical a nivel de las cervicales, ya oblicua
a nivel de las dorsales, quizás como a modo de un techo a nivel de las
lumbo-sacras.
Esta banda estrecha, que une el antehélix a la concha es el lugar reflejo del
paquete vásculo-nervioso que se encuentra en el canal raquídeo o en sus inme-
diaciones. Allí se proyectan los nervios sensitivos, vasomotores, las arterias, venas
y linfáticos.
Todo este conjunto de vasos y nervios se encuentra concentrado más bien
en o por la pared della zona de contacto con la concha, en el codo formad
antehélix y la concha. Esta zona se ha denominado la canaleta del paquete
vásculo-nervioso.
A nivel de la zona de transición entre el antehélix y la concha encontra-
mos también la proyección del sistema simpático paravertebral. Ocupa el
territorio de la concha que permaneció libre de la inervación vagal, y desde
esta zona se puede influir sobre las perturbaciones neurovegetativas que sur-
gen por ejemplo a consecuencia de un bloqueo vertebral, o en el síndrome del
láti ísticos, o en casos de migra-go, tan frecuente en los accidentes automovil
ña cervical.
LA PROYECCIÓN DE LAS EXTREMIDADES SUPERIORES
Esta zona refleja ocupa todo el espacio situado entre la raíz superior del ante-
hélix y el hélix, cubriendo toda la escafa o corredera del hélix (Figura 4-4).
No deberemos esperar una representación proporcional al tamaño de los seg-
mentos del miembro superior, ya que el tamaño del área de proyección está en
relación con el número de receptores. Cuanto mayor sea el número de movi-
mientos individuales que pueda realizar un músculo, tanto mayor es su proyec-
ción cortical y auricular.
Así ocurre con el pulgar, cuya proyección en la oreja va paralela a la raíz supe-
rior del antehélix, desde el repliegue del hélix hasta la altura del ángulo de la fosa
triangular (proyección de la articulación de la muñeca).
Los otros dedos están en posición posterior al pulgar, quedando las puntas de
los dedos en la parte superior de la escafa, cubiertos por el repliegue del hélix. La
totalidad de la mano se puede situar entre los radios D7 a D12.
La muñeca se encuentra, como hemos indicado anteriormente, a la altura del
ángulo de la fosa triangular, sobre el radio D7.
El codo deberá buscarse a la altura de la raíz inferior del antehélix, sobre el
radio D5.
Los tegumentos inervados por el braquial cutáneo interno y el cubital se ado-
san a la cola del hélix. Los inervados por el músculo-cutáneo y el radial se apoyan
sobre el borde posterior del cuerpo del antehélix.
La cintura clavicular debe localizarse a nivel de la séptima cervical y primera
dorsal. La proyección del húmero, situada en el fondo de la canaleta del hélix, se
extiende de C7 a D5. El hombro y la región deltoidea, inervada por el circunfle-
jo, convergen en un punto hundido en la profundidad del surco terminal de la
corredera escafoide, sobre el radio C7.
Entre las localizaciones de la muñeca y del codo se encuentra la proyección del
antebrazo, ocupando el radio su porción anterior y el cubito la posterior.
La enorme proyección del pulgar y de la mano en la canaleta escafoide nos
demuestra claramente que son los captores propioceptivos los que se proyectan a
nivel auricular, y no el sistema muscular propiamente dicho.
Es decir, que a este nivel detectaremos bien sea las afecciones óseas, articula-
res, ligamentarias, del miembro superior, así como las polineuritis (proceso de pre-
dominancia distal), carenciales, tóxicas o degenerativas, incluso las polirradículo-
neuritis, pero en ningún caso las radiculopatías, que se hallan bajo la dependencia
del antehélix.
Subrayemos algunas indicaciones: Las rizartrosis del pulgar se benefician
frecuentemente de un tratamiento realizado sobre la cresta de la aurícula, justo sobre
una horizontal que pasa por el vértice de la fosita triangular (punto coxo-femoral).
Las sinovitis mecánicas responden notablemente a la acción terapéutica reali-
zada sobre la mitad postero-superior del pabellón. En cambio, es ilusorio el trata-
miento de las parestesias secundarias a la constitución de un síndrome del túnel
del canal carpiano.
Igualmente aunque la epicondilitis se calma inmediatamente por la coloca-
ción de una aguja, o mejor aún por la aplicación durante unos minutos de un
débil campo magnético sobre el punto del codo, en el fondo de la canaleta, sobre
el radio D5, la recidiva es la regla en caso de alteración del pequeño menisco
húmero-radial de Tillaux.
En cambio, en las tendinitis a veces se es testigo de recuperaciones inespera-
das y notablemente rápidas de capsulitis, incluso retráctiles. Y a veces se pueden
ver restituciones radiográficas inexplicables en casos de omartrosis.
Las diferentes subluxadones, sea de la primera costilla, sea de las articulaciones
acromio-claviculares o esterno-claviculares exigen siempre el concurso de la técnica
manipulativa que el tratamiento auricular puede completar e incluso facilitar.
LA PROYECCIÓN DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES
La localización refleja del miembro inferior es la fosa triangular. Así se encuen-
tra el dedo pulgar del pie en la parte superior y posterior de la fosa, en sentido de
la raíz superior del antehélix, exactamente enfrente de la proyección del pulgar de
la mano. Los otros dedos del pie se unen hacia adelante, de modo que el meñique
queda por debajo de la rama ascendente del hélix, en la parte anterior de la fosa
triangular (Figura 4-4).
Los talones y las pantorrillas están en el cuarto anteroinferior de la fosa. El
talón queda localizado cerca del antehélix, a la altura del sacro.
Para poder encontrar esta localización hay que doblar la parte ascendente del
hélix, ya que el punto está justamente por debajo del mismo.
El tobillo se encuentra por encima y algo por detrás de la localización del
talón. El maleólo interno queda algo por debajo, a la altura de la quinta vértebra
lumbar, y el externo más arriba, a la altura de la proyección del sacro.
Lo más fácil de localizar es la proyección de la rodilla. Se encuentra en el cen-
tro de la fosa triangular. Este punto nos puede servir de referencia para la locali-
zación de la tibia, peroné y fémur. Respecto al punto de la rodilla, la zona de la
tibia se sitúa en la parte antero-superior, el peroné en la anteroinferior, y el fémur
en la parte postero-inferior.
La articulación de la cadera ocupa la punta de la fosita triangular. Algo por
delante de ella se proyecta la musculatura glútea. Y en el centro del trayecto mus-
culatura glútea-talón se encuentra la zona que corresponde al nervio ciático.
Como hemos visto, la parte anterior y superior de la fosita, bajo el reborde
auricular, es eminentemente podológica, y a su nivel se detectarán los trastornos
originados por los circuitos oscilantes o reverberantes que parten de los captores
plantares, estudiados por la escuela de BOURDIOL.
Justo por detrás de la rodilla del hélix se sitúa el Punto Maestro de las Talalgias,
mucho más frecuentemente ligadas a una aponeurositis plantar que a la espina
calcánea, inconstante. En la parte alta de la fosita, sobre la cresta de la aurícula, se
localiza el primer radio interno. Es muy seguro que a su nivel se puedan aliviar y
frecuentemente de una manera duradera los dolores relacionados con un hallux
valgus o una, crisis de gota.
Las dos vertientes de la fosita triangular nos explican, la inferior de topografía
longitudinal sacra los éxitos de las cauterizaciones primitivas en las ciatalgias, así
como en las contracturas de la musculatura lumbar. Y la superior, proyección de
las ramas anteriores del plexo lumbar, nos permite la corrección de los trastornos
vasculares del miembro inferior, aunque también podemos actuar eficazmente
sobre las meralgias parestésicas o las cruralgias.
El vértice de la fosita es un centro importante: De una parte, representa la
articulación coxo-femoral y por ello su interés en el tratamiento de la
coxartrosis es evidente.
Y por otra parte, la articulación sacro-ilíaca y la sínfisis púbica la bordean.
En toda esta zona de la fosita se pueden encontrar, según la concepción de
BOURDIOL puntos particulares que rigen de una parte el equilibrio muscular, y
de otra parte el equilibrio vegetativo, puesto que conocemos bien las interferen-
cias entre estos dos sistemas subcorticales.
LA PROYECCIÓN DE LOS ÓRGANOS TORÁCICOS (Figura 4-5)
Proyección del corazón
Se encuentra a la altura de la zona de proyección de las vértebras dorsales cuar-
ta y quinta, sobre la porción posterior del cuerpo del antehélix, correspondiendo
a la región de las costillas segunda hasta la quinta. Aquí encontraremos puntos
activos en casos de angina pectoris.
La zona relacionada con la regulación vagal
del corazón
En la zona inmediatamente posterior, y a la altura del cuarto inferior del agu-
jero auditivo externo, y situado a unos dos o tres milímetros del borde del mismo,
hay un punto extraordinariamente vital. Siempre se le debe de pinchar con exqui-
sito cuidado, debido al peligro de colapso.
El área del plexo cardíaco se corresponde más bien con las molestias cardíacas
funcionales y podría representar la zona refleja del seno carotídeo.
La localización de la proyección de las visceras torácicas, con la excepción del
corazón, se encuentra en la hemiconcha inferior y precisamente sobre el sector
vertical de la misma.
Pero hacia la raíz del hélix queda libre una pequeña banda, donde se proyec-
ta el esófago.
Según las ideas de NOGIER, las áreas de proyección que se apoyan sobre la raíz
del hélix corresponden a los mismos órganos, mientras que las zonas en la peri-
feria deben atribuirse a la inervación vegetativa de estos órganos.
Una posible causa de la duplicidad de los lugares reflejos de un órgano en la
concha puede deberse tal vez a lo característico del sistema nervioso autónomo.
Las diferencias en el mecanismo de conexión entre las fibras pre y postganglio-
nares del sistema simpático y el parasimpático pudiera dar lugar a este respecto a
una explicación neuroanatómica.
También se encuentra una concordancia neuroanatómica en los estudios de
BOSSY sobre la inervación de la concha. Según este autor, la inervación vagal no
va hasta el borde extremo de la concha, sino que deja libre una banda estrecha
(sobre la que se proyecta el tronco del simpático). La proyección de las visceras se
encuentra dentro de la zona vagal.
Proyección de las vías respiratorias (Figura 4-5)
La zona de la laringe
Está situada en el tercio inferior del borde agudo del orificio auditivo.
En este área pueden encontrarse puntos en casos de modificaciones de la
estructura de la laringe, ronquera debida a la inflamación de las cuerdas
vocales y en las disfagias.
En el límite superior de este área, hacia el centro del borde del meato,
hay un punto que da buenos resultados en casos de ansiedad. Este área
deberá estimularse sobre todo en artistas que sufran de "miedo a las candi-
lejas" o en caso de estudiantes afectos de miedo ante los exámenes.
Proyección de la tráquea
Continúa en sentido posterior la zona refleja de la laringe y de las cuer-
das vocales.
Proyección de los pulmones
Este área cubre casi toda la superficie vertical de la hemiconcha inferior.
Dentro de su zona se activan puntos en los casos de procesos pulmonares,
pero también en estados broncoespásticos.
La iratoriozona relacionada con el automatismo resp
Según NOGIER, se encuentra a la altura del cuarto más inferior del
borde del agujero auditivo, un poco por detrás y por encima de la zona de
la regulación cardíaca. Esta zona es eficaz en toda clase de enfermedades y
molestias asmáticas.
La zona del plexo bronco-pulmonar
Queda aproximadamente a dos o tres milímetros por debajo del punto
final del plexo solar, en el centro de la raíz del hélix. Se halla situada en la
porción superior de la hemiconcha inferior, y despliega su eficacia incluso
en estados broncoespásticos.
Capítulo 5
La proyección auricular
del tracto digestivo
y otras estructuras importantes
LA PROYECCIÓN AURICULAR DEL TRACTO DIGESTIVO
ientras que la cartografía refleja en la fosa triangular, la escafa y el ante-
hélix, así como en la hemiconcha inferior, resultan claras, se han
encontrado dos localizaciones reflejas distintas para los órganos
del
tracto digestivo, en cuanto a su localización (Figura 5-1).
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El desafío de la auriculoterapia.

