El documento resume la evolución de la reproducción de imágenes desde la litografía en el siglo XVIII hasta la fotografía en el siglo XIX. Explica cómo la fotografía permitió reproducir imágenes de forma más exacta y barata, democratizando el arte. También analiza cómo la fotografía influyó en la pintura al liberarla de la función mimética y cómo el retrato fotográfico permitió a la burguesía afirmar su estatus social.
Describe el proceso de gestación de la pintura abstracta, distingue la vertie...
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1. La imagen en la era de la reproductibilidad técnica Siglo XIX y principios del XX
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3. El proceso cromolitográfico alcanzó su cima durante el siglo XIX. La mejora en los métodos del fotograbado (el grabado de una imagen fotográfica en una plancha metálica recubierta con una capa sensible y "mordida" después con ácido, obteniéndose así una imagen impresora en relieve) amenazó la supervivencia de la litografía, conduciendo a su progresivo declive a partir de la década de 1890. Aunque este procedimiento fue extensamente usado con fines comerciales, la mayor parte de los grandes pintores de los siglos XIX y XX también lo emplearon ya que facilitaba obtener un cierto número de copias de un mismo trabajo: Picasso, Toulouse-Lautrec, Miró, entre otros. Al aparecer las rotativas se comenzaron a emplear láminas flexibles de zinc o de aluminio, y más recientemente de plástico, en sustitución de las pesadas piedras litográficas. Con la incorporación de la fotomecánica, dichas planchas dejaron de ser dibujadas a mano, puesto que la sensibilización de su superficie permitía exactas reproducciones fotográficas.
4. La implicancia de la fotografía en la pintura Los movimientos artísticos de finales del siglo XIX, y el posterior surgimiento de las vanguardias se relacionan con una cierta superación y rechazo de lo antiguo, lo clásico. Por otro lado, esta modernidad se plantea tanto como una reivindicación del momento actual –dentro de un largo proceso artístico-cultural-, o bien, como “ la posibilidad de una estética de lo nuevo ”, vinculando la producción de arte con el desarrollo de la técnica y el progreso industrial. De este modo, dicha producción artística se verá irremediablemente vinculada a lo perecible y/o desechable que surge con la noción de ‘moda’ (máscara de la muerte, como la llamará Apollinaire). Edouard Manet: “Olympia” (1863) Gustave Courbet: “Mujer con loro” (1866) Coubert: “El reposo” (mediados del siglo XIX)
5. De este modo, la invención de la fotografía y las amplias posibilidades de 'reproducción técnicas o mecánicas', le permitieron al arte del siglo XIX una lenta pero progresiva emancipación de la función mimética, para llevarla finalmente a un camino de autonomía y reflexión tan revolucionarias como lo fue la aparición de las vanguardias a principios del siglo XX, y de un arte plástico más abstracto. Picasso: “Les demoiselles d’Avignon” (1907) “ El arte se dirige exclusivamente a un número restringido de individuos ” Mientras que a partir del Renacimiento hasta hoy poseemos un amplio repertorio de imágenes de desnudos femeninos: Venus, odaliscas, bañistas, bailarinas, etc. Con lo que se establece que la presencia del “cuerpo” ha sido hasta hoy un elemento persistente en la representación artística. Ahora bien, lo que habría que preguntarse es: ¿cuál es la importancia de estos desnudos: son simples metáforas de la belleza, o bien obedecen a una fetichización de la mujer como objeto de deseo? En cualquiera de las opciones a nuestras inquietudes, debiéramos considerar: ¿qué es realmente lo que se representa? ¿A quién se representa? ¿Por qué o para quién se representa? Tiziano: “Venus de Urbino” (1538)
6. Por otro lado, John Berger sostiene: “ Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se contemplan a sí mismas mientras son miradas. Esto determina no sólo la mayoría de las relaciones entre hombres y mujeres sino también la relación de las mujeres consigo mismas. El supervisor que lleva la mujer dentro de sí es masculino: la supervisada es femenina. De este modo se convierte a sí misma en un objeto, y particularmente en un objeto visual, en una visión. […] ¿Qué significa un desnudo? Para responder cabalmente a estas preguntas no basta con referirse a la forma-arte, pues está muy claro que el desnudo está relacionado también con la sexualidad vivida. Estar desnudo es ser uno mismo. Ser un desnudo equivale a ser visto en estado de desnudez por otros, y sin embargo, no ser reconocido por uno mismo. Para que un cuerpo desnudo se convierta en «un desnudo» es preciso que se le vea como un objeto. (Y el verlo como un objeto estimula el usarlo como un objeto). La desnudez se revela a sí misma. El desnudo se exhibe. Estar desnudo es estar sin disfraces. Exhibirse desnudo es convertir en un disfraz la superficie de la propia piel, los cabellos del propio cuerpo. El desnudo está condenado a no alcanzar nunca la desnudez. El desnudo es una forma más de vestido. En general, la pintura al óleo del desnudo europeo nunca presenta al protagonista principal, que es el espectador que hay ante el cuadro, espectador que se supone masculino. Todo va dirigido a él. Todo debe parecer un mero resultado de su presencia allí. Por él asumen las figuras su desnudez. Pero él es, por definición, un extraño que aún conserva sus ropas ”.
7. El retrato en la primera mitad del siglo XIX Carjat: Retrato de Charles Baudelaire (1859) Nadar: Retrato de Gustave Doré El descubrimiento técnico de la fotografía inspiró una nueva forma artística: el retrato fotográfico. Uno de los fotógrafos mas distinguidos en este sentido es el dibujante, caricaturista y escritor Tournachon Nadar. Su clientela eran otros artistas e intelectuales de la época: Las fotografías son rostros que miran, que casi hablan. Poseen una superioridad estética que se ancla en la preponderancia de la fisonomía. Nadar descubre el rostro humano a través del aparato fotográfico; el objetivo se sumerge en la misma intimidad de la fisonomía. La fotografía en esta época aún no era una mercancía.
8. El retrato en la segunda mitad del siglo XIX Los efectos de la política económica repercuten en la pequeña burguesía. Las sociedades modernas habían hecho emerger clases medias constituidas por los funcionarios públicos. La que se convierte en la nueva clientela del retrato fotográfico. Tras alcanzar la seguridad económica o material, pretenden afirmarse mediante signos externos. Fue Disderi quien imprimió a la fotografía un cambio decisivo en su orientación. Gracias a el, quien cambió el formato, y con ello su precio, logró popularizar definitivamente a la fotografía. El retrato de Disderi y de sus émulos permiten la fijación y la comunicación en serie de la propia imagen que anhela el burgués respecto del sentimiento de importancia que este tiene de si mismo: democratiza el deseo de reconocimiento social. Así, las fotografías en adelante, pondrán en escena la imagen completa del fotografiado dentro de un estudio teatro, con todos los accesorios necesarios, para resaltar los valores del burgués.