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REVISTA JUVENTUD DE LAS
AMÉRICAS
J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
Revista Juventud de las Américas.
Editor: Fernando Gallo (Chile)
Presidente: Manuel Zalba (EE.UU)
1º Vicepresidente: Martín Biurrun (Uruguay)
2º Vicepresidente: Valeria Guzmán (Ecuador)
Secretario General: Rommel Munhoz (Brasil)
Año: 2022.
Todos los derechos reservados.
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pasado que dificulten la construcción de una sociedad
entre iguales. Hablamos de oportunidades, riesgos y
valores de futuro. Vale aquí una idea básica. No vamos a
construir un futuro democrático sino entendemos el
contenido real de la palabra respeto y la palabra
comprensión. No lo haremos si no escuchamos y
respetamos al otro. La base de esta ecuación es que el
otro puedo ser yo. Esa es la clave para no dar sólo
respuestas parciales en el mediano y largo plazo.
Nuestras democracias están en riesgo porque no
estamos dispuestos a escuchar al otro y porque tenemos
un miedo razonable y justificado pero que debemos
combatir y superar, a que hacerlo sea aceptar que el otro
nos ponga una bota encima de la cabeza y nos aplaste.
No conozco otra receta que la de establecer la
combinación entre el ciudadano y la comunidad. El
individuo cuyos valores – en tanto persona y entidad
diferente – tiene que ser defendido y potenciado como
creador de iniciativas, en tanto emprendedor
imprescindible para la sociedad. Por eso el individuo
como ciudadano es un eje central, pero no puede
entenderse ajeno a la comunidad. El singular no se
puede entender sin el plural. Es parte de una comunidad
sin renunciar en ningún momento a su entidad personal,
su libertad y sus derechos económicos. Pero no es un
ente aislado del resto, es parte de su comunidad con sus
derechos y obligaciones, para sí y para con ella. Si no
entendemos esto, no recompondremos los mecanismos
que nos permitan evitar que la polarización nos debilite
y acabe por destruirnos.
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EDITORIAL
Como editor a cargo del Boletín de Legado a las Américas,
me complace prologar el primer número de la Revista
Juventud de las Américas. Este número es especialmente
importante, porque al igual que el "primogénito", es esperado
con mucha ansiedad y deseos de verle crecer. En esta
ocasión, presentamos las ponencias de nuestros
conferencistas y comentaristas que dieron inicio a la Primera
Conferencia de las Juventudes, que se llevó a cabo el sábado
25 de junio de 2022.
Es de suma relevancia para la organización dejar en claro que
no buscamos construir un estamento juvenil aparte, separado
de quienes tenemos más de cuarenta o cincuenta años de
"juventud acumulada". En Legado a las Américas todos
trabajamos en conjunto. Los jóvenes entregan sus
inquietudes, su vitalidad, y los más maduros
complementamos con nuestra experiencia ¡Bienvenidos!
Por: Fernando Gallo A.
LEGADO A LAS AMÉRICAS
EN ESTE NÚMERO:
PONENCIAS DEL PRIMER
CONGRESO JUVENTUD DE LAS
AMÉRICAS
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primer panel: conferencista
Antes que nada, quiero decir que quizás para una
disertación sobre estos temas, ustedes deberían haber
contratado un filósofo y no un viejo político o político
viejo, esas dos cosas lo soy, pero voy a tratar de encarar
estos temas desde el punto de vista de lo mío, como
activista político desde hace 60 años y he tratado de
labrar un camino hacia estos dos conceptos tan
importantes. Me importa mucho decir que ustedes,
líderes jóvenes, se incorporan a la tarea política en un
momento muy encarnizado diría yo, muy duro de la
batalla cultural que se vive en nuestras tierras, esta
batalla está marcada por los valores de Occidente, de la
civilización judeo cristiana, greco romana a la que
pertenecemos, en la que libertad e igualdad son esencia-
Luis Alberto Lacalle Herrera
"Ustedes, líderes
jóvenes, se incorporan
a la tarea política en
un momento muy
encarnizado"
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to – beneficio y establecer el sentido de la vinculación
entre ética y política. Pero nuestras sociedades, además
de lo político, viven un momento de compleja tensión en
temas éticos y religiosos que ha planteado potencial
violencia e intolerancia hacia el otro. En un país como
Uruguay, uno de los ejemplos más destacados de
madurez democrática, la decisión de aprobar el
matrimonio entre personas del mismo sexo (2013), tuvo
– como no podía ser de otra manera – una parte del país
que lo aceptó y otra que no. Pero el razonamiento en el
Uruguay fue el del respeto. La premisa fue, cuál fuera el
resultado, el que estaba en contra aceptó la decisión
tomada a través de una ley. Pero en otras sociedades
menos maduras pueden aparecer (de hecho ocurre)
fundamentalistas radicales – católicos-cristianos,
musulmanes o judíos – que no acepten la ley y señalen
que el matrimonio de personas del mismo sexo está
destruyendo los valores esenciales de la familia, que se
sostienen en la Biblia, el Corán o la Torá y en sus
criterios, más allá de un voto, están sus creencias. Esos
desafíos son los que nos plantean la necesidad de la
tolerancia. Desde la visión, por ejemplo, de un católico
practicante, se puede pensar que se están degradando
los valores de la sociedad en su conjunto, pero habrá una
voz que le responda que la Constitución establece la
separación entre Iglesia y Estado. El Estado respeta
tanto tu creencia como la del otro. Legisla para todos y
desarrolla políticas públicas referidas al interés común.
Somos diversos y el Estado legisla
a través de los representantes del
pueblo o convoca a un Referendo
o un Plebiscito, en asuntos
complejos y que atañen a
sensibilidades colectivas. Si
observamos la sociedad desde las
minorías y diversidades, no
podemos sino reconocer que
vivimos en un mundo
completamente distinto al de hace
medio siglo atrás. La pregunta es
¿Cuán dispuesto estoy a entender
que el otro puede tener una
cosmovisión diversa, una creencia
diferente o una opción sexual
distinta a la mía? Democracia es
precisamente la capacidad de
construir un proyecto común de
futuro en el que, a partir del
ejercicio de los derechos de
mayorías y minorías seamos
capaces de compartir un pacto
social que retrate del modo más
amplio posible nuestra diversidad
y marque los alcances de sus
derechos y los límites de su
ejercicio. De crucial importancia
en esa misma dirección es la
cuestión étnica, que en América
Latina tiene cada vez más
importancia. La lucha contra el
racismo, la discriminación y la
exclusión, es uno de nuestros
principales imperativos y es un
camino que, iniciado y aplicado en
algunos países debe tener un
carácter de aplicación universal,
que pone a prueba el respeto, el
diálogo y la aceptación de nuestra
multiplicidad de valores y visiones
de mundo. Siempre desde la
racionalidad y evitando
maximalismos o idealizaciones del
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les y los valores de ese Occidente están siendo
atacados, con éxito a veces, por esas teorías marxistas,
leninistas, totalitarias, por ese populismo mal
encaminado que se ha abierto camino en muchas partes
de nuestro continente, por eso es cada vez más
importante este tipo de formación de los valores que
son el fundamento para nosotros de nuestra lucha
política y el fundamento social, esos conceptos que
ustedes vieron en pantalla sobre la familia, sobre la
libertad, sobre el individuo, son la esencia de nuestro
trabajo y de nuestra preocupación y se encuentran
atacados. No sólo en el acontecer político, en la
dialéctica política, sino a través de los medios de
comunicación, literatura, música, en lo que un gran
pensador marxista, Antonio Gramsci, imaginó, que es
uno de los hombres que ha tenido más éxito, aunque no
se le conoce como uno de los principales pensadores del
marxismo. Gramsci sostenía que se llega al poder a
través de la cultura en sentido amplio, es decir, todas las
organizaciones que tienen que ver con la formación
mental: universidades, el arte, la música, es decir, la
misión de incorporarse a esas organizaciones de a poco,
con perseverancia, ha sido en algunos países de América
el gran éxito de esas fuerzas con las que nosotros no
compartimos nada, entonces tenemos que advertir que
no es que gane la elecciones fulano o mengano sino
también, participar en lo que es la lucha en la
universidad, la lucha dentro de la literatura, en los me-
dios de comunicación, la defensa de
estos principios no se circunscribe al
ámbito político, es toda una
civilización, toda una forma de
entender el ser humano la que está
en juego, por eso es muy importante
que se difunda la participación de los
jóvenes, más allá de estas instancias,
también procedan a incorporarse a la
lucha política concreta, es decir,
elegir dentro de sus países una
corriente política para incorporarse a
ella, no podemos quedarnos en el
plano de la mera especulación, sino
bajarlo al campo de batalla que es
donde se va a ir resolviendo el
asunto. dicho esto, me gustaría
decirles que los temas planteados
como decía al principio, ingresan con
gran pasividad en el terreno
filosófico, en el terreno incluso
religioso, quienes pertenecemos a la
civilización cristiana tenemos
respecto de ellos una valorización
primaria, absoluta, entonces aquí
estoy yo, ni filósofo ni pensador
religioso, un cristiano viejo, opinando
sobre estas dos maravillosas
concepciones que son las que hacen
del ser humano un portador de
valores eterno. La historia de la
libertad, palabra muy utilizada, hasta
vulgarizada en su uso, para quienes
creemos en esta civilización
occidental, comienza nada menos que
con la creación, es decir, el libre
albedrío, que no fue dado como seres
humanos es un valor tremendo y diría
que atemorizante a veces. El hecho
de que el ser humano, en nuestra con
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que en ese periodo (sobre todo después de la caída del
muro de Berlín) se avanzó muchísimo tras la derrota
histórica de las dictaduras comunistas. Pero los albores
del siglo XXI trajeron vientos de populismo que
trastocaron la ruta democrática muy especialmente en
nuestra región. Está claro por eso que el punto más
crítico de la polarización – no el único – está en la
aplicación de la democracia sin distorsiones y menos
“adaptaciones” autoritarias bajo el denominativo de
democracia. La pregunta del millón es ¿Cómo hacemos
para detener en la sociedad el camino a la autocracia, a
la dictadura que produce la eternización de ese poder
que nació democráticamente y que se deslegitimó en el
ejercicio del poder? Un caso emblemático para entender
el conjunto del problema es Venezuela. Una mayoría
clara votó por Chávez en 1998. A partir de ese momento
de incuestionable legitimidad, el mandatario tejió una
compleja red de destrucción institucional, control total
de los poderes del Estado y manipulación del voto. Pero,
sobre todo, – prebendalismo, subsidios y clientelismo
mediante –, logró una base sólida de adhesión popular
basada en el despilfarro. A su muerte dejó como
heredero a Maduro que agudizó la brutalidad del
modelo, profundizó el fraude electoral, destruyó
completamente la economía del país y ancló su poder en
la violencia estatal en complicidad con las Fuerzas
Armadas. En el camino dividió y debilitó a una oposición
que en 2015 había logrado un triunfo electoral notable
en las elecciones de la Asamblea Nacional. ¿Cómo hace
hoy Venezuela para sacarse de encima a Maduro? ¿Pue-
de Venezuela, con valores
democráticos, apoyada en el voto
popular sobre la base de
instituciones que ya no existen,
derrotar democráticamente a
Maduro? La respuesta es muy
difícil. Los radicales dirán que ese
país debe ser incluso invadido. Si
eso no ocurre (que la razón parece
indicar que no ocurrirá) ¿Se puede
construir pacientemente un
mecanismo de oposición que
pueda derrotar electoralmente al
régimen dictatorial? Parece hoy
muy improbable. ¿Es dable
proponer un golpe de Estado, una
invasión extranjera…? Desde la
perspectiva de las más profundas
convicciones democráticas, no.
