Los políticos bolivianos junto con sus asesores comunicacionales se afanan en indicar que las desventuras del país se deben a factores externos e internos que no permiten que nuestro país se desarrolle y crezca para generar bonanza y bienestar a la sociedad en su conjunto.
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Diez años de pausa
1. Diez años de pausa
Juan Manuel Arias Castro
Nuestros políticos, esos profesionales de la política, aquellos que entran a la política para
servirse y no para servir, para enriquecerse y no para enriquecer a la gente, esos políticos
engominados con ternos impecables y los políticos con chamarra y/o chompita, y también
las damas, las políticas con carteras de cuero y las políticas de sombrero y pollera, todos
ellos, sin excepción tienen una cosa horrorosa en común, siempre encuentran un motivo
para echarle laculpa aalguien o a algo de los fracasos, derrotas o infortunios que mantienen
a nuestro país en la lista de los países más pobres y más corruptos.
Con frases ensayadas sacadas de esos mismos asesores comunicacionales, se afanan en
indicar que las desventuras del país se deben a factores externos e internos que no
permiten que nuestro país se desarrolle y crezca para generar bonanza y bienestar a la
sociedad en su conjunto.
Hemos escuchado desde 1879, que la pobreza del país se debe a que somos un país
mediterráneo, porque nuestro país vecino de manera alevosa nos arrebató nuestra salida
soberana al mar y nos condenó a ser pobres por no tener mar (factor externo). Todos los
políticos han aprovechado el enclaustramiento geográfico, para enclaustrarnos
mentalmente. Es un despropósito ignorar que nuestro país tiene una salidasoberana almar
a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay, donde tenemos 6 km de costa sobre aguas
internacionales que nos llevan directamente a las aguas del océano atlántico.
Otra de las causas externas, muy de moda estos últimos años, ha sido culpar al “imperio”
(Estados Unidos) de la pobreza de nuestro país. Que el imperio se apropió de nuestros
recursos naturales y por ese motivo somos pobres, explotados y sin dignidad. Que el
imperio y los imperialistas se han llevado todo el oro, los minerales, todo el petróleo, el gas
y hasta el oxígeno que producen nuestros bosques han sido arrebatados y por nada más
vivimos en desgracia.
Otra muletilla, esta vez como factor interno, ha sido culpar a los anteriores gobiernos de
despilfarrar y robarse el dinero de los bolivianos, aplicando medidas económicas dictadas
por los organismos financieros internacionales. Ellos son los culpables de haber entregado
a las multinacionales y a los corruptos de los anteriores gobiernos nuestros recursos y la
soberanía de nuestra nación.
Es decir, la historia de este país está marcada por una suerte de “echarle la culpa a alguien”,
y nadie, ni un solo político en función de gobierno se ha animado a dejar de usar estas
excusas para encarar programas serios de desarrollo humano (nuestro peor déficit) de
educación, de saludy especialmente de aliento a lainvestigaciónen las Universidades,cuna
donde nacen y sedesarrollan las nuevas tecnologías que llevan alos ciudadanos asuperarse
y a mejorar sus niveles de vida.
2. Durante mucho tiempo, nuestros políticos han practicado la filosofía del fracaso, el dogma
de la ignorancia y han ejercido con absoluta propiedad el fomento a la envidia; y lo único
que hemos conseguido es la distribución igualitaria de la miseria. ¿Cómo? Echándole la
culpa a alguien o a algo. Debemos exigir a todos los políticos ponerse a actuar de manera
sensata y, todos sin excepción, hacer una pausa de por lo menos 10 años de no echarle la
culpa a nadie de nuestras desgracias, cuando hagamos eso, creo que podremos construir
una patria sin complejos ni taras mentales que mucho daño nos hacen.
Escrito el 26 de marzo de 2019