El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune crónica que causa inflamación en las articulaciones, tendones, tejidos conectivos y órganos, afectando principalmente a mujeres jóvenes. Los síntomas varían ampliamente entre personas e incluyen erupciones cutáneas, fiebre, dolor articular, problemas renales y otros órganos. El diagnóstico se basa en los síntomas y exámenes de laboratorio que buscan anticuerpos asociados con la enfermedad.
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
Lupus eritematoso sistémico1
1. www.distripronavit.com
Lupus eritematoso sistémico
El lupus eritematoso sistémico es
una enfermedad autoinmune con
episodios de inflamación en las
articulaciones, los tendones y otros
tejidos conectivos y órganos.
Se produce una inflamación de distintos
tejidos y órganos en una diversidad de
personas, yendo el grado de la
enfermedad de leve a debilitante,
dependiendo de la cantidad y de la
variedad de anticuerpos que aparecen y
de los órganos interesados. Alrededor
del 90 por ciento de las personas con
lupus son mujeres de 20 a 30 años; pero
también puede aparecer en niños (sobre
todo de sexo femenino), varones y
mujeres de edad avanzada.
Ciertos fármacos para el corazón
(hidralazina, procainamida y
betabloqueadores) pueden causar, en
ocasiones, un síndrome similar al lupus
que desaparece cuando se interrumpe el
tratamiento.
Síntomas
El número y la variedad de
anticuerpos que se pueden
presentar en el lupus son mayores
que en cualquier otra enfermedad y,
junto con otros factores
desconocidos, determinan cuáles
son los síntomas que se
desarrollan.
Por lo tanto, los síntomas, así como
su intensidad y gravedad, varían
mucho en cada caso. El lupus
puede ser bastante leve, o ser
devastador, incapacitante o mortal.
Por ejemplo, en personas que
tienen anticuerpos que afectan
solamente a la piel, los síntomas
www.distripronavit.com
Lupus eritematoso sistémico
El lupus eritematoso sistémico es
una enfermedad autoinmune con
episodios de inflamación en las
articulaciones, los tendones y otros
tejidos conectivos y órganos.
Se produce una inflamación de distintos
tejidos y órganos en una diversidad de
personas, yendo el grado de la
enfermedad de leve a debilitante,
dependiendo de la cantidad y de la
variedad de anticuerpos que aparecen y
de los órganos interesados. Alrededor
del 90 por ciento de las personas con
lupus son mujeres de 20 a 30 años; pero
también puede aparecer en niños (sobre
todo de sexo femenino), varones y
mujeres de edad avanzada.
Ciertos fármacos para el corazón
(hidralazina, procainamida y
betabloqueadores) pueden causar, en
ocasiones, un síndrome similar al lupus
que desaparece cuando se interrumpe el
tratamiento.
Síntomas
El número y la variedad de
anticuerpos que se pueden
presentar en el lupus son mayores
que en cualquier otra enfermedad y,
junto con otros factores
desconocidos, determinan cuáles
son los síntomas que se
desarrollan.
Por lo tanto, los síntomas, así como
su intensidad y gravedad, varían
mucho en cada caso. El lupus
puede ser bastante leve, o ser
devastador, incapacitante o mortal.
Por ejemplo, en personas que
tienen anticuerpos que afectan
solamente a la piel, los síntomas
www.distripronavit.com
Lupus eritematoso sistémico
El lupus eritematoso sistémico es
una enfermedad autoinmune con
episodios de inflamación en las
articulaciones, los tendones y otros
tejidos conectivos y órganos.
Se produce una inflamación de distintos
tejidos y órganos en una diversidad de
personas, yendo el grado de la
enfermedad de leve a debilitante,
dependiendo de la cantidad y de la
variedad de anticuerpos que aparecen y
de los órganos interesados. Alrededor
del 90 por ciento de las personas con
lupus son mujeres de 20 a 30 años; pero
también puede aparecer en niños (sobre
todo de sexo femenino), varones y
mujeres de edad avanzada.
Ciertos fármacos para el corazón
(hidralazina, procainamida y
betabloqueadores) pueden causar, en
ocasiones, un síndrome similar al lupus
que desaparece cuando se interrumpe el
tratamiento.
