2. El Guardia se puso de pie
y quedó delante de DIOS,
listo para la última inspección,
presentándose con sus armas,
la hebilla del cinto y
sus distintivos relucientes,
sus insignias impecables.
6. El Guardia, cabizbajo, responde:
- ¡No, SEÑOR! Quienes portamos este uniforme, no
siempre podemos.
7. La mayoría de los domingos cumplía alguna
obligación del servicio y no iba a la iglesia, Señor.
8. He hablado
de modo impuro
y muchas veces
fui violento.
¡Entienda, Señor,
mi mundo es muy duro!
9. Siempre auxilié
a todos los heridos,
ayudé a los que se
encontraban desprotegidos y
no permití
injusticia alguna en la calle,
aunque por ello pusiera
mi vida en peligro.
Y cuando más y mejor
cumplía con mi deber,
más me alejaba
de mi familia.
10. Señor: lloré por muchas
cosas, por problemas
que no eran míos,
por compañeros
que lo dieron todo por mí, y
que por desgracia
ahora ya no puedo ver.
También lloré
por impotencia, dolor
y rabia contenida.
Siempre quise un mundo sin
guerra, sin terrorismo, sin
injusticias,
sin delincuencia…
¡He vivido contra ello
a diario, y sé lo que son!
11. Cometí errores y sé bien que muchos,
jamás me quisieron tener cerca…
¡salvo cuando sufrían algún problema y que yo, incondicionalmente,
me presentaba para ayudarlos!
Para mí, era mi deber y mi única forma de vivir.
12. Si hubiera un lugar para mí, lo agradezco.
Lujo no preciso.
Y, en caso que no haya…, sabré entender.
¡Señor, no le pido nada para mí!
13. Le pido para ellos, porque cualquiera sea su decisión, Señor,
sí le suplico que vigile con cariño y cuidado
a aquellos que dejé allá: a mis padres,
a toda mi gente a la que quiero y a mis compañeros,
porque yo ya no estaré con ellos y no los podré proteger.
16. -Tu cuerpo me sirvió con alma y corazón.
Has cumplido con lo que mi Hijo dijo:
“¡No hay amor más grande que el de aquél que
da la vida por su prójimo!”
17.
18. Fuiste grande y fuerte porque fuiste fiel
al juramento que empeñaste.
Por eso, como valiente luchaste
y como héroe has muerto.
Por la patria vivir fue tu destino,
querer a España tu pasión eterna.
Servir a los demás, tu vocación.
¡No pudiste servir con más grandeza!
¡No quisiste andar otro camino!
¡No supiste morir de otra manera!
19. ¡El Infierno
fue tu misión y ya la
has cumplido!
¡Ve y anda en paz
por mi Reino!
20.
21. DEDICADO
A TODOS LOS COMPAÑEROS
QUE YA NO ESTÁN ENTRE NOSOTROS,
Y A TODOS LOS QUE VISTEN UNIFORME,
CUYA VOCACIÓN DE SERVICIO
ES EL SENTIDO DE SUS ACCIONES
Y SU ÚNICA FORMA DE VIVIR.
¡QUE DIOS LOS PROTEJA!