Desde el clamor popular de
quienes sufren ese desastre, no es
fácil dar una respuesta. Veamos,
para entender la dificultad de las
respuestas, un hecho terrible que
se despliega en el otro extremo
del planeta. ¿Cómo se ha
respondido a la invasión y guerra
brutal en Ucrania promovida por
el autócrata ruso Vladimir Putin
que coloca las armas nucleares
como elemento de presión
disuasiva implícita? La OTAN no
tuvo otra opción que llegar al
punto de controlar las fronteras
de Ucrania y de la propia Rusia,
pero no a enfrentarse
directamente en el campo de
batalla con Rusia, porque esa
decisión puede llevarnos a una
guerra mundial. Se trata – y el
ejemplo lo vale – de entender que
la realidad impone las respuestas,
aún en los casos más extremos. En
términos globales o regionales hay
que medir siempre la relación cos-
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cepción, tenga la posibilidad de hacer de su vida lo que
quiera, que pueda hacer el bien y el mal, que se pueda
determinar por sí mismo, a veces produce una cierta
dosis de temor. Pensar que se puede convertir en
cualquier cosa, que nada está seguro ni determinado, fue
una gran novedad, porque las civilizaciones de vertientes
asiáticas creen en el determinismo, en la reencarnación,
en el eterno retorno. La concepción nuestra, la cristiana
es que yo puedo romper ese determinismo, con mis
acciones puedo cambiar mañana y si lo analizamos con
lentitud y con cierta detención, es realmente,
impresionante. Ahora bien, nunca esa libertad concedida
y reconocida en el ser humano como un valor esencial
fue absoluto. Desde el punto de vista religioso están los
mandamientos, es decir, dejemos de lado aquellos
mandamientos que atañen a la divinidad y a la religión,
están aquellos que dicen no mates no mientas, no
traiciones, se le pone coto a la libertad. En el tiempo
moderno, la libertad está limitada por la razón y la razón
se llama Ley. San Juan Pablo II, decía con mucha claridad
que la libertad del ser humano no es la libertad de las
bestias de los campos, que pueden hacer cualquier cosa,
la libertad humana debe estar regida por la razón. Es
decir, hay un concepto de lo que está bien y mal que se
puede transgredir, pero el ser humano en su libertad
tiene parámetros de conducta que la limitan y eso
resulta, de esa combinación de libertad encarrilada, en
los conceptos de la razón es que surge la libertad tal
como debemos entender y defender. Esa libertad no es
sólo la de opinar y la de moverme,
sino que abarca la parte
económica, educativa, es decir, la
libertad no es divisible, no puedo
tener libertad en esto, pero no en
lo otro. Cuidado, a veces libertad
y libertinaje se acercan bastante.
La libertad no se limita a los
derechos cívicos o poder escribir
lo que quiera, es algo integral y
para nosotros, es parte esencial
del aspecto económico. La
libertad económica es parte de
esta misma libertad por la cual
luchamos y hemos tratado de
servir de la mejor manera. Ahora,
traen ustedes junto al concepto
de la libertad, el de la igualdad.
Este es mucho más difícil de
encuadrar. Es decir, desde el
punto de vista del pensamiento
abstracto, igualdad es que seamos
todos iguales, punto. Vamos a
bajarlo a tierra, a transformarlo en
algo que podamos medir y
cuantificar en la vida de sociedad.
La igualdad total no es posible
desde el momento en que cada
individuo es una entidad libre y
distinta de la otra y entonces la
libertad absoluta y total pertenece
al plano de las ideas, de la
filosofía, pero no la vemos a ver
nosotros nunca en el mundo real.
De ahí la falsedad rotunda de las
ideologías que hablan de la
igualdad total, la promesa que un
día vendrá una igualdad total en
que no habrá diferencias, etc.
Ahora, también es cierto, que
hasta en las propias
constituciones se dice algo sobre
la igualdad, esa que proclamó la
revolución francesa y que hasta
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da lugar a acciones hemisféricas de condena y eventual
exclusión de la OEA (organismo que propició la firma de
la Carta cuyo carácter es vinculante) del país que haya
violado sus principios. Ocurrió por ejemplo en Venezuela
en 2002 y Honduras en 2009. Ese principio, la
adscripción y compromiso de respeto a la democracia,
que parecía evidente y se aplicó, hoy está en cuestión.
La palabra democracia es “interpretada” de manera
irracional por líderes políticos, partidos e instituciones
de todo tipo que están poniendo en duda el principio, en
procesos políticos que iniciados con legitimidad de
origen (el voto popular), son desnaturalizados por la
ilegitimidad de ejercicio y la ilegitimidad de objetivos
que terminan en autocracias o dictaduras. Los casos más
flagrantes son Venezuela y Nicaragua (Cuba es una
dictadura desde hace sesenta años). La actual
polarización dominante en América Latina y en muchas
democracias del mundo, se relaciona con la
contraposición de puntos de vista sobre asuntos
esenciales, no adjetivos, que expresan posiciones
extremas en torno a la forma de organización política de
nuestras sociedades. En ese contexto, en teoría, esas
posiciones tan distantes se deberían y podrían conciliar a
partir del respeto. La democracia debe ser capaz de
favorecer un mecanismo que permita conciliar la
pluralidad de opiniones. Pero dado que el debate no se
hace desde dentro de los parámetros de valores
comunes, sino – por el contrario – en uno de los lados
sobre la estrategia de dinamitar la democracia por
dentro, la esencia filosófica del diálogo ha sido quebrada
La polarización se ha enquistado
en las más significativas
democracias del mundo. En EEUU,
por ejemplo, la investigación
sobre lo que muchos consideran
un intento de golpe de Estado
cuando multitudes azuzadas por el
todavía Presidente Donald Trump
tomaron el edificio del Capitolio
(2021), algo impensable en una
nación que jamás había
cuestionado de ese modo un
proceso electoral legítimo. El
Chile del Presidente Boric está
partido en dos, proyecto de nueva
Constitución mediante; lo mismo
la Colombia de Petro, con varias
interrogantes de futuro; la
Argentina de Fernández envuelta
en una debacle económica… y
buena parte de las naciones
latinoamericanas partidas entre
propuestas liberales y propuestas
estatistas, en algunos casos con
veleidades autoritarias en ambas
veredas. ¿Habrá un espacio para
la centralidad democrática, la
democracia misma sobre la
premisa del respeto del otro? En
el corto plazo parece que no.
¿Existe espacio para la
moderación? Al parecer, el
término moderación es –
increíblemente – sinónimo de
cobardía, pusilanimidad y/o
tibieza. Sin embargo, el año 2001
esos valores eran irrefutables. Era
el tiempo en que Fukuyama habló
del “Fin de la Historia” y concluyó
que el mundo había dado un salto
cualitativo consagrado por la
multiplicación de las democracias
liberales. Era una ilusión
desmesurada, deseable pero
irreal. Faltaba mucho todavía para
que tal aserto fuera realidad, aun-
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ese momento no era posible, pero en nombre de la cual
se mató más gente que nunca. La igualdad está escrita
en algunas constituciones, la nuestra, la de Uruguay, dice
que no se reconocerá otra diferencia entre los seres
humanos que no sea la de sus virtudes y aptitudes, es
decir, la propia ley fundamental la acepta como una
meta. Es decir, que la establece como una meta dentro
del ordenamiento jurídico, como un ideal a alcanzar,
¿cómo debemos traducir esto a la vida diaria? Se habla, y
creo que es la aproximación más precisa, de igualdad de
oportunidades. En la línea de la carrera de la vida, lo que
debe procurar la sociedad inspirada en nuestros valores
es que haya una igualdad al inicio, que nadie tenga una
ventaja, salvo sus talentos y virtudes. Pero se me dirá:
“no hay igualdad de oportunidades por las diferencias
socio económica, culturales y educativas que miramos
por la ventana y las vemos”. No hace falta probar esto.