Síntomas
El número y la variedad de
anticuerpos que se pueden
presentar en el lupus son mayores
que en cualquier otra enfermedad y,
junto con otros factores
desconocidos, determinan cuáles
son los síntomas que se
desarrollan.
Por lo tanto, los síntomas, así como
su intensidad y gravedad, varían
mucho en cada caso. El lupus
puede ser bastante leve, o ser
devastador, incapacitante o mortal.
Por ejemplo, en personas que
tienen anticuerpos que afectan
solamente a la piel, los síntomas
2. www.distripronavit.com
cutáneos pueden ser leves (incluso
pueden prevenirse evitando la luz
solar) o, por el contrario, graves y
desfigurantes.
Debido a la gran variedad de síntomas
que presenta, el lupus puede parecerse
a muchas otras enfermedades.
Por ejemplo, en el lupus resulta afectado
de forma habitual el tejido conectivo de
las articulaciones, y la artritis resultante
puede parecerse a la artritis reumatoide.
Cuando afecta al cerebro, el lupus
puede tener manifestaciones
semejantes a una epilepsia o algún
trastorno psicológico.
Aunque el lupus puede ser crónico y
persistente se manifiesta, por lo general,
de forma intermitente. A menudo, se
desconoce el factor desencadenante de
un incremento de los síntomas en
personas con predisposición, aunque la
luz solar parece ser uno de estos
factores.
El lupus puede comenzar con
fiebre. Ésta puede ser alta y de
aparición súbita. Pueden producirse
así mismo episodios de fiebre
acompañados por una sensación de
malestar general, que aparecen y
desaparecen, en ocasiones durante
años. Alrededor del 90 por ciento de
las personas con lupus, sufre una
inflamación articular que varía
desde dolores ligeros intermitentes,
a formas intensas de artritis en
varias articulaciones. Los síntomas
articulares que se presentan
durante años pueden preceder a la
aparición de otros síntomas.
www.distripronavit.com
cutáneos pueden ser leves (incluso
pueden prevenirse evitando la luz
solar) o, por el contrario, graves y
desfigurantes.
Debido a la gran variedad de síntomas
que presenta, el lupus puede parecerse
a muchas otras enfermedades.
Por ejemplo, en el lupus resulta afectado
de forma habitual el tejido conectivo de
las articulaciones, y la artritis resultante
puede parecerse a la artritis reumatoide.
Cuando afecta al cerebro, el lupus
puede tener manifestaciones
semejantes a una epilepsia o algún
trastorno psicológico.
Aunque el lupus puede ser crónico y
persistente se manifiesta, por lo general,
de forma intermitente. A menudo, se
desconoce el factor desencadenante de
un incremento de los síntomas en
personas con predisposición, aunque la
luz solar parece ser uno de estos
factores.
El lupus puede comenzar con
fiebre. Ésta puede ser alta y de
aparición súbita. Pueden producirse
así mismo episodios de fiebre
acompañados por una sensación de
malestar general, que aparecen y
desaparecen, en ocasiones durante
años. Alrededor del 90 por ciento de
las personas con lupus, sufre una
inflamación articular que varía
desde dolores ligeros intermitentes,
a formas intensas de artritis en
varias articulaciones. Los síntomas
articulares que se presentan
durante años pueden preceder a la
aparición de otros síntomas.
www.distripronavit.com
cutáneos pueden ser leves (incluso
pueden prevenirse evitando la luz
solar) o, por el contrario, graves y
desfigurantes.
Debido a la gran variedad de síntomas
que presenta, el lupus puede parecerse
a muchas otras enfermedades.
Por ejemplo, en el lupus resulta afectado
de forma habitual el tejido conectivo de
las articulaciones, y la artritis resultante
puede parecerse a la artritis reumatoide.
Cuando afecta al cerebro, el lupus
puede tener manifestaciones
semejantes a una epilepsia o algún
trastorno psicológico.
Aunque el lupus puede ser crónico y
persistente se manifiesta, por lo general,
de forma intermitente. A menudo, se
desconoce el factor desencadenante de
un incremento de los síntomas en
personas con predisposición, aunque la
luz solar parece ser uno de estos
factores.
