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La energía eólica se posicionaría como una de las más atractivas
La inexistencia de emisiones contaminantes, la fortaleza que le otorga a los sistemas eléctricos y la estabilidad que
puede darle a las tarifas finales, son elementos que han llevado a los países a promover su uso, según la Asociación
Canadiense de Energía Eólica.
Por su cercanía a EE.UU., Canadá es en la actualidad el cuarto exportador de energía eléctrica del mundo, siendo el
recurso hídrico el más usado para generar electricidad. Del total de su producción, un 60% proviene de centrales
hidroeléctricas, un 20% de plantas nucleares, 15% de termoeléctricas que queman carbón y el 5% restante de
termoeléctricas a gas natural. Sin embargo, ni siquiera la abundancia de recursos hídricos y de carbón le aseguran
que estará en capacidad de cubrir el incremento previsto de la demanda eléctrica.
En la próxima década Canadá requiere incrementar en 36% su producción, sin incluir el reemplazo de un 15% del
parque generador que dejará de operar por obsolescencia o por problemas ambientales. En la medida que las
fuentes de generación hídrica están muy aisladas o que ya están en uso, dicho país se ha visto obligado a buscar
nuevas fuentes de producción.
Es en este contexto que la Asociación Canadiense de Energía Eólica (CANWEA, por sus siglas en inglés) está
promoviendo en dicho país la inclusión de la generación eólica, la que aprovecha los vientos, dentro del mix de
producción eléctrica de Canadá. La propuesta de la CANWEA es que la energía eólica represente el 20% de la
producción eléctrica canadiense en el 2025, para lo cual se requeriría una inversión de US$132.000 millones. Una
meta que considera factible y que se parece mucho a las que se han trazado países como Alemania, España o
EE.UU. En Dinamarca, el 20% de la electricidad consumida ya proviene de parques eólicos, mientras que en España
se llega a 13% y en Alemania a 7%.
Canadá está bastante rezagado en el uso de la energía eólica, toda vez que desde el 2007 en los países de la Unión
Europea las principales inversiones en generación se han dado en este rubro, mientras que en EE.UU. ya ocupan el
segundo lugar entre las inversiones del sector, superadas ligeramente por las de gas natural. ¿Cuáles son las
razones que motivan a estos países a apostar con tanta fuerza por esta fuente de energía?
SISTEMAS ELÉCTRICOS SOSTENIBLES
En agosto del 2003, el sistema eléctrico interconectado de EE.UU. y Canadá sufrió un percance, y de momento no
existe garantía alguna de que la historia no vuelva a repetirse. Producto de la caída de una pequeña central en
Ohio, 265 plantas eléctricas cayeron en cadena y dejaron sin electricidad a 50 millones de personas. Es más, las
ciudades de Nueva York y Ontario, centros financiero e industrial de ambos países, respectivamente, quedaron
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paralizadas por varios días, con las consecuentes pérdidas económicas. La concentración del sistema de generación
en un solo recurso y la falta de inversión en distribución y transmisión explican el percance.
En ese contexto, sostiene el informe de la CANWEA, la producción eólica permite darle más eficiencia a los sistemas
eléctricos, pues desconcentra la generación, toda vez que para lograr un mayor aprovechamiento del viento se
requiere que los aerogeneradores se encuentren alejados entre sí. Además, son fáciles de mover y, por lo tanto,
pueden aprovechar mejor los recursos. Por si fuera poco, no son excluyentes. Suelen ser muy buenos
complementos de las plantas hidroeléctricas.
AMBIENTALMENTE AMIGABLE
Las plantas de generación a carbón y gas natural de Canadá representan el 17% de las emisiones de gas de efecto
invernadero de ese país, 34% de las emisiones de mercurio tóxico y 25% de las emisiones de óxidos sulfúricos. En el
caso de la energía nuclear producida en ese país, esta es responsable de 6.800 metros cúbicos de desechos que
hasta ahora no tienen un sistema claro de disposición final. Asimismo, la generación hídrica es responsable de la
afectación de muchos ecosistemas, producto del desvío de ríos, modificación de caudales y construcción de
represas en zonas que normalmente tienen mucha vida en estado natural. Un conjunto de efectos indeseados que
hasta ahora no habían sido reconocidos por la falta de una asignación adecuada de costos.
