Esta marcha la iniciamos en Xelajúj No´j donde nuestros abuelos y abuelas iniciaron la Resistencia; con ello rendimos homenaje a nuestros antepasados que enfrentaron al invasor, al encomendero o a los que actualmente invaden nuestros territorios; por eso rendimos homenaje a Tekun Umam, Atanasio Tzul, Felipa Tzoc y Lucas Aguilar, María Hernández Zapon, nuestros hermanos masacrados en la Cumbre de Alaska; Raúl Castro Bocel. Teodoro Saloj, Micaela Guarchaj y otras y otros más que cayeron defendiendo nuestros territorios
Convocatoria II Cumbre Continental de Comunicación Indígena
MANIFIESTO DE LA MARCHA DE LA DIGNIDAD POR LA VIDA Y LA JUSTICIA
1. MANIFIESTO DE LA MARCHA DE LA DIGNIDAD
POR LA VIDA Y LA JUSTICIA
-Versión Completa-
1. LAS RAZONES DE NUESTRA LUCHA
Esta marcha la iniciamos en Xelajúj No´j donde nuestros abuelos y abuelas iniciaron la
Resistencia; con ello rendimos homenaje a nuestros antepasados que enfrentaron al
invasor, al encomendero o a los que actualmente invaden nuestros territorios; por eso
rendimos homenaje a Tekun Umam, Atanasio Tzul, Felipa Tzoc y Lucas Aguilar, María
Hernández Zapon, nuestros hermanos masacrados en la Cumbre de Alaska; Raúl
Castro Bocel. Teodoro Saloj, Micaela Guarchaj y otras y otros más que cayeron
defendiendo nuestros territorios
Los que integramos esta marcha somos autoridades ancestrales, comunidades en
resistencia, organizaciones indígenas y campesinas, movimientos estudiantiles, de
jóvenes, de mujeres, artistas, organizaciones sociales diversas, de la diversidad,
feministas, medios de comunicación comunitarios y alternativos y personas que
soñamos y luchamos por un cambio. Venimos de distintos lugares de Ixim Ulew y en
nuestro caminar nos hemos encontrado, hemos puesto en común nuestro pensamiento
y decidimos unir nuestros pasos para hacernos visibles, porque este sistema de
herencia colonial no es nuestro, nos invisibiliza y solamente contamos cuando nos
persiguen por defender nuestros territorios; cuando nos acusan de delincuentes y
alborotadores por movilizamos y reclamamos nuestros derechos, o somos un número
de votos para que políticos corruptos, violadores de derechos o delincuentes saqueen
el Estado.
Esta marcha la realizamos con el esfuerzo individual y colectivo de cientos de personas
y comunidades que han dado su aporte para poder realizarla. Comunidades enteras
dieron toneladas de maíz y frijol; aportaron café, verduras, arroz y distintos alimentos
más. Muchas manos, prepararon alimentos, en algunos casos después de horas de
caminar; personas en lo individual brindaron sus aportes en especie o efectiva y
distintos compañeros y compañeras integraron las diferentes comisiones para hacer
posible este recorrido y cientos de hermanos y hermanas dieron su tiempo para
incorporarse en esta lucha.
Hemos decidido caminar por la persecución que se mantiene contra hombres y mujeres
que defienden la vida, la justicia y los derechos humanos y reaccionan con dignidad
ante la miseria, la permanente violación de derechos; la ausencia de salud, educación,
servicios y necesidades básicas que padecemos la mayoría de la población y que no
podrán ser resueltas mientras se mantenga el actual modelo de acumulación y despojo
que invade nuestros territorios con minería, hidroeléctricas y grandes construcciones
2.
que beneficia a unas cuantas familias. Mientras continúe la impunidad y corrupción de
políticos, funcionarios y empresarios que se apropian de los recursos que provienen de
nuestros impuestos estas graves necesidades no podrán ser resueltas.
