1. Atahualpa'Anocheció en la mitad del día': llanto por Atahualpa<br />Simón Espinosa Cordero<br />El rostro grande, hermoso y feroz. Era hombre alegre. De 30 años, bien apersonado y bien dispuesto. Algo grueso. Hablaba con gravedad, como gran señor', dice Jerez, testigo de la prisión de Atahualpa. 'Noble mancebo y muy bien entendido y avisado, bienquisto de todos los soldados y capitanes viejos de su padre. De más ánimo y esfuerzo. Cruel y vengativo', anota el cronista Cieza de León 'Bien dispuesto, sabio, animoso, franco y muy limpio y bien traído', según el historiador de Indias López de Gomara. Y Cabello de Balboa dice que 'Mostrábase con los pobres liberal y con los ricos compañero y con los delincuentes piadoso y con los traidores terrible y con los leales grato'. Así le vieron los españoles.Atahualpa Atahualpa nació en Quito unos años después de descubierta América. Allí se había radicado el tomebambeño Huaina-Cápac, a quien le encantó la dulzura de la tierra conquistada por él y por su padre, el Inca del Cuzco Túpac-Yupanqui, en una guerra de ocupación comenzada en 1471. Por amor y por política, Huaina-Cápac tomó como mujer preferida a Paccha, hija de Cacha, líder de la resistencia contra los incas. Tal la estirpe de Atahualpa. El anciano Huaina-Cápac, triste por los barbudos que asomaron en el norte, minado por un virus español, dividió su imperio: para Atahualpa, desde el norte de Quito hasta Jauja, al noreste de la futura Lima. El resto para Huáscar. El corazón del Inca fue enterrado en Quito. Era 1525.Afuera, el ladrón asechaba. De 1524 a 1531, Francisco Pizarro exploró la costa del Pacífico entre Panamá y Túmbez, una ordenada ciudad sometida a los incas. Formó una empresa privada para conquistar el dorado reino del Birú y logró en Toledo que el rey Carlos V invirtiera en la empresa. Pizarro acordó pagarle el 20 por ciento del total de lo que hallara.En 1531, Pizarro volvió a la Costa ecuatoriana: Atacames, Cojimíes, Coaque, Bahía de Caráquez, Olón, la Puna. Había oro, esmeraldas, tejidos de lana, balsas cargadas de bienes y conchas sagradas. Hizo algunos prisioneros para prepararse traductores. Se enteró de la guerra fratricida dentro del imperio. Y desembarcó en Túmbez ahora asolada por la guerra.Adentro, la división asechaba. En 1530, el cañari Chapera pidió a Huáscar la confirmación de su cacicazgo, y Atoco ocupó Tomebamba en nombre de Huáscar. Guerra fratricida entre Atahualpa y Huáscar. Los norteños Quizquiz, Caracuchima y Rumiñahui contra los sureños. Atoco, Huanca Auqui y Mayta Yupanqui. Hecho prisionero en la primera batalla de Tomebamba, Atahualpa escapó horadando el muro con la ayuda de la cañari Quella. El Inca dijo a los suyos que su padre el Sol le había convertido en amaru (serpiente) para que escapara. Derrotas y triunfos desde Ambato hasta el Cuzco. El vencedor mató a Huáscar, diezmó a los cañaris y fue a reponerse de sus fatigas en los baños de Cajamarca.Los 54 años de Pizarro se fatigaron subiendo la sierra de Cajamarca. Pizarro tramó el ataque. Envió a su hermano Hernando y al intérprete indio Felipillo a pedir una conferencia en Cajamarca. El 17 de noviembre de 1532 llegó el Inca en andas. El fraile dominico Vicente Valverde leyole el requerimiento para que aceptara la soberanía de Dios y del rey Carlos V. Negóse el Inca. Pizarro atacó con caballos, arcabuces y un cañón. Condenado a la hoguera por infiel y hereje, Atahualpa negoció en rescate un aposento lleno de oro. De nada le valió. Fascinó con su trato a sus carceleros. Negoció su muerte: no fuego sino garrote a cambio del bautismo. El 16 de julio de 1533 'Anocheció en la mitad del día'.A 1'326.539 pesos de oro equivalió el rescate. Once de los 24 jurados votaron por la inocencia de Atahualpa. En Salamanca, el ocho de noviembre de 1534, Francisco de Vitoria, fundador del moderno Derecho Internacional Público, condenó la muerte de Atahualpa: 'No comprendo la legitimidad de esta guerra. Antes prefiero que se me sequen la lengua y la mano que justificar tan inhumano y anticristiano hecho'. Atahualpa es nuestro Aquiles, nuestro Eneas, nuestro Cid Campeador, nuestro Che Guevara. Defensor de la patria amada y segunda raíz de nuestra nación. Su grandeza y dignidad son eternas.<br />