El lupus puede comenzar con
fiebre. Ésta puede ser alta y de
aparición súbita. Pueden producirse
así mismo episodios de fiebre
acompañados por una sensación de
malestar general, que aparecen y
desaparecen, en ocasiones durante
años. Alrededor del 90 por ciento de
las personas con lupus, sufre una
inflamación articular que varía
desde dolores ligeros intermitentes,
a formas intensas de artritis en
varias articulaciones. Los síntomas
articulares que se presentan
durante años pueden preceder a la
aparición de otros síntomas.
3. www.distripronavit.com
De hecho, muchas personas que
sufren de lupus recuerdan haber
tenido en la infancia dolores
relacionados con el crecimiento.
Una inflamación articular de larga
duración puede conducir a
deformaciones y lesiones
permanentes de la articulación y del
tejido circundante, pero el hueso no
se erosiona como en el caso de
artritis reumatoide. Las erupciones
cutáneas son frecuentes y aparecen de
forma habitual en el rostro, el cuello, el
pecho y los codos. La más característica
es una erupción de color rojo, en forma
de alas de mariposa, que aparece
encima del puente de la nariz y sobre las
mejillas, pudiendo también desarrollarse
protuberancias circulares. Es poco
frecuente que estas erupciones causen
ampollas o queden en carne viva.
Las llagas de la boca son también
frecuentes. Pueden aparecer zonas con
un moteado de color rojo purpúreo en el
borde de las palmas y en los dedos, así
como hinchazón y enrojecimiento
alrededor de las uñas. En la fase activa,
también es característica la pérdida de
cabello. Casi la mitad de las personas
que padecen lupus tiene la piel muy
sensible a la luz, por lo que ésta puede
quemarse fácilmente o presentar una
erupción después de la exposición a la
luz solar.
Ocasionalmente, se puede producir una
inflamación y una acumulación excesiva
de líquido en las membranas que
envuelven los pulmones. Esta
inflamación (pleuresía) puede hacer que
la respiración profunda sea dolorosa. El
líquido puede acumularse en el saco
que envuelve el corazón, ocasionando
una pericarditis que puede causar
dolores de pecho agudos y constantes.
Los niños y los adultos jóvenes que
tienen lupus presentan con frecuencia
un incremento del tamaño de los
ganglios linfáticos en todo el cuerpo. El
bazo aumenta de tamaño en un l0 por
ciento de las personas con esta
enfermedad.
En ocasiones, este trastorno afecta al
sistema nervioso, causando cefaleas,
cambios de personalidad, convulsiones
y síntomas similares a los de la
demencia, como dificultad para pensar
con claridad. Con menor frecuencia se
producen trombosis cerebrales. La
detección de proteínas o glóbulos rojos
en la orina en una prueba de laboratorio,
indica lesión de los riñones causada por
la glomerulonefritis, una inflamación de
los riñones frecuente durante esta
enfermedad. En caso del desarrollo de
una enfermedad grave progresiva de los
riñones, la presión arterial puede
aumentar peligrosamente, seguida de
una insuficiencia renal que podría ser
mortal. La detección precoz y el
tratamiento de las lesiones del riñón en
las personas afectadas de lupus
reducen la incidencia de una
enfermedad renal grave.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa
principalmente en los síntomas,
www.distripronavit.com
De hecho, muchas personas que
sufren de lupus recuerdan haber
tenido en la infancia dolores
relacionados con el crecimiento.
Una inflamación articular de larga
duración puede conducir a
deformaciones y lesiones
permanentes de la articulación y del
tejido circundante, pero el hueso no
se erosiona como en el caso de
artritis reumatoide. Las erupciones
cutáneas son frecuentes y aparecen de
forma habitual en el rostro, el cuello, el
pecho y los codos. La más característica
es una erupción de color rojo, en forma
de alas de mariposa, que aparece
encima del puente de la nariz y sobre las
mejillas, pudiendo también desarrollarse
protuberancias circulares. Es poco
frecuente que estas erupciones causen
ampollas o queden en carne viva.