Hemos unido nuestros pasos porque rechazamos la Alianza Criminal que actualmente
tiene el control de los tres poderes del Estado y que, hasta el último día de su gestión el
13 de enero de 2020, aún puede aprobar leyes que afectarán profundamente a la
mayoría de las guatemaltecas y guatemaltecos o bien decisiones de gobierno en contra
del pueblo. Realizamos esta marcha porque tenemos la firme convicción de que es
urgente enfrentar las acciones del Pacto de Corruptos y por eso llamamos a todas y
todos a volver a levantar la indignación y la acción porque no solamente se trata de
enfrentar la corrupción, sino porque la intención de fondo es crear mayores condiciones
para el despojo de los Pueblos, Comunidades y personas.
Caminamos porque rechazamos la postulación de candidatos y candidatas con
procesos judiciales en su contra, defensoras del genocidio y la violencia de muerte que
golpeó nuestros pueblos; narcotraficantes, corruptos, militares genocidas y otras
candidaturas nefastas que evidencian la podredumbre y el desmoronamiento de un
sistema de partidos políticos que no se puede calificar de democrático y al que es
necesario transformar desde la raíz, para que sea realidad el postulado que el Poder
proviene del Pueblo.
Para nosotras y nosotros la democracia es algo más que elecciones y cambio de
gobierno. No puede haber democracia verdadera en un país donde se violan
constantemente los derechos colectivos e individuales; donde se impone por la fuerza
un modelo extractivista y de agronegocio; donde a las y los jóvenes se les mira con
sospecha por el simple hecho de ser jóvenes; donde existe una exclusión permanente
de las mujeres y los Pueblos Indígenas; donde las necesidades básicas de la población
no estén satisfechas porque los recursos se desvían para el enriquecimiento de
políticos, funcionarios y empresarios corruptos
Pero sobre todo caminamos juntos hombres y mujeres de distintas edades y territorios
porque a pesar de la represión, criminalización y el olvido, somos la Dignidad de la
Memoria, que rememora a nuestros antepasados, a los que no se rindieron ante la
opresión y dominación, a los que cobijaron en el exilio, en los pueblos y ciudades,
valles y montañas la histórica rebeldía durante los dictatoriales gobiernos militares; a
quienes mantuvieron la llama de la rebeldía encendida en los tiempos más oscuros y a
quienes ahora han enfrentado a empresas palmeras, cañeras, mineras, hidroeléctricas
y construcción de grandes negocios y a los gobiernos que los apoyan.
Somos la dignidad de los Pueblos que conformamos Guatemala, somos los cuidadores
y cuidadoras de la vida, las plantas, las montañas, los ríos, los animales grandes y
pequeños y todo lo que vive en el subsuelo, el suelo y el sobresuelo; somos las
herederas y continuadores de nuestras culturas milenarias, nuestras cosmovisiones y
nuestras propias formas de gobierno.
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Somos quienes históricamente hemos sido excluidas y olvidados, pero que nos
negamos a agachar la cabeza, más bien reivindicamos la Rebeldía y somos la
Dignidad de quienes no se rinden y que en medio de las dificultades hemos sabido
mantener la lucha contra el modelo extractivista que atenta contra nuestros derechos
como pueblos originarios y comunidades en resistencia.
Somos la Dignidad de las mujeres que, a pesar del olvido, la invisibilización, la
exclusión y la opresión, no claudicamos, no dejamos de luchar, no dejamos de levantar
nuestra voz y no dejamos ni dejaremos de reclamar nuestros derechos hasta que este
sistema patriarcal y machista, desaparezca, donde debe nacer como obra política un
nuevo sistema que valore y tome en cuenta nuestro aporte, pensamiento y condiciones.
