1. Poemas de Rafael Pombo
AMOR Y AUSENCIA
ESTROFA
TORBELLINO A MISA
A INTACTA
BARCAROLA
DE NOCHE
DESESPERECIÓN
EDDA / I. MI AMOR
EDDA / II. DESPECHO
EL ÚLTIMO INSTANTE
ELVIRA TRACY
EN EL NIAGARA
EXTASIS
LA HORA DE TIENIEBLAS
LA TORMENTA DE VERANO
LOS FILIBUSTEROS
MI TIPO
NOCHE DE DICIEMBRE
PRELUDIO DE PRIMAVERA SUPLICA
SIEMPRE
SUPLICA
UN BESO
VALS
VALSANDO
2. Amor y ausencia
¡Que dulce sabe el amor
tras el dolor de la ausencia
cuando hay fiel correspondencia
entre amada y amador!
Cuando, en su separación,
cual la amante aguja esclava
del Norte, siempre apuntaba,
uno al otro corazón;
Cuando el sol que alumbra el día,
¡día de eterno desearse!
tan sólo para buscarse
al uno y otro servía,
Y la enamorada bella
soñaba sueños de miel
con su amado, y jamás él
soñaba sino con ella.
Cuando sordos los oídos
y los ojos con ceguera,
cuando de su amor no fuera
les hablaba sin sentidos.
Y querrían que hasta el viento,
en todo tiempo y lugar
les hablara sin cesar
de su único pensamiento…
Y la más preciosa estrella
y el más bello ángel de Dios
era feo para los dos,
porque no era ni él ni ella.
Porque fuera de su amor,
no había mundo ni vida
y era hermosura perdida
cuanto más hizo el Señor.
No vuelvas ni a mi memoria
¡o infierno del mal ausente!
Con razón dice el creyente
que ver a Dios es la gloria:
que el infinito consuelo
que siento al volverte a ver,
3. me dice cual ha de ser
el de ver al Dios del Cielo.
¡Oh Dios! Hasta en tu rigor
reconozco tu clemencia.
Por tu bondad es la ausencia
resurrección del amor.
¡Tu no sabes, vida mía,
cuan bella te encuentro ahora
y como te ama y te adora
el que apenas te quería!
Como el campo al redimido
bajo de un cielo esplendente,
o como al convaleciente
el bocado apetecido.
Estrofa
Dicen que impreso en las pupilas queda
los ojos del muerto el matador,
estoy muerto, no se,
mas no hay quien pueda los míos borrar.
Que se lo veda corazón
La imagen de mi amor.
4. Trobellino a misa
Ande la rueda
del torbellino
Tray-la-ra-lá.
Es la rueda del destino;
el que se queda se queda;
¡pronto el vecino
me alcanzara!
Tray-la-ra-lá.
Privilegio no se alegra
en torbellino de amor.
El primero es el que llega
y el que llega es el mejor.
Siga el que pueda
mi remolino.
Tray-la-ra-lá.
¡Bien venido el que ya vino!
¡Bien quedado el que se queda!
Y ni un comino
se me dará
Tray-la-ra-lá
Sepa que juega el que juega
el torbellino de amor.
El que pasa, se relega;
a un pícaro otro mayor.
II.
¡Y ande la rueda
del torbellino!
Si alguien se enreda
abra camino,
y como seda
venga el vecino.
Tray-la-ra-lá.
Pero en la rueda
del torbellino
sepa el que vino
que el que se va,
pronto lo hereda
quien seguir pueda
5. mi remolino
Tray-la-ra-lá.
¡Y ande la rueda
del torbellino!
No retroceda
ni el más ladino.
Que igual moneda
se pagará.
Tray-la-ra-lá.
Nadie interceda
por el vecino,
que en esta rueda
no hay San Padrino;
y si mohíno uno queda,
muerda un pepino
y por do vino
se marchará.
Tray-la-ra-lá.
Quede el que queda
siempre que pueda,
o retroceda
de su camino.
Tray-la-ra-lá.
Que esta es la rueda
de mi destino
y ni un comino
se me dará.
Tray-la-ra-lá.
III.
Siga la rueda
del torbellino,
que en la arboleda
ya rueda el trino
del gurrumino
Curruculá:
el adiyino
del matutino
sol asesino
del torbellino
cuando en los fino
ya entrando va.
Tray-la-ra-lá.
IV.
6. Ya el alba ufana
sabrosa mana
su fresco aroma
de mejorana;
y la paloma
dice al palomo:
piquito romo
Curruculá
Ya en los candiles
luces febriles
ora levantan
la llamarada,
ora se espantan
de la alborada
torbellinada
que andando va;
y una giñada
de enamorada
como embriagada
la luz no da.
Curruculá.
¡Y ande la rueda
del torbellino
que no la exceda
la de un molino!
¡Ande, y suceda
lo que suceda,
que esta es la rueda
de amor dañino
y todo indino
la pagará!
Tray-la-ra-lá.
7. A intacta
No sientes tú que tu exquisita boca
pide otra boca que se estampe en ella,
y un mirar que incendiador destella
la bomba de los ósculos provoca?
