1. enero de 2009
¡No me
importa!
Anda
despacio, niño - hay
un precipicio!
Nº 21
Cuando Cristo vino a
mi corazón
Hola chicos, mi nombre es Melisa, pero
casi todos me llaman Meli. Quisiera contarles a ustedes, como en mi niñez acepté
al Señor Jesús como mi Salvador.
Nací en una familia cristiana y desde muy
pequeña fui instruida en los caminos del
Señor. Mis padres siempre me hablaban
de Dios y de su amor. Ellos me llevaban
domingo tras domingo a la reunión y a la
Escuela Dominical. Sin embargo, a pesar
de todo esto yo aún no tenía comunión
y una relación de confianza con el Padre
Celestial.
Me sentía buena
Hasta que un día en la escuela dominical
la maestra, que era mi mamá, nos explicó
que a Dios no le gusta el pecado, y que
ningún pecador podría ir jamás al cielo.
– Bueno, pero yo intento portarme bien y
no hacer cosas malas, dije para mí misma.
No bastaba
Y continué escuchando a la maestra que
nos dijo más o menos así:
– Chicos, todos los seres humanos
aunque sean niños que intenten
portase bien son pecadores
delante de Dios. Y debido a
esto, él no está en el corazón de
cada uno de ellos.
En aquel momento me di cuenta de
que a pesar de ir a todas las reuniones,
de portarme bien y de tener una familia
cristiana, yo era una pecadora. Y esta condición me alejaba de Dios.
Aún hay esperanza
Esto me puso muy triste, pero aun así seguí escuchando a mamá que decía:
– Pero como Dios es misericordioso, existe
una esperanza para los pecadores. Porque
Dios envió a Jesús, su hijo, a este mundo.
Fue clavado en una cruz, en la cual murió y sufrió el castigo que nos merecíamos
nosotros por causa de nuestros pecados.
Por eso todas las personas que crean en Él
serán limpiadas de sus pecados.
Saber que el hijo de Dios había muerto
para que yo pudiera ser aceptada por
Dios, conmovió mi corazón.
Por favor perdóname
Al finalizar la clase oramos a Dios con
mamá. Y en aquella oración, le dije:
– Por favor, perdóname por todos mis
pecados y entra en
mi corazón.
Luego me sentí
muy feliz de saber que el Señor Jesús me
había limpiado de mis
pecados.
De camino con el Señor
A partir de ese momento el Padre Celestial siempre ha estado conmigo.
A medida que crecí aprendí más de Dios
de sus mandamientos y de lo importante
que es obedecerlos. Porque él sabe qué es
lo mejor para nosotros.
Sabes, la Biblia dice que Dios manda a
todas las personas en todo lugar, que se
arrepientan de sus pecados. ¿Tú te has
arrepentido?
Melisa Balan

2. Nº 21 - enero de 2009
Un pequeño gran rey
Ocho añitos tenía Josías cuando
fue nombrado
rey del pueblo
de Judá ¿Qué
pequeño
era,
no te parece?
¿Cuántas
responsabilidades
para un niño?
Sin
embargo,
esto no fue un
problema para
él, porque siendo así de jovencito comenzó a buscar a Dios.
Tanto fue así, que mandó a sus
siervos a que repararan el Templo de Dios. Pues la mayoría de
los reyes que gobernaron antes
que él, junto con el pueblo de
Judá, se olvidaron de Dios, y no
cuidaron aquel lugar sagrado.
Dichos reyes desobedecieron al
Padre Celestial, olvidaron sus
mandamientos y adoraron a
otros dioses.
¿Qué dice ese libro?
Cierto día, mientras los siervos
de Josías limpiaban y reparaban el Templo de
Dios, encontraron un
¿ Y tú Biblia también
enorme liestá olvidada en algún rincón bro. ¡Que
y cubierta de polvo?
curiosidad!
¿Qué cosas
estarían escritas
en aquel libro? Y rápidamente aquellos siervos
llevaron el libro al joven rey.
Cuando se lo dieron a Josías, él pidió que se lo leyeran porque quería saber
que decía. Pero al escuchar lo que estaba escrito,
el rey se puso muy, muy
triste, lloró y se conmo-
vió. ¿Por qué? Porque
aquel libro era el libro
de la Ley. En él estaban
escritos todos los mandamientos de Dios para el
pueblo de Judá y también
todas las formas en que sería castigado si desobedecía a
Dios. Entonces Josías comenzó
a pensar:
– El pueblo se ha portado mal,
ha hecho muchas cosas que no
agradan a Dios, entonces Él lo
castigará duramente por esto.
¿Y ahora qué hacemos?
Sin embargo, el joven rey no
se quedó de brazos cruzados.
Inmediatamente ordenó que
se reuniera a todo el pueblo,
desde el más pequeño hasta
el más grande. Cuando todos
llegaron comenzaron a leerles
el libro de la Ley. Y al finalizar, el pueblo entero y Josías
prometieron a Dios obedecer
cada una de sus leyes y cada
uno de sus mandamientos. La
Biblia dice que no hubo rey ni
antes ni después de Josías, que
se convirtiera a Dios con todo
su corazón, con toda su alma,
y con todas sus fuerzas, como
él lo hizo.
Así aquel joven amó a Dios,
por eso no se apartó de sus caminos y Dios lo guió en todas
sus acciones, para que fuese un
buen rey para su pueblo.
Historia bíblica según 2Reyes capítulos 22
y 23 y 2Crónicas 34, por Mónica