Somos la Dignidad de la juventud rebelde, la que en distintos territorios y ciudades
mantenemos nuestra inconformidad con el sistema, quienes no aceptamos que
nuestras vidas giren en torno del consumismo con el que tratan de cooptarnos, somos
las y los jóvenes que participamos de diversas maneras rechazando este sistema de
muerte
Somos la Dignidad de la indignación porque no aceptamos que el único futuro para los
guatemaltecos y guatemaltecas sea tener un narcoestado, a corruptos gobernando y el
estado cooptado por las mafias. Somos la dignidad de la diversidad; porque
reconocemos que ser de distintos pueblos y territorios, ocupaciones, religiones,
opciones o preferencias sexuales, clases sociales, edades y actividades, no disminuye
en nada los derechos que nos corresponden a todas y todos; somos quienes, en medio
de la desesperanza, mantenemos y le abrimos camino a la Esperanza, a la Justicia y la
Paz para todas y todos.
Somos, en resumen, la Marcha de la dignidad que recorrimos medio país, pero
llegamos de las cuatro esquinas de Guatemala y venimos con nuestra Dignidad
Rebelde para decir que aquí estamos, para defender y construir la Vida que debe
florecer.
Estamos aquí para reclamar justicia verdadera, que no puede venir de un sistema
judicial capturado por las mafias y las élites económicas, que se niegan a aceptar la
realidad de la que los pueblos indígenas tenemos nuestra propia justicia y nuestras
formas de resolver conflictos que deben de ser respetados para alcanzar el pluralismo
jurídico. Rechazamos la impunidad que se ha instalado en este país, donde los
poderes, cuando les conviene, incluso pasan por encima de las normas jurídicas que
ellos crearon, con el fin de proteger sus intereses, pero al pobre cuando actúa fruto de
la injustica, todo el peso de la ley le cae encima.
2. LA CRISIS DEL ESTADO Y LA SOCIEDAD GUATEMALTECA
Pasamos por varias ciudades del occidente de Guatemala y venimos a la capital del
país, porque nos encontramos en un contexto que tiene como centro el modelo de
4.
acumulación de riquezas que atenta contra la dignidad, la Vida y la Justicia para los
pueblos.
Este sistema que no nos represente, es un sistema racista que nos despoja de
nuestros derechos, nuestra identidad, nuestra historia, nuestra cosmovisión y no
permite crear las condiciones para el Buen Vivir.
En nuestro caminar hemos podido constatar el terrible efecto de la corrupción e
impunidad, así como el racismo estructural: escuelas en mal estado, centros de salud
desabastecidos, niños y niñas menores de 10 años trabajando cuando deberían estar
en la escuela; carreteras que requirieron inversiones millonarias y ahora están en mal
estado, ausencia de agua potable y drenajes. Es un insulto a la dignidad humana que
haya zonas del país donde se cuenta no solo con los servicios básicos, sino que tienen
acceso libre a internet, seguridad privada, ciclovías e incluso trapean las banquetas,
mientras existen otras áreas del país donde falta de todo y las condiciones son las que
prevalecían a principios del siglo pasado. Cada lugar expresa la realidad nacional: unos
pocos privilegiados la tienen y concentran todo y una inmensa mayoría a la que todo le
hace falta.
Los medios de comunicación corporativos, la educación y los demás entes que se
encargan de transmitir y reproducir las ideas nos han acostumbrado a normalizar la
pobreza, la exclusión, la violencia, el miedo y la muerte. En lugar de indignarnos tratan
de que aceptemos esas condiciones de vida como normales y subrayan el
individualismo y el egoísmo; sin embargo, hay momentos en que el espíritu solidario, el
apoyo a los demás y el sentido de comunidad logra romper los diques y se expresa
como sucedió con la tragedia del Volcán de Fuego o la crisis de las caravanas de los
migrantes.
Encontramos poderes que han instalado una falsa democracia que se está traduciendo
en una dictadura civil, impuesta. Nos quieren seguir engañando diciendo que una
persona cambiara la situación del país, cuando lo que se requiere es transformar al
Estado desde la raíz; por eso reafirmamos que las elecciones no van a solucionar nada
esencial y lo que buscarán es más bien legitimar el golpe de estado que ha impulsado
la Alianza Criminal. Cuando termine el proceso electoral, se habrán dado reacomodos
en los funcionarios públicos, pero se mantendrá los mismos poderes que están al
servicio de una minoría y lo que se habrá dado es un reacomodo de las fuerzas de la
corrupción y la impunidad.
