Luego de sembrar el arroz, se construyen taipas de tierra para retener el agua de riego sobre el suelo. El agua necesaria para el cultivo es extraída de ríos, arroyos o lagos mediante sistemas de bombeo o se conduce por desnivel desde represas ubicadas en zonas más altas. Cuando el grano está maduro, se realiza la cosecha y se transporta el grano a plantas industriales para su secado y conservación.