1. Crítica Literaria y Teoría Cultural
• Disciplinas académicas que nacen de la singularidad propia
del lenguaje literario y de las obras literarias, que son
diferentes a otras manifestaciones del lenguaje escrito
(periodismo, tratados históricos o científicos, etc.).
• Quizá lo más distintivo de las obras literarias tiene que ver
con lo que Roman Jakobson, al explicar las seis funciones del
lenguaje, llamaba función estética.
• Esas seis funciones eran las correspondientes a los seis
componentes de todo acto de comunicación: 1) emisor, 2)
receptor, 3) mensaje, 4) código lingüístico, 5) contexto, 6)
canal de contacto.
2. • Esas correspondencias eran: 1) Emisor-función emotiva; 2)
receptor: función apelativa; 3) mensaje: función estética; 4)
código lingüístico: función metalingüística; 5) contexto:
función referencial y 6) canal de contacto: función fática.
• Lo normal es que en cada tipo de discurso o acto
comunicativo domine una de esas funciones, y que algunas o
varias de las restantes estén también presentes. (Ej. poder
emotivo de un buen poema).
• Desde este punto de vista, la literatura en general y cada
obra literaria en particular, puede definirse como un acto
comunicativo realizado a través del lenguaje escrito y donde
el énfasis del emisor está puesto en la forma de presentar el
mensaje haciendo que su lenguaje sea de alguna forma
singular y único.
• Esto no significa que el contenido del mensaje (su función
referencial) o el resto de las funciones queden
completamente relegadas. Con cierta frecuencia son también
funciones claramente visibles en ese acto comunicativo.
3. • Simplificando un poco, esas diferentes escuelas y teorías pueden
agruparse en dos tendencias principales: 1) las inmanentistas y 2) las
que podríamos llamar trascendentalistas o contextuales. Idealmente, un
buen crítico literario debe saber manejar ambas lecturas, ya que las dos
son igualmente enriquecedoras y necesarias, pues la literatura es tanto
una forma y una técnica como un mensaje con conexiones con
elementos exteriores a él mismo.
• Las inmanentistas son aquellas que se centran en la construcción del
texto literario en sí, a partir de los elementos procedentes de los
diferentes niveles lingüísticos, o de su concepción del funcionamiento
del lenguaje humano. Ejemplos: formalismo
ruso, retórica, estructuralismo, estilística, semiología.
• Las trascendentalistas o contextuales son las que intentan explicar la
literatura desde posicionamientos externos al texto literario, bien sea
desde la biografía del autor, desde el contexto sociopolítico o
económico, etc. Ejemplos: interpretación
psicoanalítica, feminismo, estudios culturales, historia de la
literatura, teoría de la recepción, etc.
• Otra clasificación posible seguiría más de cerca el esquema de
Jakobson: Emisor-Romántica Humanística; Receptor-Estética de la
recepción; Contexto-Marxista; Texto-Formalista; Código-Estructuralista.
4. • En resumen, estas escuelas y grupos críticos lo que han hecho ha sido
interpretar la literatura desde diferentes perspectivas, prestando
atención preferente a una o varias de sus dimensiones.
• Las ventajas de esas interpretaciones es que han servido para conocer
más a fondo el fenómeno literario y que, tomadas en su conjunto, dan
una visión de la literatura mucho más rica y compleja de la que tienen
los lectores o el público que podemos llamar profano o no
especializado.
• Las desventajas o confusiones ocurren porque muchas veces esas
interpretaciones se presentan a sí mismas como definitivas o
excluyentes y olvidan la visión de conjunto. Otra de las limitaciones es
su dependencia de las filosofías y cosmovisiones de su momento
histórico, que las hacen fácilmente obsoletas con el paso del tiempo (ej.
estilística, marxismo, ¿feminismo?), o que las llevan a despreciar las
aportaciones de escuelas anteriores o diferentes. También su
multiplicidad crea cierto escepticismo hacia ellas, hasta el punto de
hablarse de un “final de la teoría literaria.”
• En cualquier caso esa obsolescencia no significa que sus aportaciones
no puedan o deban ser tenidas en cuenta, y lo más habitual, a pesar de
sus limitaciones, es que todas esas interpretaciones hayan hecho
contribuciones serias y permanentes.
5. • El hecho de que todos esos ejemplos pertenezcan a la crítica
literaria-teoría cultural de finales de los siglos XIX y XX-XX, ha
hecho olvidar a menudo que en los siglos anteriores ya se
desarrollaron interpretaciones de la literatura y conceptos
teóricos de gran trascendencia y utilidad hermenéutica.
• Entre esas lecturas, aquí vamos a prestar especial atención a
Platón y sus teorías sobre la inspiración poética, a Aristóteles y
su concepto de mímesis,, a la preceptiva clásica de Horacio y
Boileau, y a las teorías literarias del
Romanticismo, especialmente del alemán.
