El documento discute varios temas relacionados con la salud pública y las políticas. Explica que la salud de la población depende más de la justicia social que de los médicos o medicamentos, y que las condiciones de vida mejoradas redujeron la mortalidad por tuberculosis antes de conocer su causa. También destaca la estrecha relación entre salud y política, y la necesidad de que todos tengan acceso equitativo a los servicios de salud pública.

1. Algunos puntos de interés general en materia de salud
El sistema de salud que tenemos en Panamá en la actualidad
forma parte de la sociedad y refleja nuestros valores,
nuestra historia, nuestra cultura y nuestros intereses
políticos, en una u otra medida.
La salud de las personas depende más de la justicia social
que de los médicos o los medicamentos.
La tuberculosis fue bajando la mortalidad mucho antes que
halláramos sus causas.
¿Qué fue lo que sucedió?
Es muy sencillo, mejoraron las condiciones de vida de la
población. Todos estos temas tienen que ver con la política
de salud, y especialmente con las estrategias de políticas
públicas.
Salud y política están desde mi punto de vista estrechamente
vinculadas, y al menos desde mi perspectiva la disciplina
médica incluye el compromiso social.
Si los pobres tienen peor salud que los que no lo son, no es
tan difícil entender que la pobreza es una causa de
enfermedad. De hecho es la principal causa de enfermedades y
de muertes prematuras. Las personas que pensamos que hay que
eliminar esas "desigualdades injustas", tenemos claramente
una visión distinta que aquellas que las toleran. Tal vez eso
sea un factor ideológico.
Lo importante es que todo el mundo tenga acceso a los
servicios de salud y que exista la equidad en el acceso. A
los servicios públicos en la teoría más "civilizada" se
accede según necesidad y a ellos se contribuye según la

2. renta. En los países desarrollados no se puede concebir
ningún servicio público sin el Estado
El éxito de la seguridad social depende de políticas
sanitarias que sean capaces de lograr un amplio apoyo en
sectores claves de la sociedad, de la administración, de los
propios partidos políticos, y de profesionales sanitarios; en
definitiva de que sean capaces de reclutar a su favor una
base amplia de personas e instituciones implicadas e
identificadas con sus valores y objetivos, y con los de las
reformas que se proponen. Para ello tiene que ser entendido
el sentido y la razón de ser de éstas.
Los Costos Actuales
El presupuesto del Departamento de Salud de Estados Unidos es
de 816 mil 198 millones de dólares en 2009, y será de 879 mil
196 millones de dólares en 2010. De ese total, 52 por ciento
se destina al Medicare y 33 por ciento al Medicaid. Sin la
reforma de salud, Estados Unidos es actualmente el país que
más dinero invierte en atención médica en el mundo, pero los
resultados a la hora de obtener altos estándares sanitarios
son inferiores a los de otras naciones industrializadas. Por
ejemplo, la expectativa de vida promedio en los 12 países más
ricos del mundo es de 80.2 años, pero en Estados Unidos es de
78.5 años. En Canadá es de 82 años. Sin embargo, Estados
Unidos invierte en salud 16 por ciento de su Producto Interno
Bruto, 63 por ciento más que el promedio de esos países cuya
inversión en ese renglón es de 9.4 por ciento. Para muchos,
esto es un reflejo del desorden del sistema sanitario en
Estados Unidos, ocasionado especialmente por los altos costos
de los servicios médicos y las medicinas.

3. Por el abuso que ha sufrido en los últimos años el actual
sistema, entre otros factores, el Medicare redujo en 2008 los
pagos al sector privado de la salud por consultas, exámenes y
otros servicios. En 2007, la Asociación Médica de Estados
Unidos realizó un sondeo entre 8.995 médicos para conocer su
opinión sobre los recortes. Del total, 59 por ciento dijo que
no prestaría servicios a los pacientes de Medicare, 60 por
ciento respondió que cerraría sus oficinas "satélite", 72 por
ciento anunció que eliminaría sus visitas de enfermería a
domicilio, y 68 por ciento subrayó que reduciría sus horas de
trabajo en el 2016 si continuaban los recortes del Medicare.
En Estados Unidos, único país industrializado sin un sistema
de salud pública universal o medicina socializada, hay 47
millones de personas sin seguro médico, entre ellos
aproximadamente 8.7 millones de niños. Se calcula también que
hay 15 millones de hispanos en esa situación. A una persona
con ingresos normales pero sin seguro médico, una enfermedad
peligrosa la podría llevar a la bancarrota, que en este país
es una figura legal que actúa como refugio contra los
acreedores. De no declararse en bancarrota o si su solicitud
de bancarrota es rechazada por un tribunal, esa persona
tendría que hacer planes de pago de mutuo acuerdo con los
médicos, laboratorios y hospitales a los que debe dinero.
Aquéllos que deciden no pagar, verán una destrucción de su
historial de créditos. Ese historial es muy importante en la
dinámica de la sociedad estadounidense. Sin una buena imagen
en este sentido, a veces no es posible alquilar una vivienda
o abrir una cuenta bancaria.