En estas elecciones se han impuesto candidatos que participan en función de sus
intereses personales o de grupo, representan a los que se enriquecen de hacer
negocios con el Estado, defienden los intereses del pequeño grupo de familias que se
creen dueños del país y que son los únicos que deciden quién gobernará o están
vinculados a la corrupción, la violación de los derechos humanos y al crimen
organizado. Con ese tipo de candidatos y candidatas que se nos han impuesto, se
votará, pero no se elegirá porque las opciones, salvo pequeñas diferencias, son más de
lo mismo.
5.
Por eso rechazamos que se elijan o vuelvan a elegir las personas o sus familiares que
sean corruptos, violadores de derechos humanos, quienes tienen procesos judiciales
en su contra, contratistas del Estado y quienes hayan legislado en contra del Pueblo;
llamamos a no votar por ninguna de esas personas.
3. ACUERDO NACIONAL POR LA VIDA, LA RESISTENCIA Y EL BUEN VIVIR
La crisis que se ha vivido desde que se destapó la corrupción puso en evidencia que el
problema no es solamente quién gobierna o a quién hay que cambiar. Lo que está en
crisis es el conjunto de la institucionalidad del ejecutivo, legislativo y judicial; en otras
palabras, es TODO el Estado Guatemalteco el que se hace necesario transformar. No
esperamos que cualquier funcionario público sea quien transforme la situación que
padecemos las mayorías.
Los Pueblos somos los que hacemos la historia y solamente si somos arquitectas y
constructores de nuestro presente y futuro, lograremos enfrentar a las élites
económicas y políticos que han secuestrado el país en beneficio de unos cuantos. Para
transformar esta situación es necesario la participación de distintos esfuerzos, por ello
llamamos a la construcción y consolidación de un Acuerdo Nacional por la Vida, la
Resistencia y el Buen Vivir. Este acuerdo tiene ejes básicos:
a) La lucha por la defensa articulada de la vida, nuestros territorios y
nuestros derechos y garantías.
Quienes participamos de distintas maneras en la Marcha de la Dignidad,
tenemos en común que valoramos la Vida en toda su dimensión; por ello nos
comprometemos ante la agresión y despojo de empresas y gobiernos; a
movilizarnos, apoyar y actuar en defensa de la violación de cualquier derecho
individual o colectivo. Nadie tiene que quedar desprotegido y nadie tiene que
estar en soledad ante la violación a sus derechos. Actuaremos como una
agresión a todas y todos cuando se vulnere cualquier derecho y apoyaremos a
nuestros hermanos y hermanas que son presos políticos del sistema actual.
Para defender la vida, nos comprometemos a articular distintos tipos de
esfuerzos para la defensa, protección y preservación de la Madre Tierra y el
Territorio como base para construir un Estado plurinacional y defender
nuestros territorios. Nuestra responsabilidad será apoyar, compartir e
involucrarnos en la defensa de la Madre Tierra ante las agresiones que se vivan.
Ante los esfuerzos de la alianza criminal que tiene cooptados los tres poderes
del Estado y la continuidad que pretendan tener a estos esfuerzos, nos
comprometemos a no permitir que se retroceda en las pocas garantías y
derechos que están en el actual ordenamiento jurídico, a pesar que
reconocemos que dicho ordenamiento no es nuestro sino ha sido impulsado por
las élites económicas y políticas para proteger sus intereses y en otros casos
han sido fruto de la lucha por conquistar estos derechos.
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b) Lucha por la plena realización de derechos y el buen vivir.