Las llagas de la boca son también
frecuentes. Pueden aparecer zonas con
un moteado de color rojo purpúreo en el
borde de las palmas y en los dedos, así
como hinchazón y enrojecimiento
alrededor de las uñas. En la fase activa,
también es característica la pérdida de
cabello. Casi la mitad de las personas
que padecen lupus tiene la piel muy
sensible a la luz, por lo que ésta puede
quemarse fácilmente o presentar una
erupción después de la exposición a la
luz solar.
Ocasionalmente, se puede producir una
inflamación y una acumulación excesiva
de líquido en las membranas que
envuelven los pulmones. Esta
inflamación (pleuresía) puede hacer que
la respiración profunda sea dolorosa. El
líquido puede acumularse en el saco
que envuelve el corazón, ocasionando
una pericarditis que puede causar
dolores de pecho agudos y constantes.
Los niños y los adultos jóvenes que
tienen lupus presentan con frecuencia
un incremento del tamaño de los
ganglios linfáticos en todo el cuerpo. El
bazo aumenta de tamaño en un l0 por
ciento de las personas con esta
enfermedad.
En ocasiones, este trastorno afecta al
sistema nervioso, causando cefaleas,
cambios de personalidad, convulsiones
y síntomas similares a los de la
demencia, como dificultad para pensar
con claridad. Con menor frecuencia se
producen trombosis cerebrales. La
detección de proteínas o glóbulos rojos
en la orina en una prueba de laboratorio,
indica lesión de los riñones causada por
la glomerulonefritis, una inflamación de
los riñones frecuente durante esta
enfermedad. En caso del desarrollo de
una enfermedad grave progresiva de los
riñones, la presión arterial puede
aumentar peligrosamente, seguida de
una insuficiencia renal que podría ser
mortal. La detección precoz y el
tratamiento de las lesiones del riñón en
las personas afectadas de lupus
reducen la incidencia de una
enfermedad renal grave.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa
principalmente en los síntomas,
www.distripronavit.com
De hecho, muchas personas que
sufren de lupus recuerdan haber
tenido en la infancia dolores
relacionados con el crecimiento.
Una inflamación articular de larga
duración puede conducir a
deformaciones y lesiones
permanentes de la articulación y del
tejido circundante, pero el hueso no
se erosiona como en el caso de
artritis reumatoide. Las erupciones
cutáneas son frecuentes y aparecen de
forma habitual en el rostro, el cuello, el
pecho y los codos. La más característica
es una erupción de color rojo, en forma
de alas de mariposa, que aparece
encima del puente de la nariz y sobre las
mejillas, pudiendo también desarrollarse
protuberancias circulares. Es poco
frecuente que estas erupciones causen
ampollas o queden en carne viva.
Las llagas de la boca son también
frecuentes. Pueden aparecer zonas con
un moteado de color rojo purpúreo en el
borde de las palmas y en los dedos, así
como hinchazón y enrojecimiento
alrededor de las uñas. En la fase activa,
también es característica la pérdida de
cabello. Casi la mitad de las personas
que padecen lupus tiene la piel muy
sensible a la luz, por lo que ésta puede
quemarse fácilmente o presentar una
erupción después de la exposición a la
luz solar.
Ocasionalmente, se puede producir una
inflamación y una acumulación excesiva
de líquido en las membranas que
envuelven los pulmones. Esta
inflamación (pleuresía) puede hacer que
la respiración profunda sea dolorosa. El
líquido puede acumularse en el saco
que envuelve el corazón, ocasionando
una pericarditis que puede causar
dolores de pecho agudos y constantes.
Los niños y los adultos jóvenes que
tienen lupus presentan con frecuencia
un incremento del tamaño de los
ganglios linfáticos en todo el cuerpo. El
bazo aumenta de tamaño en un l0 por
ciento de las personas con esta
enfermedad.
