Un reportaje que investiga acerca de las causas que han propiciado que los ciudadanos no hayan sintonizado con los políticos actuales y hayan encontrado en Podemos una vía de escape.
La desafección política: no hay lugar para la indiferencia
1. desafección política
NO HAY
LUGAR PARA
LAINDIFERENCIA
Los ciudadanos han perdido
la confianza en sus dirigentes
y muchos han desplazado su
voto hacia una nueva fuerza:
Podemos. Pablo Iglesias, bajo
las teorías de Gustave Le Bon,
ha sido capaz de sintonizar con
una masa que ya ha situado a
su partido como primero en
intención de voto
guillermo fernández | gonzalo martín | 3º comunicación digital y periodismo
2. La ciudadanía pide
nuevos líderes
“La crisis ha terminado”, o al menos así lo asegura el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el pistoletazo de sa-
lida de la precampaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015. ¿Nos encontramos
al final del túnel? Los políticos se enfrentan a un nuevo problema: el ciudadano ya no les cree.
P
ara el presidente “la recuperación
comienza a ser evidente en no po-
cos hogares y podemos decir que
estas Navidades serán las de la re-
cuperación”. En un país con una deuda pú-
blica del 96,8 por ciento, con un mercado
laboral donde 9 de cada 10 contratos son
temporales y el 34 por ciento de la pobla-
ción activa cobra menos de 645 euros al
mes, afirmar que estamos ante el final del
túnel puede que sea una señal del verdadero
problema que aqueja a la sociedad: los po-
líticos y las instituciones viven una realidad
completamente diferente a la de los ciuda-
danos.
Una vieja teoría política asegura que si la
realidad no se acomoda a lo que los parti-
dos pretenden es “imprescindible cambiar
las palabras”. Los partidos tradicionales
necesitan generar un clima de optimismo
ante los próximos comicios y para ello, en
realidad, no son importantes ni las cifras ni
las dificultades reales de los ciudadanos. Así
podemos observar una disonancia pragmá-
tica entre el discurso de campaña y la puesta
en acción. Esta brecha resulta fundamental
paraentender elactualclima dedesconfian-
za hacia las instituciones democráticas que
parece dominante en nuestro país. Gustave
Le Bon afirma en su obra Psicología de las
masas que cuando el edificio de una civili-
zación está carcomido, las masas provocan
su derrumbamiento. Entender cómo se
comporta la colectividad desde el punto de
vista psicológico es una de las bases que ha
llevado a Podemos a convertirse en la ex-
presión del descontento de la ciudadanía.
No es nuevo
A pesar de que este clima político y ciu-
dadano parece la consecuencia de los re-
sultados de los partidos en las elecciones
europeas, sería un error pensar que la
irrupción de esta nueva expresión ha sido
motivada únicamente por las políticas del
gabinete de Rajoy. El 15-M abrió una ve-
reda en 2011 que hoy se ha convertido en
todo un fenómeno de masas: el fenómeno
Podemos. Casi tres años de gestación de
un movimiento que ha desordenado los
esquemas de la clase dirigente. No importa
la profesión, sexo o los motivos por los que
se reúnen en sus famosos círculos. El alma
política que forman ha unificado y dirigido
sentimientos e ideas por el mismo camino:
el castigo a los políticos y al sistema de re-
presentación. Los ciudadanos se han dado
cuenta de que con el voto a nuevas fuerzas
políticas se puede obtener un poder indes-
tructible y sin compromiso. Bajo la premisa
de convertir las ideas en actos, Pablo Igle-
sias se ha erigido como la figura carismática
que no intenta crear ambientes alejados de
la realidad, sino que mediante la hiperrea-
lidad construye un mensaje reiterado pero
que es recibido por los votantes como un
bálsamo para la herida.
Cuando las cosas van mal, se pierde el
espíritu crítico y la facultad de observación.
