1er. Concurso Estatal de Oratoria "José Guadalupe Zuno Hernández"
Discurso de Marco Antonio Nuñez
1. El camino es la educación
Ayer hace 44 años se derramó la sangre de miles de estudiantes: de
padres, de hijos, de hermanos, de mexicanos que decidieron hacer
valer su voz y decir ya basta ante los abusos de un gobierno
autoritario. El dos de octubre de 1968, los ciudadanos hicieron suyoel
derecho a decir, a reunirse, a actuar y tomar sus plazas y sus calles, a
recuperar su dignidad y a exigir justicia… el gobierno respondió con
balas y sangre. Y después las desapariciones y asesinatos enlos años
setentas, yluego Acteal y Aguas Blancas y San Salvador Atenco y
Oaxaca, y aquí: nuestro 28 de mayo.
Los gobiernos, los políticos, han hecho de la violencia su principal
estrategia para mantener la corrupción, el abuso, la ineficienciay la
impunidad; la represión es “la” política de gobierno con la que
pretenden silenciarnos; su visión de gobierno es siempre la misma, no
importan los colores del partido ni el transcurso de los años.
Este noviembre termina un sexenio que nos deja una de las más
terribles estelas de sangre, muerte y miedo. Porque este gobierno que
se va, inició un combate contra el crimen organizado sin estrategia ni
planeación, ni sentido. Porque de manera irresponsable intentó
combatir la violencia con violencia, dejando a los ciudadanos
atrapados en medio de un fuego cruzado.
Nos deja una guerra fallida, en un estado fallido.
La irresponsabilidad de este gobierno y los que le antecedieron radica
en haber permitido la descomposición del tejido social de nuestro país.
2. Porque sus políticas económicas han provocadoque la distancia entre
ricos y pobres sea cada vez más grande; elaumento del desempleo y
de empleos mal pagados;han convertido al comercio informal en una
válvula de escape engañosa e insuficiente;han castigado a los
trabajadores con impuestos excesivos y tolerado la evasión fiscal de
las grandes empresas. Nos dejan unadesigualdad social tan
escandalosa, que no puede considerarse mas que un crimen. Nos
dejan un país que vive a raya,presumiendo cifras
macroeconómicas“estables”, pero que cada día produce más pobres.
El escenario parece desolador: nuestro campo se muere; nuestra
gente abandona el país por falta oportunidades; la violación de los
derechos humanos es parte de la cotidianidad; la corrupción y la
impunidad la constante de todos los días. Somos una sociedad que ha
aprendido a temer a los gobiernos tanto o más que a los criminales.
Es triste que cada vez que tengo la oportunidad de hablar en este
espacio, tengo hablar de muerte, de crimen, de impunidad y de una
clase política que no nos representa, que no gobierna para nosotros,
que no nos da seguridad ni bienestar ni tranquilidad. Este México es el
que nos han dejado, pero también el que hemos permitido.
Y entonces miro hacía atrás y veo a los estudiantes que en el 68
lucharon hasta el final y a todos aquellos que han dado la vida por
defender lo que creen justo; y miro nuestro presente y me doy cuenta
que siguen siendo los ciudadanos los que están dando la cara: veo a
Javier Sicilia, a Raúl Vera, a Alejandro Solalinde, y a miles de hombres
y mujeres que desde el anonimato levantan la voz reclamando justicia
y dignidad. Y miro hacia delante y me doy cuenta que la
3. responsabilidad de cambiar este país está en cada uno de nosotros.
Desearía queSicilia no tuviera que recorrer el país llevando en su
corazón la perdida de su hijo; que don Raúl no tuviera que pelear por
los derechos humanos y la dignidad de los más desprotegidos;que
Solalinde no viviera bajo las amenazas de criminales y autoridades,
por tener el valor de defender los derechos de nuestros hermanos del
sur, que todos los días arriesgan la vida al cruzar por nuestro país.
Desearía que los periodistas de Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Ciudad
Juárez y de todo el país no estuvieran perdiendo la vida por atreverse
a contar las historias de lo que está guerra ha provocado; que
nuestros periodistas no tuvieran que escribir sobre la sangre que ya
también se está derramando aquí, en Jalisco.
Desearía que este país fuera otro, pero no lo es. Y el reto que
debemos asumir es el de participar, de actuar, de hacer, de decir, sin
importar lo difícil que parezca.
Hace poco menos de seis años se tomó una decisión sin precedentes,
sin lógica, si consenso, sin estudio, sin sentido: combatir la violencia
con violencia.
Hace poco menos de seis años que México inauguró, por decisión
unilateral e irresponsable, una guerra contra el narcotráfico que no ha
disminuido el crimen ni erradicado la violencia.
Hace seis años se optó por la guerra y hoy queda claro que ese no era
el camino.
El gran problema de este país no se resuelve con una guerra que no
tenga por enemigos a la desigualdad, a la pobreza, a la corrupción, ala
4. impunidad. Si queremos cambiar este país, esos son los problemas
que hay que erradicar y la única arma que puede lograrlo es la
educación.
Y entonces, los gobiernos deben actuar de manera inteligente e
invertir más en educación, en mejorar los salarios de los profesores
(que trabajan más que un diputado o un gobernador o cualquier
político), en abrir más espacios para los estudiantes, en apoyar la
investigación, el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Si tenemos educación, se acaba la desigualdad, disminuye la pobreza,
habrá empleos, el crimen deja de ser una alternativa y se termina con
la violencia. Por supuesto, también se terminan las posibilidades de
los políticos ineficientes, corruptos o con intereses que no son los de la
gente. Porque un pueblo educado votará más y votará mejor; será
más crítico y exigente; y no tolerará más abusos ni excesos de los
gobernantes.
Este país necesita gobiernos que tengan el valor de actuar con
honestidad y que asuman la responsabilidad de tomar el camino de la
educación. No hay pretextos, los países de primer mundo no invierten
grandes cantidades en educación por ser ricos, son ricos porque
invierten en educación.
Por eso estamos aquí hoy, para reconocer y seguir el camino que ha
tomadoel doctorJosé Narro Robles. Le damos éste reconocimiento
como una muestra de que estamos con él en la causa más importante,
en la causa pilar, en la causa eje: la defensa de la educación, la
5. educación laica, la educación gratuita, la educación de calidad, la
educación para todos.
Sabemos que para el doctor Narro sobran las palabras, los títulos y los
reconocimientos, pero para la causa que abandera no sobrará jamás
una manomás: los estudiantes de la Universidad de Guadalajara le
ofrecemos nuestras manos, nuestras mentes y nuestros corazones. Es
una deuda que tenemos con los universitarios del 68, con nosotros
mismos, con México.
Doctor Narro, estamos juntos en esta lucha por la paz, por la
educación, por un país en que el que todos podamos vivir con
dignidad.
Doctor, a partir de hoyusted cuenta ya, para éstas luchas y las que
sigan, con un Corazón de León.
Muchas gracias