En ocasiones, este trastorno afecta al
sistema nervioso, causando cefaleas,
cambios de personalidad, convulsiones
y síntomas similares a los de la
demencia, como dificultad para pensar
con claridad. Con menor frecuencia se
producen trombosis cerebrales. La
detección de proteínas o glóbulos rojos
en la orina en una prueba de laboratorio,
indica lesión de los riñones causada por
la glomerulonefritis, una inflamación de
los riñones frecuente durante esta
enfermedad. En caso del desarrollo de
una enfermedad grave progresiva de los
riñones, la presión arterial puede
aumentar peligrosamente, seguida de
una insuficiencia renal que podría ser
mortal. La detección precoz y el
tratamiento de las lesiones del riñón en
las personas afectadas de lupus
reducen la incidencia de una
enfermedad renal grave.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa
principalmente en los síntomas,
4. www.distripronavit.com
especialmente si se presentan en
una mujer joven. Puede ser difícil
distinguir el lupus de otras
enfermedades, debido a la amplia
gama de síntomas que éste
provoca.
Las pruebas de laboratorio pueden ser
útiles para confirmar el diagnóstico. El
análisis de sangre puede detectar
anticuerpos antinucleares, presentes en
la gran mayoría de las personas que
padecen lupus. Sin embargo, estos
anticuerpos se manifiestan también en
otras enfermedades. Por lo tanto, si se
detectan anticuerpos antinucleares,
deben realizarse también pruebas en
busca de los anticuerpos anti-ADN de
cadena doble. Un valor alto de estos
anticuerpos es específico del lupus,
aunque no todas las personas que
padecen esta enfermedad tienen tales
anticuerpos. Se pueden realizar análisis
de sangre para medir los valores de
complemento (un grupo de proteínas
que forman parte del sistema inmune) y
detectar otros anticuerpos para predecir
la actividad y el curso de la enfermedad.
El daño al riñón causado por el lupus
puede detectarse mediante los análisis
de sangre y de orina, aunque en
ocasiones la biopsia renal está indicada
para determinar mejor el tratamiento.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico varía enormemente
dado que el curso de la enfermedad
es impredecible. La enfermedad
tiende a ser crónica y recidivante, a
menudo con períodos libres de
síntomas que pueden durar años.
No es frecuente que los brotes se
presenten después de la
menopausia. El pronóstico ha
mejorado notablemente durante los
últimos veinte años. Por lo general,
si se controla la inflamación inicial,
el pronóstico a largo plazo es
bueno.
www.distripronavit.com
especialmente si se presentan en
una mujer joven. Puede ser difícil
distinguir el lupus de otras
enfermedades, debido a la amplia
gama de síntomas que éste
provoca.
Las pruebas de laboratorio pueden ser
útiles para confirmar el diagnóstico. El
análisis de sangre puede detectar
anticuerpos antinucleares, presentes en
la gran mayoría de las personas que
padecen lupus. Sin embargo, estos
anticuerpos se manifiestan también en
otras enfermedades. Por lo tanto, si se
detectan anticuerpos antinucleares,
deben realizarse también pruebas en
busca de los anticuerpos anti-ADN de
cadena doble. Un valor alto de estos
anticuerpos es específico del lupus,
aunque no todas las personas que
padecen esta enfermedad tienen tales
anticuerpos. Se pueden realizar análisis
de sangre para medir los valores de
complemento (un grupo de proteínas
que forman parte del sistema inmune) y
detectar otros anticuerpos para predecir
la actividad y el curso de la enfermedad.
El daño al riñón causado por el lupus
puede detectarse mediante los análisis
de sangre y de orina, aunque en
ocasiones la biopsia renal está indicada
para determinar mejor el tratamiento.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico varía enormemente
dado que el curso de la enfermedad
es impredecible. La enfermedad
tiende a ser crónica y recidivante, a
menudo con períodos libres de
síntomas que pueden durar años.
No es frecuente que los brotes se
presenten después de la
menopausia. El pronóstico ha
mejorado notablemente durante los
últimos veinte años. Por lo general,
si se controla la inflamación inicial,
el pronóstico a largo plazo es
bueno.
www.distripronavit.com
especialmente si se presentan en
una mujer joven. Puede ser difícil
distinguir el lupus de otras
enfermedades, debido a la amplia
gama de síntomas que éste
provoca.