  • 1. El desafío de la Auriculoterapia E1 Hombre reflejado en su oreja Dr. Victorino Martínez Figuereo
  • 2. Índice Presentación xi Capítulo 1 • Concepto de la Auriculoterapia y de la Auriculomedicina 1 Justificación de la Auriculoterapia 1 Concepto de la Auriculoterapia 2 Antecedentes históricos 3 Diferencias entre la Auriculoterapia y la Acupuntura clásica china 10 La representación somatotópica en el pabellón: La Embriología como justificación de la Auriculoterapia 11 Capítulo 2 • Fundamentos científicos de la Acupuntura y de la Auriculoterapia 17 Capítulo 3 • La Imagen auricular 23 La Configuración del pabellón: El Hélix y el Antehélix 23 La Concha, proyección del Endodermo 27 El Hélix y el Antehélix, proyección del Mesodermo 27 El Lóbulo y la cola del hélix, proyección del Ectodermo 28 El Trago, proyección de las Comisuras y de la Formación Reticular 29 Inervación del pabellón 29 Vascularización del pabellón 30 Los tres territorios de la oreja 32 La Cartografía refleja de la oreja 32
  • 3. Capítulo 4 • Algunas proyecciones importantes 35 La proyección de la columna vertebral 35 Proyección de la Columna cervical Proyección de la Columna Dorsal Proyección de la región lumbar Proyección del sacro y del coxis Proyección de las estructuras paravertebrales La proyección de las extremidades superiores 39 La proyección de las extremidades inferiores 41 La proyección de los órganos torácicos 42 Proyección del corazón La zona relacionada con la regulación vagal del corazón Proyección de las vías respiratorias La zona de la laringe Proyección de la tráquea Proyección de los pulmones La zona relacionada con el automatismo respiratorio La zona del plexo bronco-pulmonar Capítulo 5 • La proyección auricular del tracto digestivo y otras estructuras importantes 45 La proyección auricular del tracto digestivo 45 Proyección de la Rinofaringe Zona relacionada con el sentido del gusto El Esófago El Estómago El Duodeno El Intestino Delgado El Colon El Hígado La Vesícula Biliar El Páncreas Estudio de la proyección auricular de las vías endocrinas 49 El Punto de las Gonadotrofinas El Punto ACTH El Punto TSH El Punto de la Prolactina El Punto de la Hormona Somatotropa La Región del Antemuro El Tiroides La Paratiroides El Timo La Mama El Páncreas endocrino Las Glándulas Suprarrenales La región de la rama ascendente del hélix La proyección del tracto urinario 53 El Riñón La Vejiga urinaria Las proyecciones del sistema genital Las proyecciones del sistema nervioso central 55 Parte especial 56 Proyección del Telencéfalo Zona correspondiente al lóbulo frontal Zona correspondiente al córtex límbico Cerebro olfatorio El cerebro sexual El cerebro mnésico El cerebro reaccional La zona del lóbulo occipital La zona del cerebelo La zona del nervio trigémino Capítulo 6 • La proyección del sistema Neurovegetativo 61 Recuerdo anatómico 61 El Simpático y el Parasimpático 62 El Simpático El Ganglio Cervical inferior o ganglio estrellado El Parasimpático El Parasimpático cefálico El Vago o Parasimpático somático El Parasimpático pélvico
  • 4. Capítulo 7 • La consulta y el examen en auriculoterapia 65 Instrumentos y aparatos utilizados en la Auriculoterapia 65 El Punto y sus correlaciones 67 La detección del punto 69 La inspección La búsqueda mecánica de los puntos: El palpador a presión La búsqueda eléctrica de los puntos Los detectores diferenciales Procedimiento práctico en la búsqueda de puntos 75 El Diascope 76 El Servoscope 77 El Neuralstif de la casa Svesa 77 Fuentes de error en la comprobación eléctrica de los puntos 78 La presión de aplicación El ángulo de aplicación El ajuste del potenciómetro de sensibilidad El cambio de las pilas Capítulo 8 • El desarrollo de la sesión de auriculoterapia so La anamnesis y su valor 81 El examen clínico 82 La inspección del pabellón 82 Duración de la sesión 83 Frecuencia de las sesiones 83 La reacción del paciente 83 El tratamiento de los puntos detectados en el pabellón 85 El Masaje en la Auriculoterapia Las Agujas: Técnica de su utilización Tiempo que deben permanecer colocadas las agujas Inserción exacta de las agujas Limpieza y esterilización de las agujas Moxibustión y cauterización Estimulación luminosa. El Láser Tratamiento eléctrico Combinación con otros tipos de terapia Indicaciones y contraindicaciones de la Auriculoterapia 92 Indicaciones de la Auriculoterapia Auriculoterapia utilizada para corregir trastornos funcionales y para estimular funciones orgánicas Auriculoterapia en el tratamiento de las alergias Auriculoterapia para el alivio de trastornos psíquicos Contraindicaciones relativas y absolutas de la Auriculoterapia Capítulo 9 • El RAC 96 El RAC 96 Etapas en el conocimiento del RAC 104 Percepción del RAC 104 Variaciones en el curso del RAC de la forma del pulso 105 Práctica del RAC 106 Para regular el RAC 107 Capítulo 10* Los filtros 109 Generalidades 109 Los Filtros de colores 111 Utilización de los Filtros coloreados 111 Los Filtros test 114 "" Manera de medir el grado de toxicidad 115 Colocación de los filtros sobre la piel 115 Diagnóstico bajo cobertura de filtro 116 Tratamiento bajo cobertura de filtro 116 Jerarquía de los filtros 116 Capítulo 11 • El test de medicamentos y su empleo en auriculomedicina ns El test de medicamentos 118 Los fenómenos de la polarización 122 El test de medicamentos mediante el filtro polarizador 124 Comprobación de la acción positiva de una determinada sustancia 126 Capítulo 12 • Las técnicas de deshabituación en auriculomedicina 127 Generalidades 127 El programa primitivo 130 Los programas Delta 134
  • 5. Vanantes del programa Delta 136 Variante propuesta por el Dr. BAHR 136 Variante propuesta por el Dr. BUCEK 138 La adicción a la comida 139 Desintoxicación antialcohólica 143 Capítulo 13 • Los puntos auriculares con acción psicológica 144 Zona de la Angustia y el Miedo 145 El Punto con acción similar a la de los barbitúricos 146 El Punto de la Agresividad 147 El Punto Antidepresión o "Punto de la alegría" 149 El papel de cada hemisferio en la vida de relación del individuo 150 Los Puntos Omega 151 El Punto R o Punto Psicoterapéutico de BOURDIOL 152 El Punto con acción similar a la del Valium 154 El Punto Maestro de la Lateralidad 154 El Punto de los Disgustos 155 Capítulo 14 • Ejemplo de enfoque práctico de una determinada enfermedad: las cefaleas 156 Generalidades 156 Circunstancias modificativas del curso de las migrañas 157 Aplicaciones prácticas 158 Migraña hormonal Migraña como expresión de una depresión larvada Migraña producida por una perturbación hepato-biliar La migraña meteoro-dependiente La migraña cervical La migraña oftálmica Otros tipos de migraña Capítulo 15 • La terapéutica del aparato locomotor mediante la auriculoterapia 170 Principios sobre la etiología de la patología ortopédica desde el punto de vista cibernético 171 Observaciones sobre algunas enfermedades ortopédicas frecuentes en la práctica diaria 172 La inequívoca ventaja de tratar un bloqueo mediante la Acupuntura frente al tratamiento por quiropraxia 174 Síndrome cervical alto 177 Síndrome cervical medio 178 Síndrome cervical bajo 178 Radiculitis verdadera 179 Bloqueo de la primera costilla 179 Lumbago 180 Neuralgia intercostal 181 Coccigodinia 182 Los dolores del hombro 182 Epicondilitis lateralis 184 Síndrome del túnel del canal carpiano 185 El Morbus Sudeck de la mano 185 Artrosis aisladas de las articulaciones de los dedos de la mano, del pulgar, del tobillo y de los dedos de los pies 186 Coxartrosis 186 Meralgia parestésica nocturna 187 Articulación de la rodilla 188 Articulación del tobillo 190 Sensación de quemadura en los pies 190 Espolón calcáneo 191 Dedo gotoso 191 Resumen de la terapia 192 Intervalo en la terapia 193 Curso de la terapia 193 Curso y resultado a largo plazo de la terapia 193 Epílogo 195 Bibliografía 196
  • 6. Presentación resentamos hoy al público español la AURICULOTERAPIA, una técnica reflexoterápica de origen occidental y de historia relativamente reciente, puesto que data de apenas algo más de 25 años, aunque como veremos más adelante existían ya precedentes históricos que sugerían la posibilidad de uti- lizar el pabellón de la oreja con finalidades diagnósticas y terapéuticas. P Esta técnica ha sido puesta a punto, codificada y estructurada por el Dr. PAUL F. M. NOGIER, de Lyon (Francia) y se adapta perfectamente a la formación y hábi- tos de pensar de los médicos occidentales, el lenguaje que usa es el mismo que se puede utilizar en cualquier Cátedra de una Facultad de Medicina, y los conoci- mientos básicos que precisa su aprendizaje forman parte del bagaje cultural que se imparte a lo largo de una formación médica académica. No necesita, por lo tanto, el conocimiento de otros tipos de pensamiento y conceptos cosmobiológicos de origen oriental, como ocurre con la Acupuntura clásica china, por otra parte una técnica perfectamente válida, asimismo. Se fundamenta en la existencia en el pabellón auricular, en situaciones de con- flictos patológicos, de unos puntos especiales en la dermis, que se pueden detec- tar fácilmente por diversos medios, y cuya estimulación produce a distancia efec- tos reflejos que se traducen en una mejoría o en una desaparición de las molestias que aqueja el enfermo. Las vías nerviosas que permiten que esto ocurra han sido perfectamente estu- diadas por figuras de la Anatomía moderna, como los Profesores LUIS MARÍA GONZALO, de la Universidad de Pamplona y JEAN BOSSY, de la Universidad de Montpellier (Francia), así como también los interesantes trabajos realizados por
  • 7. RENE BOURDIOL han aportado muchas claves para la comprensión de estos sor- prendentes fenómenos. Importante ha sido, asimismo, la aportación efectuada por los trabajos del Dr. SEPPO ROT1NEN, de Pamplona, que han constituido el tema de su tesis doctoral, que ha merecido las máximas calificaciones. La intención de este trabajo es estimular el interés del público español que pudiera desconocer esta técnica, para que aquellos que la juzguen interesante pue- dan profundizar en la misma mediante la consulta de otras fuentes, dedicadas al ambiente profesional, como las relacionadas en la Bibliografía final. NOTA: Gran parte de las ilustraciones de este libro son pequeñas modificaciones de diseños originales del prestigioso Acupuntor y Auriculoterapeuta Dr. FRANCISCO-JOSÉ GONZÁLEZ ALVAREZ, de Barcelona, quien reúne por una parte un profundo conocimiento de estas técnicas y por otra unas dotes artísticas relevantes. TARRASA (Barcelona), Agosto del 98. Capítulo 1 Concepto de la Auriculoterapia y de la Auriculomedicina JUSTIFICACIÓN DE LA AURICULOTERAPIA arecería absurdo que en el estado actual de desarrollo de la ciencia médica, con el progreso indudable de la Farmacología, y la perfección que ha alcanzado la Cirugía en sus técnicas, nos ocupemos actualmente de una de las denominadas "Medicinas Paralelas," cuando aparentemente los problemas técnicos están resueltos o muy cerca de resolverse, y se usan en el diagnóstico y en la terapia las técnicas más sofisticadas. Y sin embargo, los médicos acabamos por preguntarnos: ¿Cuál es la validez de lo que estamos haciendo? Porque si por una parte usamos medicamentos, como los citostáticos, en el tra- tamiento de enfermedades antaño consideradas como incurables, es evidente que sus efectos secundarios, mucho más visibles que los resultados terapéuticos, nos hacen pensar en la conveniencia de realizar un exhaustivo balance de lo que esta- mos realizando. Por otra parte, no cabe duda de que toda esta sofisticación de técnicas no ha llevado aparejada una paralela humanización de las mismas, sino todo lo contra- rio. Se ha perdido la visión global del hombre en su conjunto, sometido a un cúmulo de influencias exteriores a el mismo que desembocan en un proceso cada vez más frecuente: la angustia. Cuanto más progresos técnicos, más solo se encuentra el hombre ante el dolor, la enfermedad y la muerte. Para el médico superespecializado, atento solamente a la vigilancia de unas cuantas constantes vitales de un paciente que sólo representa para el un número en una historia clínica, no tienen ninguna
  • 8. valoración las circunstancias personales del hombre entregado a su cuidado y mucho menos el entorno sociológico que le rodea. Hemos perdido actualmente el papel del médico como intermediario entre el mal y su paciente. Es evidente que en muchas fases de su enfermedad lo que el hombre enfermo necesita es lo que más le cuesta obtener en el mundo tecnifica- do en que vivimos: la mano amiga del médico, que le ayude a sobrellevar sus molestias y a morir, cuando llegue el momento. La AURICULOTERAPIA nos permite estar en contacto directo, físico incluso, con nuestros pacientes. Existe una constante intercomunicación entre el terapeu- ta y el enfermo que está tratando, lo cual abre el camino a posibilidades de cap- tar información sobre lo que le ocurre al paciente que en ocasiones llegan a sobre- pasar nuestras capacidades puramente sensoriales. Por ello es mayor el mérito del Dr. NOGIER, descubridor de la técnica que nos ocupa, quien supo tener el valor de volverse hacia unos conocimientos insólitos y lograr, partiendo de antiguas fuentes, construir sobre ellas un edifi- cio nuevo y sorprendente, estableciendo un método científico, riguroso, acce- sible, y eminentemente práctico. CONCEPTO DE LA AURICULOTERAPIA Podemos plantearnos la esencia de la AURICULOTERAPIA como la utilización terapéutica de informaciones que se pueden captar a nivel del pabellón auricular. Si por una parte esta utilización podría parecer sorprendente, se explica per- fectamente por la riqueza de su inervación, así como por las múltiples conexiones que mantiene con el sistema nervioso central. Si ya eran conocidas para los científicos desde tiempo atrás las somatotopías que el organismo humano presenta a nivel de la circunvolución frontal o la parie- tal ascendente, o la empleada por los indólogos, ¿cómo extrañarnos de que lo mismo ocurra a nivel de la oreja? Como iremos precisando a lo largo de este trabajo, en el pabellón auricular existe una imagen refleja que podría equipararse a la de un feto in útero, a térmi- no. O sea, con la cabeza situada en la parte inferior de la oreja, a nivel de su lóbu- lo, mientras que las extremidades se situarían a nivel de la cima auricular. Con arreglo a esta ordenación tiene lugar la existencia de un punto reflejo auricular para cada zona corporal. Ahora bien, y es un detalle a subrayar, esta correspondencia sólo puede ponerse de manifiesto en un sujeto enfermo. No es demostrable en el sano. Sólo cuando una región corporal abandona su equili- brio fisiológico pueden detectarse en la oreja puntos alterados. En estas condi- ciones, el punto reflejo auricular se muestra como doloroso a la palpación o altera sus constantes eléctricas. Y esta alteración del punto es la que permite la práctica de nuestra técnica, que en síntesis consiste en la estimulación por medios diversos (masajes, agujas, corrientes eléctricas, rayos Láser, etc.) de estos puntos detectados, mediante la cual y por complicados mecanismos reflejos, vamos a lograr una modificación de los trastornos observados en el organismo, que constituyen el origen de la existencia del o de los puntos encontrados alterados en la oreja. Esta viene, pues, a significar a la vez un cuadro de control, donde podemos apreciar las alteraciones del organismo, y un tablero de mando donde, apretando ciertas teclas, vamos a poder corregirlas. El descubrimiento hecho por el Dr. NOGIER de las relaciones topográficas de la oreja con el embrión humano fue el detonante de una investigación intensa, no solamente en los países del mundo occidental, sino que incluso ha alcanzado a la China continental, lo que ha conducido a un gran desarro- llo en este campo. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Ya en el antiguo Egipto se encuentran referencias a la utilización del pabellón auricular con intenciones médicas. Un reconocido egiptólogo, Alexandre Varilla, afirma que las mujeres que no deseaban tener más hijos se hacían pinchar el pabe- llón de la oreja. Y se ha encontrado una antigua obra de arte mostrando una reina con una aguja en la oreja. No nos puede extrañar que el gran maestro de la Medicina Hipócrates, durante los años de su estancia en Egipto tuviera acceso a estos conocimientos, como se deduce de alguna de sus publicaciones. Así en su libro "Sobre la gene- ración" afirma que "los que han sufrido incisiones al lado de las orejas usan, verdaderamente, del coito y eyaculan, pero su eyaculación es poco abundante, inactiva e infecunda." En otro libro "De los aires, de las aguas y de los lugares" menciona Hipócrates también que la agresividad de los escitas podría estar en relación con la frecuen- te impotencia que constituía una auténtica plaga en este pueblo. Y así cita: "Ellos se tratan de la forma que sigue: al comienzo del mal, abren la vena colocada detrás de una y otra oreja." Esta intervención dedicada a remediar este problema permi- tía la realización de un coito normal, pero reducía el contenido espermático en el líquido seminal. Igualmente que en la antigua Grecia, ellos trataban la ciática que- mando un punto determinado sobre el antehélix de la oreja.
