1. El Impuesto de Alicia Lectura: Marcos 12:12-17,41-44 "Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto“ — 1 Timoteo 6:8
2. La esposa del autor Calvin Trillin, Alicia, tenía una opinión única del impuesto a la renta. Ella creía que "después de un cierto nivel de ingresos, el gobierno simplemente debía quedárselo todo". Ella no pensaba que debía haber un límite en cuanto a la cantidad de dinero que se debía permitir que las personas conservaran para sí. Al escribir en una importante publicación, Trillin dijo de su esposa: "Ella creía en el principio de lo suficiente“. En Marcos 12, Jesús evitó una trampa cuidadosamente puesta al decirles a Sus inquisidores: "Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios" (v. 17). Cuando Jesús observó a las personas dando sus ofrendas al tesoro del templo. Él elogió a una mujer que habría sido considerada insensata por su extravagancia. "De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento" (vv. 43-44). Jesús le dio más importancia al amor incondicional por Dios que a la preocupación total por las necesidades materiales. Su actitud serena hacia el dinero y las posesiones se basaba en la confianza en que Su padre proveería para las necesidades de cada día. "Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad" (Mateo 6:8). Lo suficiente. ¡Qué concepto!.
3. La satisfacción no es obtener lo que queremos sino estar satisfechos con lo que tenemos.
4. Lectura Bíblica: 1 Timoteo 6 Piedad y Contentamiento 1 TODOS los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan á sus señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina. 2 Y los que tienen amos fieles, no los tengan en menos, por ser hermanos; antes sírvanles mejor, por cuanto son fieles y amados, y partícipes del beneficio. Esto enseña y exhorta. 3 Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad; 4 Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas, 5 Porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjería: apártate de los tales. 6 Empero grande granjería es la piedad con contentamiento. 7 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar . 8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto . 9 Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte. 10 Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 6.6–10 A pesar de la abrumadora evidencia en sentido contrario, la mayoría de la gente todavía cree que el dinero trae la felicidad. Gente rica que ansía ser más rica puede ser atrapada en un ciclo sin fin que sólo termina en ruina y destrucción. ¿Cómo puede usted mantenerse alejado del amor al dinero? Pablo nos da algunas instrucciones: (1) Tome conciencia que un día todas las riquezas desaparecerán ( 6.7 , 17 ); (2) conténtese con lo que tiene ( 6.8 ); (3) cuídese con lo que esté pensando hacer para tener más dinero ( 6.9 , 10 ); (4) ame a la gente más que al dinero ( 6.11 ); (5) ame la obra de Dios más que al dinero ( 6.11 ); (6) comparta libremente con otros lo que tiene ( 6.18 ). (Véase Proverbios 30.7–9 para más información de cómo evitar el amor al dinero.) 6.8 Con frecuencia ayuda distinguir entre necesidades y deseos . Puede que tengamos todo lo que necesitamos para vivir, pero nos volvemos ansiosos y desconformes por lo que simplemente deseamos. Como Pablo, podemos decidir estar contentos sin tener todo lo que deseamos. La única alternativa es ser esclavos de nuestros deseos.