Las pruebas de laboratorio pueden ser
útiles para confirmar el diagnóstico. El
análisis de sangre puede detectar
anticuerpos antinucleares, presentes en
la gran mayoría de las personas que
padecen lupus. Sin embargo, estos
anticuerpos se manifiestan también en
otras enfermedades. Por lo tanto, si se
detectan anticuerpos antinucleares,
deben realizarse también pruebas en
busca de los anticuerpos anti-ADN de
cadena doble. Un valor alto de estos
anticuerpos es específico del lupus,
aunque no todas las personas que
padecen esta enfermedad tienen tales
anticuerpos. Se pueden realizar análisis
de sangre para medir los valores de
complemento (un grupo de proteínas
que forman parte del sistema inmune) y
detectar otros anticuerpos para predecir
la actividad y el curso de la enfermedad.
El daño al riñón causado por el lupus
puede detectarse mediante los análisis
de sangre y de orina, aunque en
ocasiones la biopsia renal está indicada
para determinar mejor el tratamiento.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico varía enormemente
dado que el curso de la enfermedad
es impredecible. La enfermedad
tiende a ser crónica y recidivante, a
menudo con períodos libres de
síntomas que pueden durar años.
No es frecuente que los brotes se
presenten después de la
menopausia. El pronóstico ha
mejorado notablemente durante los
últimos veinte años. Por lo general,
si se controla la inflamación inicial,
el pronóstico a largo plazo es
bueno.
5. Si los síntomas de lupus han sido
provocados por un fármaco, el lupus se
cura interrumpiendo el mismo, aunque
la recuperación puede tardar meses.
El tratamiento depende de los órganos
afectados y de la severidad de la
enfermedad. El lupus leve se caracteriza
por fiebre, artritis, erupciones cutáneas,
problemas cardíacos y pulmonares
moderados y cefaleas. El lupus más
grave puede causar enfermedades de la
sangre, problemas cardíacos y
pulmonares muy importantes, lesiones
del riñón significativas, vasculitis de
brazos y piernas o del tracto
gastrointestinal, o disfunciones graves
del sistema nervioso.
La enfermedad leve puede requerir poco
o ningún tratamiento. Los fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
pueden aliviar el dolor articular en la
mayoría de los casos. La aspirina se
administra a dosis bajas si la sangre del
paciente tiene tendencia a coagularse
(como sucede en algunas personas que
sufren de lupus). Dosis demasiado
elevadas pueden dañar el hígado.
Algunas sustancias como la
hidroxicloroquina, la cloroquina o la
quinacrina, en ocasiones combinadas,
ayudan a aliviar los síntomas articulares
y cutáneos.
Las fases graves se tratan
inmediatamente con un corticosteroide
como la prednisona, dependiendo la
dosis y la duración del tratamiento de
los órganos afectados. En ocasiones se
administra un fármaco inmunosupresor
como la azatioprina o la ciclofosfamida,
para suprimir el ataque autoinmune. La
combinación de un corticosteroide y de
un inmunosupresor se usa con mucha
frecuencia para enfermedades graves de
los riñones o del sistema nervioso, así
como para la vasculitis.
Una vez controlada la inflamación, el
médico determina la dosis que la
suprime más eficazmente a largo plazo.
Por lo general, se disminuye
gradualmente la dosis de prednisona
cuando los síntomas han sido
controlados y las pruebas de laboratorio
indican mejoría. Las recidivas o brotes
pueden tener lugar durante este
proceso. Para la mayoría de los que
tienen lupus, la dosis de prednisona se
puede disminuir o suprimir a la larga.
Los procedimientos quirúrgicos y el
embarazo pueden presentar
complicaciones en las personas con
lupus, por lo que se requiere una
estricta supervisión médica. Son
frecuentes los abortos espontáneos, así
como los brotes después del parto.
Si los síntomas de lupus han sido
provocados por un fármaco, el lupus se
cura interrumpiendo el mismo, aunque
la recuperación puede tardar meses.
El tratamiento depende de los órganos
afectados y de la severidad de la
enfermedad. El lupus leve se caracteriza
por fiebre, artritis, erupciones cutáneas,
problemas cardíacos y pulmonares
moderados y cefaleas. El lupus más
grave puede causar enfermedades de la
sangre, problemas cardíacos y
pulmonares muy importantes, lesiones
del riñón significativas, vasculitis de
brazos y piernas o del tracto
gastrointestinal, o disfunciones graves
del sistema nervioso.
