2. “Porque así como el cuerpo es uno, y
tiene muchos miembros, pero todos los
miembros del cuerpo, siendo muchos,
son un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque por un solo Espíritu fuimos
todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres;
y a todos se nos dio a beber de un
mismo Espíritu. Además, el cuerpo no
es un solo miembro, sino muchos…”
(1Cor 12:12-21)
3. “Por tanto, si tu hermano peca contra
ti, ve y repréndele estando tú y él solos;
si te oyere, has ganado a tu hermano.
Más si no te oyere, toma aún contigo a
uno o dos, para que en boca de dos o
tres testigos conste toda palabra. Si no
los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si
no oyere a la iglesia, tenle por gentil y
publicano…
(Mateo 18.15-18)
4. La manifestación más completa de la autoridad de Dios se halla
en el cuerpo de Cristo
Sólo la relación entre Cristo y la iglesia puede dar plena
expresión a la autoridad así como a la obediencia. Porque Dios
no llamó a la iglesia a ser una institución; él ordenó que fuera
el cuerpo de Cristo.
5. Es la intención de Dios que le rindamos completa obediencia;
no estará satisfecho hasta que lleguemos a ese mismo grado
de obediencia que hay en un cuerpo para con su cabeza.
Cuando aprendamos más acerca de la obediencia, se nos
mostrará la diferencia entre el mandamiento de Dios y su
voluntad.
6. Dios dispuso que la cabeza y el
cuerpo participaran de una sola
vida y una sola naturaleza.
Tan sólo la obediencia perfecta
puede considerarse como
obediencia a la ley de la vida.
La obediencia obligada no se
conforma a la regla de
obediencia.
7. Aunque a veces la autoridad del
cuerpo se manifiesta
directamente, con frecuencia lo
hace en forma indirecta.
No sólo a la cabeza está sujeto
el cuerpo; sus diversos
miembros, además, se ayudan
mutuamente y están sujetos
unos a otros.
8. El juicio del miembro es
frecuentemente el juicio de la
cabeza.
Aunque la función de la mano
del cuerpo físico es
extraordinaria, ella tiene que
aceptar la función de los pies
cuando hay que caminar. La
mano no puede percibir el
color, así que tiene que aceptar
la autoridad del ojo.
La función de cada miembro
constituye su autoridad.
9. Es imposible hacer de cada miembro un cuerpo entero; cada
uno debemos aprender a estar en condiciones de ser
miembros y de aceptar las operaciones de los demás
miembros.
La autoridad no es más que otra manifestación de las riquezas
de Cristo. Sólo al aceptar las funciones de otros -aceptando su
autoridad- recibe uno la riqueza de todo el cuerpo.
La insubordinación produce pobreza
"Así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz"
(Mateo 6:22)
10. ¿QUIÉN SE ATREVERÍA A DESOBEDECER
LA AUTORIDAD de los SEÑOR? es una
DEL miembros,
La distribución de la función
delegación de autoridad y representa también la autoridad de
la cabeza.
Todo el que tenga un don tiene un ministerio, y todo el que tenga
un ministerio tiene autoridad.
El ministerio que Dios otorga es autoridad; nadie debe rechazarlo
11. ¡Cuanta paz se tiene al aceptar
la sujeción del Señor!
Si nos sometemos a la autoridad
de otros miembros,
experimentamos:
El Señor nos llama a aprender la
obediencia en el cuerpo, la iglesia, así
como también en el hogar y en el mundo.
12. Si no reconocemos la autoridad aquí, en
nuestra iglesia, no hay ninguna
posibilidad de que lo hagamos en otro
lugar.