Jesús enseña que debemos ser humildes y admitir nuestra culpa. Jesús amaba a los niños y quería que confiaran en él como los niños confían en sus padres. También enseñó a un joven rico que solo Dios es bueno y que es imposible agradar a Dios mediante nuestras propias obras, ya que todos hemos quebrantado sus mandamientos. El joven se fue triste porque amaba más sus posesiones que a Dios.
1. Jesús enseña que debemos ser
humildes y admitir nuestra culpa
Lección #64 Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes (Ampliado)
2. • Jesús ama a los niños
Marcos 10:13-16
"Y le presentaban niños para que los tocase; y
los discípulos reprendían a los que los
presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les
dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de
Dios. De cierto os digo, que el que no reciba
el reino de Dios como un niño, no entrará en
él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las
manos sobre ellos, los bendecía."
4. • La gente debe confiar en Dios de la
misma manera que un niño confía en sus
padres.
Cuando ustedes le dicen algo a su niño
pequeño, él les cree. Los niños pequeños
normalmente no tratan de razonar o de resolver
las cosas por sí mismos. Ellos simplemente
creen lo que sus padres les dicen.
5. Marcos 10:17
"Al salir él para seguir su camino, vino uno
corriendo, e hincando la rodilla delante de él,
le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para
heredar la vida eterna?"
• Jesús enseñó a un joven rico
6. • El joven rico le preguntó a Jesús qué
podía hacer para heredar la vida eterna.
7. Marcos 10:18-20
"Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los
mandamientos sabes: No adulteres. No mates.
No hurtes. No digas falso testimonio. No
defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El
entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo
esto lo he guardado desde mi juventud."
8. • Solamente Dios es bueno.
Este joven no entendía que jamás algún hombre
ha sido lo suficientemente bueno para agradar
a Dios.
• Ninguna persona puede obedecer
perfectamente la ley de Dios.
La Palabra de Dios dice que no hay ninguna
persona en la tierra que sea buena y, por lo
tanto, capaz de agradar a Dios. Nadie, excepto
Jesús, ha obedecido perfectamente las leyes de
Dios.
9. • Toda la gente ha fallado en cumplir el
estándar de bondad de Dios.
Así es con las leyes de Dios. Aun los que se
esfuerzan mucho no son capaces de obedecerlas
perfectamente como Dios exige.
• Ustedes nunca podrán merecer el
favor de Dios por sus propios esfuerzos.
Es imposible para ustedes agradar a Dios
porque, como descendientes de Adán, son
pecadores y están separados de Dios.
10. Marcos 10:21
"Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo:
Una cosa te falta: anda, vende todo lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en
el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz."
• Jesús amó a un joven rico
11. • Jesús quería que este joven rico
reconociera que había quebrantado los
mandamientos de Dios.
Al decirle a este joven que debía dejar su hogar
y seguirlo a Él, Jesús estaba tratando de
mostrarle que la única forma en que él podría
agradar plenamente a Dios era amando a Dios
con todo su corazón, con toda su alma, con toda
su mente y con todas sus fuerzas. Jesús estaba
intentando enseñarle a este hombre joven que
no era bueno, era pecador.
12. Cada persona ha quebrantado los
mandamientos de Dios.
Ninguno de nosotros le ha dado a Dios el
primer lugar en sus pensamientos, ni le ha
dado la alabanza y las gracias por todas las
cosas como Él mandó. De igual modo,
ninguno de nosotros ha amado a otros como
Dios ordenó.
13. • Este joven tomó su decisión.
Marcos 10:22-24
"Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste,
porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús,
mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán
difícilmente entrarán en el reino de Dios los
que tienen riquezas! Los discípulos se
asombraron de sus palabras; pero Jesús,
respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán
difícil les es entrar en el reino de Dios, a los
que confían en las riquezas!”
14. Juan 6:27-29
"Trabajad, no por la comida que perece,
sino por la comida que a vida eterna
permanece, la cual el Hijo del Hombre os
dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer
para poner en práctica las obras de Dios?
Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra
de Dios, que creáis en el que él ha
enviado."
Notas del editor
Los discípulos pensaron que Jesús no querría tomar tiempo para mostrar amor y preocupación por los niños pequeños, pero Él les dijo a los discípulos que dejaran acercar los niños a Él.
Jesús ama a los niños. Los niños pueden creer Su Palabra y confiar en Él, así como los adultos.
Es importante que ustedes, niños, escuchen cuidadosamente para que también puedan entender y creer la Palabra de Dios. Ustedes también son pecadores y están bajo el poder de Satanás y la muerte. La única forma en que ustedes pueden ser rescatados es poniendo su confianza en Jesús como su Salvador.
• La gente debe confiar en Dios de la misma manera que un niño confía en sus padres.
Aquellos que no quieren acercarse a Dios y confiar en Él como un niñito, no entrarán al cielo.
Cuando ustedes cargan a su bebé, él descansa en sus brazos. No teme que ustedes lo dejen caer. Él confía en que ustedes lo sostendrán con seguridad y cuidarán de él.
Cuando ustedes le dicen algo a su niño pequeño, él les cree. Los niños pequeños normalmente no tratan de razonar o de resolver las cosas por sí mismos. Ellos simplemente creen lo que sus padres les dicen.
Jesús dijo que nosotros debemos aceptar lo que Dios nos dice en la Biblia como si fuéramos niños pequeños. Muchas personas irán al castigo eterno porque no confiarán en Dios y Su Palabra, así como un niño pequeño confía en sus padres.
Si ustedes rehúsan aceptar la Palabra de Dios como un niño pequeño, nunca serán librados del control de Satanás, el pecado y la muerte.
Este joven pensaba que podía agradar a Dios y ganar la entrada a Su reino por su propia bondad y su obediencia a las leyes de Dios. Pensaba que podía hacer cosas buenas para merecer la vida eterna.
Este joven era como Caín. Caín pensó que podía obtener el favor de Dios por llevarle las cosas que había cultivado. ¿Aceptó Dios a Caín por causa de las cosas que le llevó? ¡No! Dios rechazó a Caín porque él se acercó a su propia manera y no de la forma que Dios había dicho.
• Solamente Dios es bueno.
Este joven no entendía que jamás algún hombre ha sido lo suficientemente bueno para agradar a Dios. No comprendía que Dios es el único que es bueno. Él pensaba que era bueno y que Jesús era simplemente otro hombre bueno como él. Aunque él no comprendía que Jesús era Dios, lo llamó “bueno”.
Cuando Jesús le respondió, no estaba negando que Él mismo era bueno o que no era Dios. Jesús le contestó de esta manera porque quería que el joven se diera cuenta de que ningún hombre común es bueno. Si este joven creía que Jesús era bueno, entonces también debería concluir que era Dios, porque el único que es bueno es Dios.
• Ninguna persona puede obedecer perfectamente la ley de Dios.
Este joven no se daba cuenta de que nunca podría obedecer perfectamente los mandamientos de Dios porque había nacido pecador y estaba bajo el dominio de Satanás. La Palabra de Dios dice que no hay ninguna persona en la tierra que sea buena y, por lo tanto, capaz de agradar a Dios. Nadie, excepto Jesús, ha obedecido perfectamente las leyes de Dios.
Este hombre pensaba que había guardado los mandamientos de Dios porque los había obedecido exteriormente. Sin embargo, aunque hubiera obedecido los mandamientos de Dios exteriormente, no los había obedecido plenamente y todo el tiempo en su corazón.
Jesús ya le había enseñado a la gente que, a la vista de Dios, los pensamientos y las intenciones son tan importantes como las acciones. Por ejemplo:
o Si un hombre mira a una mujer y la desea, ha cometido adulterio.
o Si una persona odia a otra en su corazón, ha cometido homicidio.
o Si una persona desea tomar algo que le pertenece a alguien más, ha robado.
o Si un niño obedece exteriormente a sus padres pero está enojado en su corazón y obedece a regañadientes, ha pecado delante de Dios.