La gran lucha es el logro de la igualdad de
oportunidades, que en un mundo como el que vivimos,
está facilitada en los medios, no sé si se cumple en los
hechos, pero nunca en la historia de la humanidad ha
habido la oportunidad de llegar a todo, de viajar al
rincón más lejano de un país grande, con la formación y
la educación. La educación tiene, por supuesto, como
base la familia, es decir, la educación, los valores,
empiezan en la familia, luego esperamos que el sistema
de enseñanza, público o privado del país continúe,
fortalezca estos principios y estos valores. De todas
maneras, vemos que no es en la realidad así, y quizás es
imposible, pero la aproximación es
la gran obra que los gobiernos
deben promocionar. Es decir,
acercar a todos la oportunidad de
formarse, aquí entra el tema de la
libertad. No todos van a
provechar, algunos se negarán a
aprovechar la enseñanza y la
formación y está el tema de la
libertad. Es decir, hay libertad de
ser analfabeto, libertad de no
aprovechar las oportunidades y
eso nos lleva a vincular un
concepto con el otro. Esa igualdad
en materia educativa, muchas
veces, si la profundizamos, llega a
temas un poco más complejos de
dilucidar. Es decir, las carencias
de carácter patológico. Una
persona que no es. Normal que
tiene carencias, el concepto de
igualdad para esa persona no será
idéntico que para las personas
sanas, pero dentro de ese
segmento se deberá procurar la
igualdad en vistas a esas
diferencias que tienen esas
personas específicas. Las acciones
estatales, el Estado en la
concepción que nosotros tenemos
es subsidiario, es decir, primero es
todo lo que es actividad privada y
familia y luego viene el estado,
pero sin duda, tiene un rol
importante. En muchas de las
escuelas de mi país se da de
comer, hay un almuerzo y
merienda, son 200 mil chicos que
todos los días reciben
alimentación de almuerzo y de
merienda, esto también es parte
por la lucha por la igualdad,
porque barriga vacía no sirve para
aprender, entonces nosotros que
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conferencista
El peligro más importante que debemos afrontar no sólo
en América Latina sino también en el mundo, es la
polarización; una visión de las cosas en blanco y negro y
sin los matices que permitan entender la diversidad que
compone nuestro comportamiento colectivo. Esa lógica
se ha desplegado en todos los ámbitos de nuestras
sociedades. Resolver la polarización es, paradójicamente,
una oportunidad para construir un valor central que
combina dos ideas: el respeto como forma de ver al otro
y la comprensión y aceptación de los argumentos del
otro como parte de un debate necesario y constructivo.
Relacionados como estamos con otros seres humanos, la
pregunta de ¿quién es el otro? se responde sobre lo
evidente, el que está ante mí, no necesariamente frente
a mí o contra mí. Si no entiendo el concepto de respeto a
las ideas del otro, no entiendo la idea de romper la
polarización. La razón de ser de esa tendencia humana se
relaciona con un miedo básico, ancestral: el miedo a la
diferencia, diferencia que genera prevención,
desconfianza y temor a quien potencialmente me puede
dañar. Imaginen la llegada de un hipotético alienígena a
la Tierra. No lo conozco, no sé qué quiere. Naturalmente
desconfío. Primera reacción: autoprotección,
preparación para la lucha... Llevemos el ejemplo a otro
Ex Presidente Carlos D. Mesa Gisbert
plano más próximo. Pensemos en
la llegada de los europeos al
nuevo mundo que produjo un
cataclismo que subvirtió de modo
definitivo el orden de las cosas en
el escenario de América. Llegan
personas con una lengua, una
cosmovisión, una religión,
completamente distintas a las de
los indígenas. Se produce una
natural y mutua desconfianza. Son
dos sociedades que no sabían de
sus respectivas existencias, que
chocaron de modo dramático y
dejaron a lo largo de los siglos
cuentas pendientes aún no
saldadas, por la naturaleza única
en la historia de lo que ese
"encuentro – choque" representó
para los americanos. Esas
referencias introductorias me
conducen al presente, a la
realidad socio – política
latinoamericana. Para ello es
imprescindible recordar el 11 de
septiembre de 2001. Los países
americanos, desde Estados Unidos
hasta Argentina, firmamos en esa
fecha (sugestivamente recordada
por el mayor ataque terrorista de
la historia) un documento llamado
“Carta Democrática
Interamericana”, en el que se
suscribió un compromiso basado
en la defensa conjunta de los
elementos comunes de la cultura
que nos une, sobre la base de los
valores democráticos universales
y esenciales. La interrupción de
hecho de esos valores (cuyo pilar
el republicanismo apoyado en el
voto popular, la independencia y
separación de poderes), en
cualquiera de nuestras naciones,
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somos partidarios de los privados, ahí sí que defendemos
la promoción de la intervención estatal, que sea lo mejor
posible, no interviniendo en los negocios y en las
empresas públicas, pero sí en estas obras sociales que
van a tender a superar estas desigualdades. La acción
estatal, que tantas veces crece en sentido en que no le
vemos realmente la necesidad, debe concentrar los
recursos del estado y su mejor aprovechamiento en el
fortalecimiento de esa igualdad de oportunidades.
Cuánto se gasta a veces en monopolios estatales, no es
que estemos contra el estado, queremos un análisis
crítico de su participación y se me dice que hay
compañías de seguro del estado, bueno yo digo, eso no
es esencial, pero sí es esencial mejorar la igualdad de
oportunidades, es decir, que todo esto que nos
planteamos, primero como temas de carácter filosófico,
luego los bajamos a su realidad palpable, son
fundamentales para condensar nuestra tarea. Las redes
son un medio, como todo medio puede ser bien o mal
usado, con un cuchillo puedo comer un asado o cortar el
pescuezo de mi vecino. Hasta ahora, el balance en
cuanto a la bondad del uso de las redes, es bastante
dudoso, porque se ha convertido en el refugio de
cobardía y calumnias por el anonimato en la forma de
difundir, en forma exponencial, muchas cosas que no son
ciertas. De ahí que todos estos movimientos sobre estas
máquinas de difusión, Facebook, por ejemplo, tengan un
gran interés desde un punto, de vista político. Nosotros
debemos cuidarnos del daño que pueden hacer esos me-
dios si son mal utilizados, pero
bien utilizados, sirven para
difundir buenas ideas con la
esperanza de que algún día
germinen. No quiero dejar pasar
este momento para agradecer y
saludar al ex presidente de Bolivia
Carlos Mesa, gran amigo y a
Valeria Guzmán. Con esta
modesta participación, creo que lo
mío queda en manos de ustedes
para ver qué podemos hacer.
Nota: Esta ponencia es una
transcripción autorizada de la
intervención del ex presidente
Luis A. Lacalle.
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expositor
Nos enfrentamos a diario a un mundo plagado de
cambios y desafíos. Sin embargo, persisten, de manera
larvada, gran cantidad de males entre los que cabe
mencionar la ignorancia, la irracionalidad y la
misantropía. Esta realidad exige la formación de líderes
con carácter, temple y visión. En muchos foros se habla
de la necesidad de levantar los liderazgos femeninos,
pero poco se habla de levantar liderazgos fuertes y
comprometidos, con valores y virtudes, aunque esto
suene a algo conservador o impopular.
Fortalecer la disciplina es más importante que mantener
la motivación, pues para alcanzar un liderazgo eficaz, el
lenguaje debe ser sostenido con acciones.
Actualmente necesitamos líderes, hombres y mujeres,
dispuestos a nadar contra la corriente y a compartir sus
ideas con firmeza para construir una sociedad libre
(entendiendo la libertad como un valor concatenado con
la responsabilidad) y próspera.
Srta. Valeria Guzmán
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comentarista
Voy a comenzar con una frase: "La verdadera democracia
exige el compromiso de expandir la libertad e igualdad
en las personas, de descentralizar y promover una
sociedad más humana, solidaria y con igualdad de
oportunidades”. Un fenómeno que tocó el presidente
Lacalle que está pasando en Centro América y América
Latina con estos disruptores de una izquierda tan
transgresora que no permite el diálogo ni permite la
divergencia de opiniones es algo que afecta
profundamente, aparte de lo que ocurre en Cuba y
Venezuela, son muy conocidos, pueblos con los que
solidarizo profundamente. Como UPLA, como
vicepresidenta de la Unión de Partidos
Latinoamericanos, estamos muy preocupados. ¿Cómo
operan estos disruptores?, por medio de patrones de
conducta repetitivos que hemos conocido a través de las
últimas elecciones, a través de causas populistas. En qué
concluye todo esto, en convenciones constituyentes que
dan esperanzas a los países. Todos queremos mejores
países, mejores oportunidades, pero lo que se hace
finalmente es agrandar el tamaño del Estado, aumentar
el ejecutivo, disminuir el legislativo y el control policial.
Al fomentar estas causas populistas, produces países que
Ingeniera Andrea Ojeda M.
van a la quiebra, países que se
empobrecen y vienen los procesos
migratorios que ya conocemos en
América Latina. Estamos
enfrentados a un fenómeno en el
que tenemos una gran
responsabilidad de conocer sus
causas y alternativas para salir de
eso. En el caso de Chile, estamos
enfrentando un fenómeno que nos
tiene muy preocupados que es la
convención constituyente que
tiene plebiscito de salida el 4 de
septiembre. Aquí quiero decir algo
que nos preocupa mucho como
sector. Hoy en esa convención se
promueve el aborto libre, se le
quita autonomía al Banco Central,
apoyando un estado plurinacional
y no una multicultural, por favor,
son cosas distintas. El Estado
Plurinacional nos va a destruir, no
está tomando como ejemplo a
Canadá, país donde sólo 3 tribus
quieren justicias distintas de
acuerdo a sus tradiciones, sino
que acá, en Chile, se busca que
cada una de nuestras etnias o
pueblos originarios, tenga sus
leyes aparte y sus formas de
administrar sus leyes en forma
distinta, entonces se produce la
paradoja en que, por ejemplo, se
genera un conflicto entre
mapuches y chilenos ¿Qué leyes
van a zanjar las diferencias?
Entonces, es un fenómeno muy
complejo, si se aprueba en Chile la
nueva Constitución se va a
generar un problema mayúsculo.