  • 9. En el libro dedicado a las epidemias, se refiere al tratamiento por la oreja de los estados inflamatorios: "Para las inflamaciones de las partes inferiores, abrir las venas en las orejas." También Galeno describió el empleo clínico de pendientes y otros modos de estimulación auricular para el tratamiento de diversos problemas, principalmen- te trastornos sexuales y menstruales. En la antigua China, hacia el año 400 A.C., todo el sistema de la Acupuntu- ra se estructura sobre el principal texto médico chino, el Huang Di Nei Jing, o Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo, cuya antigüedad se remonta a 2.000 años atrás. En este texto se dice que todos los seis meridianos Yang se hallan directamente conectados con la oreja, mientras que los seis meridianos Yin se hallan conectados indirectamente a la oreja. En el primitivo esbozo de cartografía auricular china los puntos no guardaban una organiza- ción somatotópica, sino que eran un conjunto de puntos distribuidos aleato- riamente por la oreja. En otro texto clásico, el Ling Shu, fechado aproximadamente entre el 475 y el 221 A.C., se menciona por primera vez una somatotopía de la oreja, estudiada más ampliamente por el médico chino Pian Que. Ya en tiempos más recientes, en la época de la dinastía Tang, se difunde ampliamente el uso de la estimulación del pabellón auricular para controlar el curso de las enfermedades internas. En la antigua Persia, después de la caída del Imperio Romano, se conservaron antiguos informes médicos, en los que se mencionaba el tratamiento de la ciática mediante cauterizaciones en el pabellón auricular. Los antiguos chinos practicaban, en común con otros pueblos como los ára- bes, gitanos, hindúes y europeos una técnica consistente en pinchar un punto determinado en el lóbulo de la oreja para tratar padecimientos oculares, tales como el ojo rojo, la miopía y la catarata. Frecuentemente se prescribía el uso de aros de oro, a los que se consideraba como productores de una continua estimu- lación de los centros vitales del cerebro. En Europa, ya en la Edad Media, la Compañía Holandesa de las Indias Orien- tales, que desarrolló un gran intercambio comercial con China, trajo los primeros conocimientos sobre la Acupuntura a Europa. Incluidos en este conjunto de infor- maciones se hallaba también la Acupuntura auricular, así como el desarrollo de las agujas hipodérmicas a partir de las agujas chinas de Acupuntura. Ya en el siglo XVII, un médico portugués, Zacutus Lusitanus, describe la utili- zación de las cauterizaciones auriculares en el tratamiento de la neuralgia ciática. El afirma: "Hipócrates recomienda frecuentemente a lo largo de sus obras la sec- ción de venas situadas detrás de las orejas para curar los dolores isquiáticos. Los modernos, que han ensayado muy raramente esta práctica, no saben cómo expli- car la utilidad de la aplicación de un cauterio en este punto." Ya en el siglo XVIII, el anatómico italiano Valsalva, en su obra "De aura huma- na tractatus" precisa en sus páginas 11 y 12 la región del pabellón que se cauteri- zaba en los dolores dentarios. Más modernamente, en 1810, el Profesor Ignaz Colla, de Parma, expone la observación de un hombre que había sido picado por una abeja a nivel del ante- hélix, lo que le había causado una incapacidad pasajera para la deambulación. También relata cauterizaciones retro-auriculares realizadas bajo su dirección, con un evidente éxito, por un compañero suyo cirujano, el doctor Cecconi, para tra- tar dolores ciáticos. En 1850, el "Journal des Connaissances Médico-Chirurgicales" en su núme- ro de primero de mayo, publica un conjunto de observaciones y documentos facilitados por el doctor Lucciani, de Bastía, recomendando la cauterización de la oreja como tratamiento radical de la ciática. La zona que se estimulaba era la raíz del hélix. Corría la década de los años 50 cuando muchos médicos residentes en la región lyonesa vieron aparecer por sus consultas a pacientes que eran portadores de una curiosa cauterización en la zona del antehélix, en la oreja. Interrogados sobre el origen del fenómeno, los pacientes contestaban que esa cauterización les había sido practicada por una curandera, de nombre Madame BARRIN, y que había tenido como finalidad el alivio de unas molestias ciáticas. Como en todos los grandes descubrimientos de la humanidad, debió darse en ese momento la conjunción del azar con el genio observador de un científico tenaz e imaginativo. Y así ocurrió que el Dr. PAUL NOGIER se preguntó primera- mente si era cierto que una tal cauterización en un punto concreto del pabellón auricular podría aliviar los dolores de una ciática. Y repitiendo en su consultorio tal práctica, se convenció de que efectivamente se obtenían resultados positivos. Siendo él mismo practicante de la Medicina manual, y conociendo perfecta- mente que muchas veces un trastorno localizado a nivel de L5/S1 estaba en el ori- gen de un síndrome ciático, dedujo que muy posiblemente el lugar que Madame BARRIN cauterizaba sería una proyección refleja de dicha localización. De ahí a deducir que la totalidad del antehélix sería la correspondencia refleja de la columna vertebral sólo había un paso. Pero curiosamente esta correspondencia no tenía lugar en el sentido que podría- mos llamar "normal," sino que la disposición era invertida, de forma que las vérte- bras cervicales se proyectarían en la parte más inferior del antehélix, mientras que las lumbares, sacras y coxígeas ocuparían las porciones más superiores.
  • 10. Había hecho su aparición el primer dogma de ia recién nacida ciencia: La ley de la inversión somatotópica auricular, que informa todas las relaciones del pabe- llón auricular con el resto del organismo. Si esta correspondencia obedecía a un plan lógico, las estructuras vecinas a la columna vertebral, como la parrilla costal, los huesos ilíacos, etc., debían proyec- tarse en su inmediata vecindad. Y así ocurrió. La constatación de una peculiar característica de los puntos auriculares, que eran capaces de traducir la presión que sobre ellos se ejercía en un dolor agudo y específico, permitió el diseño del primer instrumento diagnóstico, el palpador a presión, con cuya ayuda se pudo ya esbozar una especie de caña- mazo de cartografía, que se fue precisando progresivamente mediante un movimiento de investigación impulsado por el propio Dr. NOGIER, compen- sando con un entusiasmo irrefrenable el posible empirismo de los primeros tiempos de la técnica. Las localizaciones encontradas, siempre en relación con la existencia de pro- cesos patológicos en el organismo de los pacientes explorados, debían pasar la prueba del fuego de su utilidad terapéutica. Su estimulación se debía traducir en un alivio o una desaparición de las molestias que aquejaban al paciente. Y así ocurrió. Más adelante, el descubrimiento por el Dr. JACQUES NIBOYET de que tanto los puntos de la Acupuntura clásica china como los puntos auriculares se caracte- rizaban por presentar una resistencia al paso de la corriente eléctrica completa- mente diferente de su entorno inmediato, permitió el diseño de aparatos que basados en la vieja ley de OHM permitían la localización de los puntos activos con toda precisión. Así se pudo sobrepasar la primera etapa del desarrollo de la AURICULOTERA- PIA, en la cual todo giraba alrededor de la colaboración del paciente, quien debía informarnos de si nuestra exploración de tal o cual punto le resultada dolorosa o no. Las diferencias individuales inducidas por factores personales, sociales, de educación, de sexo, etc., que gravaban penosamente la fiabilidad de la técnica comenzaban a desaparecer, para dejar paso a un procedimiento objetivo, repeti- ble, que permitía demostrar la existencia de esos puntos especiales al propio paciente, a los colegas escépticos, y ¿por qué no?, a nosotros mismos. Con esta importante ayuda se pudo ir completando cada vez con más preci- sión el entramado de la primitiva cartografía auricular. Pero aún no era la técnica más que una reflexoterapia más. Sin embargo, otra curiosa coincidencia observada por el Dr. NOGIER iba a dar paso a un avance gigantesco en el desarrollo de esta ciencia. Examinando un día a un enfermo, tomándole los pulsos a la manera tradicio- nal china, observó NOGIER que al rozar casualmente el borde del pabellón de la oreja con su mano se había producido instantáneamente un cambio en la per- cepción del pulso. Pensó incluso que había descubierto un matiz del pulso que no había sido descrito por los autores chinos y lo bautizó como pulso YU. Pronto se convenció de que el fenómeno observado era algo mucho más com- plejo. Que era una verdadera señal autónoma, un nuevo reflejo, que por similitud con el bien conocido reflejo óculo-cardíaco, bautizó con el nombre de Reflejo Aurículo Cardíaco, pensando que su punto de partida sería el pabellón auricular y que el corazón tendría mucho que ver en su mecanismo de producción. Sin embargo, estudios más profundos le llevaron a la conclusión de que el nombre no había sido bien elegido: no solamente el pabellón auricular funciona- ba como "trigger" de este reflejo, sino que cualquier punto del revestimiento cutá- neo del cuerpo era capaz, si se estimulaba convenientemente, de poner el meca- nismo en marcha. Y en cuanto al rol del corazón también quedaba en entredicho, ya que muy pronto se relacionó este reflejo con vías neurovegetativas, como los trayectos sim- páticos periarteriales, cuya interrupción experimental producía la desaparición del fenómeno. Por ello, NOGIER decidió cambiar la denominación por V.A.S., siglas de la denominación inglesa "Vascular autonomic signal," aunque a los practicantes "veteranos" les cueste mucho renunciar a la antigua denominación de R.A.C. Y de hecho este descubrimiento podría haberse producido mucho tiempo antes. Ya por los años 40, un cirujano vascular francés, el Profesor RENE LERICHE había comunicado a sus colegas del "Collége de France," de donde era profesor, un caso muy curioso que le había sucedido con un paciente que era portador de un gran aneurisma arteriovenoso a nivel ilio-femoral. Una vez realizada la intervención quirúrgica, con buen resultado, cuando a este paciente se le fueron a cambiar los vendajes, se apreció que el más fino con- tacto con la piel que recubría el vaso intervenido desencadenaba una pulsación violentísima de la arteria femoral, que incluso resultaba molesta para el paciente. E incluso estímulos de tan escasa entidad como la lectura de una novela poli- cíaca, cuando el paciente llegaba a un momento interesante, desencadenaban el mismo latido de la arteria femoral. Aún más, LERICHE descubrió algo mucho más importante aún, que la Patolo- gía actuaba como amplificador y estabilizador de fenómenos que la sola Fisiolo- gía enmascaraba. Así como la ley de la solidaridad de los grandes troncos arteria- les, de las arteriolas e incluso de los capilares.