La multitud se desvirtúa y genera un estado
de atención y expectación, a la espera de la
sugestión operada por un líder. El orador
que desee seducir a la masa debe abusar de
las afirmaciones violentas, no demostrar
nada mediante el razonamiento. Solo debe
El 15-M abrió una vereda en
2011 que hoy se ha convertido
en todo un fenómeno de masas:
el fenómeno Podemos
exagerar, afirmar y repetir. Esto, que parece
la hoja de ruta de Podemos, lo escribió Le
Bon hace más de 100 años. Curiosamen-
te, el autor ya acuñaba el término “casta”
en su obra. Casta como masa homogénea,
un término que también ha sido utilizado
por Pablo Iglesias en sus discursos llenos de
ataques contra el poder. En ellos barre con
todo, mete a todos los políticos en el mismo
saco y maneja las situaciones para que sus
seguidores así lo crean. Mientras tanto, el
que fue candidato a secretario general del
PSOE en el mes de julio, Eduardo Madina,
piensa que no hay “una clase política”, sino
“diferentes clases de políticos”. En el otro
bando, el portavoz del PP en el Parlamento
Europeo, Esteban González Pons, distingue
el hecho de “criticar a los políticos o criticar
al sistema. Esto último es muy peligroso”.
Lo que resulta evidente es que los dos prin-
cipales partidos se sienten amenazados con
la estrategia de Podemos y su mensaje.
Una situación preoupante
Casi cinco millones y medio de parados, se-
gún la Encuesta de Población Activa (EPA)
en el tercer trimestre de 2014, evidencian
que la mala situación económica y social
que sufre España aún es una realidad. Pue-
de que estos datos inviten al optimismo si se
equiparan con las encuestas anteriores, que
sobrepasan –algunas con solvencia- los seis
millones de desempleados. Pero basta con
3. hacer una simple comparación: el Partido
Popular llegó al Gobierno en noviembre de
2011 con 4.998.000 personas sin empleo.
Una tasa de parados (21,28 por ciento) in-
ferior a la actual (23,67 por ciento). A la luz
de los datos aportados por el CIS es incues-
tionable que el ciudadano está descontento
con sus dirigentes, con sus partidos y con
todo lo que tenga que ver con la política.
Algo no marcha bien cuando cada día son
más sonados los debates acerca de si hemos
salido de la crisis o quién será el candidato
o candidata a cierta alcaldía y no se respon-
de de forma contundente a la corrupción
ni a los problemas económicos domésticos.
En la forma de responder a la crisis eco-
nómica por parte del Ejecutivo de Zapate-
ro encontramos el clásico intento de trazar
un discurso político alejado de la realidad.
“La repercusión de la crisis mundial sobre
nuestra economía estará amortiguada, por-
que nuestro país afronta esta coyuntura en
buena situación, con unos fundamentos
económicos robustos”, afirmaba el que por
entonces era el presidente del Gobierno.
Las circunstancias le obligarían a modificar
todo su programa de Gobierno en aquel
célebre discurso de mayo de 2009 en el
Congreso de los Diputados, donde anun-
ció su primera batería de medidas para
reactivar la economía. Muchos analistas
políticos coinciden en que este discurso
fue el generador del actual divorcio entre
la sociedad y sus políticos. Seis años des-
pués, hay 400.000 hogares más con todos
sus miembros sin trabajo y los españoles
han sufrido la mayor subida de impuestos
de la etapa democrática, con una amnistía
fiscal incluida. La deuda, lejos de mejorar,
ha aumentado 25 puntos del PIB. En otras
palabras, los españoles deben hoy 300.000
millones de euros más que cuando Rajoy
llegó a la Moncloa. Hay índices que no pa-
ran de subir y otros que no frenan su caída:
ni las PYMES ni las familias han conse-
guido que el crédito bancario aumente. Y
para rematar, los salarios en España son
más bajos -con Rajoy han caído un diez
por ciento- y la banca se ha visto abocada
al rescate. Frente a esto, las falsas promesas
como “recuperaré los salarios”, “haré fluir
el crédito”, “disminuiré la deuda”, “bajaré
los impuestos” o el famoso eslogan: “lo pri-
mero, el empleo” vuelven a ser un ejemplo
de esta disonancia y uno de los máximos
generadores de la actual desafección.
