Este documento resume las posiciones de los candidatos Gustavo Petro e Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. El autor argumenta que Petro ha recibido el apoyo de diversos sectores progresistas y que representa la esperanza de lograr una sociedad más justa e igualitaria, mientras que Duque genera incertidumbre debido a su alianza con sectores conservadores y su postura de modificar el acuerdo de paz. El autor concluye expresando que votará por Petro porque representa la esperanza de los jóven
1. Voto por la esperanza1
Olga Amparo Sánchez Gómez
El panorama electoral luego de la primera vuelta cambió, se han fisurado las estructuras y las
maquinarias electorales; los partidos tradicionales han salido debilitados, no solo porque no
lograron, como en antaño, que sus bases votaran tal como lo ordenaban los líderes nacionales, los
caciques y los gamonales en los territorios, sino porque perdieron su horizonte político, sus
plataformas no representan el sentir de sus bases, ni dan cuenta de los graves problemas de
exclusión e injusticias que viven grandes sectores de la población colombiana y de la pobreza del
sector rural, de pueblos indígenas, comunidades afro descendientes, y de la miseria en la que viven
contingentes de seres humanos en el sector urbano.
En la primera vuelta se presentaron a los/as electores/as opciones políticas que buscaban su apoyo;
uno de los aspectos más significativos fue la utilización del miedo y el discurso de la polarización de
la sociedad colombiana. En el fondo de ambos discursos hay un cierto dejo de subvaloración de la
capacidad del electorado para un voto libre. No creo que Duque, al otro día de ser presidente, vaya
iniciar una persecución a todo líder social o derechos humanos que exija sus derechos o que pueda
reformar la justicia de acuerdo a su propuesta de campaña; tampoco creo que Petro vaya expropiar
y a perseguir a todos los ricos del país o acabar con la propiedad privada o con la libre empresa. Y
no creo que lo puedan hacer porque existe una institucionalidad que, con todas sus fragilidades,
opera en un sistema democrático de balance de poderes y una ciudadanía cada vez más
empoderada y con mayor conciencia de sus derechos.
Para avanzar en la disputa por la presidencia, Duque ha logrado una fuerte alianza de derechas que
incluye las maquinarias del Partido de la U, del Partido Conservador, del Liberal y de Cambio Radical.
También ha obtenido importantes apoyos del sector empresarial como el del Consejo Gremial
Nacional. Por supuesto, es motivo de incertidumbre la independencia que pueda tener Duque del
Centro Democrático en cabeza de su líder político el expresidente Uribe, o de los ñoños, las iglesias,
Viviane Morales o el ex procurador Ordoñez; pero no solo generan incertidumbre sus alianzas, sino
también su postura clara y contundente acerca de la necesidad de modificar el Acuerdo Final, en
una de sus columnas vertebrales la JEP y su agenda en defensa de la visión tradicional de familia
acordada con los grupos cristianos que significaría, en el mejor de los casos, pocos avances o
retrocesos sustanciales en derechos civiles, sexuales y reproductivos afectando de manera especial
a las mujeres y a la diversidad sexual.
Desde la orilla de Gustavo Petro, él ha obtenido respaldo de los progresistas, Unión Patriótica, Maís,
Fuerza Ciudadana, sectores del Polo Democrático, Alianza Verde, líderes del Partido Liberal y
algunos del Partido Conservador. Asimismo, cuenta con el apoyo de intelectuales, docentes, líderes
sociales, organizaciones sociales, organizaciones de mujeres, de jóvenes, de diversidad sexual, de
víctimas, de indígenas, de afro descendientes. Y es lógico que Petro genere incertidumbre y hasta
“miedo” en quienes, durante décadas, han gozado de privilegios y en quienes sin tenerlos, aun
viviendo en la pobreza y en la exclusión, defienden el estatus quo. La igualdad genera miedo porque
1
Lo planteado en el artículo no compromete a la Casa de la Mujer, organización feminista a la cual estoy
vinculada, lo expresado es una opinión personal no institucional.
2. implica reconocer las desigualdades, y política y programáticamente hacerles frente para
eliminarlas, ello necesariamente toca con el estatus quo.
Por otro lado, el discurso de la polarización de la sociedad tiene cierto tufillo de idealización de la
democracia. El pluralismo y la democracia no se alcanzan sin el debate entre la derecha y la izquierda
y el debate entre posturas y visiones que se contraponen. Debates que constituyen la esencia del
sistema democrático. La disputa en esta contienda electoral es sobre visiones contrapuestas de la
sociedad colombiana, temas como el de otorgar valor, como lo plantea Butler, “a las vidas que nunca
fueron vivibles”; la igualdad, la libertad, la autoridad, sobre lo que somos como nación y lo que
podemos ser. Por ello, la Colombia Humana genera también una ola de esperanza y de confianza,
en millares de jóvenes, en varones y mujeres, en que se tiene la capacidad de construir una sociedad
en la cual seamos iguales y felices, en comunidades capaces de convivir respetuosamente con la
naturaleza, en instituciones al servicio de las necesidades de sus asociados/as.
Voto por Petro porque creo que Ángela María Robledo, su fórmula vice presidencial, es una mujer
decente, transparente, impoluta, comprometida con la justicia, la paz, la democracia, con la agenda
de las mujeres y de quienes han sido excluidos/as. Ella es portadora de la política feminista del
crédito deuda entre las mujeres. Crédito porque recoge las históricas vindicaciones del feminismo
por la autonomía, la libertad, por el reconocimiento de derechos, por una vida libre de violencias.
Deuda por su compromiso indeclinable en la búsqueda de una sociedad a la medida de todas las
mujeres. Ángela María no solo es heredera del feminismo como opción política y teórica, lo es
también de la práctica feminista de hacer centro; es decir, práctica constante y persistente para
superar la dificultad femenina y alcanzar el puesto de sujetos, para hacer de nuestras vidas lo que
queremos y deseamos.
Mi voto por Gustavo Petro no está motivado en el miedo a Iván Duque o por el temor a la
polarización. Tengo la confianza y creo que los casi cinco millones de votos que Petro obtuvo en la
primera vuelta, son resultado de una opción libre y responsable por un proyecto de sociedad que
se desea contribuir a construir. Voto por Petro, porque considero que nos debemos una
oportunidad para iniciar el camino hacia la construcción de una sociedad justa, pluralista,
respetuosa de la otredad y de la naturaleza. Voto por la esperanza que han depositado las/os
jóvenes en la Colombia Humana. Esperanza afincada en su deseo de vivir en un país libre de la guerra
y con oportunidades para su desarrollo humano. Jóvenes que, con su rebeldía, sus cantos, sus
múltiples colores, lenguajes, tomas de la calle y de las redes sociales, nos están enseñando que no
todo está perdido; que, del dolor, la impotencia y la exclusión nacen cosas nuevas que germinarán
para hacer de este país un lugar en el cual todas las vidas sean vivibles. Voto por Petro porque
considero que mi generación debe dejar a las nuevas generaciones, presente y futuras, debemos
dejarles como legado un país que pasa de la página de la guerra a escribir el libro de la paz.
Mi voto por la Colombia Humana, por Gustavo Petro es un voto por la esperanza.