6. • Platón (427-347 a.C.):
• No escribió ningún tratado propiamente de crítica literaria, pero
en sus obras aparecen bastantes reflexiones sobre el uso del
lenguaje en la literatura y en la vida pública.
• La mayor parte de los escritos de Platón son “diálogos”, y suelen
llevar como título el nombre de uno de los interlocutores. En esos
diálogos esos interlocutores intercambian opiniones sobre
diferentes temas. Platón suele „esconderse‟ detrás de uno de
esos personajes. Los títulos más relevantes para entender su
crítica literaria son La República e Ión, aunque también deben
tenerse en cuenta otros como Fedro, Cratilo, Protágoras, etc.
• “Platón no considera a la Literatura como un arte independiente
y autónomo (como haría más tarde Aristóteles), sino que la
concibe íntimamente unida a la música y dependiente de ella.
Sus juicios sobre la Literatura no parten de planteamientos
estéticos, sino éticos, por lo que su visión de la Literatura es muy
negativa.”
7. • “En su diálogo sobre la República señala que la poesía está en
contradicción con las exigencias de la moral: es germen de
falsedades, carece de seriedad y posee un sospechoso poder de
«encantamiento». Ni el contenido ni la expresión de la obra literaria se
atienen a la verdad: de ahí su poder corruptor. Por eso, expulsa a los
poetas de su «ciudad ideal» y exige de los gobernantes un control (a
modo de «censura»)”
• “A pesar de que en el Cratilo realiza interesantes comentarios sobre la
lengua, Platón apenas dedica atención al funcionamiento de los
mecanismos lingüísticos en la obra literaria. Obsesionado con alcanzar
la Verdad, le interesa algo más el contenido de la obra literaria que su
expresión, a la que rechaza por las «mentiras» que propone, sobre todo
en el caso de las imágenes poéticas.”
• “Aunque él mismo comentó algunos textos literarios, se mostró en
desacuerdo con algunos métodos de crítica literaria, sobre todo los que
se dedicaban a la explicación de textos poéticos. Platón considera que
la ambigüedad de estos textos es tan grande que sólo podrían ser
interpretados correctamente por su propio autor.”
8. • “La teoría de la inspiración es la primera que utiliza Platón para explicar
el origen de la creación literaria. Según esta teoría, la creación poética
no depende de conocimientos o saberes adquiridos por el poeta, sino
que surge de una intervención divina: se trata de un don gratuito que
recibe el poeta.
• Del Ion: “los poetas pronuncian estas palabras no a causa de sus
propios talentos, sino por un poder divino. Esto es así porque si se
debiera a su propio talento, los poetas podrían hablar bien de cualquier
tema. Por eso es por lo que el dios (daemon: dios, genio, demonio) les
libera de su razón y les usa como ministros, de la misma manera que
usa a los adivinos y a los profetas para que quien les escucha se dé
cuenta de que quien pronuncia esas palabras tan valiosas no son
ellos, pues su razón no interviene, sino que es ese dios (daemon) quien
realmente habla y se dirige a nosotros a través de ellos.
• Sin embargo, en el Cratilo y, sobre todo, en la República, Platón indica
que la obra literaria nace a partir de la mimesis (imitación) de la
realidad. Se trata, a su juicio, de un procedimiento inferior a la
inspiración, puesto que la reproducción o copia de un modelo siempre
resultará imperfecta.
9. • “Platón se vale de ambos conceptos (inspiración y mimesis) para
esbozar una clasificación de los géneros literarios. En el
Libro III de la República y en el Libro III de las Leyes, establece
una triple división: 1) Género exclusivamente
mimético: dramático (tragedia y comedia); 2) Género proveniente
de la inspiración: ditirambo; 3) Género mixto (inspiración y
mimesis): epopeya.
10. • Aristóteles (384-322 a. C.): (Cervantesvirtual.com) :
• “Aristóteles es el primer autor occidental que concede autonomía a la
Poesía (Literatura), al definirla como manifestación artística que se
diferencia de otras -música, pintura...- por el instrumento peculiar que
emplea en sus creaciones: la lengua.”
• “En líneas generales, puede afirmarse que la Poética es un curso que
impartió Aristóteles sobre el «arte de la palabra» (lo que entonces se
llamaba poesía y hoy denominamos literatura)”.
• “Las ideas aristotélicas más importantes sobre Literatura pueden
resumirse en los puntos siguientes: 1) La Poesía, como todo arte, es
«imitación» (mímesis). 2) Usa la lengua de una manera peculiar. 3)
Tiene unas pautas específicas de composición.”
• “La mímesis -que Aristóteles considera el origen de toda actividad
artística- tiene, a su juicio, dos causas: 1) la tendencia, connatural a
todo ser humano, a imitar, y 2) el gusto y el aprendizaje que se
experimenta al reconocer lo imitado.”
