1. Descripción, desarrollo y proceso del marco del cuento
Este relato encierra el drama de nuestra barbarie campesina a principios del siglo XX.
Acentuándose la ausencia de ideales, de valores morales, sentimentales, en la
constitución de la familia y de la pareja. Sobresaliendo el abuso de poder, la
incomunicación, el abandono, el aislamiento, la abulia, la aspereza, la
hipertrofia de la inteligencia. Insertos todos estos elementos, en la violencia
y la sensualidad salvajes, donde la mujer es identificada con un animal-objeto,
prevaleciendo la perspectiva puramente coital y reproductiva de la misma.
La historia tiene la capacidad de ofrecer una pluralidad de significados,
si bien esta se halla limitada por otros elementos formales, como es la secuencia lineal
de la escritura: al ser una línea temporal definitiva, que debe
ser seguida por el lector, restringe su libertad analítica e interpretativa. De
este proyecto concluye que un texto ideal debiera ser reversible; es decir,
abierto a una gran variedad de interpretaciones diferentes
En cuanto a lo teórico- conceptual que abarca el cuento,
observándose desde la competencia semántica, textual y pragmática, se destaca
que el discurso narrativo ha sido estudiado desde distintas perspectivas. Una
de las más productivas es el trabajo de Van Dijo, como también el de Kitsch, en
el área de la comprensión y evocación de textos. En efecto, aquel, en sus
primeros trabajos, al ocuparse de las superestructuras como formas
convencionales de los textos, señala que las más conocidas y estudiadas son la
narración y la argumentación.
La mujer uruguaya en una época de gran desidia e ignorancia,
en la que, a su vez, se ve vulnerada más aun, por la visión subjetiva que aporta en la
evaluación de la historia, el propio escritor, que dejando de lado la objetividad narrativa,
presenta a la protagonista, si bien bella, joven y limpia (pues en otros relatos como en :
“Unaanchura” o “ Por haraganería “ , no solo la muestra animalizada a la heroína o anti
heroína, sino que frente al héroe, es “haragana “ y “desaseada” ), siempre
vista , como “un bruto, de mente chiquita”, significado hartamente vejatorio
que la bestializa llanamente, en descripciones de narrador omnisapiente,
conocedor hasta de los mas mínimos pensamientos de la `protagonistas. Se
percibe evidentemente, mas al del realismo, la critica discriminatoria. La
mujer en este cuento de Javier de Viana se desvirtúa como tal, es vista como un
ser sobreviviente de una catástrofe, cuya única meta es subsistir y satisfacer
precariamente sus necesidades primarias, como los seres vivos, vegetales y
animales, con los que se mimetiza en su soterrada y penosa existencia
Aunque Viana fue un gran observador y conocedor del alma
campesina, se puede evidenciar una especie de ensañamiento que es como un leit motiv
recurrente en algunas de sus creaciones.
En el relato físico de Maura se percibe una hermosura torpe
y criolla, las cualidades que le son atribuidas dan la impresión de una “cosa”
viva, pero tan insípida como ese “tiempo de otoño dominical” o “como la clara
de huevo”. Por consiguiente, lo humano se desvirtúa y apunta a lo bestia. En
sus movimientos predomina una sensación de violencia contenida, que al igual
que su instinto, una vez desencadenado no podrá detenerse ya. Ese desborde se insinúa
en la comparación final: “labios apetitosos como picana de vaquillona”. Se la
identifica con la gula: la mujer para satisfacer o remediar los apetitos carnales
insaciables del hombre
Describiendo la estructura formal de este texto narrativo
2. podemos observar que se divide en tres partes bien diferenciadas de la que se
analizara solamente la primera, buscando considerar la imagen de la mujer,
partiendo de la presentación del rancho de Tiburcio y del ambiente sobre el que
se constituye el carácter de Maura (personaje principal). El rancho aparece
comparado con un bicho grande, negro, ladeado, por lo que se lo animaliza, como
también, a los personajes, sobre todo a la protagonista a la que le va a dar un
aspecto descuidado, de ser simple , elemental, que se orienta por el instinto y
lo libido. Estas apreciaciones se ven reforzadas por la forma de llamarla de su
propia progenitora, también desfigurándose esta en su condición de mujer y de madre,
al maltratar a su hija denostándola con calificativos insultantes y humillantes, como si
fuera un animal (ejemplos: “perra”, “baguala”, “yegua”, “animalada”, “ avestruz” ).
Este cuento pretende, como si fuera un cuadro pictórico
facilitando por el lenguaje gauchesco, mostrar la realidad decadentista del
ambiente rural uruguayo en la época del novecientos, y desde un enfoque sexista
y marginal, destacar la figura de la mujer no solamente como objeto, sino como
un animal mas, sumergida en su medio natural salvaje, en el que se confunde y
se pierde. Careciendo de identidad, dignidad, valoración y libertad, en un
mundo masculino esencialmente primitivo, donde la sexualidad se ve oprimida a
lo puramente físico-genital, dedicada a una finalidad reproductiva y utilitaria.
Obsérvese el símil que se deduce de su pensamiento escueto y del
conocimiento limitado de su entorno, al visualizarse ella misma como: “un pichón
que una vez emplumado, alza el vuelo, abandonando el nido…dejando a sus seres
queridos”… Situación que plantea una eventualidad extrema, dolorosa y a la vez
inevitable.
