Cada grupo humano genera una cultura compuesta por creencias, pensamientos y sentimientos que se manifiestan en organizaciones y celebraciones. Las nuevas tecnologías permiten el acceso a contenidos culturales de otras partes del mundo, pero para que influyan de manera positiva en la socialización o humanización de las personas, es necesario que sean seleccionados activamente y adaptados a la historia de cada grupo. Cuando no hay adaptación, los contenidos pueden fomentar adicciones o pasividad, mientras que una adecuada adaptación los integra
1. LA CULTURA
Cada grupo humano genera una cultura, integrada
por un conjunto de "vivencias, pensamientos y
sentimientos" invisibles que se concretan en
"organizaciones, celebraciones..." visibles.
Las tecnologías de la televisión y de Internet han
permitido poner al alcance de jóvenes y mayores
una gran cantidad de inputs culturales que, a
veces, proceden de culturas lejanas, son virtuales
o son producidos por empresas con afán de lucro.
Pero para que un input cultural (un libro, una
película, un espectáculo ofrecido en un parque
temático, un videojuego, un anuncio, una
2. discusión con los amigos o una excursión) ayude
a la socialización de un joven o a la humanización
de un adulto, tiene que ser recibido después de
haber sido elegido y tiene que elaborarse
activamente, para adaptarlo a la historia personal
o colectiva del propio grupo humano. Cuando no
hay adaptación (y al déficit de adaptación
contribuye la cultura del consumismo compulsivo
y la estrategia comercial de la industria del
entretenimiento), los inputs culturales fomentan
adicciones o convierten a los ciudadanos-
consumidores en sujetos pasivos. Cuando hay
adaptación, como en Sophiatown, los inputs
culturales aterrizan adecuadamente en una
persona o en un grupo humano concreto y
transforman su cultura en un sentido humanizado.
En el proceso de aterrizaje adecuado de los
inputs culturales globales, tienen un papel
importante personas concretas que catalicen con
paciencia y sabiduría los procesos de adaptación
y de personalización. Los educadores, los padres
o los líderes de instituciones de tiempo libre
tienen que ser capaces de estimular la búsqueda
activa de los niños y de los jóvenes a fin de que
cada individuo o cada grupo elaboren su proyecto
3. de vida dirigido a la humanización del grupo
humano concreto.
Los problemas culturales que hemos presentado
invitan a la acción de personas e instituciones
para que el rostro cultural de la globalización se
ponga al servicio de formas de vida más humanas.
En los capítulos anteriores hemos presentado, de
forma análoga, retos técnicas económicas y
sociopolíticos.
Todos estos retos nos han permitido profundizar
en el significado de la palabra-ídolo que nos
ocupa: globalización. Es hora de recapitular su
significado y de apuntar propuestas de acción
humana que permitan aprovechar las
oportunidades que ofrece y evitar sus riesgos.
Cultura es todo lo que existe en el mundo, y que
ha sido producido por la mente y la mano humana.
Por ejemplo, las fiestas, los alimentos, los
sistemas políticos, la manera de pensar, la ropa y
las modas, los medios de convivencia, el daño al
medio ambiente, la manera de jugar al fútbol, la
guerra y las armas, los actos humanitarios…
Todos éstos son productos culturales porque han
surgido de la creación humana y de su manera de
entender, sentir y vivir el mundo, lo mismo que el
Internet, que en los últimos años ha
revolucionado la conducta humana cambiando la
4. manera de pensar y coadyuvando al desarrollo
global intercultural a velocidad impensable. Por
eso también se dice que la cultura es la forma,
para bien o para mal, como el ser humano ha
modificado la naturaleza.
En síntesis, cultura es todo aquello, material o
inmaterial (creencias, valores, comportamientos y
objetos concretos), que identifica a un
determinado grupo de personas, y surgen de sus
vivencias en una determinada realidad. Dicho de
otro modo, cultura es la manera como los seres
humanos desarrollamos nuestra vida y
construimos el mundo o la parte donde
habitamos; por tanto, cultura es el desarrollo,
intelectual o artístico. Es la civilización misma.