El término Jerarquía de la Iglesia Católica se usa para referirse a los
miembros de la Iglesia Católica que desempeñan la función de
gobernar en la fe y guiar en las cuestiones morales y de vida cristiana
a los fieles católicos. La Iglesia Católica tiene una estructura
jerarquizada porque, según la doctrina católica, Cristo la instituyó
para "alimentar al pueblo de Dios en su nombre, y para eso le dio
autoridad". La Iglesia está formada por laicos y por el clero, que está
constituido por "ministros sagrados que recibieron el sacramento del
orden", pudiendo estos dos grupos tener como miembros personas
consagradas.
El Papa es el Sumo Pontífice y Jefe de la Iglesia Católica, el Vicario
de Cristo en la Tierra, el Obispo de Roma y el poseedor del Pastoreo
de todos los cristianos, concedido por Cristo a San Pedro y,
consecuentemente, a todos los Papas.9 El Papa es aconsejado y
electo por el Colegio Cardenalicio y, en el gobierno de la Iglesia, es
asistido por la Curia Romana. Él tiene su sede (la cátedra de Pedro)
en Roma y es también periódicamente aconsejado por el Sínodo de
los Obispos.
el Papa tiene la misión de mantener la integridad y fidelidad del depósito de la fe,
corrigiendo si fuera necesario cualquier interpretación incorrecta de la Revelación
divina vigente en la Iglesia. Para tal, convoca concilios ecuménicos o entonces ejerce
personalmente la Infalibilidad pontificia, que es una prerrogativa reconocida a los
Papas por el Concilio Vaticano.
En la Iglesia Latina y en algunas de las Iglesias orientales, solo el Papa puede
designar los miembros por encima del nivel de presbítero. Todos los miembros de la
jerarquía rinden cuentas ante la Santa Sede, lo que significa la totalidad del Papa y
los departamentos de la Curia Romana. Toda esta autoridad papal (jurisdicción
universal) viene de la fe que él es el sucesor directo del Apóstol Pedro
Los cardenales, reunidos en el Colegio cardenalicio, son los
consejeros y los colaboradores más íntimos del papa, siendo en su
inmensa mayoría obispos. De hecho, el papa es electo, de forma
vitalicia por el Colegio cardenalicio (la renuncia al pontificado es rara,
ya que no acontecía desde la Edad Media y por última vez el 28 de
febrero de 2013).
Sin embargo, el Papa concedió en el pasado a presbíteros
destacados (por ejemplo, a teólogos) lugares de miembro del
Colegio, después de superar la edad electoral, desde que ellos se
"distingan en fe, moral y piedad". Muchos de los cardenales sirven
en la Curia Romana, que asiste el papa en la administración de la
Iglesia. A cada cardenal es atribuida una iglesia o capilla en Roma
para hacer de él miembro del clero de la ciudad, de ahí nació la
clasificación de:
• Cardenal obispo
• Cardenal presbítero
• Cardenal diácono
Los arzobispos son prelados que, en la mayoría de los casos, están al frente
de las archidiócesis. Si su archidiócesis fuera la sede de una provincia
eclesiástica (lo que puede no suceder), ellos, que se volverían arzobispos
metropolitanos, normalmente tienen también poderes de supervisión y
jurisdicción limitada sobre las diócesis (llamadas sufragáneas) que forman
parte de la respectiva provincia eclesiástica.
es un sacerdote que recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado,
que es el episcopado. Casi todas las confesiones cristianas cuentan con obispos,
como la Iglesia católica, las Iglesias ortodoxas y algunas iglesias protestantes. Desde
un punto de vista etimológico, el obispo es aquella dignidad eclesiástica encargada
del control y vigilancia del cumplimento de las leyes de la Iglesia o Derecho canónico
en el territorio de su jurisdicción o diócesis.
La Iglesia católica, de acuerdo con su derecho canónico, considera al
obispo como el miembro de la Iglesia que ha recibido la plenitud del
sacerdocio ministerial por el sacramento del orden, sucesor de los
apóstoles y pastor encargado del gobierno de una diócesis; en virtud de la
colegialidad, comparte con el papa y con los demás obispos la
responsabilidad sobre la Iglesia entera. Los obispos poseen símbolos
distintivos que muestran su dignidad. En el catolicismo, usan vestiduras de
color, un anillo y una cruz. En las ceremonias solemnes, llevan la mitra y el
báculo. Es un líder espiritual que sucede al Papa.
Los presbíteros (o sacerdotes) son los colaboradores de los obispos y solo tienen un
nivel de jurisdicción parcial sobre los fieles. Esto porque ellos no recibieron todavía la
totalidad del sacramento del orden. Existen dos tipos de padres: religiosos y
diocesanos. Los padres religiosos profesan los votos religiosos de pobreza, castidad y
obediencia. Pertenecen a una Congregación Religiosa, como por ejemplo los
Franciscanos, Viven una Regla de Vida propia, con un carisma y viven en comunidad
y son misioneros. Ya los padres diocesanos quedan ligados a la diócesis por la cual
fue ordenado. Es el colaborador del Obispo diocesano. No profesan los votos.
Trabajan casi siempre en su diócesis. Algunos de ellos lideran las parroquias de su
diócesis y tienen varios títulos (unos honoríficos, otros no tanto), como por ejemplo:
• Vicario
• Vicario general
• Monseñor
• Canónigo
Los diáconos son los auxiliares de los presbíteros y obispos y
poseen el primer grado del sacramento del orden. Son ordenados
no para el sacerdocio, sino para el servicio de la caridad, de la
proclamación de la Palabra de Dios y de la liturgia. A pesar de eso,
ellos no consagran la hostia (parte central de la misa) y no
administran la confesión o reconciliación.
La mayoría de los miembros de la Iglesia Católica son laicos, que
tiene la misión de testimoniar y difundir el Evangelio, así como
también como la vocación propia de buscar el Reino de Dios,
iluminando y ordenando las realidades temporales según Dios,
correspondiendo así al llamamiento a la santidad y al apostolado,
dirigido a todos los bautizados.
Las personas consagradas, que pueden ser laicos o clérigos,
normalmente se agrupan en institutos religiosos o en institutos
seculares, existiendo sin embargo aquellos que viven aisladamente o
hasta en comunidad abierta, junto a los otros laicos no consagrados.
Ellos decidieron vivir una vida consagrada de modo especial a Dios
con la profesión de los consejos evangélicos: castidad en el celibato,
pobreza y obediencia". Entre estas personas, algunas aceptan llevar
una vida de clausura monástica o conventual.
Esta forma de vida es reconocida y supervisada por la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica siendo clasificada por la Iglesia Católica como una
respuesta libre a una llamada particular de Cristo, mediante la cual los
consagrados se entregan totalmente a Dios y tienden a la perfección
de la caridad sobre el movimiento del Espíritu Santo. Entre los
diferentes tipos de personas consagradas y títulos existentes se
destacan:
• Abad y Abadesa (en las Abadías)
• Monje y Monja (el los Monasterios)
• Fraile y Hermana (en los Conventos)
• Ermitaños (en los Eremitorios)