  • 11. Sin embargo, todos estos descubrimientos quedaron durmiendo el sueño de los jjstos, y a nadie se le ocurrió profundizar en el estudio de estos fenómenos. Hast¡que Ia investigación fue retomada por NOGIER y su grupo. i_ partir de aquí se fue asistiendo a una progresiva sofisticación de los proce- deré de examen de los pacientes, investigándose la respuesta del organismo a divesís estimulaciones, como la luz blanca, los diversos colores monocromáticos, djve-S()s productos químicos y biológicos, como neurotransmisores o neuro niodjadores, hormonas, enzimas, etc. Ijcluso medios físicos, como los campos magnéticos y las radiaciones atómi- cas je débil intensidad, fueron añadiéndose progresivamente hasta llegar al momento actual, en que las técnicas en uso permiten un estudio profundo del disoríir de las diversas informaciones que son procesadas constantemente por el orgaaismo humano. lj utilización práctica de este método no tiene límites. Y aún más, tiene la ventají de ser relativamente fácil de practicar, ya que no suele desencadenar reac- cione desagradables, consume menos tiempo perdido que otros métodos, ya que el paciente no tiene que desnudarse una vez que se ha realizado el examen pre- vio. Su amplia efectividad puede demostrarse con las aplicaciones a la anestesia quingica, en la que los puntos auriculares se han mostrado muy efectivos en la elim#c i°n del dolor quirúrgico. fot lo tanto debemos un tributo de reconocimiento al Dr. Nogier, quien fue el prirriero que acometió la tarea de explorar con un criterio científico, e inspirado en le principios tradicionales chinos, los procesos que tienen lugar en la oreja, alcanzando un éxito y logrando revivir esta olvidada rama de la medicina china. apodemos terminar la breve exposición de estos antecedentes históricos sin recont'ndar a nuestros lectores la visión del cuadro del BOSCO, titulado "El jar- dín celas delicias," que se exhibe en el Museo del Prado, de Madrid, donde en la partt derecha del tríptico hay un motivo extraordinariamente sugestivo de que tal vez cl«unos iniciados conocían suficientemente bien la correspondencia del pabe- llón con el resto del organismo. tueste cuadro, plagado de detalles cuya interpretación se ha intentado reali- zar desde muy diversas aproximaciones, esotéricas, alquímicas, psicoanalíticas, etc.,vdejando aparte un claro sentido de agresiva sexualidad masculina, se da el deta]e curioso de que por una parte el diablo se halla situado sobre una zona de proyección hormonal, hipofisaria, y además su lanza apunta a una zona que ha sido bautizada por NOGIER como "Punto de Jerome" o "Punto del Bosco," cuya estimulación produce un aumento de la libido (Figura 1-1).
  • 12. DIFERENCIAS ENTRE LA AURICULOTERAPIA Y LA ACUPUNTURA CLÁSICA CHINA Tanto la Auriculoterapia como la Acupuntura clásica china comparten el uso de agujas para tratar puntos concretos del tegumento corporal. La calidad del metal empleado condiciona el resultado deseado. Así las agujas de acero tienen un efecto equilibrador de la energía del punto, mientras que las agujas de oro tienen un efecto tonificante y las de plata un efecto dispersante o sedante. Sin embargo mantienen evidentes diferencias. La primera y más importante se relaciona con la calidad de los puntos. Así como en la Acupuntura clásica china los puntos se hallan distribuidos por la totalidad del tegumento cutáneo, y son detectables siempre, independientemente del estado de salud o enfermedad del sujeto explorado, e incluso se pueden localizar en el cadáver algunas horas después de la muerte, los puntos de Acupuntura auricular sólo son detectables en una situación de enfermedad. Solamente cuando una estructura ana- tómica o funcional del organismo abandona su equilibrio fisiológico aparecen en la oreja unos puntos sensibles a la presión, la cuál traducen en un dolor incisivo, casi lancinante, que a veces obliga al paciente a realizar un gesto defensivo, a la vez que manifiestan una alteración en sus parámetros eléctricos. La segunda diferencia la constituye el hecho de que mientras todos los puntos de Acupuntura corporal poseen una resistencia eléctrica al paso de una corriente menor que su entorno inmediato, los puntos auriculares pueden tener una resis- tencia eléctrica menor que el entorno, lo que se valora como un estado de déficit energético, y se deberá tonificar con una aguja de oro, pero también existen, en cantidad algo menor, puntos que poseen una resistencia eléctrica más elevada que su entorno, que se interpretan como manifestación de un exceso energético, una plenitud en el sentido clásico, que deberá sedarse mediante una aguja de plata. BAHR menciona asimismo diferencias de tamaño. Para él, los puntos de Acu- puntura cubren un gran espacio y poseen diámetros de uno a tres milímetros. Dadas las limitaciones de espacio en la oreja, los puntos auriculares deben ser más pequeños, de un diámetro de 0,1 a 0,3 mm., por lo que el pabellón puede alber- gar un gran número de ellos. La existencia de tan gran número de puntos en el pabellón auricular se justifica por el hecho de que el pabellón de la oreja es una de las zonas de la superficie corporal más ricas en inervación, y en el mismo la densidad de las más finas ramificaciones nerviosas equivale a la de zonas tan sen- sibles como la yema de los dedos o los labios. El hecho de que los puntos auriculares sólo existan en situaciones de altera- ción patológica facilita que puedan ser utilizados no solamente con una intención terapéutica, sino también diagnóstica, permitiendo a veces aclarar casos difíciles, en los que existe una sintomatología oscura y poco definible. Y si es cierto, como dice el viejo refrán médico que "un buen diagnóstico es la mitad de una cura- ción," no cabe duda que la Auriculoterapia no sólo es diferente de la Acupuntura clásica, sino que en algunos casos puede presentar ventajas frente a ella. LA REPRESENTACIÓN SOMATOTÓPICA EN EL PABELLÓN: LA EMBRIOLOGÍA COMO JUSTIFICACIÓN DE LA AURICULOTERAPIA El conjunto de proyecciones reflejas en el pabellón auricular constituye lo que llamamos una Somatotopía. Ya en los antiguos libros chinos se mencionaba una cartografía, si bien muy rudimentaria. El descubrimiento en el año 1952 por el Dr. NOGIER de la existencia de pun- tos especiales en la oreja, susceptibles de ser explotados con una finalidad tanto diagnóstica como terapéutica, vino a crear el cuerpo de doctrina que conocemos con el nombre de AURICULOTERAPIA. La distribución de los diferentes puntos viene a configurar una cartografía en la cual puede encontrarse un cierto parecido con las estructuras anatómicas de un embrión humano. Es una imagen que se ha difundido prácticamente por todo el mundo (Figura 1-2).
  • 13. El parecido entre ambas imágenes es asombroso. Las zonas que corresponden a las distintas partes corporales tienen proporciones similares: la zona de la cabe- za ocupa una gran extensión, el brazo y la pierna ocupan porciones más peque- ñas. Las zonas correspondientes a los órganos están colocadas análogamente a como lo hacen en un embrión, con (por ejemplo), la zona cardíaca en el territo- rio cervical y el hígado en el centro de la topografía auricular. Pero aparece una circunstancia extraordinariamente importante: tiene lugar una sistematización totalmente coherente, por la cual observamos que las pro- yecciones de estructuras derivadas de las diferentes hojas embrionarias ocupan unos territorios determinados en el interior del pabellón auricular. La imagen refleja del sistema nervioso, (ectodermo), de los músculos, huesos y vasos sanguíneos (o sea, el mesodermo), y por otra parte las visceras ocupan tres regiones separadas de la oreja. Exactamente igual ocurre en el embrión: las denominadas células del creci- miento (capa germinal) se hallan todas en los estadios embrionarios precoces separadas unas de otras. Posteriormente van a dar lugar al desarrollo especializa- do de las hojas embrionarias que conocemos con el nombre de Ectodermo (Siste- ma Nervioso y Piel), Mesodermo (Tejido conjuntivo) y Endodermo (Visceras). En el año 1983 el investigador noruego B.J. OVERBYE se planteó la cuestión de si sería interesante calcular a que edad del desarrollo embrionario podría corresponder la cartografía difundida por NOGIER. El primer problema que se le planteaba era establecer una técnica geométrica que permitiera una exacta localización de los puntos. El mé establecía unatodo de NOGIER relación con el Punto Cero (Figura 1-3), considerado como punto de partida de un con- junto innumerable de radios de una circunferencia ideal. Figura 1-3: Un método geométrico para determinar la correcta correspondencia refleja en la oreja. En el ejemplo se muestra la relación de la zona del pulmón en la oreja con la zona de la columna en la oreja. A la izquierda, relación en el adulto entre el pulmón y la columna. El Punto Cero sería como la representación del ombligo en el embrión. Se rea- lizaron muchas mediciones, tanto en la oreja como sobre imágenes de embriones, que no condujeron a ningún resultado. Entonces OVERBYE pensó que normalmente se localizan los órganos mediante su relación con las diferentes etapas de la columna vertebral. Podría utilizarse la misma relación en la cartografía auricular. El investigador noruego comenzó por estudiar la localización de los órganos internos, tomando como punto de referencia que la proyección refleja de la columna vertebral es el antehélix. Y así pudo determinar que por ejemplo la zona auricular que se halla en relación con el pulmón estaba situada a la altura de las cervicales segunda y tercera. El hígado ocupaba una extensión que alcanzaba desde la zona cerebral hasta la tercera vértebra dorsal. Y ello le permitió localizar aproximadamente 30 puntos diferentes en la car- tografía auricular, así como su relación con la zona de la columna en el antehélix. Entonces se trataba de realizar mediciones similares respecto a la localización de órganos y partes corporales sobre embriones de diferentes edades, con la espe- ranza de encontrar una adaptación perfecta. La tabulación de los resultados de estas mediciones mostraba de una forma totalmente clara y precisa que no había ninguna edad embrionaria que mostrara una relación exacta con la carta auricular. Había que deducir que la imagen presentada por NOGIER no correspondía a un momento estático del desarrollo embrionario y que por lo tanto no mostraba UN ÚNICO EMBRIÓN, sino partes de diferentes embriones en diferentes estadios de evolución. Entonces surgió el gran interrogante: ¿Que significaban los diferentes períodos tabulados? ¿Por que la zona pulmonar se hallaba colocada en la carta como los pulmones reales en un embrión de 30 días? OVERBYE encontró pronto la respuesta: A los 30 días el pulmón se hallaba ya formado. La clave era, pues, el concepto de que los puntos y zonas de la topogra- fía auricular estaban colocados de una forma análoga a como los correspondien- tes órganos y partes corporales se van a desarrollar en el embrión. La topografía auricular vendría a ser COMO UNA PELÍCULA del desarrollo embrionario. Tal vez aquí podría encontrarse una explicación de la aparentemen- te absurda localización de las proyecciones de la extremidad inferior, situadas en la fosa triangular, y la situación de la zona renal por encima de la proyección de los pies, en el repliegue del hélix. La siguiente pregunta que surgía era: ¿Por que la cartografía auricular era una película dinámica del desarrollo embrionario y no solamente la imagen
  • 14. estática de una determinada edad? La respuesta se encontró en el propio desa- rrollo embrionario en la misma oreja. Mediante el examen de numerosas fotos de embriones en diferentes estadios de desarrollo OVERBYE encontró que existía un sincronismo entre el desarrollo de las partes del pabellón auricular y las correspondientes zonas reflejas corporales. Por ejemplo, el primer órgano que se diferencia en el embrión es la llamada cuerda neural, destinada a constituir en el futuro la médula espinal. Pues bien, la zona refleja de la médula espinal es el hélix, y el hélix es también la primera parte de la oreja que se forma en el embrión. Pero existe una pequeña diferencia: la sincronización no es completamente perfecta, ya que el desarrollo de las porciones auriculares va con un retraso apro- ximado de una semana respecto a las partes corporales. La tercera cuestión que se planteó entonces era tratar de averiguar dónde residía la dirección de ambos desa- rrollos. Había una teoría que parecía bien fundada. En el año 1935, en el curso de una investigación realizada en los EE.UU., se habían encontrado unas células situadas en el cerebro primitivo del embrión a las que denominaron "Blastóforos." Estas células rigen el desarrollo del embrión. Si se extirpaban los blastóforos del embrión, se paralizaba el desarrollo del mismo. Quedaba pendiente la cuestión de por que mecanismo se producía la comunicación entre los Blastóforos y las células somáticas. Una primera hipótesis hacía intervenir un mecanismo de tipo nervioso, mientras que otra teoría basaba en determinadas sustancias químicas la posibilidad de esta transmisión. Particularmente interesante desde el punto de vista de la Acupuntura Auricu- lar era el hecho de la inmediata vecindad entre los Blastóforos y la oreja primiti- va (Figura 1-4). Posiblemente esta proximidad es muy importante para el desarrollo sincróni- co del cuerpo en su totalidad y el pabellón auricular. Ahora bien, ¿Cuál era la conexión entre los Blastóforos y la oreja primitiva? La Figura 1-5 muestra el sistema nervioso de la oreja. Todas estas vías nerviosas man- tienen una comunicación con el Tálamo.