¿Que para cárcel de tu pecho es poca
esa malla que mórbido atropella;
y en fin, que cuando Dios te hizo tan bella
no dijo: «Esto se mira y no se toca»?
¿No sientes que tu misma no te sientes
en todo tu sabor mientras no expriman
en ti tu rico jugo extraños dientes?
¿Y que aguardas los brazos que te opriman
tal como inerte y mudo aguarda el piano
de ágil virtuoso la potente mano?
Octubre: 1898
Barcarola
Al rayo de la luna,
fanal de mi fortuna,
que boga por el rio
ligero de ola en ola,
te cantaré, bien mío,
mi dulce barcarola.
Al golpe de los remos
durmamos y soñemos
que vamos por el rio
bogando de ola en ola
cantándote, amor mío,
mi dulce barcarola.
¡Que sueño mas precioso
que en este tiempo hermoso
por este mismo rio
8. bogando de ola en ola,
cantándote, bien mío,
tu dulce barcarola!
O escucha: no cantemos,
durmamos o soñemos,
que al verte al lado mío
enamorada y sola…
siguió cantando el rio
mi dulce barcarola.
De noche
No ya mi corazón desasosiegan
las mágicas visiones de otros días.
¡Oh Patria! ¡oh casa! ¡oh sacras musas mías!…
…¡Silencio! Unas no son, otras me niegan.
Los gajos del pomar ya no doblegan
para mí sus purpúreas ambrosías;
y del rumor de ajenas alegrías
sólo ecos melancólicos me llegan.
Dios lo hizo así. Las quejas, el reproche
son ceguedad. ¡Feliz el que consulta
oráculos más altos que su dueño!
Es la Vejez viajera de la noche;
y al paso que la tierra se le oculta,
abrese amigo a su mirada el cielo.
Junio: 1890
9. Desesperación
Mal viajero, mis ojos buscan y ala posada.
Al comenzar apenas la terrenal jornada
estoy cansado ya.
Ni espero, ni deseo mejorar de camino,
sólo quiero acabar, mal o bien mi destino,
y a pasar más allá.
No ha sido el alma mía creada para el mundo,
me separa su abismo, cada vez más profundo.
estoy de más aquí.
Y de todos los bienes que depara la suerte,
sean bienes o sean males, solamente la muerte
fuera un mal para mi.
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¡Basta, triste comedia de esperanza y paciencia,
hipócrita alegría, estólida prudencia,
mascara de dolor!
No trato de hacer frases ni de reunir vocablos,
sino de preguntarte por qué, para qué diablos
me creaste, oh Señor.
10. Suplica
Va entre sombras y luz mi pensamiento,
va entre amor y dolor mi corazón:
verte, es mi bien; no verte, mi tormento;
y el verte es, ¡ay!, par decirte ¡adiós!
¡Ser feliz lo que dura una mirada!
Ser nuestro amor secreto de los dos,
¡y no poder el alma enamorada
ir a ti en alas de mi triste adiós!
¡Ser mío tu corazón, y amando tanto
darme sólo un relámpago de amor!
De ese incesante enamorado canto
¡sólo escuchar la nota del adiós!
Mi bien, si me amas tu, si me adivinas
responde a las tinieblas a mi voz:
cíñeme así de flores o de espinas,
¡pero dame algo mas que un triste adiós!
Agosto: 1852
Un beso
Nube con nube fulminante choca:
¡esa es la tempestad!
Estréllanse una boca y otra boca:
¡esa es la muerte
o es la felicidad!
¡Dame un beso, alma mía! De esa suerte
yo ansío en tus brazos desposar la muerte
con la felicidad.
Diciembre: 1855
11. Vals
¡Más y más rápida
vuele la música!
¡Más y más agiles
giren los pies!
En abrazo intimo
locos lancémonos
a la vorágine
de la embriaguez.
Amantes hálitos
pueblan la atmosfera,
y al rico estrepito
cimbra el salón.
Y de cien lámparas
los prismas trémulos
arpas eólicas
vibrando son.
Diamantes príncipes
se eclipsan pálidos
al ojo fébrido
de la beldad.
Y en lunas vénetas
hierve a relámpagos
de oro y de purpura,
su claridad.
Del valse al ímpetu
formas angélicas
despiden ráfagas
de tentación
12. Valsando
Casta madonna del siglo trece,
en fondo de oro la blanca luna;
un cielo inmenso, sin mancha alguna,
que al que lo mira rejuvenece,
y en su éter puro nos desvanece,
dando alas de ángel al corazón;
y en mis oídos vibrando el rápido
vals embriagante de aquellos días
en que girando loca de júbilo
entre mis brazos amanecías,
y negra hallábamos el alba hermosa
que con tus tintas de perla y rosa
nos daba el toque de dispersión.
En esta noche, bajo este cielo,
a sus compases inflamadores,
que alegre mi alma levanta el vuelo
y torna al cielo de sus amores,
y ya percibe tu aura de flores,
y el dulce peso…