Dios no juzga a una persona de acuerdo a sus actos exteriores solamente. También la juzga conforme a sus pensamientos y deseos íntimos.
Toda la gente ha fallado en cumplir el estándar de bondad de Dios.
Dios no le dio Sus mandamientos a Israel porque pensara que podían obedecerlos. Más bien, Él dio Sus Diez Mandamientos para probarles a ellos y a todos los seres humanos, que todos hemos pecado y estamos lejos del estándar de bondad de Dios.
Así es con las leyes de Dios. Aun los que se esfuerzan mucho no son capaces de obedecerlas perfectamente como Dios exige. Todos hemos fallado en alcanzar el estándar de bondad y perfección de Dios.
Ustedes nunca podrán merecer el favor de Dios por sus propios esfuerzos.
Ustedes pueden pensar que son personas buenas y que no merecen ir al fuego eterno. Sin embargo, ustedes también han fallado en hacer lo que Dios exige. Es imposible para ustedes agradar a Dios porque, como descendientes de Adán, son pecadores y están separados de Dios. Dios mira sus corazones y dice que son perversos como los de todos los demás.
Jesús amó a este joven.
Marcos 10:21 "Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz."
A pesar de que este joven era orgulloso y no se veía a sí mismo como pecador, como lo veía Dios, aun así Jesús lo amó.
Dios los ama a ustedes aunque son pecadores. Él no quiere que ustedes sean separados de Él eternamente.
Jesús quería que este joven rico reconociera que había quebrantado los mandamientos de Dios.
Jesús quería mostrarle a este joven que era pecador porque no había obedecido los mandamientos de Dios perfectamente como él pensaba. Por lo tanto, Jesús le dijo que vendiera sus posesiones y diera lo recaudado a los pobres y dejara su casa y lo siguiera a Él.
Jesús sabía que el joven amaba a sus riquezas más que a su prójimo. Al decirle al joven que vendiera sus posesiones y diera lo recaudado a los pobres, Jesús estaba tratando de mostrarle que no había obedecido la ley de Dios perfectamente porque no había amado a otros como se amaba a sí mismo.
Al decirle a este joven que debía dejar su hogar y seguirlo a Él, Jesús estaba tratando de mostrarle que la única forma en que él podría agradar plenamente a Dios era amando a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas. Jesús estaba intentando enseñarle a este hombre joven que no era bueno, era pecador. Él amaba a sus riquezas más que a su prójimo o más que a Dios.
Como este joven había violado las leyes divinas, era un pecador condenado a los ojos de Dios. Jesús quería que él se diera cuenta de que no podía ser aceptado por Dios por las cosas que hacía. Él ya estaba muerto para Dios y era rechazado por Él.
Jesús amó a este joven.
Marcos 10:21 "Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz."
A pesar de que este joven era orgulloso y no se veía a sí mismo como pecador, como lo veía Dios, aun así Jesús lo amó.
Dios los ama a ustedes aunque son pecadores. Él no quiere que ustedes sean separados de Él eternamente.
Jesús quería que este joven rico reconociera que había quebrantado los mandamientos de Dios.
Jesús quería mostrarle a este joven que era pecador porque no había obedecido los mandamientos de Dios perfectamente como él pensaba. Por lo tanto, Jesús le dijo que vendiera sus posesiones y diera lo recaudado a los pobres y dejara su casa y lo siguiera a Él.
Jesús sabía que el joven amaba a sus riquezas más que a su prójimo. Al decirle al joven que vendiera sus posesiones y diera lo recaudado a los pobres, Jesús estaba tratando de mostrarle que no había obedecido la ley de Dios perfectamente porque no había amado a otros como se amaba a sí mismo.
Al decirle a este joven que debía dejar su hogar y seguirlo a Él, Jesús estaba tratando de mostrarle que la única forma en que él podría agradar plenamente a Dios era amando a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas. Jesús estaba intentando enseñarle a este hombre joven que no era bueno, era pecador. Él amaba a sus riquezas más que a su prójimo o más que a Dios.