Un nuevo partido fruto de la decepción
Los votantes han sido defraudados en su
búsqueda de soluciones para salir de la
crisis y las instituciones no han cesado de
dar razones para que los ciudadanos no
quieran saber nada de ellas. En este con-
texto nace el partido de Pablo Iglesias. Sin
embargo, Podemos no es tan importante.
Lo importante es lo que ha producido que
Podemos exista. Esa es la clave. Muchos de
los argumentos que utilizan los detractores
de Podemos es que su programa no explica
nada. Le Bon dedica una parte de su obra
a hablar sobre los programas de los líderes
de masas. “Este no será muy categórico,
ya que sus adversarios podrían achacarle
posteriormente su incumplimiento; pero el
programa verbal no corre nunca el peligro
de ser excesivo”, expone. La lectura real que
hace el ciudadano es que los demás le expli-
caron todo, lo entendieron y fueron enga-
ñados. Entonces, ¿se le está exigiendo a un
partido nuevo algo que no se han exigido a
sí mismos los dos grandes partidos?
Podemos no es tan importante. Lo
importante es lo que ha producido
que Podemos exista
Casi 1.246.000 votantes apostaron por
castigar al bipartidismo y por mostrar
abiertamente su descontento. Pudieron
votar en blanco, pero algo está haciendo
que Podemos sintonice con mucha gen-
te. ¿Qué tipo de votante es el que apuesta
por este nuevo partido? Según una en-
cuesta de Metroscopia, los votantes que
han depositado su confianza en el par-
tido de Pablo Iglesias son en su mayoría
hombres, con estudios de segundo grado
y de 35 a 54 años. Más de la mitad ase-
guran que volverían a tomar la misma
decisión en las próximas elecciones ge-
nerales. Este nuevo partido ya lidera la
intención de voto directa con un 17,6 por
ciento, por delante del PSOE (14,3) y PP
(11,7). Aunque es cierto que en estima-
ción de voto Podemos ocupa el tercer lu-
gar, que una entidad pública como el CIS
lo posicione como primera fuerza en in-
tención de voto es, cuando menos, digno
de reflexionar. Un matiz: la encuesta data
del mes de octubre, días antes de que se
destapase el escándalo de la Operación
Púnica.
¿QUIÉN VOTA A PODEMOS?
UNOS DATOS SINTOMÁTICOS. La encuesta del CIS acerca del principal problema que existe actualmente en España es reveladora: en mayo
de 2014 el paro ocupaba en primer lugar con el 58,4 por ciento. Le seguía, en un segundo plano, la corrupción y el fraude (11,6 por ciento). Una
de las bases de este reportaje radica en el cambio que ha sufrido la respuesta a esta cuestión en los últimos meses y en cómo un partido del perfil
de Podemos ha recogido esa preocupación para transformarla en votos. Sorprendentemente, la preocupación por la corrupción ha crecido hasta
situarse en un 30,4 por ciento, mientras que el paro ha disminuido hasta el 42,3.
4. ’’
“
L
a premisa es clara, cuando haces
mal las cosas te castiga el electora-
do.Almenos,asíopinaelcandidato
socialista a la alcaldía de Madrid,
Antonio Miguel Carmona. Existen tres cla-
ves fundamentales que para él han influido
en la desafección que el pueblo siente por la
política y por los que a ella se dedican. La
primera, el distanciamiento de los políticos
respecto a los ciudadanos. “Los políticos son
los principales responsables, que se transfor-
man en meros gestores de la ciudadanía, es
el agotamiento de la democracia represen-
tativa” asegura. La segunda, una tendencia
a echarle la culpa a los gobiernos de todo
lo que sucede. “Parece que la crisis de Wall
Street es culpa de los políticos”, bromea. Por
último, el tercer factor que añade Carmona
eslanecesidadderespuestasporpartedelos
ciudadanos, los cuales “depositan su voto en
formaciones populistas o aquellos que están
en contra del sistema”. Además, califica esta
acción como “un castigo a los políticos” y
defiende que se trata de un voto de desespe-
ranza.“Nopreocupasielpartidoesdeultra-
derecha, ultraizquierda o si no hay progra-
ma, como es el caso de Podemos en España”,
sostiene. La autocrítica es una de las singula-
ridadesquecaracterizaaestepolíticomadrile-
ño, pues aclara
que su propio
partido es el
responsable
del auge de
P o d e m o s .