Sin embargo, en la medida que la contaminación se va convirtiendo en un problema sensible, gran parte de los
países desarrollados, e incluso en vías de desarrollo, han ido dictando normas que limitan las emisiones de
contaminantes y, por tanto, generan un mercado y un precio para la contaminación. Es tal el impacto de estas
medidas que en Canadá, por ejemplo, se proyecta el cierre de plantas que representan el 15% de la producción
nacional.
Es allí donde la generación eólica se presenta como una opción atractiva para sustituir a dicha producción. Y es que
si bien los parques eólicos también producen cierto impacto ambiental (contaminación visual y sonora
básicamente), este no es significativo pues no existen emisiones de ningún tipo, ni deshechos, ni tampoco se altera
significativamente el ecosistema. Es más, a diferencia de otras alternativas de generación, la eólica no ocupa el
íntegro del espacio en el que se ubica. Así, por ejemplo, en un parque eólico, un 5% del espacio puede usarse para
la agricultura si así se quisiera.
ESTABILIDAD MONETARIA
Otra ventaja importante de la energía eólica es aquella referida al costo de producción y, por tanto, a las tarifas que
finalmente pagarán los usuarios residenciales e industriales. A mediados del 2008, el precio del carbón se duplicó
con respecto al mismo periodo del 2007, mientras que los precios del petróleo y gas natural crecieron por encima
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del 80% y 33%, respectivamente. Esta tendencia al alza en el precio de dichos insumos se ha dado desde la década
pasada y se prevé repuntará luego de superada la crisis financiera internacional.
Este incremento de precios de los insumos, derivó en alzas tarifarias, dependiendo del nivel de la concentración de
cada país en un determinado tipo de producción. Así, por ejemplo, en Canadá, los precios se incrementaron en 48%
entre 1990 y el 2005 y se espera que sigan subiendo.
Incluso la generación hídrica ha enfrentado un incremento de costos. Y es que si bien el costo del agua aún no
enfrenta cambios importantes (la mayor parte de países aún no ha puesto un precio a este insumo), los costos para
la construcción de plantas de generación han experimentado un incremento significativo (los precios del fierro y
del concreto, por ejemplo, se elevaron considerablemente en la última década).
En cambio, se espera que en la medida que se vaya difundiendo el uso de la energía eólica, las economías de escala
provenientes de una mayor producción de los aerogeneradores y de más instalaciones de parques, conduzcan a
una reducción de sus costos. Además, a diferencia del resto de plantas de generación, los parques eólicos son
rápidos de instalar, no demandan más de dos años en estar operativos desde que se obtienen los permisos
regulatorios. Y en la medida que el aire no tiene un costo, toda vez que el aerogenerador usa su fuerza y no lo
altera en su composición, en el período de operación los costos de producción son bastante predecibles y estables.
Un beneficio que lleva a la CANWEA a asegurar que si bien la energía eólica no va a reducir las tarifas de la
electricidad, sí va a limitar su incremento.
RETORNOS DE LA GENERACIÓN EÓLICA
A continuación se presentan los beneficios que trae la inversión en la generación eólica:
• Fuente de inversiones. En su reporte presentado en el 2007, la Global Wind Energy Council estimó que la
inversión pública y privada dirigida a la producción de energía eólica a nivel mundial crecerá, pasando de
US$800 mil millones en el 2008 a US$1 millón de millones en el 2020. En el caso de Canadá, el monto necesario
para la meta propuesta por la CANWEA es de US$132.000 millones, y si el gobierno da una señal clara de apoyo
a la producción de energía eólica, el sector privado podría responder hasta con el 60% de la inversión total
requerida, es decir casi US$79.000 millones.
• Empleo. Estas inversiones en Canadá generarían alrededor de 52.000 nuevos empleos. En el 2008, la World
Watch mostró el nivel de empleo que esta industria había generado en el 2007, año en el que Alemania creó
más de 80.000 puestos de trabajo nuevos. Este estudio también indica que en el 2020 la cifra mundial podría
llegar a los 2.000 millones de empleos.
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• Descentralización de los beneficios. Los resultados positivos de la inversión en energía eólica no sólo impactan a
los sectores urbanos y de mayor desarrollo, sino también -y en gran medida- benefician a las zonas rurales, pues
serán las receptoras de las nuevas plantas de energía eólica. Además de la generación de empleo, se estima que
para el 2025 las inversiones estimadas generen ingresos a los propietarios de las tierras de hasta US$165.000
millones, y un ingreso similar en impuestos a las municipalidades.