El tema de la salud, educación y
las pensiones. El presidente
Lacalle habló de la igualdad, pero
¿Cuándo comenzamos a perder li-
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los de comunicación racional, dialógica, y moralmente
legítima, resulta claro que la humanidad conserva casi
todos los grados de libertad posible. El mundo social y
cultural que construiremos no será resultado de la
fantasía totalitaria de la dominación por medio de
dispositivos tecnológicos, sino el resultado de una
acción humana responsable y libre, afincada en
perspectivas culturales universalistas y centradas en el
respeto de la vida, la libertad y la personalidad humana.
Pero un mundo más libre, justo y solidario, que nos
acerque a un horizonte de trascendencia y encuentro
entre los seres humanos no se construye sin lucha ni
sacrificios. Las redes sociales son una magnífica
herramienta en la construcción del cambio social y de la
cultura, pero como parte de nuestro acervo instrumental,
no pueden sustituir nuestra conciencia ni nuestra
voluntad.
Referencias:
https://www.bbc.com/mundo/not
icias-48558989
Castells, M. (2012). Prefacio:
"Autocomunicación de masas y
movimientos sociales en la era de
Internet". Manuel Castells (UOC y
University of California, Los
Ángeles). Anuario del conflicto
social, (1)
Castells, M. (2013). Comunicación
y poder. Siglo XXI Editores,
México.
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bertad? Respondo diciendo que es cuando el Estado
comienza a crecer desmesuradamente. Todos queremos
una mejor salud, pero cuando no puedo elegir qué tipo
de salud quiero y cuándo la quiero, el tema se complica.
Cuando se ocupan estas causas populistas, empobrecen
a los países y no pueden cumplir sus promesas, estamos
perdiendo libertad. Respecto de la educación, hoy en
Chile, el Estado está decidiendo qué tipo de educación
tenemos que dar a nuestros hijos, los padres no
podremos elegir, por lo tanto, estamos perdiendo
libertad. Respecto de las pensiones, que el estado se
haga cargo, ¿Que va a pasar en el futuro? No podré
pedir, por ejemplo, que quiero heredar a otros lo que yo
ahorré durante años de trabajo. No podré elegir, están
nuevamente coartando las libertades, pero de una forma
silenciosa. Eso es importante que la gente lo sepa y que
nuestros vecinos lo sepan. Esto lo hemos visto hablando
con colombianos, ecuatorianos, peruanos, para qué decir
Venezuela, para Chile no lo queremos. Es importante que
los jóvenes que hoy nos escuchan sepan que es muy
importante crecer a través de la movilidad social con
educación, pero que no crean en el panfleto o las
palabras que emiten los periodistas, que más que eso
son opinantes con un marcado sesgo. Lamentablemente,
la gente cree todo lo que dicen y deben tener mucho
cuidado con eso. Le digo a los jóvenes que los
responsables de tener mejores países somos nosotros,
seamos oposición constructiva, acompañar a los jóvenes
y apoyarlos siempre, gracias.
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Un ejemplo de estos aportes es la obra de Granovetter
(1974) sobre las redes de búsqueda de empleo (Getting a
Job). Más recientemente Bruno Latour propuso la Teoría
del Actor Red, para la cual el mundo social se encuentra
sujeto a una dinámica constante, en la que sujetos
humanos y no humanos, ideas, objetos, discursos
resultan fundamentales en la construcción social.
Pese a estos notables aportes, el análisis social de las
redes aún no forma parte del mainstream de las ciencias
sociales. El advenimiento de la sociedad – red: Por
supuesto, estos desarrollos previos se potenciarán
enormemente con el surgimiento de Internet, abierta al
uso civil a comienzos de la década de los años 1990. La
World Wide Web, fue creada por Tim Berners-Lee
(Centro Europeo de Física Nuclear, Ginebra) y
contribuyó en forma decisiva a generar una sociedad en
red. La teoría de los “seis grados”, que indica la cantidad
máxima de vínculos relacionales entre dos individuos en
el mundo contemporáneo – según la teoría acuñada por
Stanley Migram – representó un paso en la conformación
de las redes sociales como estrategia contemporánea de
comunicación (1). Para el investigador Manuel Castells,
nos encontramos en un marco social caracterizado por
una “auto comunicación de masas”, la cual conlleva una
autonomía sin precedentes para comunicarse. Sin
embargo, la autonomía está limitada por la
concentración e interrelación de corporaciones de
medios y operadores de redes (Castells, 2012, 2013). El
funcionamiento de las redes, plataformas y canales de
comunicación no constituye dispositivos tecnológicos,
sino que implican la conexión con "redes de capital, pol-
ítica y producción cultural”. Al
decir de Castells (2013): “Estos
procesos operan en un contexto
de diversidad de modelos
culturales (globalización e
identificación; individualismo,
comunalismo)” (…) el sistema de
comunicación digital global, si
bien refleja las relaciones de
poder, no se basa en la difusión
jerarquizada de una cultura
dominante”. Reflexiones
provisionales: La interacción
humana a través de las redes
sociales y tecnológicas forma
parte de nuestro acervo
civilizatorio contemporáneo, que
transformarán profundamente la
sociedad y la cultura en forma
incesante en el futuro. Su
relevancia en procesos sociales y
políticos clave, como en otras
épocas lo hicieron la imprenta, el
telégrafo, la radio, la televisión y
el cine, es subrayado por la
ciencia política (movimientos
globales antisistema, movimientos
de indignados, primavera árabe,
revueltas en Ucrania, etc.). Más
recientemente, se ha puesto en
tela de juicio la posibilidad de
autonomía de los electores y de
los actores políticos, respecto de
las orientaciones inconscientes y
ambientales diseñadas por
algoritmos generados por
procesos de big data, así como la
incursión de potencias y estados
extranjeros, a través de
ciberataques. Sin minimizar esas
amenazas, por el contrario:
subrayando la necesidad de
construir protocolos de
humanización y de apropiación
ética de las redes a través del
desarrollo y difusión de protoco-
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10. J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
comentarista
Creo que todos quienes estamos aquí presentes soñamos
con vivir en sociedades libres, en las que podamos llevar
un estilo de vida que nos permita realizar nuestros
sueños y salir adelante. Quiero comenzar haciendo una
clarificación respecto de lo que entendemos por
desigualdad: generalmente, las personas asumen que
cuando la desigualdad aumenta en una sociedad, se debe
a que los ricos se han hecho más ricos, y los pobres, más
pobres. Esta creencia es totalmente falsa. Es posible que
en una sociedad aumente la desigualdad mientras todos
se enriquecen, así como también lograr sociedades
igualitarias en las que todos se empobrecen. Acerca de la
desigualdad, es difícil encontrar datos que nos brinden
un panorama completo del fenómeno en cuestión. Aun
así, sabemos algunas cosas: En el mundo, la desigualdad
ha aumentado de manera sostenida desde la Revolución
Industrial, no porque algunos países se hayan
empobrecido, sino más bien, porque algunos países
comenzaron a salir de la pobreza más rápido que otros. Y
esto se ha mantenido como una constante. Si lo
analizamos en términos generales, las diferencias han ido
disminuyendo, desde 1970 en adelante, porque
economías como la China e India han venido creciendo,
en términos porcentuales, mucho más rápido que el
resto de los países occidenta-
Ingeniero Carlos Cobo M.
les. Si bien es cierto, el Banco
Mundial señaló que la desigualdad
global aumentó de manera
continua desde 1920 hasta 1980,
reconoce que a partir de ese año,
comenzó a caer marginalmente. Al
punto en que la desigualdad entre
países medido según el
coeficiente de Gini (1) cayó de
0,66 a 0,55 entre 1988 y el año
2000. Esto significa, a nivel
global, que los ricos son más ricos,
pero los pobres son menos pobres
que antes.
Este fenómeno, inédito en la
historia de la humanidad, nos
permite correlacionar la
disminución de la desigualdad con
la medida de libertad que han
ganado las personas, ya sea para
invertir, emprender, ahorrar y
proteger su propiedad y comerciar
de manera libre.
Más de alguien se preguntará,
¿Qué ocurre si a medida que
aumenta la libertad de las
personas, la desigualdad sigue in
crescendo? Me atrevería a decir
que si bien hay un aumento de
dinamismo y de mercados a nivel
global, esto no implica un
aumento correlativo de personas
talentosa. Naturalmente, no todos
se enriquecerán de la misma
manera. Esto no es un problema, a
condición que contribuya a que
todos estén cada vez mejor. Lo
que realmente debe preocuparnos
no es la desigualdad, sino la
pobreza. Permítanme poner un
ejemplo. 3 hermanos reciben los
mismos valores, la misma
educación y comparten un estilo
de vida semejante. Sin embargo,
sus resultados son diferentes. Uno
decide estudiar economía, la her-
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expositor
Como todos sabemos, los seres humanos precisamos de
la nutrición materna, y pasamos por una larga infancia
desvalida, en la que necesitamos del aporte del grupo
humano para sobrevivir. Necesitamos, de partida, una
red suficiente de relaciones primarias y secundarias, que
garanticen nuestra viabilidad vital. En suma, las redes, la
red, nos constituye como experiencia y también nos
ofrece un modo de conocimiento. Nos provee un
equipamiento cognitivo, político, moral, estético.
La cultura y el cambio social son también el resultado de
la afirmación, la extensión, y la transformación de esas
redes humanas.
En suma, no es posible pensar la vida humana sin una
vasta configuración de redes culturales, económicas,
políticas y simbólicas. Solo a partir del siglo XVIII las
ciencias matemáticas y luego físico-químicas
comenzaron a elaborar una conceptualización de las
redes. En ese sentido suele recordarse el célebre trabajo
de Euler (1736) que dio respuesta al problema de los
llamados “puentes de Königsberg”. En ese desarrollo fue
fundamental el aporte de la geometría y la matemática.