La lucha que libramos no es únicamente defensiva. A lo largo de la historia
hemos desarrollado distintas concepciones y prácticas que son la base para la
construcción de una nueva sociedad y un Buen Vivir. Las prácticas para el
cuidado y relación armónica con la Madre Tierra que se han transmitido de
generación en generación en los Pueblos Originarios; nuestras concepciones y
prácticas en salud, educación; la práctica de la agroecología, los enfoques y
formas de entender y transformar la realidad que han aportado las mujeres y el
feminismo; las prácticas comunicativas alternativas y populares; las formas de
organizar el trabajo sin explotación y con apoyo mutuo; así como las distintas
formas en las que construimos la vida.
Sin embargo, estas experiencias, aunque exitosas, seguirán siendo esfuerzos
aislados si no se van generalizando. Por esta razón es necesario compartir,
intercambiar y articular las experiencias comunes para que se conviertan en
fuerza social; para ello nos comprometemos a conocer, compartir e impulsar
conjuntamente aquellas experiencias que hagan posible, por un lado, hacer una
crítica al modelo de desarrollo que los poderosos han impuestos y por otro lado,
convertirlos en mayores niveles de organización y articulación social para,
posibilitar el acceso a los derechos económicos, sociales, políticos y culturales.
c) Lucha por la construcción del poder de los Pueblos por medio de una
democracia plurinacional, participativa, protagónica y popular.
Es necesario retomar la idea, definir e impulsar un proyecto político alternativo
que permita direccionar las luchas por la transformación social y en el que la
democracia se conciba como una forma de convivencia y una forma de organizar la
sociedad.
Este proyecto político debe dar lugar a la construcción del poder de los pueblos que se
nutrirá de las prácticas democráticas ancestrales basadas en las asambleas comunales,
la consulta permanente y el consenso de cada uno de los pueblos, lo que implica
concebirla la democracia como plurinacional, y por otro lado, se debe basar en
mecanismos que permitan al Pueblo expresar su opinión, decidir qué se hace, cómo se
hace, quién lo hace y se pueda supervisar las acciones y lo que hacen los funcionarios
electos, lo que será fruto de una participación permanente y protagónica de los sectores
populares. De esa forma, la democracia sería a la vez un sistema de gobierno y un tipo
de sociedad que no se limita a ejercer el voto cada cuatro años.
Para impulsar esta visión de democracia, nos comprometemos a profundizar,
reflexionar, dialogar y consensuar nuestra propia propuesta y elaborar, más allá de
definiciones genéricas, cuál debe ser ese proyecto político del siglo XXI, cuál es el
camino estratégico para impulsarlo, los medios y los objetivos a alcanzar en cada fase,
en el marco del objetivo estratégico de fundar un Estado Plurinacional, que es la obra
crisol de los pueblos de Iximulew
La estrategia a desarrollar nos debe permitir articular de forma integral:
i. La participación política permanente.
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ii. La movilización social permanente y la lucha de calle
iii. La articulación de diversos esfuerzos y alianzas duraderas
iv. El enriquecimiento de la democracia desde la experiencia de las autoridades
ancestrales y su reconocimiento por las comunidades.
La acción política no es lo que hacen los partidos políticos y los procesos electorales. La
acción política, desde nuestra visión, tiene que ver con todas las luchas por lograr el
predominio y acumulación de fuerzas de los pueblos, sectores populares y sujetos
políticos afines, en todos los terrenos en que existe la democracia: el económico, el
político, el ideológico, el social, en el Estado y en el conjunto de la sociedad. Además,
los procesos y luchas de acumulación de fuerzas, se deben de realizar en el marco de
una concepción de quiebre del sistema dominante y de sustitución por la nueva
institucionalidad y práctica democráticas. Ese es el reto que tenemos y este es nuestro
compromiso para avanzar en esa dirección.
Marcha de la Dignidad, Por la Vida y la Justicia
Que Todos se Levanten, Que Ninguno se Quede Atrás
Ixim Ulew 5 Q’anil
Guatemala, 8 de mayo de 2019