1. “Producimos mejor ciencia que antes de la
crisis”
Daniel Mediavilla
20/12/2013
Beato coordinará a partir del año que viene un proyecto europeo de 12,2 millones de
euros para conocer la estructura tridimensional del genoma. Ha sido fundador del CRG,
uno de los centros más potentes del mundo en su campo y en el que sigue investigando
con 74 años, y cree que, si hubiese voluntad, el ejemplo de éxito de este centro podría
trasladarse al resto de España
En 2000 se obtuvo el primer borrador del genoma humano. La lectura del libro de
instrucciones de la vida prometía entonces abrir de par en par las puertas de la medicina
personalizada y facilitar la comprensión de nuestra biología más fundamental. Los
genes de la violencia, de la homosexualidad o de todo tipo de enfermedades se
anunciaban azuzando el anhelo humano por comprender y la esperanza en curas
posibles para casi todo. Con los años, aquellas ilusiones se fueron desgastando mientras
los investigadores se enmarañaban en una complejidad genética que les impedía
responder a las expectativas creadas en su público y en ellos mismos.
Con los años, el avance en la investigación y sobre todo la aparición de nuevas
tecnologías para escudriñar los lugares más recónditos de la célula han permitido idear
nuevas estrategias para tratar de comprender el funcionamiento del genoma y su
manifestación en nuestro comportamiento, nuestro aspecto o nuestro estado de salud.
Ahora se sabe que el genoma es tridimensional y que la forma en la que se colocan sus
componentes dentro de la célula influye en cómo se relacionan entre sí los genes, en si
producen una proteína que causa una enfermedad o la evita y en general en su función.
Después, cuando se obtenga ese conocimiento, será posible conseguir una verdadera
medicina personalizada que supere el actual enfoque que, aunque empírico, tiene mucho
de palos de ciego.
Miguel Beato (Salamanca, 1939), investigador del Centro de Regulación Genómica de
Barcelona, coordinará un proyecto de 12,2 millones de euros para tratar de aportar
respuestas a este rompecabezas. Esta SynergyGrant del ERC (Consejo Europeo de
Investigación) comenzará el año que viene, cuando Beato ya habrá cumplido 75 años, y
acabará cuando tenga 80, una edad poco frecuente para trabajar en la frontera de la
ciencia. El investigador, no obstante, parece preocuparse poco por su edad y afirma que
está “produciendo científicamente como nunca, igual que cuando tenía cuarenta”.
Hace tres años había cedido su puesto como director del CRG, después de fundarlo,
ponerlo en marcha y dejarlo situado entre los mejores del mundo en solo una década.
“Pensaba que después de dejar de ser director estaría uno o dos años más y terminaría”,
explica. Sin embargo, cuando se vio libre de la abrumadora labor administrativa de
crear y dirigir un centro de ese nivel se le “abrieron nuevos horizontes”. Beato, que se
licenció en Medicina el mismo año que Watson, Crick y Wilkins recibieron el Nobel
por sus descubrimientos sobre la estructura del ADN, puede acabar su larga carrera
científica en la primera línea de combate de una nueva revolución de la genética.