Procedimientos para la planificación en los Centros Educativos tipo V ( multi...
Reflexión Entre los muros.docx
1. UniversidadPedagógicaNacional
Lic. enFilosofía
Tallerde CorrientesPedagógicas
Omar IvánHerrera Sánchez
Ernst Tugendhat
No somos de alambre rígido*
La pedagogía como ciencia enfocada en la investigación y la reflexión de teorías
educativas, nos lleva a pensar en cual es la condición de ser un(a) docente. Un(a) docente
para ir a la escuela a atragantar los y las estudiantes o ser un(a) docente sanador, critico(a),
etc.
Llegando al lugar físico de la escuela, el cual representa un espacio de liberación de pensar
sin ataduras; este lugar es limitado desde la misma cultura o las y los docentes. La escuela
es vista como un lugar de control y dominio que empieza por coartar la libertades que quizá
utópicamente, tenemos al dirigirnos allí.
La escuela es un lugar de particularidades, pluralismo y heterogéneo. Esto sería una
práctica interesante en nuestra labor docente, sí como docentes no siguiéramos las doctrinas
y practicas que pululan en las escuelas. Practicas conservadoras, prácticas relacionadas con
doctrinas católicas y que le dan cuentan al poder.
Estas doctrinas afectan directamente la labor pedagógica y por ende afectan el desarrollo
emocional y de aprendizaje de las y los estudiantes. Es por ello donde la labor docente debe
permitirse no encasillarse en estas prácticas y poder ver mas allá y enseñar y sobre todo
aprender junto con sus estudiantes. Este aprender y enseñar juntos debe surgir de una
relación corporal, es decir entender la singularidad emocional, física y mental, para así
generar lazos donde se pueda generar aprendizajes a partir de lo que sentimos y vivimos.
Pero a veces, aunque se quisiera trabajar desde el pluralismo(multi), la realidad puede ser
distinta y nos encontramos con múltiples inconvenientes, desde la presión de la
administración de las escuelas, colegas docentes y los mismos estudiantes. Llevándonos a
pensar en si realidad queremos esa profesión, una profesión que de por si es caótica en
tanto que, si una realmente le gusta, lo lleva a involucrarse mucho en ser un docente, que
quiere poner esa semillita para cambiar las realidades.
En ese trasegar de la profesión docente, los altibajos son muchos. Desde problemas
personales hasta problemas en el colegio por dar o no dar su punto de vista y si uno es un
docente comprometido en la causa de que somos la base de cambio de una sociedad pues
nos frustrara y nos llevara a pensar en dejarla, por el hecho de no poder trasformar el
mundo o no poder ejercer nuestra profesión como deseamos. Y es allí en ese estado de
depresión del docente donde el amor a la profesión nos hará volver y seguir intentando ser
ese tizón para encender la leña.
Pero por otro lado vemos a ese docente que limita la posibilidad de los y las estudiantes y
l(a)s mismos docentes, y primero daña esta bella profesión y segundo, roba y tronca sueños,
ideas, etc. Y hace ver la labor docente ante la sociedad como una profesión mediocre.
2. La experiencia como premisa docente tal vez sea esa herramienta que complementada con
el intercambio con las y los estudiantes, permitiría que un docente se olvidara de dejar su
profesión, debido a que al tener historias que contar con los y las estudiantes a partir de sus
experiencias pues nos hará re- pensar la labor y sobre todo afincar ese amor a la profesión.
A veces los más sentido de esta profesión es que no se abandona en caso de adversidad; la
adversidad nos enseña y fortalece para ejercer una mejor labor.
Cuando ya él o la docente se encuentra en el aula ha de ser qué tipo de persona, desde la
autoritaria hasta la más laxa. Pero es allí donde nos enfrentamos a la diversidad, las
distintas percepciones. Cada estudiante como un mundo independiente posee sus tensiones
y problemas y al llegar a la escuela y como inicialmente lo decíamos, es el espacio donde se
permite ser, donde al parecer no debería de haber mascaras. La escuela y el aula de clase es
un ambiente en tención, una bomba atómica y más donde las realidades son precarias y
llenas de necesidades
Vemos como la labor docente, puede verse como heroica, victimaria, etc. Pero la
compresión que se da de eso espacios es muy sesgada. Se piensa que los comportamientos
son iguales que en las casas o de visita (mascaras). Pero no es así, allí existe una tensión de
personalidades empezando con la del y la docente, que tratará de enseñar atreves del
diálogo y de lo que logra ver en cada estudiante. Pero esas personalidades chocaran y habrá
encuentros no agradables con los y las alumnas.
Es aquí donde como docentes debemos establecer practicas pedagógicas que logren atraer
esos mundos y poderlos conjugar para un beneficio colectivo y que permita que fluya e
aprendizaje. De lo contrario caeremos en prácticas autoritarias o laxas que no dejaran ver la
verdadera pasión de la profesión.
Este choque hay que confrontarlo y es allí donde podemos como docentes pensarnos desde
el cuerpo que habitamos y así mismos primero reconocernos en nuestra singularidad, para
poder expresar y motivar a los demás desde sus singularidades.
Pienso que esta labor docente, debe jugársela toda por estar en un análisis constate del
espacio que compartimos y pensarse formas que contemplen a la enseñanza a partir del
cuerpo, ese cuerpo entendido como conjunto (Mente, espíritu y físico). Trabajarlo de una
forma artística, performática; que haga posible un cambio el chip del adoctrinamiento,
causado desde la escuela vista como lugar de poder.
El que hacer docente entonces iría encaminado a una participación activa y critica, frente al
mundo de posibilidades que nos muestran los y las estudiantes: ese que hacer lo debemos
encaminar a actividades y procesos que le permitan al o la estudiante SER, sin coaptarlo
pero que dentro de un juego de reglas y respeto se aprenda y se genere saberes.
3. Por otra parte, sea hace necesario ponernos en los zapatos de los demás y así mismo que
también se pongan en los zapatos nuestros. Esto con el fin de crear experiencias que
motiven tanto al o la estudiante, y el docente en su participación en la escuela.
Concluiremos con que el que hacer docente es un continuo ejercicio para fortalecer
habilidades tanto en las y los estudiantes, como los docentes. En tanto se creen historias que
hagan sentir ser parte de algo y pertenecer a algún lugar a los y las estudiantes. Una labor
que cobije y abrigue las particularidades con el único fin de cambiar el mundo.
La practica y la labor docente resignifica la vida, dentro de la multiplicidad y da esperanza
de cambio, siempre y cuando seamos aquellos docentes activos, críticos que rompamos
paradigmas y demos voz a todas y todos. Porque también dudamos de nuestras vidas,
sentimos, callamos y nos expresamos. Por eso no somos de alambre rígido.