Primera lectura y evangelio sobre curación de mudo
1. Primera Lectura: de la profecía de Oseas (8,4-7.11.13):
Salmo Responsorial: Sal 113B,3-4.5-6.7ab-8.9-10
R/. Israel confía en el Señor
Evangelio: san Mateo (9,32-38):
Curación de un mudo
Tiempo Ordinario. Cristo no se olvida de
nosotros, Él desea seguir curando enfermos
pero "le faltan" pies y manos.
Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas (8,4-7.11.13):
Así dice el Señor: «Se nombraron reyes en Israel sin contar
conmigo, se nombraron príncipes sin mi aprobación. Con su
plata y su oro se hicieron ídolos para su perdición.
Hiede tu novillo, Samaria, ardo de ira contra él. ¿Cuándo
lograréis la inocencia? Un escultor lo hizo, no es dios, se hace
añicos el novillo de Samaria. Siembran viento y cosechan
tempestades; las mieses no echan espiga ni dan grano, y, si lo
dieran, extraños lo devorarían.
Porque Efraín multiplicó sus altares para pecar, para pecar le
sirvieron sus altares. Aunque les dé multitud de leyes, las
consideran como de un extraño. Aunque inmolen víctimas en mi
honor y coman la carne, al Señor no le agradan. Tiene presente
sus culpas y castigará sus pecados: tendrán que volver a
Egipto.»
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 113B,3-4.5-6.7ab-8.9-10
R/. Israel confía en el Señor
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. R/.
Tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen. R/.
Tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan.
Que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos. R/.
Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo. R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,32-38):
En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo.
Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada:
«Nunca se ha visto en Israel cosa igual.»
En cambio, los fariseos decían: «Éste echa los demonios con el
poder del jefe de los demonios.»
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus
sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas
las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se
compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los
trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que
mande trabajadores a su mies.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Jesús, me postro ante tu presencia con la seguridad de tu amor.
Tu gracia puede moldear mi corazón, curarlo de esas
debilidades que me alejan de tu amor. Compadécete de mí, soy
tu oveja descarriada que te busca en esta oración.
Petición
Señor, sé que la mies es mucha y los trabajadores pocos.
¡Hazme un obrero de tu mies!
6. Meditación
Más allá de sus trabajos apostólicos, los religiosos, con las vidas que
llevan, son una fuente fructífera de espiritualidad para toda la
comunidad cristiana. De la misma manera que se abren a la gracia de
Dios, los religiosos y las religiosas inspiran a otros a responder con
verdad, humildad y alegría a la invitación del Señor a seguirle.
Respecto a esto, mis queridos hermanos obispos, sé que sois
conscientes de los muchos factores que inhiben el crecimiento
espiritual y vocacional, especialmente entre la gente joven.
Sin embargo, sabemos que sólo Jesucristo responde a sus anhelos
más profundos y da un verdadero sentido a sus vidas. Sólo en Él
nuestros corazones pueden encontrar reposo. Continuad, por tanto,
hablando a la gente joven y animadles a considerar seriamente la vida
consagrada o sacerdotal; hablad con sus padres sobre su papel
indispensable en el fomento y apoyo a vocaciones de este tipo; y pedid
a vuestra gente que rece al dueño de la mies a que mande más
obreros. (Benedicto XVI, 8 de septiembre de 2011.)
7. Reflexión
Después de que expulsó al demonio, comenzó a hablar el mudo. Así sucede
con nuestra alma: aspira dones espirituales muy elevados y nosotros la
tenemos callada con un demonio que le impide hablar todas las cosas buenas
de Dios. Este demonio seguramente es nuestro orgullo y soberbia que nos
mantiene tan irreconciliables con Dios como lo pudiesen estar la noche y el día
al mismo tiempo. Sin embargo, para superar estos obstáculos que nos impiden
ser santos sólo nos queda la esperanza de ser curados por Cristo. Sólo con su
presencia permitiremos dejar hablar a nuestra alma todas esas palabras bellas
que quiere transmitir de Dios, del perdón, del consuelo, del amor, de la paz.
Hoy día Cristo no se olvida de nosotros. Él desea seguir curando enfermos y
expulsando demonios, pero "le faltan" pies y manos, "le faltan" corazones y
bocas, "le falta" la fuerza corporal de la juventud para que todos queden sanos.
Podría permitir que el mundo se convirtiese en un instante pero no lo hace por
respeto a nuestra libertad, el don más grande después de nuestra fe.
Qué hermosa lección sacaríamos de este evangelio si nos diésemos cuenta de
esta compasión que siente Jesucristo por nosotros. Compasión de ver a tantas
ovejas sin pastor y que sienten la necesidad de recibir la salud pero que no
pueden por falta de esos pastores entregados y generosos. Pidamos a Cristo
que nos envíe hombres y mujeres que no teman dar su vida para seguir a
Cristo incondicionalmente.
8. Propósito
Organizar mi tiempo para participar, en una Hora Eucarística
por las vocaciones.
Diálogo con Cristo
Acéptame, Jesús, como uno de los tuyos, como un fiel seguidor
dispuesto a todo por tu Reino.