  • 15. Según las investigaciones del Dr. HASSLER, en el Tálamo existe una reproduc- ción completa del cuerpo. Una deducción lógica nos lleva a pensar que, dado que los Blastóforos se transformarán posteriormente en el Tálamo, se mantendrá en el estado adulto esta interconexión del Tálamo con el cuerpo y con la oreja, a través de diversas vías nerviosas. Esta teoría, aun siendo muy lógica, dejaba un hueco sin llenar: ¿Qué aparece pri- mero, las células de la oreja o los nervios que van a comunicarla? Si suponemos que las células nacen primero, y los nervios vienen después, habrá que sospechar la exis- tencia de otros factores, además de los nervios. Modernas investigaciones han demostrado que se trata de un campo de energía. Las células del embrión son influenciadas por campos energéticos, que funcionan como si crearan un molde de energía vacío y que las células lo irían llenando progresivamente. Cuando un molde está terminado se creará otro nuevo, de manera que una serie de distintos moldes conducirían a la forma final del embrión. Cuál sea la naturaleza de estos campos de energía es una cuestión aún no defi- nitivamente aclarada, pero nuevos descubrimientos de POPP y de INYUSHIN demuestran que actúan como una imagen holográfica láser tridimensional. Los Blastóforos poseen su propia capacidad de generar Láser DNA (como todas las células), y la estructura cristalina del DNA determina la imagen holográfica. O sea, que los Blastóforos funcionarían, en otras palabras, como un proyector de imagen tridimensional. La proximidad de la oreja a este proyector de imagen condicionaría este sin- cronismo entre la oreja y el cuerpo. La última pregunta que queda por contestar es la razón de por que existen las conexiones entre los Blastóforos-Tálamo con los nervios principales de la oreja y con la totalidad del organismo, para la cual no tenemos aún contestación. ¿Será, tal vez, que el diseñador del hombre ha previsto ya la posibilidad de una futura AURICULOTERAPIA durante la formación de la oreja, o tal vez solamente es una curiosidad de la Naturaleza? Esperemos que todas estas ideas puedan estimular nuevas investigaciones en el futuro. Capítulo 2 Fundamentes científicos de la Acupuntura y de la Auriculcterapia mbas técnicas se basan en el principio del reflejo, que es un principio uni- versal fisiológico, pero que no se puede reducir solamente a la existencia de Estímulo-reacción o la existencia del moderno concepto de un Círculo Regulador (Recepción de una información a través de un receptor, aferencias sen- sitivas hacia una neurona, neurona eferente y actividad de los efectores). Bajo el concepto de "Reflejo" se comprende hoy la respuesta ordenada del organismo a un impulso externo o interno, que será procesado por el Sistema Ner- vioso Central. Diferentes tipos de Reflexoterapias se realizan mediante la partici- pación de muchas estructuras del S.N.C., sobre la base de un análisis integrativo de la información, con utilización de una experiencia anterior y también con la consideración de una motivación sensorial y psíquica. Es importante para la Reflexoterapia el saber si los cambios en la función pro- ducidos directamente por el influjo de esta información ascendente se producen sobre la base de mecanismos determinados por la evolución a lo largo del tiem- po, alcanzándose así un óptimo nivel de actividad. La Reflexoterapia demuestra de esta forma un carácter de adaptación. El mantenimiento de la Homeostasis es posible mediante informaciones espe- cíficas de un determinado Subsistema (por ejemplo, el mantenimiento de la pre- sión sanguínea sobre la base de señales aferentes que proceden de receptores situa- dos en la Aorta y en la Carótida), que es un ejemplo de regulación automática. Pero el nivel de la presión sanguínea depende de la actividad de la totalidad del organismo, y se debe adaptar a las nuevas condiciones o necesidades. En el mecanismo de la Homeostasis toman parte no sólo reflejos automáticos, sinp
  • 16. también varios complejos mecanismos del denominado grupo de reflejos de adap- tación. Las reacciones de un sistema fisiológico se producen a nivel del S.N.C., como consecuencia de las correspondientes señales aferentes. Las informaciones o señales que utilizan la Acupuntura o la Auriculoterapia poseen un carácter natural y absoluto. El Principio de la Somatotopía y de la Vis- cerotopía se desprende, según la Acupuntura y la Auriculoterapia, de todas las reacciones correctas en los correspondientes órganos internos, partes corporales y sistemas que están ligados en primera línea con un determinado segmento cor- poral. Tan pronto como esta información llega al plano del tronco cerebral, influi- rá beneficiosamente sobre la regulación humoral y hormonal. Se dan también aquí tres mecanismos básicos que tienen un valor fundamental para la Acupun- tura y la Auriculoterapia: 1. El neural, sin ninguna duda el más importante en la periferia. 2. El neuro-humoral, que conduce a cambios del medio interno, de los fluidos corporales. 3. El neuro-hormonal, a través de una acción sobre la Hipófisis y las glándulas de secreción interna. La Auriculoterapia es un método que mantiene una relación privilegiada con el territorio del nervio trigémino, relación que comparte con otros tipos de refle- xoterapias, y que ha sido descrita magistralmente por el Prof. JEAN BOSSY en su fundamental obra, "Bases neurobiologiques des réfléxothérapies" Masson 1975, de la que tomamos muchos conceptos de los que expondremos posteriormente. Cada una de las tres ramas de este nervio es utilizada: • El nervio oftálmico (VI) es el fundamento del diagnóstico por el iris. • El nervio maxilar (V2) permite la realización de la reflexoterapia endonasal o centroterapia de BONNIER. • El nervio mandibular (V3) se halla implicado fundamentalmente en la Auriculoterapia, como han demostrado los trabajos de NOGIER y su grupo. Resulta interesante mostrar cómo se integran en un mismo esquema neuroló- gico, tal como lo expone BOSSY. "En efecto, no parece resulte lógico hablar de un órgano o de la proyección de un órgano. El hilo conductor hay que buscarlo en la organización segmentaria: centros primarios, raíces espinales o craneales, siste- ma nervioso periférico, traducción periférica de la metámera." Bases periféricas: BOSSY expone que "similarmente a la Acupuntura, se podría encontrar aquí la base periférica de la acción refleja en un nervio cerebro-espinal, un plexo neuro-arterial o en la inervación de un elemento venoso. En el caso de los elementos nerviosos puros, el circuito se dirigirá directamente hacia el centro primario segmentario correspondiente, tomando prestado el tra- yecto nervioso cerebro espinal. Por el contrario, si el elemento vascular es el único, el trayecto tomará prestado el sistema neurovascular y por lo tanto el sistema nervioso autónomo." Circuitos neuroaxiales: Aquí se plantea el problema de encontrar un lugar de encuentro, de rela- ción, entre el organismo como soma y su representación a nivel trigeminal, al desbordarse los límites del segmento. Como BOSSY ha expuesto, es la for- mación reticular la que parece ser el substrato de ello, dado que recoge cola- terales de las vías nociceptivas somáticas y trigeminales según una modali- dad característica. A esto se puede añadir el núcleo motor dorsal del neumogástrico como centro primario efector visceral. BOSSY afirma que las vías y centros del dolor se presentan como una serie de bucles o circuitos que permiten la filtración de los influjos noci- ceptivos, en relación con un estado determinado de recepción establecido por elementos supra y subyacentes. Distingue: a) Una etapa periférica, actuando sobre la trasducción, pero segura- mente mucho más sobre la transmisión en la sinapsis sensitivo-dendrítica, sea por acción humoral periférica, sea por intermedio de un circuito inhi- bidor poseyendo un centro neuroaxial. b) Una etapa neuraxial primaria, según la teoría del "Gate control sys- tem" de MELZACK, con intervención de neuronas de la sustancia gelati- nosa de Rolando, con sinapsis inhibidoras. Hasta aquí, estas dos etapas parecen interesar poco a la Auriculoterapia, dado que se dirigen a metámeras muy alejadas del pabellón. c) La formación reticular mielencéfalo-póntica. Su acción resulta esencial, puesto que es el lugar de encuentro de las vías de origen espinal y trigeminal. Actúa sobre el filtro primario y se encuentra bajo el control de la formación reticular mesencefálica. d) La formación reticular mesencefálica. Modula el efecto inhibidor de la formación reticular subyacente y acti- va los centros tálamo-corticales. e) Los centros tálamo-corticales. Son puestos en acción por la formación reticular mesencefálica, integran los influjos sensoriales, los seleccionan y les dan una tonali- dad afectiva.
  • 17. Pueden a su vez actuar sobre la formación reticular mesencefálica, como pare- ce probable para la hipnosis y para algunos ejercicios de yoga. Como BOSSY ha indicado, sólo la formación reticular bulbar puede explicar las interacciones somático-auriculares que se explotan en las técnicas de la Auri- culoterapia. En cambio, en los fenómenos de relajación que se obtienen con la Acupuntu- ra corporal o con la Auriculomedicina parece haber una relación con la formación reticular mesencefálica, que si por una parte responde de la alerta talámica o cor- tical, imprescindible para la percepción dolorosa, puede inversamente inhibir o suprimir su componente afectiva. TIEN añade un nivel transcomisural, que permitiría repartir bilateralmente la información dolorosa a través de las comisuras, sobre todo del cuerpo calloso. Las experiencias clínicas demuestran que la Auriculoterapia es apropiada para el tratamiento de una enfermedad funcional, de estados alérgicos y del síndrome del stress. Para muchos pacientes, sobre todo con alergias y estados de stress, puede ser aún más activa que otras variedades de Acupuntura. Su fundamento se halla, sobre todo, en la inervación del pabellón auricular. Es evidente que también desde el punto de vista de la Cibernética, tan de moda actualmente, podríamos acercarnos al mecanismo de acción de estas reflexoterapias. En la vida es constante el intercambio entre Materia y Energía. Podríamos esquematizar este intercambio con el ejemplo del envío de un telegrama. En una estafeta de correos, el señor A va a enviar al señor B un telegrama, para lo cuál en primer lugar rellena un formulario de telegrama (Materia), con la direc- ción del destinatario, vía la estafeta de correos del destinatario. Se emite la infor- mación en forma de energía eléctrica, la cuál finalmente será escrita en otro for- mulario (Materia), y entregada al destinatario. La Energía es esencialmente un portador de comunicación, aunque ella no va desde A hasta B, sino más bien corre entre un ente que envía y otro que recibe, ambos conectados entre si. O sea, que A envía o da el telegrama escrito, que B no posee. Y B recibe lo que A le ha enviado, o sea lo que se transmite a través de las distintas estaciones es Materia, Energía y nuevamente Materia, o sea la noticia en un lenguaje figurado. O sea, que contemplamos a la Materia y a la Energía como portadores de esta noticia, lo que condiciona que el telegrafiar sea considerado de una mane- ra aproximada como un cambio de portador, lo que implica la necesidad de una TRANSFORMACIÓN (o de varias). Esta imagen podría traducirse en la Acupuntura así: Remitente; Por ejemplo, una aguja clavada. Transformador 1; Estímulo electro-químico de las terminaciones nerviosas libres. Transmisión; Transmisión nerviosa. Transformador 2; Reacción neuroquímica, por ejemplo liberación de endorfinas. Destinatario; Por ejemplo, los centros del dolor en el Sistema Nervioso Central, Tálamo, Sustancia gris periacueductal, etc. Se puede decir que el Transformador 1 traduce la noticia de la aguja clavada (estímulo) en una señal, y que una transmisión hasta el receptor (SNC) va a tener lugar a través de las vías nerviosas. El Transformador 2 forma nuevamente la señal, con lo que el receptor "comprende" la señal. Un principiante en estas técnicas se podría sorprender si encuentra, por ejem- plo, un punto doloroso de la zona corporal de correspondencia de la quinta lum- bar en un cuadro de ciatalgia, mediante las técnicas de la Auriculoterapia, y el detector de puntos le facilita la información de que es preciso usar una aguja de oro (tonificante). El principiante ha supuesto previamente que un dolor se debe dispersar, por lo tanto sería lógico utilizar una aguja de plata, con acción sedante. Sin embargo, el pensamiento chino consideraría que existe un sitio pobre en energía o vacio en energía, por lo que se puede desarrollar una enfermedad, y esta pobreza original en energía hay que combatirla con una aguja tonificante de oro. En nuestra manera occidental de pensar, vemos una alteración de la circulación sanguínea local y de la nutrición, quizás bajo la forma de una hernia discal, y podemos aceptar que aquí podría estar indicado un estímulo, como el producido por una aguja de oro. Los antiguos chinos ya demostraron en la elección de sus palabras un presen- timiento de estas conexiones cibernéticas: quizás en la unión de los meridianos principales individuales mediante los denominados Vasos Lo, entendiendo el concepto de Lo como red. Las analogías con la red cibernética de los chips de un computador son inmensas, cuando se representan conjuntamente todos los meri- dianos principales y secundarios de una zona. Ya BACHMANN, precursor de la Acupuntura en Alemania hacia los años 50, citado por BAHR, tuvo también por primera vez en Occidente una concepción cibernética de la Acupuntura, que expresó en su obra maestra: "La Acupuntura, una terapia de ordenación." Aunque no llegó a establecer el concepto actual de la enfermedad como la pérdida de la ordenación.