Más tarde las ciencias naturales y las computacionales
fueron completando una perspectiva sistémica respecto
de las redes sociales. En las ciencias sociales, una
perspectiva desde las redes se desarrolló en el período
de entreguerras del siglo XX a partir de diversas tradi-
Dr. Enrique Martínez L.
ciones teóricas y campos del
conocimiento. En ese sentido el
primer aporte provino de la teoría
sociométrica de Moreno (1934), y
más tarde Kurt Lewin desarrolló la
idea de un “campo de relaciones”
para comprender la dinámica y el
proceso de los grupos humanos.
Las dinámicas de grupos (Heider)
y los aportes del estructural
funcionalismo antropológico de la
escuela de Harvard (Louis Warner
y Elton Mayo, y los trabajos en la
factoría eléctrica de Hawthorne,
en Chicago, suelen citarse como
un hito de estas perspectivas.
Asimismo, el estructural
funcionalismo antropológico
británico realizó aportes en esta
dirección (Max Gluckman y la
escuela de Manchester). Otros
aportes relevantes vinieron de la
mano del sociólogo John Arundel
Barnes, quien subrayó que la vida
social podía interpretarse como
como un conjunto de nodos, a
partir de los cuales se generaba la
estructura social. Debe subrayarse
los estudios de Bott sobre el
parentesco en las familias
británicas, y los aportes de Nadel,
quien concibió la estructura social
como estructura de roles. James
Clyde Mitchel desarrolló el
análisis social de las redes, y
conectó el estructural
funcionalismo con la teoría
matemática de grafos de
Cartwright y Zander, Harary,
Norman y Bavela.
En la Universidad de Harvard, en
los Estados Unidos en los años
1960 diversos autores relevantes
(Blau, Boyd, Coleman, Hunter,
White) realizaron aportes al
análisis de las redes, desde una
perspectiva estructuralista.
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11. J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
En el índice de Gini, el cero indica una
distribución de la riqueza equitativa y el 1
implica que una sola persona sería dueña de
todo.
mana consideró que lo suyo era la
medicina y el hermano menor
terminó de periodista. Todos
tuvieron las mismas
oportunidades y, sin embargo, los
resultados fueron distintos.
Probablemente, a uno le fue mejor
que a los otros dos -
independiente de la carrera por la
que haya optado - y este será
más exitoso, quizás en lo
económico, quizás en lo
sentimental, es decir, se produjo,
inevitablemente, la apertura de un
espacio a la desigualdad. Este
resultado es fruto de la libertad
operando, resultado de la toma de
decisiones, ya sean correctas o
incorrectas, siempre implican un
riesgo para cometer errores y
aciertos, fracasar a veces para
volver a levantarnos. Un mundo
donde todos somos iguales no
sería posible en libertad.
1.
J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
Caso Trump y twitter
1. Pone el dedo en la llaga.
b. El mal uso de la tecnología para la manipulación
Fake news - El internet y las redes sociales han hecho
difusa la verdad y su comprensión por las grandes masas.
1. Invención de narrativas falsas
2. Deep fake
Democracia fraudulenta
1. Escándalos de neuromarketing en las campañas
políticas (Colombia)
2. Net centers
Hackeo de nuestra atención a través de especialistas,
utilizando las vulnerabilidades de la mente.
1. Economía del comportamiento
2. Psicología
3. Neurociencia
c. Inmediatez de la información sin mediación –
replanteamiento de la Democracia
Crisis de la democracia – información inmediata sin
mediación.
1. Clase media
a. Brasil, Colombia, Guatemala y Chile
Nos enteramos de todo en tiempo real
La desigualdad entre la capacidad de incidir y la
información de que
disponemos.
1. La frustración ciudadana
a. Ante la indolencia de los políticos ante sus
necesidades
b. Ante los desmanes
El potencial es enorme,
aprovechémoslo bien.
En la “sociedad del espectáculo”
(G.Debord) todos quieren figurar y
ser periodistas o influencers, y
todos lo pueden ser.
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12. J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
expositor
Umberto Eco señaló en una ocasión: “Las redes sociales
han dado voz a legiones de idiotas”. Si bien es cierto, la
expresión es bastante dura, algo de razón tienen las
palabras del fallecido escritor italiano. Hemos
comprobado, empíricamente, no sólo la ingente
divulgación de cientos de barbaridades por minuto, sino
que también hemos sido testigos del derrumbe de la
promesa, en nombre de la “libertad de expresión”, que
las redes sociales nos hicieron durante años. Muchas de
estas redes, en efecto, están en manos de personas
cuyas intenciones parecen más bien buscar instalar
ciertos sesgos en la población que transmitir contenidos
de valor o verdaderos. Hemos permitido que la VERDAD
quede reducida a una fórmula matemática conocida
como algoritmo, el que más que dar paso a la diversidad
de opiniones, se encarga de censurar todo aquello que
aparece como inconveniente para ciertos sectores. No es
la libertad de expresión, sino la divulgación de una
agenda determinada lo que campea hoy en las redes
sociales. Sin duda, las redes produjeron una revolución
en la que todos los que habitamos el “mundo libre”
ciframos nuestras esperanzas: ¿Quién puede negarse a la
conformación de una opinión libre, justa y sin
intermediarios? ¿A la capacidad de expresar una idea en
Consultor Pedro Luis Pedraza
tiempo real para transmitirla a
personas que ni siquiera te han
visto y sin ningún costo? La
captura del rostro de un criminal,
por medio de la grabación de un
transeúnte, sin duda que produce
un gran entusiasmo que se
acrecienta por la necesidad de
justicia que todos anhelamos; los
ciudadanos de todo el orbe
aclamamos, al unísono, la nueva
Diosa tecnología como la solución
a todos los males de nuestro
tiempo, dejándonos seducir por su
vertiginoso avance. Sin perjuicio
de lo anterior, la capacidad de
poder expresarnos libremente por
las redes sociales supone una
paradoja que nos pone en la
palestra al ser perfectamente
identificables: nuestros gustos,
deseos, anhelos y aspiraciones
pasan a formar parte del dominio
público, al caer en manos de los
propietarios de las plataformas
sociales, quienes posteriormente
transan en el mercado esa
información, poniéndonos al
servicio de intereses económicos,
políticos e ideológicos. A
consecuencia de lo anterior,
desde las plataformas de redes los
gobiernos han puesto censores de
las llamadas fakes news, más
conocidos como facts checkers.En
definitiva, somos consumidores de
información, generadores de la
misma y a la vez somos el capital
de las redes como de sus clientes
secundarios. Ahora bien, si nos
enfocamos en la Diosa tecnología,
parece ser que abrigamos
inconscientemente la impresión
de tenerla bajo control, lo que nos
ha permitido allanar el camino a lo
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Plataformas como moodle, google docs y otros
En especial Tik tok
e. Cultura, entretenimiento y arte
Los juegos de vídeo
Youtube
Spotify
NFT
Meta
Tik Tok
f. Redes sociales – interconexión personal
Facebook – ventana al mundo
Instagram – el deber ser, la cara que queremos mostrar
Linkedin – acceso a quienes somos en el mundo laboral
Twitter – máxima plataforma de incidencia social, cultura
y en especial
política.
g. Hoy las personalidades más admiradas y seguidas por
los jóvenes son los INFLUENCERS
3. Cambios sociales y cultura
a. Un artículo del New York Times decía que “Las redes
sociales se han convertido en una fuerza política y
cultural cada vez más poderosa, a tal punto que sus
efectos están comenzando a alterar el desarrollo de los
sucesos mundiales”. b. Hoy desapareció la mediación y
hoy todo contacto es directo. Se generan redes de
ciudadanos que no se conocen, pero piensan de una
misma manera y se articulan inmediatamente.
c. La pandemia del COVID-19
aceleró el proceso hacia la
virtualidad.
La forma de trabajar cambió para
siempre.
d. Ejemplos en los medios de
comunicación
Las redes sociales han superado a
los medios de comunicación
tradicionales, al punto que
prácticamente desaparecieron los
medios impresos.
1. Salto obligatorio de los medios
a la virtualidad
Televisión: Ya no se sintoniza la
televisión sino que se ven los
celulares.
1. Netflix
2. HBO Max
3. Disney plus
Toda persona es un reportero.
e. Ejemplos de impacto político
Las ventajas políticas
desaparecieron, cualquier persona
tiene al alcance el público.
Obama
Trump – movimiento QANON -
derecha
Jimmy Morales
Brexit
Occupy Wall Street
BlackLivesMatter - izquierda
Nayib Bukele
Primavera Árabe
f. Ejemplos de impacto cultural
Infuencers – son hoy las figuras
Juegos de vídeo – FORTNITE
Games Stop – ganarle a Wall
Street.
Elon Musk – compra twitter
4. Problemática/Contexto
a. Existe un gran riesgo: la falta de
regulación
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13. J U N I O D E 2 0 2 2 | N Ú M E R O 1
que conocemos como “inteligencia artificial”. Esta nueva
forma de intervenir los procesos productivos nos ofrece,
entre otras cosas, la promesa de resolver todos nuestros
problemas que más bien ha demostrado hacernos cada
vez más incapaces de encararlos con entereza y
humanidad, haciéndonos seres dependientes de una fría
pantalla de laptop antes que verdaderos seres humanos.
Al respecto, el filósofo israelí Yuval Harari ha utilizado el
concepto de “personas inútiles” y se pregunta qué
haremos con ellas. Ante el avance de este fenómeno, en
ocasiones me pregunto (y no bromeo), ¿Habrán visto la
película Terminator? O bien, ¿Qué tan lejos estamos de
construir ese mundo distópico controlado por máquinas?
No cabe duda que todo fenómeno social encierra una
oportunidad, una ventaja para ser utilizada
políticamente, y este momento no es la excepción.