“Igual que
en Francia el
causante del
crecimiento de Frente Nacional es Hollan-
de y anteriormente Sarkozy”, afirma. Tam-
bién asegura que los propios militantes de
Podemos“seaprovechandemagógicamen-
te de la desesperanza de la gente”. Al hilo
de lo anterior, el candidato socialista sitúa
a Podemos como el beneficiado del voto
descontento, a pesar de tener “un desastre
de programa”. “Han captado a un público
que quiere castigar al PSOE” admite.
Respecto al movimiento 15-M, Carmo-
na reconoce que se trata, indiscutiblemen-
te, de una rebelión de gente joven y del que
también se alimenta Podemos. Aun así, es
claro: “La mayor parte de los que protestan
en el 15-M son jóvenes, pero la mayoría de
los jóvenes no protestan en el 15-M”. Al ser
preguntado
acerca de las
razones por
las que un
adolescente
empieza a
simpatizar
con un mo-
v i m i e n t o
radical, Carmona es concluyente: “Cada
hora se marcha un joven del país a buscar
trabajo, es una vergüenza y resulta muy fá-
cil, desde el punto de vista del populismo,
echarle la culpa al sistema”.
Todo vacío político es susceptible de
llenarse de propuestas radicales, pero para
Carmona, este problema no es más que
“una situación coyuntural que no merece
mayor preocupación”. En países como Italia
Carmona se muestra crítico con su partido, admite que los políticos han contribuido a la desafección y expone los que
para él son las principales causas. Sin embargo, no le preocupa, pues considera que el auge de Podemos es coyun-
tural y que pronto “esto volverá a su sitio”.
“Es el agotamiento de la
democracia representativa”
EL PROBLEMA DESDE DENTRO
GUILLERMO FERNÁNDEZ
GONZALO MARTÍN
Cada hora se marcha
un joven del país a
buscar trabajo
5. “
’’
’’
“
DEMOCRACIA
también había mucho miedo de que Beppe
Grillo, cabeza visible del Movimiento Cinco
Estrellas, tomase el poder en Italia después
de que los sondeos le estaban dando cada
vez más im-
portancia. No
obstante, a
Carmona le
tranquilizaque
Matteo Renzi,
de la izquierda
italiana, haya
ganado las
elecciones europeas. Al ser preguntado so-
bre las similitudes con la situación en Espa-
ña, afirma contundente: “No es que tengan
que ver, es que da igual uno u otro. El caso
es que ahí han depositado el voto quienes se
han sentido aislados del sistema”.
Golpe al bipartidismo
Los intereses han empezado a ser propios,
el beneficio común ha pasado a un segundo
plano. Carmona, que además es profesor de
EconomíadelaUniversidadCEUSanPablo,
está seguro de que “hay políticos que colo-
can la diana que colocan la diana por donde
pasalaflecha”.Unametáforaquepuedetener
múltiplesinterpretaciones,peroquedejacla-
ra: “Al final gestionan en función de sus pro-
pios intereses y no en los de la gente”.
El bipartidismo ha
sufrido un golpe del
que le está costando
recuperarse. Así lo
muestran las en-
cuestas del CIS o las
propias elecciones
europeas del pasa-
do mes de mayo. La
irrupción de Podemos ha acabado con la
hegemonía de los dos partidos políticos más
votadosporexcelencia,porlomenoshastael
día de hoy. Pero hay diferentes puntos de vis-
ta y el candidato a la alcaldía de Madrid no
piensa así. De hecho, no considera ni siquie-
raqueelbipartidismoestétocado.“Noexiste
una crisis de bipartidismo, existen 14 grupos
políticos distintos en el parlamento”, afirma.