  • 18. También la Auriculoterapia nos permite mediante sencillas técnicas de bús- queda de puntos el descubrir una unión en forma de red funcional. Encontramos, por ejemplo en un paciente deprimido no solamente el Punto antidepresión sino también el Punto del Pulmón. En la Medicina China el órgano pulmón se halla relacionado con la emoción Tristeza o Melancolía. También encontramos esta relación en la medicina occi- dental: Los psiquiatras americanos han informado que pacientes afectos de una depresión mejoran inexplicablemente, sin cambiarles la medicación, cuando el paciente comienza a ser tratado con la correspondiente estimulación del pulmón. Ya el conocimiento popular ha establecido relaciones entre la tristeza y el híga- do, o las preocupaciones y la vesícula biliar. Con esto pensamos haber establecido unos fundamentos de comprensión del mecanismo de funcionamiento de estas técnicas, aparentemente exóticas, pero cada vez más integrables en los conocimientos que tenemos como médi- cos occidentales. Capítulo 3 La imagen auricular LA CONFIGURACIÓN DEL PABELLÓN: EL HÉLIX Y EL ANTEHÉLIX omencemos el estudio directo del pabellón auricular, que será a partir de ahora nuestro punto de enfoque. Si contemplamos con atención una oreja, observaremos que está conformada a la manera de un embudo (Figura 3-1). C
  • 19. Es innecesario decir que este embudo tiene como misión servir al propósito de recoger y dirigir las ondas sonoras hacia el cerebro. El estudio de las ondas sono- ras no empieza en los tímpanos, sino en realidad mucho antes. Los distintos sur- cos e irregularidades de la oreja realizan ya una primera selección de las diferen- tes cualidades de las ondas sonoras, que son dirigidas ordenadamente hacia el conducto auditivo externo, donde una selección más intensa va a tener lugar, rea- lizada por la membrana timpánica. De ahí podemos deducir que la oreja actuaría a modo de una pantalla de radar, capturando primeramente las ondas sonoras con sus células sensitivas, y divi- diendo a éstas ondas en Yin y Yang. Las ondas positivas y negativas se desplazan en un movimiento como el de las agujas de un reloj y contrario al mismo, y a medida que se aproximan al tímpano su giro aumenta en intensidad y son conducidas al interior, donde va a tener lugar una posterior selección y distribución. Es verosímil que la forma, estructura y textura de la oreja externa determinen la calidad de las ondas sonoras que puede percibir. No le resulta fácil al principiante conocer los relieves anatómicos del pabellón. Es fácil la confusión de zonas importantes, y por ello es posible errar en centíme- tros en la localización de los puntos. Ello es un gran obstáculo para un método terapéutico que debe basarse en la precisión. Debemos recalcar la dificultad de conocer y reconocer las líneas, dimensiones, los huecos y protuberancias de la oreja. Unas veces examinaremos el pabellón con el paciente en posición vertical y otras acostado. Y este cambio en el ángulo de observación nos va a obligar a una gimnasia mental más difícil de lo que parece. El principiante tiende a buscar rápidamente la representación somatotópica, sobrevalora la cartografía auricular y cree que le es suficiente para localizar los puntos de correspondencia auricular refleja. Cree que todo se va a solucionar con un atlas de puntos o una lámina de la oreja. Olvida que los puntos se hallan ínti- mamente ligados a los relieves anatómicos de la oreja, y que sólo un perfecto conocimiento de éstos le va a permitir su localización. Todas las orejas son diferentes en sus proporciones relativas. Si bien están construidas sobre un esquema idéntico, los pabellones se diferencian por varieda- des asombrosas y singulares. La edad tiene su papel en la modificación de las formas del pabellón, y los años acaban por añadir a las curvas simples que se observan en los jóvenes, plie- gues, angulaciones, e incluso modificaciones importantes en las dimensiones rela- tivas de las diversas partes. El pabellón presenta una cara visible, prácticamente paralela a la superficie de la zona del cráneo en la que se inserta: es la cara externa o lateral. Y una cara oculta, situada frente a la región mastoidea. Es la cara interna, que a veces se denomina porción retro-auricular del pabellón. Y desde el punto de vista funcional podemos considerar una tercera cara, comisural, que engloba la cara externa del trago y la zona vecina de la mejilla. La mayor parte de la oreja es libre y flotante. Su parte media y anterior está fija a la piel del cráneo. En su parte flotante debemos distinguir dos partes: una antero-superior, que posee una estructura cartilaginosa, mientras que la región postero-inferior está formada solamente por tejido adiposo, blando y ligero. En el estudio de la cara externa apreciamos primeramente, en el centro, una exca- vación llamada la concha, en forma de embudo, que se continúa con el conducto auditivo externo. Viene a tener unos 20 milímetros de ancho y algo más de alto. Alrededor de la concha se distribuyen diversos salientes: el hélix, el antehélix, el trago, el antitrago y en su parte inferior, el lóbulo. El hélix constituye el borde del pabellón. Nace en la cavidad de la concha, por una extremidad adelgazada, la raíz del hélix, que divide a la concha en dos par- tes, una superior más estrecha y de forma ovoide, y otra inferior, mucho más grande y de forma triangular. En ésta última parte es donde se abre el orificio externo del conducto auditivo. Una vez salido de la concha, el hélix va a contornear en semicírculo la parte superior de la oreja y vuelve a descender hasta la altura de la parte postero-infe- rior de la concha, donde se termina por una extremidad afilada, la cola del hélix. A lo largo de la mayor parte de su extensión, el hélix se repliega hacia el cen- tro del pabellón, delimitando sobre el un canal semicircular conocido con el nombre de canal del hélix. El antehélix es un saliente concéntrico al hélix. Nace por delante y un poco por encima de la cola del hélix, para dividirse en su parte superior en dos ramas que limi- tan una depresión conocida con el nombre de fosita triangular o navicular. El trago es un saliente en forma de lámina triangular, situado en la parte ante- rior de la concha, un poco por debajo del hélix, del cual se halla separado por un surco, a veces muy marcado: el surco anterior de la oreja o incisura supratráguica. Llamamos porción retro-tragal a la parte oculta del trago, que forma como a modo de un techo por encima del agujero auricular. El antitrago, como su nombre indica, se yergue enfrente del trago, en la parte postero-inferior de la concha. En la mayor parte de los casos constituye un saliente ovoide o piriforme, cuya extremidad anterior está dirigida hacia abajo y hacia ade- lante. Su superficie es fuertemente convexa. Por detrás y arriba, un surco transversal, más o menos marcado según los sujetos, separa el antitrago del origen del antehélix.
  • 20. Por delante y por debajo está netamente delimitado del trago por una escota- dura profunda, cuya concavidad se dirige hacia arriba y atrás: la escotadura o inci- sura intertráguica. El antemuro es una región bordeada por el antehélix por detrás y por fuera y por la concha por delante y por dentro. En muchas orejas constituye una banda estrecha más o menos perpendicular a la concha y dispuesta en semicírculo alre- dedor de la raíz del hélix. Se le ha denominado antemuro porque es un verdadero muro por delante del antehélix, al que bordea sumergiéndose en la concha. El lóbulo de la oreja representa el quinto inferior del pabellón y sus salientes. No es más que un repliegue de la piel, sin cartílago subyacente, de tejido graso, situado inmediatamente por debajo de la cola del hélix, del trago y del antitrago. Unas veces se continúa con estos diversos salientes sin ninguna línea de demarcación y otras está separado por un surco horizontal, más o menos marca- do según los sujetos, que se conoce con el nombre de surco supralobular. La cara interna, posterior, es libre. Reproduce, invirtiéndolos y atenuándolos, los repliegues de la cara externa. Por ello la convexidad correspondiente a la con- cha está limitada por fuera por una acanaladura correspondiente al antehélix. Señalemos, finalmente, la zona de adherencia craneal constituida por la parte anterior de la cara interna, separada de la parte libre por el surco retro-auricular (Figura 3-2). LA CONCHA, PROYECCIÓN DEL ENDODERMO Estudiemos la concha en su conjunto. Repitamos, porque es importante, su disposición en embudo y su división transversal por el repliegue cartilaginoso que forma la raíz del hélix, que delimita asimismo dos regiones: • La superior, oval, o hemiconcha superior • La inferior, triangular, o hemiconcha inferior La región de la concha adhiere en su mayor parte al cráneo. Se halla formada por piel y cartílago. Se halla inervada por una rama del neumogástrico, que la con- fiere una tonalidad vegetativa, visceral. Por ello es lógico encontrar que es el refle- jo de la zona visceral, de todo lo que es de origen endodérmico. Por lo tanto exclusivamente en la concha vamos a encontrar la proyección de los órganos de origen endodérmico. En general, la hemiconcha superior va a soportar las proyecciones de las vis- ceras abdominales y la inferior la de los órganos torácicos, excepto la del corazón, que por ser de origen mesodérmico, se nos va a proyectar en la parte alta, flotan- te, del pabellón. Análogamente va a ocurrir con la proyección del parénquima renal, también de origen mesodérmico, que va a encontrar su proyección en la parte alta del repliegue del hélix. El abdomen se va a proyectar a nivel de la raíz del hélix y de la hemiconcha superior. Allí se proyectarán el estómago, la vesícula biliar, el páncreas, el hígado y la vejiga. Las vías aéreas superiores y los pulmones se proyectan en la hemiconcha inferior. Entre los dos grupps de proyecciones se sitúa el diafragma. Esta zona es también el asiento de importantes correspondencias del Sistema Nervioso Vegetativo: el núcleo reflejo del Vago se proyecta sobre el borde poste- rior del agujero auricular, mientras que encontramos la proyección del Simpático a nivel del borde de la concha y del antemuro. La interacción entre Vago y Simpático nos va a dar en la concha los puntos correspondientes a los distintos plexos y entre ellos y como punto muy impor- tante, el correspondiente el Plexo Solar, el llamado Punto Cero. EL HÉLIX Y EL ANTEHÉLIX, PROYECCIÓN DEL MESODERMO Como ya hemos visto, el hélix parte de la concha a nivel de su parte poste- ro-inferior: la raíz del hélix.
  • 21. Integrado por la rama ascendente, la rodilla, el cuerpo y la cola, situada por debajo del tubérculo de Darwin, rodea el pabellón de un modo circular. La parte mesodérmica del organismo está en relación con esta región del pabe- llón inervada por el trigémino. La tercera rama de este par craneal se distribuye por la raíz del hélix, la rodilla del hélix, el cuerpo del hélix, el antehélix y una parte del antitrago. A nivel de la rama ascendente del hélix encontraremos las localizaciones de los órganos genitales y del riñon, ésta última situada algo más por encima. El antehélix, proyección de la columna vertebral, sobrevuela la concha y des- cendiendo viene a terminarse a nivel de una formación en forma de pera, el anti- trago, donde se proyectan los huesos del cráneo. Entre el antehélix y el hélix queda delimitada una depresión que en cierta forma recuerda una barca, la esca- fa, donde se proyecta el miembro superior. Por lo tanto, entre el hélix, el antehélix y la zona que delimitan, se encuentra la proyección del sistema de relación: los miembros, las articulaciones, la colum- na vertebral, las costillas, pero asimismo el corazón, cuyas proyecciones más importantes, las motoras, se proyectan sobre la parte interna del pabellón. EL LÓBULO Y LA COLA DEL HÉLIX, PROYECCIÓN DEL ECTODERMO El tubérculo de Darwin constituye la frontera entre dos zonas de inervación diferente. Por encima del tubérculo de Darwin, la rama ascendente, la rodilla y el cuerpo del hélix pertenecen a la zona de inervación trigeminal, de tonalidad ortosimpática. Por debajo del mismo, la cola está inervada por el Plexo Cervical Superficial. El lóbulo prolonga la cola del hélix. Estas dos regiones, carnosas, carecen de cartílago interno. Todos los tejidos orgánicos que son de origen ectodérmico van a proyectar- se en las zonas del pabellón que no son inervadas ni por el Neumogástrico ni por el Trigémino. El Plexo Cervical va a ser el responsable de la inervación del lóbulo y de la cola del hélix en su práctica totalidad, aunque es muy verosímil que puedan existir otras ramificaciones nerviosas con destino al lóbulo y al trago. Aquí encontramos las localizaciones del Sistema Nervioso Central: el encéfalo, el tronco cerebral, la médula y el conjunto de los tegumentos cutáneos. Estos últi- mos se proyectan a lo largo del borde del pabellón de la oreja. EL TRAGO, PROYECCIÓN DE LAS COMISURAS Y DE LA FORMACIÓN RETICULAR El trago, especie de opérculo triangular que sirve de protección a la entrada del conducto auditivo externo, se halla situado en posición opuesta al antitrago, del que se halla separado por una profunda incisura, la escotadura intertráguica. A veces otra escotadura, que en algunos pacientes es incluso bilobulada, lo separa de la raíz del hélix. Su inervación es compleja y aún no está definitiva- mente aclarada. La cara externa del trago corresponde a la porción del Sistema Nervioso Central que reúne entre si los dos hemisferios cerebrales: las fibras interhemisféricas que inte- gran las diversas comisuras y entre ellas como la más importante, el cuerpo calloso. En la parte interna del trago, o sea la que mira hacia el agujero auricular, se proyecta una organización nerviosa muy primitiva tanto onto como filogenética- mente, la formación reticular. Ya hemos visto que entre el lóbulo y la cola del hélix representan en su totali- dad al resto del Sistema Nervioso Central y periférico. INERVACIÓN DEL PABELLÓN (Figura 3 3) Puesto que la inervación constituye la base teórica para la terapia refleja por la oreja y la existencia de una respuesta rápida, que a veces tiene lugar en cues- tión de segundos, deberemos deducir que nuestra terapéutica se basa en fenó- menos reflejos. Incluso es una opinión muy extendi- da que la terapia auricular sólo alcanza resultados positivos cuando se produce un efecto inmediato tras la colocación de las agujas. No ha terminado aún la investiga- ción sobre la embriogénesis y por tanto de la inervación del pabellón. Son varios los investigadores como BOSSY, NOGIER, BOURDIOL y otros muchos, los que están empeñados en profundizar en estos aspectos.