Como este joven había violado las leyes divinas, era un pecador condenado a los ojos de Dios. Jesús quería que él se diera cuenta de que no podía ser aceptado por Dios por las cosas que hacía. Él ya estaba muerto para Dios y era rechazado por Él.
Cada persona ha quebrantado los mandamientos de Dios.
Ninguno de nosotros le ha dado a Dios el primer lugar en sus pensamientos, ni le ha dado la alabanza y las gracias por todas las cosas como Él mandó. De igual modo, ninguno de nosotros ha amado a otros como Dios ordenó.
La paga por quebrantar los mandamientos de Dios es la muerte, la separación de Dios en el lugar de castigo. Dios no pasará por alto la paga de nuestro pecado. Él no nos perdonará nunca, a menos que se haga el pago completo por el pecado.
¿Hay alguna forma en que se pueda pagar nuestro pecado y así podamos ser salvados del fuego eterno? ¡Sí, la hay! Sigan escuchando atentamente y se hará muy claro para ustedes lo que Jesús vino a hacer para que pudieran ser librados del castigo eterno.
Este joven tomó su decisión.
Marcos 10:22-24 "Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: !!Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, !!cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!"
Este joven se marchó triste porque, aunque quería la vida eterna, no quería admitir que era pecador. No quería reconocer que amaba a su dinero más que a Dios o a otras personas, y no quería cambiar.
Quizá ustedes sean como este joven y piensen que lo más importante es conseguir las riquezas de este mundo. Cuando mueran, sin embargo, no podrán llevarse ninguna riqueza con ustedes.
El rico y el pobre son iguales a la vista de Dios. Él no mira cuántas riquezas tiene un hombre. A Dios no le importan nuestras posesiones materiales, lo que a Él le importa mucho es si estamos dispuestos a escuchar Sus palabras y creerlas.
Anteriormente, leímos en el Libro de Dios la manera en que Jesús alimentó a cinco mil hombres con cinco panes y dos peces pequeños. Después de esto, la gente vino buscando a Jesús, esperando conseguir más comida. Jesús les recordó que creer en Él era lo más importante.
Cada persona ha quebrantado los mandamientos de Dios.
Ninguno de nosotros le ha dado a Dios el primer lugar en sus pensamientos, ni le ha dado la alabanza y las gracias por todas las cosas como Él mandó. De igual modo, ninguno de nosotros ha amado a otros como Dios ordenó.
La paga por quebrantar los mandamientos de Dios es la muerte, la separación de Dios en el lugar de castigo. Dios no pasará por alto la paga de nuestro pecado. Él no nos perdonará nunca, a menos que se haga el pago completo por el pecado.
¿Hay alguna forma en que se pueda pagar nuestro pecado y así podamos ser salvados del fuego eterno? ¡Sí, la hay! Sigan escuchando atentamente y se hará muy claro para ustedes lo que Jesús vino a hacer para que pudieran ser librados del castigo eterno.
Este joven tomó su decisión.
Marcos 10:22-24 "Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: !!Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, !!cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!"
Este joven se marchó triste porque, aunque quería la vida eterna, no quería admitir que era pecador. No quería reconocer que amaba a su dinero más que a Dios o a otras personas, y no quería cambiar.
Quizá ustedes sean como este joven y piensen que lo más importante es conseguir las riquezas de este mundo. Cuando mueran, sin embargo, no podrán llevarse ninguna riqueza con ustedes.
El rico y el pobre son iguales a la vista de Dios. Él no mira cuántas riquezas tiene un hombre. A Dios no le importan nuestras posesiones materiales, lo que a Él le importa mucho es si estamos dispuestos a escuchar Sus palabras y creerlas.
Anteriormente, leímos en el Libro de Dios la manera en que Jesús alimentó a cinco mil hombres con cinco panes y dos peces pequeños. Después de esto, la gente vino buscando a Jesús, esperando conseguir más comida. Jesús les recordó que creer en Él era lo más importante.