1. ¿Cómo ser un verdadero político 2.0?
En los últimos años muchos políticos han fracasado en su intento de ser Obama.
La gran mayoría piensa que por el motivo de poseer aplicaciones o redes sociales
ya han logrado uno de sus objetivos principales: atraer a los jóvenes 2.0, aquellas
generaciones que han nacido inmersas en la era de la información y comunicación,
y en realidad esto no es así. Existe una gran diferencia entre “estar” y “ser” 2.0.
“Estar 2.0” significa que un político posea aplicaciones como Facebook o Twitter
sin establecer algún tipo de feedback con sus amigos o seguidores. En este
sentido, muchos de los candidatos, incluso en Argentina, permanecen autistas en
relación al manejo de las nuevas herramientas tecnológicas, dato no menor a la
hora de desarrollar una campaña comunicacional en el siglo XXI, donde los
jóvenes o bien llamados “nativos digitales” van creciendo en número electoral.
Por otra parte, “ser 2.0” para muchos políticos significa ser “el Obama del 2008”,
aquel que supo manejar las redes sociales como ningún otro candidato lo supo
hacer.
En realidad los políticos deben saber que no se trata de poseer o tener redes
sociales, sino que el mejor secreto consiste en saber usarlas y darle sentido a las
mismas.
El éxito de la campaña comunicacional de Obama radicó en contar con un equipo
que puso en marcha un definido plan de acción que unía cuidadosamente las
actividades de cada área del organigrama de campaña para acercarse a sus
electores, involucrándolos no solo con información que ellos querían escuchar,
sino con actividades muchos más comprometidas: la formación de equipos de
voluntariados, los dashboard y los aportes de fondos para el financiamiento. Éstos
han sido sus grandes logros y lo han convertido en el ícono 2.0.
Obama supo usar las redes y darle sentido, supo resolver el gran problema de
cómo emitir mensajes a una sociedad tan diversa y plural como los Estados
Unidos, y lo hizo difundiendo información de manera segmentada, según la
geografía, la temática y la demografía. En este sentido, más allá de la
importantísima recaudación que tuvo durante su campaña, se puede destacar que
el ciudadano fue quien se convirtió en el partícipe del cambio, sintió el proyecto
político como propio y se comprometió con el mismo.
Si bien Estados Unidos no es lo mismo que Argentina o cualquier otro país
latinoamericano, se puede tomar el caso del actual presidente como una nueva
forma de establecer agenda en sectores que muchos políticos no tienen llegada.
Ser un verdadero político 2.o consistirá entonces en intervenir con información,
segmentar mensajes según la población y saber administrar las conversaciones en
las diferentes aplicaciones, de este modo queda abierto a todo candidato o
funcionario utilizar o no estas nuevas herramientas tecnológicas, tan importantes
en esta nueva era que se esta desarrollando.