  • 22. Es muy posible que la clarificación definitiva de la situación neuro-anatómica de la oreja pueda descubrir totalmente el mecanismo desencadenado por la esti- mulación del pabellón. Es una opinión extendida entre todos los anatomistas que el pabellón está inervado por tres nervios: el Vago, el Plexo Cervical Superficial y el Trigémino. 1) Ramo auricular del nervio vago Representa una rama sensitiva de la zona de inervación vagal de la cabe- za. Sirve para la totalidad de la concha, pero sin respetar sus límites nor- males. De este modo su inervación se mantiene a distancia del antehélix y del antitrago, dejando libre también el ángulo antero-superior de la hemi- concha superior. 2) Nervio auricular mayor Procedente del Plexo Cervical Superficial, inerva la porción poste- ro-mediana del hélix y el lóbulo, por debajo del surco subantitragal. Según NOGIER, el lóbulo quedaría inervado por el Glosofaríngeo. Esta hipótesis se basa en el hecho embriológico de que el IX par es el nervio correspondiente al tercer arco branquial, quedando entre el área del nervio Trigémino (primer arco branquial) y la segunda rama del nervio facial (segundo arco branquial) por una parte, y el décimo par (cuarto arco branquial), por la otra, representados todos ellos en el pabellón. 3) El nervio aurículo-temporal Del Trigémino, inerva el resto del pabellón. Es decir, la rama ascenden- te del hélix, la porción anterior del hélix hasta el límite de inervación con el Plexo Cervical, la fosa triangular, la escafa, el antehélix, el antitrago y el borde de la concha libre de la inervación por el Vago. Debido a esta inervación abundante existen en el pabellón nexos importantes con el Sistema Cerebro-espinal, ampliados aún más por enla- ces con el Sistema Nervioso Autónomo. Cualquier estímulo que alcance al pabellón se servirá de estas vías y de los mecanismos córtico-viscerales. VASCULARIZACIÓN DEL PABELLÓN (Figura 3 4) A) Arterias La vascularización del pabellón auricular está asegurada por la arte- ria temporal superficial y las ramas auriculares posteriores de la caróti- da externa. B) Venas Las venas de la oreja desaguan o bien en la vena temporal superficial las de la parte anterior, o en la vena yugular externa y la vena mastoidea, las de la parte posterior. Q Linfáticos Existen tres grupos de linfáticos en la oreja: Grupo anterior; desaguan en los ganglios linfáticos pretráguicos. Grupo posterior; desaguan en los ganglios linfáticos mastoideos y auriculares posteriores. Grupo inferior; desembocan en los ganglios linfáticos parotídeos.
  • 23. LOS TRES TERRITORIOS DE LA OREJA Como corolario de lo anteriormente expuesto, vemos aparecer en el pabellón de la oreja una imagen coherente y per- fectamente organizada (Figura 3-5). Puede dividirse la totalidad de la superficie de la cara externa del pabellón mediante una línea que partiendo del Punto Cero pase a lo largo del eje central de la raíz del hélix, para alcanzar el borde del pabellón, sin que afecte a la región de la concha, en tres territorios diferentes. De ellos, el territorio 1 se extiende por la parte anterosuperior del pabellón y parte de la depresión escafoide y de la cola del hélix hasta la línea limitante. El territorio 2 se corresponde exac- tamente con los límites de la depresión de la concha. Y el territorio 3 corresponde al anti- trago, lóbulo y partes de la cola del hélix y del istmo del pabellón situadas por debajo de la línea divisoria. C ada uno de estos tres territorios va a ser el soporte de las proyecciones de los distintos sistemas derivados de las tres hojas embrionarias: Ectodermo, Mesodermo y Endodermo. Y así en la llamada Fase Fi 1, la más conocida y utilizada, el territorio 1 soportará los derivados meso- dérmicos, el 2 los endodérmicos y el 3 los ectodérmicos. Relación que se modifi- cará en las otras dos Fases principales, la Fase Fi 2 y la Fi 3. LA CARTOGRAFÍA REFLEJA DE LA OREJA Al contemplar una imagen de la cartografía auricular, la primera pregunta que nos viene a la mente es: ¿Qué métodos se han seguido para determinar la relación entre una zona corporal y un punto determinado de la oreja? Han sido diferentes los métodos empleados en esta investigación, y el empirismo de los primeros tiempos fue compensado por la multiplicidad de los ensayos realizados. El Dr. NOGIER en sus investigaciones recorrió las siguientes etapas: 1) Método racional El descubrimiento básico de NOGIER, relacionado con el antehélix y su correspondencia con la columna vertebral, mostró la evidencia de que existía un orden lógico de correspondencia íntimamente ligado a la forma del pabellón. Así se pudieron establecer relaciones de contigüidad, razonar en función de las estructuras vertebrales y tener en cuenta una cierta metamerización. 2) Correspondencia patológica En un segundo tiempo, una búsqueda sistemática de los dolores verte- brales o de los miembros, permitió verificar y precisar a nivel del pabellón los puntos correspondientes. Un elemental dispositivo, el palpador a presión, constituyó el instru- mento cuotidiano de investigación para determinar puntos nuevos en rela- ción con una región determinada. 3) Pruebas terapéuticas En un tercer tiempo, los puntos así detectados deberían demostrar su eficacia, suprimiendo el dolor o el trastorno causal del órgano supuesta- mente en correspondencia. 4) Confirmación eléctrica El detector electrónico, del que nos ocuparemos ampliamente más ade- lante, suministró datos preciosos, añadiendo una calidad objetiva a lo que hasta entonces era una investigación eminentemente subjetiva. 5) Las observaciones singulares Se trata de enfermos presentando una sensibilidad especial, y que se encuentran en un estado tal, que la simple palpación de los puntos auri- culares genera un dolor difuso en la región periférica correspondiente. Frecuentemente, el punto auricular mismo se encuentra como insensi- ble. Si hacemos pasar por el punto una ligera corriente eléctrica, el fenó- meno desaparece. El punto en la oreja se muestra sensible, y el enfermo se encuentra aliviado. 6) Las pruebas experimentales Se han desarrollado métodos muy sofisticados de excitación periféri- ca, algunos muy útiles como la estimulación por campos magnéticos fre- cuenciales. Para la descripción de la cartografía se hace preciso primeramente localizar unos puntos básicos, para a partir de ellos poder describir la situación de otros menos definidos.
  • 24. Todo en el pabellón se estructura alrededor del antehélix, proyección de la columna vertebral y por ello nuestro primer objetivo será determinar con la máxima precisión cada parte del antehélix que se corresponda con las vértebras cervicales, dorsales, lumbares y sacras. Estos elementos se pueden definir fácilmente y en un segundo tiempo es posible la localización exacta de cada vértebra. En estas condiciones, el arco de círculo que representa el antehélix se define por la vértebra corres- pondiente. Ahora deberemos conocer un punto que se encuentra en la concha, a nivel de la raíz del hélix, allí donde el hélix sale de la concha, un poco antes de que su relieve se ensanche en un repliegue. Este punto, llamado el Punto Cero, se encuentra también en la unión del reborde supero-externo del trago con la línea de la cresta de la raíz del hélix. Este punto generalmente se muestra sensible a la presión del palpador y se detecta muy fácilmente con cualquier dispositivo eléctrico de detección, así como con un aparato especialmente diseñado por NOGIER y al que bautizó con el nombre de "palpador de estribo." Este Punto Cero le vamos a considerar como el centro de una circunferen- cia, cuyo arco de círculo sería el antehélix, y nos va a permitir definir cada radio que de el parta con el nombre de la vértebra que atraviese, llegando hasta el borde de la oreja. Así dispondremos de un sistema de identificación de los puntos de la oreja, que será completado con las referencias a los diversos salientes del pabellón. Capítulo 4 Alguna* proyecciones importantes LA PROYECCIÓN DE LA COLUMNA VERTEBRAL ara un perfecto conocimiento de la proyección auricular de la columna vertebral nos será preci- so determinar con precisión la localiza- ción del atlas, la primera dorsal, las char- nelas dorsolumbar y lumbosacra, así como el coxis. Para ello nos será de utili- dad el fijarnos en los cambios del radio de curvadura del antehélix, e incluso en las modificaciones de forma en sus diferentes etapas, más redondeada en ciertos sitios, más ancha y aplanada en otros. P La columna vertebral se proyecta sobre la porción más anterior de la raíz inferior y el cuerpo del antehélix. Su proyección se extiende desde la incisu- ra post-antitragal (proyección del atlas), hasta la porción más anterior de la raíz inferior del antehélix, que queda cubierta por la porción ascendente del hélix -proyección del hueso coxis-, (Figura 4-1).
  • 25. Las zonas reflejas de los diversos sectores de la columna vertebral se pueden determinar de modo muy exacto. Las delimitaciones entre la columna cervical y la torácica, así como las que existen entre ésta y la columna lumbar, están consti- tuidas por incisuras transversales en el borde del antehélix. Estas incisuras o ranuras, que son ape- nas visibles, se pueden localizar de modo muy sencillo mediante un instrumento llamado por NOGIER "palpador de estri- bo." Si pasamos este aparato por encima del borde libre del antehélix, se queda enganchado inevitablemente en estas incisuras, si ejercemos una ligera presión. Y así se pueden delimitar los diversos sec- tores de la columna vertebral (Figura 4-2). Pero incluso en una simple inspección es posible distinguir los diversos sectores en cuanto a diferencias en el sentido de la forma. Así se ve claramente que los radios de curvatura de los diversos sectores ver- tebrales en el antehélix son distintos. El radio de la proyección de la columna cer- vical es claramente menor que el de la columna dorsal. También la sección topográfica del antehé- lix muestra una clara modificación en los dis- tintos sectores. De acuerdo con la idea básica de NOGIER, de considerar al pabellón como algo similar a la figura de un feto invertido, encontraremos la proyección de la columna cervical en la parte inferior, y la lumbar en la par e superior del antet hélix (Figura 4-3). Proyección de la Columna Cervical Se proyecta sobre el sector inferior del cuerpo del antehélix, y tiene una posi- ción aproximadamente vertical. La sección topográfica muestra aquí un radio más bien pequeño. Su principio está limitando con el antitrago, correspondiéndose con la incisura post-antitragal, donde se proyecta la articulación atlanto/occipital. La tercera vértebra cervical se proyecta sobre una intersección del antehélix con una línea que representa la prolongación de la raíz del hélix. Un poco por encima del cruce de la raíz del hélix con el antehélix, y limitada por arriba por una incisura detectable con el estribo, se encuentra la localización de la séptima cervical. A su nivel, el antehélix cambia su forma redondeada para ensancharse. Al mismo tiempo podemos apreciar un ligero cambio del arco de curvadura, que se hace más grande. Las vértebras intermedias se localizarán dividiendo la porción de antehélix limitada entre Cl y C7 en siete partes iguales. Proyección de la Columna Dorsal La mayor parte de las vértebras dorsales corresponden al borde ensanchado del antehélix. El rodete que formaban las cervicales se ha borrado y deja el sitio a una superficie curva de mayor radio. Lo mismo que se había encontrado una escotadura en el antehélix, que marcaba el comienzo de la columna cervical, existe otra que marca el límite con las lumba- res, a la vez que notamos una modificación del borde, que de redondeado pasa a ser aplastado, mientras que orienta su curvadura hacia la parte posterior del pabellón. A nivel de este cambio de curvadura es donde podemos fijar el límite de las dorsales. Proyección de la región lumbar Esta zona se proyecta sobre la raíz inferior del antehélix. Después del surco que marca la charnela tóraco-lumbar, se dirige el borde libre del antehélix directamente hacia adelante, adoptando un curso prácticamente hori- zontal. Al mismo tiempo el borde adquiere unos cantos extremadamente afilados. El final de la región lumbar queda marcado por otra ranura, fácilmente locali- zable, que corresponde a la articulación lumbo-sacra, situada a la altura de la intersección del borde de la raíz ascendente del hélix. Proyección del sacro y del coxis Están cubiertos en proporciones iguales completamente por la raíz ascenden- te del hélix, en la porción delantera de la raíz inferior del antehélix. Para poder examinar adecuadamente esta zona, hay que inclinarla hacia atrás.