La enfermedad leve puede requerir poco
o ningún tratamiento. Los fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
pueden aliviar el dolor articular en la
mayoría de los casos. La aspirina se
administra a dosis bajas si la sangre del
paciente tiene tendencia a coagularse
(como sucede en algunas personas que
sufren de lupus). Dosis demasiado
elevadas pueden dañar el hígado.
Algunas sustancias como la
hidroxicloroquina, la cloroquina o la
quinacrina, en ocasiones combinadas,
ayudan a aliviar los síntomas articulares
y cutáneos.
Las fases graves se tratan
inmediatamente con un corticosteroide
como la prednisona, dependiendo la
dosis y la duración del tratamiento de
los órganos afectados. En ocasiones se
administra un fármaco inmunosupresor
como la azatioprina o la ciclofosfamida,
para suprimir el ataque autoinmune. La
combinación de un corticosteroide y de
un inmunosupresor se usa con mucha
frecuencia para enfermedades graves de
los riñones o del sistema nervioso, así
como para la vasculitis.
Una vez controlada la inflamación, el
médico determina la dosis que la
suprime más eficazmente a largo plazo.
Por lo general, se disminuye
gradualmente la dosis de prednisona
cuando los síntomas han sido
controlados y las pruebas de laboratorio
indican mejoría. Las recidivas o brotes
pueden tener lugar durante este
proceso. Para la mayoría de los que
tienen lupus, la dosis de prednisona se
puede disminuir o suprimir a la larga.
Los procedimientos quirúrgicos y el
embarazo pueden presentar
complicaciones en las personas con
lupus, por lo que se requiere una
estricta supervisión médica. Son
frecuentes los abortos espontáneos, así
como los brotes después del parto.
Si los síntomas de lupus han sido
provocados por un fármaco, el lupus se
cura interrumpiendo el mismo, aunque
la recuperación puede tardar meses.
El tratamiento depende de los órganos
afectados y de la severidad de la
enfermedad. El lupus leve se caracteriza
por fiebre, artritis, erupciones cutáneas,
problemas cardíacos y pulmonares
moderados y cefaleas. El lupus más
grave puede causar enfermedades de la
sangre, problemas cardíacos y
pulmonares muy importantes, lesiones
del riñón significativas, vasculitis de
brazos y piernas o del tracto
gastrointestinal, o disfunciones graves
del sistema nervioso.
La enfermedad leve puede requerir poco
o ningún tratamiento. Los fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
pueden aliviar el dolor articular en la
mayoría de los casos. La aspirina se
administra a dosis bajas si la sangre del
paciente tiene tendencia a coagularse
(como sucede en algunas personas que
sufren de lupus). Dosis demasiado
elevadas pueden dañar el hígado.
Algunas sustancias como la
hidroxicloroquina, la cloroquina o la
quinacrina, en ocasiones combinadas,
ayudan a aliviar los síntomas articulares
y cutáneos.
Las fases graves se tratan
inmediatamente con un corticosteroide
como la prednisona, dependiendo la
dosis y la duración del tratamiento de
los órganos afectados. En ocasiones se
administra un fármaco inmunosupresor
como la azatioprina o la ciclofosfamida,
para suprimir el ataque autoinmune. La
combinación de un corticosteroide y de
un inmunosupresor se usa con mucha
frecuencia para enfermedades graves de
los riñones o del sistema nervioso, así
como para la vasculitis.
Una vez controlada la inflamación, el
médico determina la dosis que la
suprime más eficazmente a largo plazo.
Por lo general, se disminuye
gradualmente la dosis de prednisona
cuando los síntomas han sido
controlados y las pruebas de laboratorio
indican mejoría. Las recidivas o brotes
pueden tener lugar durante este
proceso. Para la mayoría de los que
tienen lupus, la dosis de prednisona se
puede disminuir o suprimir a la larga.
Los procedimientos quirúrgicos y el
embarazo pueden presentar
complicaciones en las personas con
lupus, por lo que se requiere una
estricta supervisión médica. Son
frecuentes los abortos espontáneos, así
como los brotes después del parto.