• Efectos sobre comunidades alejadas. A pesar de ser un país desarrollado, Canadá tiene aún casi 300
comunidades aisladas que suman 200.000 habitantes. Se abastecen de electricidad a través del uso del diesel,
que genera además altos niveles de contaminación. El uso de la energía eólica permitiría cubrir al menos un
10% de las necesidades eléctricas de las comunidades, y se ahorrarían al menos 20 millones de litros de diesel al
año.
POLÍTICAS PARA ALCANZAR LA META
Entre los principales puntos a tomar en cuenta para promover la inversión en plantas de generación eólica, la
CANWEA plantea:
1. Priorizar en la agenda nacional el desarrollo de la energía eólica
La experiencia mundial muestra que el éxito de la energía eólica se inició cuando los estados comprendieron la
importancia del tema para sus naciones. En el 2000, España tenía una capacidad instalada de 1.000 M. Luego el
gobierno desarrolló un programa estratégico que colocaba a la producción de este tipo de energía como prioridad y
se trazó el objetivo de desarrollar 13.000 MW hacia el 2011. Al poco tiempo, se dieron cuenta que cuanto mayor
sea la meta impuesta mayor será su capacidad de respuesta, y la meta se redefinió y para el 2010 se espera contar
con 20,000 MW. En otros países ha sucedido algo similar, como en Alemania, donde ha habido un planeamiento
gubernamental para el desarrollo de este tipo de energía y hoy en día se constituye como el segundo productor de
energía eólica sólo después de Estados Unidos; su meta al 2025 es obtener el 25% de la energía eólica.
2. Incorporar en tarifas eléctricas las externalidades para producir energía
Los precios de la electricidad en Canadá actualmente no reflejan los impactos sociales y medioambientales de las
diferentes fuentes de producción de energía. En este sentido, existe en el fondo una especie de subsidio indirecto a
la generación de electricidad, pues son costos reales que se trasladan al consumidor en otras partes de la sociedad.
Como resultado de ello, el usuario final cree que la electricidad es un bien más barato de lo que realmente es.
En este sentido, se necesita el desarrollo de políticas que incorporen al precio final la contaminación de la
producción eléctrica en el aire, agua y tierra. Asimismo, estructurar un sistema que premie a aquellos productores
que sean cuidadosos con el medio ambiente.
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3. Maquinarias e implementos necesarios
Se necesita de un sistema que promueva y asegure la inversión en maquinarias e implementos, de tal manera que
brinden un estado de confianza a la industria encargada de mantener y llevar a cabo este tipo de proyectos.
Asimismo, como una de las cualidades de las plantas de producción de energía eólica es la capacidad de contar con
plantas de diverso tamaño, es importante crear algún tipo de sistema que permita competir en igualdad de
condiciones a las pequeñas y grandes empresas interesadas en formar parte de la industria, a fin de incentivar
mayores niveles de inversión.
4. Invertir en redes inteligentes
Se necesita también mejorar las condiciones de distribución, lo cual implica reforzar las conexiones ya existentes en
el corto plazo para que en el mediano puedan servir como base para nuevas formas de producción de electricidad.
¿CÓMO VA EL PERÚ?
Se han dado pasos iniciales, entre el 2008 y 2009, en cuanto al marco legal, incentivos e institucionalidad de
soporte. A partir de enero del 2009, el Perú cuenta con un atlas eólico que puede ser consultado en tiempo real en
la página web del Proyecto del Fondo Nacional de Electrificación Rural (Foner); el cual ha sido elaborado por ha sido
elaborado por la Empresa Telemática y Consorcio Meteosim TrueWind - Latin Bridge Business, por encargo del
Ministerio de Energía y Minas.
A enero del 2009, el Ministerio de Energía y Minas autorizó 45 concesiones temporales para el estudio del potencial
eólico de algunas zonas, sobre todo en el norte. Entre los interesados figura la española Iberdrola con 7
concesiones, una de las empresas que más ha impulsado el uso de la generación eólica en su país. Actualmente, en
España cada año se instalan parques con capacidad de 300 MW y para el 2011 dicho país espera cubrir un 20% de
su consumo eléctrico con este tipo de generación.
La mayoría de concesiones otorgadas tienen un plazo de 23 meses, por lo que para mediados del 2011 se espera
tener las primeras concesiones definitivas y hacia fines del 2013 se podrían tener los primeros parques eólicos
funcionando en el país.