Si quiere tener su propia vida – autónoma, será totalmente dependiente de su
pareja, pues no existía otra forma de lograrlo, el hombre con el cual “fugue” pasara a ser
el dueño que la someterá
a su antojo y la dominara hasta el abandono, o la muerte irremediable. Pero en
su tosca mentalidad esto no es a lo largo plazo, pues se vive lo inmediato, de acuerdo a
las necesidades o las “pulsaciones” vitales, sin pensar más. Cuando el autor tratar al
paisaje, no lo hace solamente para explayarse sobre el aspecto descriptivo del mismo,
sino para subrayar la acción de los personajes que quiere destacar o de la situación
que se va a plantear. Medio y habitad son símbolos representativos de os seres
humanos que se configuran en el texto, prevaleciendo sus modalidades o
caracteres. Por lo mismo el entorno condiciona y acompaña la forma de ser y de
actuar de la mujer y el hombre rural, dándole una especie de determinismo
insalvable.
El lugar geográfico concretamente no es transcendente, es indeterminado, pero
percibimos que es una zona apacible que complementa esa noción
de infinito de la llanura inmensa, donde al ser humano nada lo apura, nada lo
arrebata, salvo sus propias pasiones. Cada personaje encarna una idea, es un
símbolo de un paradigma declinante. Abordándose al signo como representación
que se refiere a un objeto (no solo a causa de alguna similaridad o analogía
que tenga con él, o por su asociación con caracteres generales, que de hecho,
ese objeto posee), sino básicamente porque está en conexión dinámica (incluida
una conexión espacial) tanto con el objeto individual, como con los sentidos o
memoria del sujeto, para la que funciona como signo, es que se afirma esta
postura interpretativa literaria. Las dos comparaciones con las que el narrador
describe el rancho son altamente sugestivas: “bicho grande y negro” y “techo
ladeado como chambergo de compadre: requintado y sobre la oreja”. La primera
3. apunta al aspecto explicativo-descriptivo: lo animalesco, ruinoso e indescriptible del
“hogar” que se mezcla con el medio, pero la segunda comparación trae implícita tal vez
otro planteo... ¿Por qué Viana propone la semejanza entre el rancho- producto de la
llanura- y el compadre producto del suburbio? ¿Tuvo conciencia de que vinculada dos
entidades que simbolizaban en cierto sentido algo más que la barbarie? ¿La tipicidad
intransferible de un medio urbano-campesino? ¿La reprocidad de dos ambientes con sus
márgenes negativas?
El llano y el suburbio representan símbolos de marginalidad,
abandono, delincuencia, explotación, pasión abuso, violencia, soledad,
incomunicación y muerte. Los emblemas mencionados (la campana y el suburbio)
pueden ser cada uno analizado aisladamente o conectados por la misma situación
o características que antitéticamente los relaciona. La situación de la mujer
en los dos, es muy semejante, menoscabada siempre atormentada. La belleza de la
mujer, en este relato, se percibe por lo físico, su cuerpo redunda en
sensualidad a través de las descripciones poéticas que lo proyecta en los objetos,
animales y presencias del medio cotidiano, en el que ella se expresa y
desenvuelve. En cuanto a los personajes que la pretenden y disputan se puede
percibir que tanto el matrero (Liborio) y la autoridad (Nemesio), son seres
antagónicos y paradójicamente parecidos, casi en su mentalidad e insensibilidad. Por
momentos los emparenta su ausencia de ideales, de dignidad, de valores identificativos
del ser humano, como pueden ser el respeto por los demás, por la
vida, por la mujer que aspiran a poseer, no se sabe muy bien en qué categoría,
pero dadas las escasas alusiones, suponemos que como “prienda “, infligiendo
las costumbres morales, legales y culturales de la época
Hay una mirada hacia la figura femenina totalmente cerril:
como hembra y madre, sin contar la visión constituida como persona con derecho
a expresar y decidir sobre su propio cuerpo existencia
Se entretejen así el mundo de personajes que se mueven alrededor de Maura. Tiburcio y
Casimira (sus padres) aparecen fugazmente, animalizados, de esa postura de ambos y
la idiosincrasia deducible de las descripciones, es que podemos interpretar el
origen del título del relato “Lo mesmo da”, pues en ambos personajes existe un
deterioro completo y a la vez fatalista, en el que ya todo les da lo mismo. Maura
siente tristeza al pensar en su decisión de abandonar a sus tres viejos
queridos, “padre, madre y rancho”, y en la escala de jerarquía surge en el
primer término el afecto al padre, una sujeción sentimental que proyecta- como en
todo el texto- la dependencia de la hembra del varón, en ese mundo originario
reflejado en la vida de “familia”. En Casimira observamos la mujer
desembarazada de toda ternura, que vuelca en su hija el resultado de una vida
rigurosa reflejada en su apariencia física, prematuramente envejecida, ya que
Maura deberá ser una adolescente, de acuerdo a las comparaciones que hace el
narrador al referirse a ella diciendo : “…..como una potranca”. Se destacan en
las descripciones: la lujuria, la haraganería, la acritud del carácter, la insensibilidad,
y el resentimiento, coronados estos temas por la apatía dominante de los seres,
el paisaje y las cosas, donde sea lo que sea que acontezca, así sea la vida o
la muerte : “lo mesmo da”.