Giovanni Sartori, en su “Homo Videns. La sociedad
teledirigida”, hace una brillante descripción de la forma
como evolucionó la comunicación política, desde el
discurso en el ágora griega a la irrupción de la imagen
con la llegada de la televisión. Sartori no alcanzó a medir
el impacto de las redes sociales en este ámbito (murió en
2017), pero dejó entrever cómo evolucionó la escritura,
el uso de la voz y la imagen en este aspecto. El pensador
italiano logró avizorar en su obra la pérdida de la
capacidad de razonar y abstraer por parte de los
individuos, quienes se vieron sometidos a la dictadura de
la imagen: lo que vemos, prácticamente no tiene
apelativos y deja inscrito en nuestra memoria un registro
casi imposible de borrar. No existe un cuestionamiento o
mediación de preguntas, porque la
imagen “manda”, y en este punto
las plataformas de redes sociales
han trabajado con especial ahínco.
Una prueba de ello es que vivimos
una suerte de “política del meme”.
Cuando pensamos en todos estos
cambios, generalmente dejamos
de lado las particularidades de
otros grupos sociales, por
ejemplo, los millennials. Este
grupo etario está convencido de
que entiende y participa en
política por medio de un meme.
Hoy se comunica con una imagen
llamativa y una frase corta; 140 o
280 caracteres bastan, y el
despliegue de una idea no puede
ser en más de 5 minutos; esa
inmediatez carcomió la
profundidad y terminó por perfilar
una generación que maneja un
océano de conocimiento con un
milímetro de profundidad, sin
contar con el uso de la
información que deja nuestra
trazabilidad en las redes. El cóctel
descrito es la tormenta perfecta
que nos condujo, sin percatarnos,
a buscar y consumir sólo lo que
nos gusta y se adecua a lo que
pensamos de antemano. Lo
anterior no es una obviedad, sino
más bien la constatación de la
clausura del debate público, que
fue precisamente la promesa
mesiánica de las redes sociales.
Una cuestión semejante ocurrió
con los medios de comunicación
de masas o mass media. El
panorama descrito propició las
condiciones para el surgimiento
de nuevos actores sociales, por
ejemplo los influencers, que son
los formadores de opinión con-
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expositor
Agradecimiento a Paz Global, Legado a Las Américas y
demás organizaciones. Un cordial saludo a los demás
panelistas.
1. Datos del impacto de las redes sociales
a. En enero de 2022, había 4,950 millones de usuarios de
internet en todo el mundo, alrededor del 62,5 % de la
población mundial. b. Según el Informe Digital elaborado
por Hootsuite y We Are Social, con datos de enero de
2022, el número total de usuarios de plataformas
sociales en el planeta es superior a 4.623 millones de
personas. Esto supone casi un 60% de la población
mundial total. c. Hace tan sólo 10 años, eran 1.482
millones de personas las que empleaban las redes
sociales de forma activa. d. Usuarios activos por
plataforma (Datos: Hootsuite y We Are Social):
Facebook: 2,910 millones
Youtube: 2,562 millones
Whatsapp: 2,000 millones
Instagram: 1,478 millones
WeChat (China): 1,268 millones
Tik tok: 1,010 millones
FB Messenger: 998 millones
Twitter: 438 millones
e. Se considera un usuario activo de redes sociales
cuando éste realiza alguna actividad en una red social al
menos una vez cada 30 días.
Licenciado Jorge Cruz V.
f. Tiempo mensual que pasan los
usuarios en las redes sociales:
YouTube, 23,7 horas
Facebook, 19,6 horas
TikTok, 20 horas
WhatsApp, 18,6 horas
Instagram, 11,2 horas
Twitter, 5,1 horas
g. En términos demográficos, la
edad es el principal factor
diferencial en la frecuencia del
uso de redes sociales
Las redes sociales no son una
actividad exclusiva de
adolescentes.
Existe un descenso en la
frecuencia de uso a partir de los
50 años, que se profundiza a
partir de los 65.
El grueso de usuarios de Facebook
en Estados Unidos pertenece a la
franja de edad de entre 35 y 44,
con una frecuencia de uso
superior a la de gente más joven.
La proporción entre mujeres y
hombres es idéntica.
No se observan diferencias de
nivel educativo o de clase social.
2. Contextualización en relación a
las Redes Sociales y lo que ha
significado para la sociedad
a. Antes y después (hace 20 o 30
años y ahora)
Vivíamos en un mundo análogo –
ejemplo del teléfono.
Ejemplo personal:
Estudio CA 2040
Columna de opinión PANDEMIA
c. Comunicación:
Whatsapp
Telegram
ZOOM
d. Educación:
Wikipedia
Youtube
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temporáneos, figuras públicas que han granjeado su
fama mediante la utilización de un lenguaje simplista, a
veces vulgar, haciendo ostentación de estilos de vida
irrealizables para el joven promedio y banalizando
asuntos verdaderamente importantes, han terminado por
erigirse como mediadores entre la verdad y la
percepción de verdad, imponiendo su criterio sobre la
misma. Esta breve reflexión no pretende ser el desahogo
de una realidad inalterable. Estamos hablando de una
realidad reversible en la medida en que entendamos que
las redes sociales “son un medio y no un fin en sí
mismas”, que la sociedad no se desarrollará con
influencers o youtubers, sino con médicos, científicos,
jurista e ingenieros comprometidos. A pesar de lo
anterior, no es menor el entusiasmo que sigue
despertando en muchos el fenómeno anteriormente
descrito, razón por la que hago un llamado a todos
aquellos que están por sostener un debate en Twitter, o
dar un like en su Instagram, o próximos a subir una
sesión de fotos, a preguntarse: ¿Hace cuánto tiempo no
llamo a mi madre? O la próxima vez que veas el vídeo de
tu influencer favorito te preguntes: ¿Qué hay de cierto
en lo que dice? La realidad, por más que pretendamos
alterarla, seguirá perteneciendo al mundo real; en el
momento que asumamos “la virtualidad” como nuestra
realidad, habremos perdido para siempre nuestra
“humanidad”.
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que están en proceso de desarrollo. Al mismo tiempo
que hay libertad – para que cada país desarrolle su
economía, el gobierno promueva el bienestar de su
pueblo, establezca sus propias leyes y otras medidas –,
también es aplicable el concepto de igualdad. Se destaca
el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
que tiene como principios la Cláusula de la Nación Más
Favorecida (CNMF), en la que todos los tratos
diferenciados para la importación y exportación entre
algunos países miembros deben extenderse a todos los
miembros, y la No Discriminación Comercial, en la que
cada país miembro debe dar el mismo trato a todos los
demás, buscando así la igualdad, con el objetivo de un
comercio mundial sin barreras. Por otro lado, se
subentiende que los países tienen puntos de partida
diferentes, tienen recursos y resultados diferentes por
su propia naturaleza, generando una desigualdad
esperable y necesaria para el funcionamiento del sistema
internacional en su conjunto. De esta forma, es derecho
de cada nación contar con las herramientas necesarias
para su competitividad y su propia supervivencia. Para
esto, la OMC fomenta un trato especial y diferenciado
para los países en desarrollo – que se encuentran en
diferentes etapas de desarrollo económico, financiero y
tecnológico – para que tengan más competitividad
comercial a nivel internacional y más posibilidades de
asumir compromisos multilaterales. Uno de estas
medidas surgió en 1979, cuando la OMC aún se llamaba
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT), que es la Cláusula de Habilitación, que permite
la celebración de acuerdos
regionales o multilaterales para
reducir las barreras arancelarias y
no arancelarias entre países en
desarrollo, sin necesidad de
extender estas ventajas a los
países desarrollados. Esto permite
establecer Acuerdos de
Preferencias Arancelarias, como
es el caso de la Asociación
Latinoamericana de Integración
(ALADI).
Por lo tanto, se destaca la
importancia de discutir temas
políticos, políticas públicas,
necesidades de la sociedad,
democracia, libertad, justicia,
derechos y deberes para el
desarrollo económico y social de
la sociedad. También, por la
prosperidad económica de las
empresas, lo que implica
empleabilidad, ingresos, avance
tecnológico e industrial. En
cuanto a América Latina, se
destaca la importancia de brindar
una mayor integración regional,
intercambio de información, así
como soluciones y acciones a
implementar en conjunto.
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expositor
Quisiera partir desnudando de cuerpo entero mi
decepción. No soy especialmente adepto a la escuela de
Schopenhauer y, sin embargo, siento que los tiempos
que nos han tocado vivir no son particularmente
optimistas. La guerra, que nunca ha dejado de asomar su
cabeza en el horizonte del camino que seguimos, ahora
se acercó como nunca, afectando no solo a Europa, sino
a todo el mundo. Las pandemias, hasta el hartazgo
anunciadas por Byung Chul-Han y toda la filosofía del
siglo XX, llegaron sin temor a que tuviéramos los
recursos para enfrentarlas. La cibernética nos tiene ad
portas de grandes avances, así como también nos ha
sumido en un retroceso total en las formas de
convivencia: preferimos el pálido resplandor de una
pantalla, al abrazo fraterno de nuestros familiares. Es
decir, son tiempos aciagos, aunque, quisiera se
entendiera, no fatales. Y lo digo porque, quizá, no hay
otro modo de enfrentar la situación, que no sea con
mirada firme, hacia adelante, con optimismo, aunque no
con ingenuidad evolucionista, por cierto. Como diría
Ortega y Gasset, no hay otra cosa, sino que vivir, y eso
se hace hacia adelante. Ahora, para avanzar, diría el
mismo pensador español, hay que saber a qué atenernos.
Habida cuenta la recomendación, pregunto ¿en qué nos
vamos a sostener? No se avanza sin estar medianamente
Profesor William Tapia Ch.
seguro de a qué se irá o con qué
cuentas para enfrentar lo
inesperado. Las sociedades se
erigen sobre la medida de reducir
la incertidumbre, esa es su oferta.
Y es precisamente en eso que se
ha fallado, puesto que el futuro no
ofrece certezas, sino maleabilidad,
incongruencias, sólo senderos
justificados en la apreciación
subjetiva. Quisiera repasar ese
tránsito, para ilustrar de manera
más acabada la situación actual.
Durante la Antigüedad existieron
varios sostenes, cimientos sobre
los cuales colocar nuestras vidas.
