El documento resume el dogma católico de la Inmaculada Concepción de María, declarado por el Papa Pío IX en 1854, el cual establece que María fue preservada de todo pecado original desde el momento de su concepción por una gracia especial de Dios.
1. La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que, por una gracia especial de Dios, Ella fue preservada de todo pecado desde su concepción. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus : "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles ... " LA CONCEPCIÓN INMACULADA DE MARÍA Solemnidad: 8 de diciembre
2. Todo comienza con una invitación a la alegría. La alegría es una nota característica del cumplimiento de las promesas de Dios. Las razones del ángel: María, alégrate porque Dios se ha fijado en ti y te mira con amor. Alégrate, porque Dios te ha colmado de gracia. Alégrate, porque Dios está contigo. Nada temas. Alégrate, porque el Espíritu Santo vendrá sobre ti... Son razones válidas para cada un@ de nosotr@s.
3. Todo sucede bajo el amor libre y gratuito de Dios . La fe es el don que inaugura el diálogo. Dios pone su mirada en María, le pide fe. Dios confía en María y la convierte en creyente. No hay razón para el temor, sino más bien para la entrega . El miedo es precisamente lo que se opone a la confianza en Dios .
4. La maternidad de María, más que un don personal, es un don a toda la humanidad en María. Como todo don, es una responsabilidad y una tarea para el beneficio de la comunidad. Tiene sentido en función de los demás, a los que debemos, como María, testimoniar el amor de Dios a todos y en toda situación.
5. Sierva indica pertenencia a Dios. Pertenencia que se expresa en la total disponibilidad, en la acogida de su designio sobre nuestras vidas y nuestro mundo. María no pide signos. Manifiesta una confianza plena a la voluntad de Dios, la hace suya en su fe y en su cuerpo. Así ha de ser en nosotros.
6. Yo te saludo, María, porque el Señor está contigo, en tu casa, en tu calle, en tu pueblo, Yo te saludo, María, porque preguntaste lo que no entendías y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste diálogo y palabra propia. Yo te saludo, María, porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida; y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si queremos hacer a Dios presente. Yo te saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su sombra, tanto en la tormenta como en la bonanza, dejando a Dios ser Dios y no renunciando a ser tú misma. Yo te saludo, María, hermana peregrina. Camina con nosotros, llévanos junto a los otros y mantén nuestra fe. ( Ulibarri Fl.)