3. La recompensa de Dios
Era una mañana de verano, y apenas desperté miré por la ventana. Afuera había un sol
radiante y los pajaritos cantaban en todos los
árboles. Rápidamente bajé a la cocina para
desayunar y cuando entré vi algo que cambió
mi ánimo. Allí estaban papá y mamá, y por
sus caras parecían algo tristes y muy preocupados. No había mucho para desayunar aquella mañana, y mientras me tomaba un poco
de té, papá le dijo a mamá:
– Hoy es el último día para pagar la factura de la electricidad. Pero si la pagamos no nos
quedará dinero para comprar alimentos para el almuerzo.
Entonces mamá le respondió
– No te preocupes, el Señor nos enseña en su palabra que debemos pagar nuestras deudas. Así que pagaremos la factura de la electricidad. Quédate tranquilo,
el Señor no nos va a desamparar.
– Tienes razón, dijo papá, debemos obedecer y confiar en su palabra.
Luego papá tomo la factura de la electricidad y
fue a pagarla. Más tarde,
después de que papá volviera, alguien llamó a la
puerta. ¿Quién era? Era un
amigo de papá, quien desde hacía mucho tiempo
le debía dinero, y venía ahora a pagarle lo que
le debía. ¡Imagínate cómo nos sentíamos todos! Íbamos a poder comprar comida. Gracias a que obedecimos, el Señor nos ayudó
Sopa de letras
y no se olvidó de nosotros.
G T O D O B L U Z
R P E Q U E Ñ O S
A O R H L N M R E
N V A E E D M H A
Solución del acertijo del mes de noviembre:
D D A M Y E A M M
E I E D D C M E A
S T C B A I A A R
C P A P A R O R E
J E H O V A T S T
En la sopa de letras se esconden muchas palabras.
Cinco de ellas se usan para completar el versículo
para memorizar:
a los que
a
a
,
ya
.
Salmo 115:13

4. ¡Envíanos tu foto para que la publiquemos en este espacio!
Vallas de protección
En las montañas
Un viaje en coche por las montañas es maravilloso. Estás sentado cómodamente y puedes
disfrutar de la bella vista que se presenta. El
camino serpentea hacia arriba. Desde allí ves
los valles con sus bosques, campos, lagos y ríos.
Las casas parecen de juguete.
También las grandes rocas
y las cumbres nevadas de
la sierra son impresionantes. En las curvas
en herradura normalmente tienes la
mejor panorámica. Sin embargo,
muchas veces una
valla metálica te
quita la vista. ¿Por
qué ponen estas vallas dónde más molestan? No las ponen para molestarte. Son vallas
de protección que deben evitar que un coche
patine y caiga por el borde del abismo.
¿Siempre
hay que obedecer?
¿Cuando se te
pida algo que Dios prohibe,
no debes obedecer?
La ley de Dios
En la Biblia Dios te da muchas reglas de cómo
debes vivir y cómo no. ¿Te molestan a veces?
Pero Dios no te las da para quitarte la alegría
de vivir. Sabe qué es lo mejor para ti y te ama
muchísimo. Por eso mismo te da estas normas.
También quiere guiarte por lo que te dicen tus
padres o los responsables en la escuela o en la
iglesia. Todo esto sólo tiene la función de valla
de protección si obedeces. ¡No las deseches!
El joven rey Josías lo había entendido. Por eso
le era una alegría orientarse en la Palabra de
Dios y esto fue una gran bendición para todo
su pueblo.
Además – la Biblia no sólo consiste en reglas
y leyes sino también en una multitud de promesas y de testimonios de la fidelidad de Dios.
Igual que en el viaje por las montañas – no sólo
verás vallas sino que tendrás también muchas
vistas maravillosas.
Hartmut
Nº 21 - enero de 2009
publicación bimestral
dedicada a los niños.
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