  • 26. Proyección de las estructuras paravertebrales Debemos al grupo de Lyon, dirigido por el Dr. NOGIER, el haber profundiza- do en el estudio de las estructuras paravertebrales (Figura 4-3). La proyección de la mitad homolateral del cuerpo vertebral, con su apéndi- ce transversal, está sobre la punta del borde libre del antehélix, mientras que el disco intervertebral debe buscarse en aquella parte del antehélix que continúa después de aquella localización, en dirección hacia la concha, que recibe el nombre de antemuro. Detrás del borde del cuerpo del antehélix y de la raíz inferior del mismo, es decir, hacia la escafa o la fosa triangular, se encuentra la zona refleja de los ligamentos y músculos paravertebrales. En el área de la columna cervical se hallan también los vasos y nervios más superficiales del cuello. Esto nos per- mitirá tratar a este nivel las afecciones del aparato ligamentario o muscular, como el lumbago. En el área cervical será interesante explorar esta zona en las neuralgias cérvico bra s por rigidez muscular para-quiales, así como en los dolores de cabeza causado vertebral, que suelen irradiar desde la nuca hacia la frente. El reborde del antehélix se halla suspendido sobre la concha, y se halla separado de ésta por una zona, ya vertical a nivel de las cervicales, ya oblicua a nivel de las dorsales, quizás como a modo de un techo a nivel de las lumbo-sacras. Esta banda estrecha, que une el antehélix a la concha es el lugar reflejo del paquete vásculo-nervioso que se encuentra en el canal raquídeo o en sus inme- diaciones. Allí se proyectan los nervios sensitivos, vasomotores, las arterias, venas y linfáticos. Todo este conjunto de vasos y nervios se encuentra concentrado más bien en o por la pared della zona de contacto con la concha, en el codo formad antehélix y la concha. Esta zona se ha denominado la canaleta del paquete vásculo-nervioso. A nivel de la zona de transición entre el antehélix y la concha encontra- mos también la proyección del sistema simpático paravertebral. Ocupa el territorio de la concha que permaneció libre de la inervación vagal, y desde esta zona se puede influir sobre las perturbaciones neurovegetativas que sur- gen por ejemplo a consecuencia de un bloqueo vertebral, o en el síndrome del láti ísticos, o en casos de migra-go, tan frecuente en los accidentes automovil ña cervical. LA PROYECCIÓN DE LAS EXTREMIDADES SUPERIORES Esta zona refleja ocupa todo el espacio situado entre la raíz superior del ante- hélix y el hélix, cubriendo toda la escafa o corredera del hélix (Figura 4-4). No deberemos esperar una representación proporcional al tamaño de los seg- mentos del miembro superior, ya que el tamaño del área de proyección está en relación con el número de receptores. Cuanto mayor sea el número de movi- mientos individuales que pueda realizar un músculo, tanto mayor es su proyec- ción cortical y auricular. Así ocurre con el pulgar, cuya proyección en la oreja va paralela a la raíz supe- rior del antehélix, desde el repliegue del hélix hasta la altura del ángulo de la fosa triangular (proyección de la articulación de la muñeca). Los otros dedos están en posición posterior al pulgar, quedando las puntas de los dedos en la parte superior de la escafa, cubiertos por el repliegue del hélix. La totalidad de la mano se puede situar entre los radios D7 a D12. La muñeca se encuentra, como hemos indicado anteriormente, a la altura del ángulo de la fosa triangular, sobre el radio D7.
  • 27. El codo deberá buscarse a la altura de la raíz inferior del antehélix, sobre el radio D5. Los tegumentos inervados por el braquial cutáneo interno y el cubital se ado- san a la cola del hélix. Los inervados por el músculo-cutáneo y el radial se apoyan sobre el borde posterior del cuerpo del antehélix. La cintura clavicular debe localizarse a nivel de la séptima cervical y primera dorsal. La proyección del húmero, situada en el fondo de la canaleta del hélix, se extiende de C7 a D5. El hombro y la región deltoidea, inervada por el circunfle- jo, convergen en un punto hundido en la profundidad del surco terminal de la corredera escafoide, sobre el radio C7. Entre las localizaciones de la muñeca y del codo se encuentra la proyección del antebrazo, ocupando el radio su porción anterior y el cubito la posterior. La enorme proyección del pulgar y de la mano en la canaleta escafoide nos demuestra claramente que son los captores propioceptivos los que se proyectan a nivel auricular, y no el sistema muscular propiamente dicho. Es decir, que a este nivel detectaremos bien sea las afecciones óseas, articula- res, ligamentarias, del miembro superior, así como las polineuritis (proceso de pre- dominancia distal), carenciales, tóxicas o degenerativas, incluso las polirradículo- neuritis, pero en ningún caso las radiculopatías, que se hallan bajo la dependencia del antehélix. Subrayemos algunas indicaciones: Las rizartrosis del pulgar se benefician frecuentemente de un tratamiento realizado sobre la cresta de la aurícula, justo sobre una horizontal que pasa por el vértice de la fosita triangular (punto coxo-femoral). Las sinovitis mecánicas responden notablemente a la acción terapéutica reali- zada sobre la mitad postero-superior del pabellón. En cambio, es ilusorio el trata- miento de las parestesias secundarias a la constitución de un síndrome del túnel del canal carpiano. Igualmente aunque la epicondilitis se calma inmediatamente por la coloca- ción de una aguja, o mejor aún por la aplicación durante unos minutos de un débil campo magnético sobre el punto del codo, en el fondo de la canaleta, sobre el radio D5, la recidiva es la regla en caso de alteración del pequeño menisco húmero-radial de Tillaux. En cambio, en las tendinitis a veces se es testigo de recuperaciones inespera- das y notablemente rápidas de capsulitis, incluso retráctiles. Y a veces se pueden ver restituciones radiográficas inexplicables en casos de omartrosis. Las diferentes subluxadones, sea de la primera costilla, sea de las articulaciones acromio-claviculares o esterno-claviculares exigen siempre el concurso de la técnica manipulativa que el tratamiento auricular puede completar e incluso facilitar. LA PROYECCIÓN DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES La localización refleja del miembro inferior es la fosa triangular. Así se encuen- tra el dedo pulgar del pie en la parte superior y posterior de la fosa, en sentido de la raíz superior del antehélix, exactamente enfrente de la proyección del pulgar de la mano. Los otros dedos del pie se unen hacia adelante, de modo que el meñique queda por debajo de la rama ascendente del hélix, en la parte anterior de la fosa triangular (Figura 4-4). Los talones y las pantorrillas están en el cuarto anteroinferior de la fosa. El talón queda localizado cerca del antehélix, a la altura del sacro. Para poder encontrar esta localización hay que doblar la parte ascendente del hélix, ya que el punto está justamente por debajo del mismo. El tobillo se encuentra por encima y algo por detrás de la localización del talón. El maleólo interno queda algo por debajo, a la altura de la quinta vértebra lumbar, y el externo más arriba, a la altura de la proyección del sacro. Lo más fácil de localizar es la proyección de la rodilla. Se encuentra en el cen- tro de la fosa triangular. Este punto nos puede servir de referencia para la locali- zación de la tibia, peroné y fémur. Respecto al punto de la rodilla, la zona de la tibia se sitúa en la parte antero-superior, el peroné en la anteroinferior, y el fémur en la parte postero-inferior. La articulación de la cadera ocupa la punta de la fosita triangular. Algo por delante de ella se proyecta la musculatura glútea. Y en el centro del trayecto mus- culatura glútea-talón se encuentra la zona que corresponde al nervio ciático. Como hemos visto, la parte anterior y superior de la fosita, bajo el reborde auricular, es eminentemente podológica, y a su nivel se detectarán los trastornos originados por los circuitos oscilantes o reverberantes que parten de los captores plantares, estudiados por la escuela de BOURDIOL. Justo por detrás de la rodilla del hélix se sitúa el Punto Maestro de las Talalgias, mucho más frecuentemente ligadas a una aponeurositis plantar que a la espina calcánea, inconstante. En la parte alta de la fosita, sobre la cresta de la aurícula, se localiza el primer radio interno. Es muy seguro que a su nivel se puedan aliviar y frecuentemente de una manera duradera los dolores relacionados con un hallux valgus o una, crisis de gota. Las dos vertientes de la fosita triangular nos explican, la inferior de topografía longitudinal sacra los éxitos de las cauterizaciones primitivas en las ciatalgias, así como en las contracturas de la musculatura lumbar. Y la superior, proyección de las ramas anteriores del plexo lumbar, nos permite la corrección de los trastornos vasculares del miembro inferior, aunque también podemos actuar eficazmente sobre las meralgias parestésicas o las cruralgias.
  • 28. El vértice de la fosita es un centro importante: De una parte, representa la articulación coxo-femoral y por ello su interés en el tratamiento de la coxartrosis es evidente. Y por otra parte, la articulación sacro-ilíaca y la sínfisis púbica la bordean. En toda esta zona de la fosita se pueden encontrar, según la concepción de BOURDIOL puntos particulares que rigen de una parte el equilibrio muscular, y de otra parte el equilibrio vegetativo, puesto que conocemos bien las interferen- cias entre estos dos sistemas subcorticales. LA PROYECCIÓN DE LOS ÓRGANOS TORÁCICOS (Figura 4-5) Proyección del corazón Se encuentra a la altura de la zona de proyección de las vértebras dorsales cuar- ta y quinta, sobre la porción posterior del cuerpo del antehélix, correspondiendo a la región de las costillas segunda hasta la quinta. Aquí encontraremos puntos activos en casos de angina pectoris. La zona relacionada con la regulación vagal del corazón En la zona inmediatamente posterior, y a la altura del cuarto inferior del agu- jero auditivo externo, y situado a unos dos o tres milímetros del borde del mismo, hay un punto extraordinariamente vital. Siempre se le debe de pinchar con exqui- sito cuidado, debido al peligro de colapso. El área del plexo cardíaco se corresponde más bien con las molestias cardíacas funcionales y podría representar la zona refleja del seno carotídeo. La localización de la proyección de las visceras torácicas, con la excepción del corazón, se encuentra en la hemiconcha inferior y precisamente sobre el sector vertical de la misma. Pero hacia la raíz del hélix queda libre una pequeña banda, donde se proyec- ta el esófago. Según las ideas de NOGIER, las áreas de proyección que se apoyan sobre la raíz del hélix corresponden a los mismos órganos, mientras que las zonas en la peri- feria deben atribuirse a la inervación vegetativa de estos órganos. Una posible causa de la duplicidad de los lugares reflejos de un órgano en la concha puede deberse tal vez a lo característico del sistema nervioso autónomo. Las diferencias en el mecanismo de conexión entre las fibras pre y postganglio- nares del sistema simpático y el parasimpático pudiera dar lugar a este respecto a una explicación neuroanatómica. También se encuentra una concordancia neuroanatómica en los estudios de BOSSY sobre la inervación de la concha. Según este autor, la inervación vagal no va hasta el borde extremo de la concha, sino que deja libre una banda estrecha (sobre la que se proyecta el tronco del simpático). La proyección de las visceras se encuentra dentro de la zona vagal. Proyección de las vías respiratorias (Figura 4-5) La zona de la laringe Está situada en el tercio inferior del borde agudo del orificio auditivo. En este área pueden encontrarse puntos en casos de modificaciones de la estructura de la laringe, ronquera debida a la inflamación de las cuerdas vocales y en las disfagias. En el límite superior de este área, hacia el centro del borde del meato, hay un punto que da buenos resultados en casos de ansiedad. Este área deberá estimularse sobre todo en artistas que sufran de "miedo a las candi- lejas" o en caso de estudiantes afectos de miedo ante los exámenes.
  • 29. Proyección de la tráquea Continúa en sentido posterior la zona refleja de la laringe y de las cuer- das vocales. Proyección de los pulmones Este área cubre casi toda la superficie vertical de la hemiconcha inferior. Dentro de su zona se activan puntos en los casos de procesos pulmonares, pero también en estados broncoespásticos. La iratoriozona relacionada con el automatismo resp Según NOGIER, se encuentra a la altura del cuarto más inferior del borde del agujero auditivo, un poco por detrás y por encima de la zona de la regulación cardíaca. Esta zona es eficaz en toda clase de enfermedades y molestias asmáticas. La zona del plexo bronco-pulmonar Queda aproximadamente a dos o tres milímetros por debajo del punto final del plexo solar, en el centro de la raíz del hélix. Se halla situada en la porción superior de la hemiconcha inferior, y despliega su eficacia incluso en estados broncoespásticos. Capítulo 5 La proyección auricular del tracto digestivo y otras estructuras importantes LA PROYECCIÓN AURICULAR DEL TRACTO DIGESTIVO ientras que la cartografía refleja en la fosa triangular, la escafa y el ante- hélix, así como en la hemiconcha inferior, resultan claras, se han encontrado dos localizaciones reflejas distintas para los órganos del tracto digestivo, en cuanto a su localización (Figura 5-1).