Para él, lo que realmente está patente son
dos crisis políticas: La primera en el PP, por
haber incumplido sus promesas electorales,
haber retrasado la recuperación española,
subido los impuestos, no controlado déficit
público, impulsado la privatización del sec-
tor educativo y un sinfín de motivos que ex-
pone con cierta animadversión; la segunda,
en su partido: la desafección en el PSOE es
fruto de una mala gestión de la crisis que,
añade Carmona, “no supo sacar a España y
probablemente empeorara la situación”. Con
lo cual, según este profesor de Economía, el
votante que deja de votar al PSOE no castiga
el bipartidismo, castiga al propio partido so-
cialista. Y esto que antes ensalzaba el trabajo
de IU, ahora propicia el auge coyuntural de
Podemos. “Pero en el momento en el que
se recupere el PSOE, esto volverá a su sitio”
continúa.
No obstan-
te, a pesar
de asegurar
que la situa-
ción no es
irreparable,
admite que
e s t a m o s
hablando de “la división más absoluta de la
izquierda”.
Lo que queda claro es que la política ha
fallado a los españoles y estos han decidido
mostrar su descontento. Quienes confiaron
en su día en los dos grandes partidos entien-
den que estos no han cumplido su palabra.
Si no son capaces de recuperar esa confian-
za, todos los indicios llevan a pensar que los
ciudadanosdejarándevotaraestasopciones
políticas. La situación es preocupante pero
aún hay formas para afrontarlo. Un buen
ejemplo para muchos analistas es cómo se
ha producido el cambio en la Corona. La
sociedad española y suss políticos tienen la
oportunidad de rectificar, pero para eso hay
que cambiar. Las campañas electorales y los
programas concretos para las próximas elec-
ciones no pueden ser
meras campañas de
marketing, deben ser
un compromiso real.
Los partidos que pro-
metanoquecomuni-
quen sin sinceridad
y sin transparencia
no actuarán de
forma responsable ante la situación a la
que se enfrentan. Como lectura positiva
de esta nueva etapa de desapego hacia los
dirigentes de los partidos tradicionales, se
puede concluir que finalmente las personas
responden a la crisis desde la política. Esto
es, directamente desde las urnas. Por
primera vez desde el inicio de la demo-
cracia, no habrá un partido bisagra
que sea nacionalista. Por otra par-
te,laexigenciaalaquedebenha-
cer frente tanto PP como PSOE
marcará su devenir como parti-
dos de referencia en el sistema
actual.
¿Qué le depara a Podemos?
Los principales sociólogos de-
ducen que el mayor problema
que tiene que resolver Podemos
es el de encontrar a unos candida-
tos solventes para sus listas y mante-
ner su presencia en las televisiones. La
segunda parece más sencilla, pues está
demostrado que el partido de Pablo Iglesias
funcionaenelámbitotelevisivoalasmilma-
ravillas. La primera es más urgente si tene-
mos en cuenta que las elecciones municipa-
les y autonómicas son en el próximo mes de
mayo. El futuro de Podemos le preocupa a
todos, incluido al equipo de Mariano Rajoy.
Según apunta El Confidencial Digital, Mon-
cloa y Génova se han puesto en contacto con
varios expertos demoscópicos para tomar
nota acerca de las posibilidades que tiene
Podemos de convertirse en un partido go-
bernante. El profesor de Derecho de la Uni-
versidad CEU San Pablo, Armando Zerolo,
señala que aún es pronto para establecer un
juicio de criterio sobre el porvenir de Pode-
mos, pero de lo que se muestra seguro es de
que el tiempo dictará sentencia. “Si lo hacen
bien conseguirán mantener el éxito; si lo ha-
cenmal,seconvertiranenunomásdelacas-
ta que tanto critican”, dice el profesor. Una de
lasúltimaspáginasdelaobradeLeBontrata
precisamente del futuro de los gobernantes
de una masa. Escribe el francés que todo el
prestigio conseguido a través de un arduo
proceso de análisis se pierde cuando llega el
fracaso. “Puede ir desapareciendo a través
de la discusión, -continúa- pero el modo es
más lento”. El texto concluye con una frase
que no podría venir más al caso: “Pasar de
la barbarie a la civilización persiguiendo un
sueño. Declinar y morir luego, cuando dicho
sueño ha perdido su fuerza: este es el ciclo de
vidadeunpueblo”.
Hay políticos que
colocan la diana por
donde pasa la flecha
Es la división
más absoluta
de la izquierda