La devoción politeísta, el
acogedor poder despótico de la
autoridad, la razón, todos eran
elementos que ayudaban en el
quehacer vivencial. La disrupción
de Platón y Aristóteles no
aminoró la pluralidad de opciones,
sino que apuntaló con mayor
fuerza la capacidad del hombre de
razonar, que luego, se vio
acompañada durante la era
medieval de una peana aún más
fuerte que ella: la fe. La idea
politeísta se reemplazó con la
universalidad del monoteísmo y la
Iglesia que se erigió como
guardiana de ese nuevo orden,
comprometió sus recursos y sus
valores en pos de ese objetivo:
otorgar el todo ordenado de
nuestra existencia. Todo parecía ir
por caminos conocidos, hasta que
apareció la Ilustración. La fe no
era infalible, sino que lo era la
razón. La visión antigua,
especialmente griega, reaparece,
pero con hálito pendenciero: Tras
la muerte de Dios, algunos
pensaron que sería gracioso llevar
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mento de la renta personal, la industrialización, el
avance tecnológico y la modernización, en un escenario
de condiciones económicas fluidas, libertades políticas,
poder y control social, acceso a la salud y educación,
todo lo cual permite ampliar la libertad de oportunidades
y elección de los individuos.
Un elemento imprescindible que permite promover el
escenario anteriormente descrito, es la libertad de
expresión, que opera como fundamento para la
democracia. Con la libertad de expresión la sociedad
dice lo que quiere, puede compartir ideas, soluciones y
necesidades. La libertad de expresión permite al
gobierno, entre otras cosas, identificar los problemas
que aquejan a grandes sectores de la población.
Al presionar al gobierno para que invierta en más
educación, se abre una posibilidad única, según explica
Sen, que permite a los individuos convertirse en
beneficiarios y aprovechar mejor las oportunidades que
se les presentan, en teoría, ganan más dinero que
pueden invertir en salud y educación. Con esto, la
sociedad se desarrolla efectivamente, alejándose del
analfabetismo, las enfermedades y el hambre,
alcanzando la justicia y abrazando mejor el pluralismo en
la sociedad. A pesar de la importancia de la libertad de
expresión como un derecho, potenciado por la
globalización y ejercido, principalmente, por el
periodismo y los individuos en las redes sociales, es
necesario resaltar los deberes de las personas ante la ley
y la moral: el respeto y la tolerancia hacia las ideas
divergentes, no vulnerar otros derechos, no cometer
discriminación, no propagar noticias falsas, entre otros
factores que conducen a una
distorsión de este derecho
fundamental. En cuanto a la
igualdad ante la ley, es sabido que
no se trata de una ciencia exacta,
tal como es pensada por los seres
humanos y reflejada en la
evolución de la sociedad. Así, para
la Constitución de Brasil, a pesar
de la máxima de que todos los
individuos son iguales ante la ley
– conocido como igualdad formal
–, también se busca el trato
igualitario a los iguales y desigual
a los desiguales, en lo que se
considera un trato diferenciado
cuando sea justificable – conocida
como igualdad material. A la hora
de establecer los criterios de
diferenciación, la mayor dificultad
es establecer en qué medida la
desigualdad de trato no genera
inconstitucionalidad. Para una
mejor comprensión del trato
desigual permitido por la ley
brasileña, un ejemplo son las
"acciones afirmativas", que son
derechos con el fin de proteger a
ciertos grupos que necesitan un
trato diferente, debido a factores
históricos de marginación social,
escasez de recursos, etc.
Estas acciones afirmativas son
medidas de compensación, es
decir, de corrección de
desigualdades. Retomando el
punto anterior, respecto de la
igualdad, los esfuerzos deben
enfocarse en generar igualdad de
oportunidades, de forma tal que
no sea la "cuna" la que marque el
destino de las personas. No sólo a
nivel social, sino también
internacional, podemos notar la
desigualdad, especialmente entre
países desarrollados y aquellos
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esa lógica hasta su máxima expresión, hallando en la
muerte del hombre de Foucault su ejemplo a seguir. Así,
los individuos ya no tienen a qué atenerse: ni a los
dioses ni a Dios; ni a la razón ni a la autoridad; ni al
sentimiento ni la fe. Todo ha sido destruido. Somos
náufragos, diría Ortega, y no se equivocaba. Flotamos en
el miasma de nuestra propia incapacidad y bajo la lluvia
no hay cubierto. Pareciera que, ante el nihilismo
instalado, no hay actitud que valga. La sociedad
posmoderna nos ha dejado a la intemperie, sin vínculos
ciertos, solo existen atisbos, simulacros de relación; nada
perdura, todo se extingue. Somos etéreos o así al menos
nos pretende la suerte de nuestra civilización. ¿Habrá
que echarle la culpa a alguien? Quizá ya no es el
escarnio, la venganza, la que debiera guiarnos. Ya ha
sido suficiente de eso. Nos hemos enfrentado demasiado
entre nosotros y con nosotros mismos. Los atentados
contra los tesoros de la civilización occidental son
destrozos que se toman venganza en nosotros. No son
tiempos de recetas, entonces, pero me temo, sí de porfía
contrarrevolucionaria. Por de pronto, una actitud
porfiada, abiertamente rebelde en los términos
camusianos nos pudiese salvar. Esa actitud tiene mucho
de postura política, pero, finalmente, trascendente. De
este modo, se puede seguir un camino, una indagación
particular que devele lo que parece debe ser rescatado
para las próximas generaciones y así averiguar qué
valores, qué canon moral debiese primar en nuestros
jóvenes, quienes han de ser, en definitiva, los próximos
líderes que tendrán que enfrentar muchos de los desa-
fíos que se nos vienen encima.
Quisiera ilustrarlo a través del
sendero que recorrieron los
jóvenes en Chile tras la vuelta a la
democracia, analizado en alguna
parte de mi libro: “Girar a la
derecha” (2021), pero que viene a
cuento aquí también.
Es de muchos intelectuales
entendido, que el triunfo del
actual presidente Gabriel Boric en
Chile representa la consumación
de un proceso que comenzó allá
por 2006. Hasta ese entonces, los
jóvenes espetaban un seco “no
estoy ni ahí” o, en otros términos,
un “no me interesa”. Pasaban,
como se dice, de la política. Sin
embargo, ese año iniciaron las
protestas estudiantiles a raíz del
aumento en el costo del pasaje
escolar. Para entonces, los
primeros atisbos insurreccionales
nihilistas no se hicieron esperar y
un nuevo protagonista aparecía en
la escena pública de la supuesta
consumada transición a la
democracia: los jóvenes. Y no es
que los púberes hayan estado
siempre a la vera de los tránsitos
grandilocuentes de la política o no
hayan sido utilizados, hasta el
hartazgo, por cuadros políticos,
especialmente de izquierda, sino
que, justamente, ellos son los
principales elementos, los
engranajes del proceso
revolucionario en ciernes. Son
ellos los alimentados en el
sempiterno resentimiento moral
que ya identificaba Scheler como
gravitante en la configuración
social. Son esos jóvenes imberbes,
con pocas lecciones y muchos
slogan los que comenzaron una
andanada contra la autoridad y
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comentarista
Los conceptos de libertad e igualdad fueron estudiados y
desarrollados acuciosamente por el filósofo Norberto
Bobbio. A su juicio, libertad e igualdad son los
fundamentos de la democracia. De esta manera, se parte
del supuesto según el cual todo individuo debe ser libre
en cuanto es una singularidad única, y en cuanto ser
social, debe estar en una relación de igualdad frente a
los demás. Una sociedad totalmente libre e igualitaria es
una utopía que no destruye un aserto fundamental: en
una democracia los individuos son más libres e iguales
que en cualquier otra forma de convivencia. Sin
embargo, hay límites a estos derechos, y cuando hay
excepciones, éstas deben ser justificadas.
Para Bobbio, una relación de igualdad es un fin deseable
en la medida en que se considere justa; la igualdad, en sí
misma, sólo es un valor cuando es necesario. De esta
manera, lo que realmente es deseable es el fomento de
la libertad y la justicia. Para saber si la igualdad es una
opción necesaria y justa, primero debemos analizar qué
criterios se deben establecer, ya sea de mérito, de
capacidad o de esfuerzo, que se aplicarán en las distintas
situaciones, para una vacante de empleo, por ejemplo, o
una promoción en el trabajo, una beca, un campeonato,
entre otros.
Licenciada Maysa Pereira R.
En cuanto a la igualdad de
oportunidades, se sabe que los
individuos no parten de puntos
equidistantes unos de otros, por
lo que no existe igualdad de
condiciones para lograr un
determinado objetivo. Respecto a
la educación, por ejemplo, cabe
preguntarse si el acceso gratuito a
las escuelas es condición
suficiente para aminorar los
efectos de la desigualdad, o tal
vez se requiera igualar las
condiciones en las que viven cada
uno de los alumnos. En este caso,
es necesario favorecer a quienes
tienen menos recursos para que
tengan el mismo acceso a la
educación que los demás, es decir,
utilizar una medida de desigualdad
como instrumento de igualdad.
Cuando se trata de libertad, se
espera que los individuos puedan
ejercer esa libertad, es decir, las
condiciones para cambiar de
trabajo cuando no están
satisfechos, mudarse de casa,
estructurar su propia vida,
estructurar su propio
conocimiento y pensamiento, y
exponer sus ideas de acuerdo con
lo que creen que es más justo. Por
otro lado, es importante destacar
que, en la convivencia en
sociedad, los individuos deben
limitar sus libertades para no
vulnerar los derechos de los
demás individuos, siendo este
límite impuesto por la ley o
incluso por la moral y la religión.
Por su parte, el filósofo y
economista Amartya Sen,
presenta la expansión de las
libertades reales a partir del au -
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contra el enemigo a quien endilgaban todas las culpas de
los males de la sociedad: el demonizado capitalismo. Era
entonces, según ellos, el ánimo de lucro o las lógicas
materialistas de explotación propias del sistema las que
motivaban la poca preocupación por parte del Gobierno
en resolver el problema educacional. La imagen de María
Música, hasta ese entonces, una joven dirigente
estudiantil, vertiendo un jarro de agua contra la Ministra
de Educación, Mónica Jiménez, es el símbolo inequívoco
del cambio de lógica contra la autoridad y todos los
márgenes de sentido que anhelamos por perdidos. Y
entonces, Axel Kaiser, un conocido intelectual público en
nuestro país, predijo lo irremediable: Chile iba hacia el
fracaso. Tras la oferta presidencial de conformar una
mesa de trabajo conjunta con varios personeros
interesados en el asunto educativo, en la cual se colocó
de igual a igual a expertos en educación y dirigentes
estudiantiles, los estudiantes se bajaron de la instancia y
siguieron con las movilizaciones hasta que el movimiento
se desgastó. No obstante, aquello, la semilla
revolucionaria juvenil que buscaba mayor presencia del
Estado, refractaria a la riqueza –aunque solo en el
nombre-, guiada o solventada por una élite corrupta y
tendiente al despilfarro, ya daba sus primeros brotes. La
llegada al gobierno de Sebastián Piñera en su primer
período (2010 – 2014), no pareció cambiar mucho el
orden del juego que se venía dando. Tras un 2011
convulso por las movilizaciones estudiantiles que
seguían el dictamen revolucionario de cambiar el para-
digma de desarrollo, los jóvenes
siguieron marcando la pauta y,
para 2013, se abrirían “las grandes
alamedas”, según el diagnóstico
conjunto de Fernando Atria y Cía.
sobre la necesidad de cambiar el
modelo capitalista neoliberal a
uno de “lo público”. Entonces,
llegó nuevamente a puerto la ex
presidenta Michelle Bachelet para
un nuevo período presidencial
(2014-2018), quien, dentro de su
agenda, proponía varias reformas
estructurales al modelo
imperante, entre las cuales se
encontraba un reciente interés,
supuestamente popular y, por
supuesto, muy en los lineamientos
juveniles, en cambiar nuevamente
la Constitución. Como aparente
fruto de los cabildos ciudadanos
propuestos durante el gobierno de
esta última, es que se envió, antes
de expirar su mandato, una
propuesta de reforma
constitucional que cambiaría
totalmente las lógicas
institucionales actuales y que
quedó dormida en los sótanos del
Congreso mientras se colocaba la
piocha presidencial nuevamente
Sebastián Piñera. Por supuesto, lo
que sigue es historia sabida. El ex
presidente Piñera no supo
enfrentar la insurrección
anarquista y juvenil de izquierda
de 2019. Bajo pretexto de
reclamar por los abusos cometidos
durante 30 años, los desórdenes
violentos y destructivos se
masificaron por todo el país. La
juventud, en especial, salió a las
calles a quemar edificios y
estaciones de metro, saquear
supermercados o impedir el libre
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lo fuerte y arriesgado, capaz de resolución y respetuoso
de la tradición y el trayecto histórico que nos llevó a
nuestro mejor pasar en Chile y el mundo, el que puede
ayudar a un necesario aprendizaje de qué debemos
sustentar como canon moral, necesario para enfrentar la
Nada y desembarazarse de la culpa que nos subyuga
todos los días. Solo ese perfil de hombres puede
significar la salvación. No hay otro remedio que levantar
las banderas de la moral objetiva, concreta, evidente al
que quiera usar su intuición y sujete su actuar a la lógica
y a los argumentos que la robustecen. En definitiva,
jóvenes, solo espero, atiendan a la vocación que les
depara el destino y estén, como ya dijo Ortega, a la
altura de su misión histórica.
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tránsito. La represión se vio necesaria, aunque no hubo
capacidad de decisión para llevarlo hasta sus últimas
consecuencias. Ante el contexto de crisis, el Congreso,
con anuencia presidencial, dio un vuelco inédito en
nuestra historia y decidió el 15 de noviembre de 2019
acordar una reforma constitucional que implicaba llamar
a un plebiscito para decidir si se cambiaría la
Constitución en su totalidad mediante una Convención
Constitucional, entregando así su poder constituyente a
otra instancia, o si reformaban aquellos aspectos más
polémicos de dicha fuente del derecho, en línea con las
demandas del momento. Ganó la opción “Apruebo una
Nueva Constitución” y hoy estamos a las puertas de la
confirmación de una carta fundamental, probablemente,
con un cambio de paradigma o lógicas tan radicales
como la propuesta por Bachelet.
Habida cuenta del cambio de ciclo atestiguado en mi
país, que se traduce en un estatismo cada vez más
acucioso, en que la política vuelve a tomarse esferas
privadas, y en que las lógicas institucionales buscan
cambiarse totalmente, podemos analizar ya, brevemente,
el perfil psicológico moral del hombre actual que nos
tiene hoy ante una situación de tanta pesadumbre y sin
armas intelectuales para enfrentar este cambio tan
poderoso de ideas y que develaría, sin dudas, los valores
que los jóvenes de hoy y del futuro en Hispanoamérica
necesitan resguardar. El problema presente es que el
hombre de hoy apesta a culpa. Podemos explicar esta
situación acompañándonos del análisis filosófico de
Nietzsche, quien aseveraría que existen dos tipos psico-
cológicos morales, basados en la
situación moral en la que se
encuentran los antiguos “señores”
y los “esclavos o siervos”. Los
primeros significan los términos
“bueno – malo” en el binomio
“nobleza – despreciable”. Es así
como, en un acto de
autoafirmación admirable, los
señores valoran sobre todo lo
superior o altivo, lo fuerte, lo
dominador, que se traduce en una
fe inquebrantable en sí mismos y
en la expansión de su Yo en el
mundo. La imposición de lo que
piensan o valoran más es lo que
consideran “bueno” y, en esa
medida, todo aquello que resulte
obstaculizador para dichos fines
resulta ser “malo”. Por
consiguiente, todo lo bajo, lo
débil, lo compasivo, lo servicial,
en definitiva, lo igualitario, es
condenable. El proceso
transformador de los valores
propiciado, según el filósofo
alemán, por el cristianismo
(aunque yo no estoy para nada de
acuerdo con esta aseveración)
estaría en trastocar en valioso
justamente los valores de los
esclavos. La transformación
ideológica estaría en justamente
valorar lo que representa lo
menor, lo bajo y estéril, en
desmedro de aquellos valores que
sirvieron a la reafirmación de la
voluntad poderosa de los señores.
En el proceso se instala entonces
la culpa, en las mentes de aquellos
que, una vez siendo señores, se
ven ahora expuestos al escrutinio
de la nueva moral. Sumado a lo
anterior, podemos ir más allá, al
ver que son estos mismos culpo-
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sos los que crían a sus descendientes, a los jóvenes, con
la misma debilidad psicológica, rasgo inequívoco de las
nuevas generaciones. Cuando el psicólogo canadiense
Jordan Peterson recomienda “No permitas que tus hijos
hagan cosas que detestes”, nos llama a ser responsables
de no traspasar nuestras culpas y otros trastornos a las
siguientes generaciones. Para ejemplificarlo, el psicólogo
describe a la perfección un cuadro más que habitual en
nuestras vidas: la eterna lucha por alimentar a nuestra
descendencia. Mientras su mujer lloraba por no aguantar
el proceso de lucha que tuvo que llevar a cabo Peterson
para alimentar al hijo de una pareja amiga, él,
sabiamente, aplicó la autoridad necesaria para que el
niño se alimentara, sin dejar de lado, por cierto, el
decirle que era un buen niño, a pesar de todo. Esa misma
reluctancia a la autoridad, esa aversión a introducir
orden en el caos, tal como aseveraría el mismo psicólogo
ya mencionado, es lo que hoy nos tiene con
generaciones de "hombres masas", diría Ortega y Gasset,
que desprecian lo ordenado, lo bello, lo fuerte, lo
dominador, o todo lo que refulge como parte de una vida
noble. El mismo filósofo español estimaría el peligro que
ha conllevado la instalación de este tipo psicológico al
mando de los destinos de las sociedades. Sus versiones
fascistas y sindicalistas (socialistas) serían las más
desastrosas y su demanda de igualdad, incontrolable.
Especialmente, cuando esta agenda psicológico valórica
adquiere mayor repercusión pública en la prensa,
colegios y universidades. No otra es la queja de
Jonathan Haidt y Greg Lukianoff. Es este perfil de jóve-
venes que inunda las
universidades norteamericanas, y
las del mundo entero, dispuestos
a la funa y a la opresión
“moralmente justificada”,
tendientes a la debilidad y a
sentirse ofendidos, los criados por
aquellos que, culposos, no
quisieron fomentar la autoridad,
ellos son, al final, los nuevos
paladines de la revolución, los
Marat, Robespierre, Castros y
Guevaras dispuestos a todo por
instalar la supuesta justicia, tal
como el Quijote, a como dé lugar.
Esta es, aunque no se crea, la
imagen psicológica-moral que
abunda en los adultos y
en los jóvenes y que predispuso, a
los primeros, a no tener la valentía
y capacidad necesarias para
enfrentar la revolución juvenil de
los segundos, aún en marcha.
Entonces, ¿Qué valores
contrarrevolucionarios debe
sustentar la juventud
hispanoamericana de aquí en
adelante? ¿Será suficiente la
experiencia de un país en
particular que hoy se encuentra
abrazando posturas suicidas, sin el
valor de enfrentar su propia
destrucción y aplaudiendo la
instauración, nuevamente, de otro
régimen totalitario o, al menos,
autoritario y, por lo mismo,
liberticida? Me parece a mí que,
ante el cambio de ciclo ya
mencionado hacia un estatismo
nihilista y autoritario más
pronunciado, es sólo el perfil
psicológico – moral de un sujeto
que valore la entereza moral de
una voluntad egoísta pero
razonable, que fomente la belleza,
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