• La función de la mímesis es la representación de una acción completa y
unificada, que conste de principio, medio y final, y que cuyas partes
estén unidas por relaciones de causa y efecto.
11. • “Para Aristóteles, la imitación de la realidad que lleva a cabo la
creación artística no es en modo alguno un calco total, sino una
aproximación, una recreación «verosímil». Para ilustrar este
concepto de verosimilitud señala la diferencia que hay entre el
historiador y el poeta. Mientras el primero -afirma- está obligado
a reproducir los hechos tal como han ocurrido, el poeta expone
en sus obras lo que podría ocurrir o lo que podría haber
ocurrido, es decir, lo verosímil o «creíble», no lo «verdadero»”.
• “Frente a Platón que, desde un supuesto ético, condenaba la
poesía porque no se ajustaba a la verdad, Aristóteles resuelve el
conflicto adoptando un planteamiento estético al distinguir entre
«lo verdadero» y «lo verosímil»: esta última es la categoría
artística por excelencia.”
• “En Aristóteles, otro concepto clave es el de catarsis, que sería
un efecto psicosomático que aúna la «compasión» y el «temor» y
que, en el ámbito literario, cumple una importante función: «El
espectador, o el lector, queda integrado, en esta concepción de
la catarsis, en el conjunto de la comunicación literaria y forma
parte activa del proceso de comunicación de la tragedia».”
12. • Aristóteles hace varias clasificaciones de los géneros literarios.
Las más interesantes son la que usa como criterio el objeto de
imitación, y la que usa como criterio el modo de imitación:
• a) “según el «objeto»: todas las obras «imitan» acciones
humanas, pero en unos casos (en la epopeya y en la tragedia)
se imitan acciones nobles de los hombres mejores, mientras que
en otros (la comedia) se representan acciones risibles que
protagoniza gente de baja condición.”
• b) “según el «modo»: atendiendo a la forma de
imitación, Aristóteles distingue entre «modo narrativo» (cuando
se cuentan las acciones de los hombres, como en la epopeya) y
«modo dramático» (cuando las acciones son representadas y
asumidas por otros hombres, tal como ocurre en la tragedia y en
la comedia).”
• c) “su opinión sobre la lírica es más confusa, pues en su tiempo
la lírica era sobre todo oral y musical, diferencia de la épica y la
dramática, que eran escritas. Sin embargo, en algunos
momentos también las considera formas de mímesis.”
13. • En cuanto a la lengua literaria, para Aristóteles “supone una
especie de «desvío» de una norma lingüística. En este
sentido, Aristóteles considera que la lengua literaria no es sino
un «uso especial» de una lengua, y lleva a cabo un proceso de
«selección» entre las posibilidades que ofrece.
• Igual que en otros momentos de sus propuestas
filosóficas, Aristóteles aplica en esta cuestión la teoría del
equilibrio entre dos extremos: así, opina que la lengua literaria
debe tener dos cualidades esenciales: la claridad (sin que esto
signifique caer en un uso bajo o coloquial) y la elegancia (que
excluye la expresión oscura e incomprensible).”
14. • Horacio (65-8 a. C.) (Cervantes virtual)
• Las doctrinas poéticas de Horacio están recogidas en su Epístola a los
Pisones (también conocida como Arte Poética), breve tratado que
consta de cuatrocientos ochenta versos, elaborado probablemente
entre los años 23-13 a. C. Después de la Poética de Aristóteles es el
texto de la Antigüedad grecolatina que merece mayor atención en la
teoría literaria actual.
• El rasgo predominante de esta Epístola horaciana es la preocupación
por el decorum como criterio general de valoración poética y que se
traduce en la búsqueda del equilibrio -de la armonía- no sólo en la
elaboración de cada obra literaria (adecuación de métrica y estilo según
el género, caracteres de los personajes...), sino sobre las cuestiones
fundamentales que definen la creación literaria. Este concepto -ya
empleado por los sofistas y por Sócrates- está directamente
relacionado con el de «verosimilitud», que aparece en la obra horaciana
a propósito de otras cuestiones.
15. • Las dualidades horacianas o Tópica mayor:
• Con esta denominación se conocen algunos planteamientos
teóricos que desarrolla Horacio en su Poética en forma de
dicotomías, que serían ampliamente recogidos por las
preceptivas literarias especialmente durante los
siglos XVI, XVII y XVIII:
• a) Ingenium / Ars: acerca de la discusión sobre si el poeta ha de
poseer unas cualidades innatas o si, por el contrario, debe
conocer las técnicas adecuadas. Horacio opta por ambas
propuestas.
• b) Docere / Delectare: acerca de la finalidad o de la utilidad de la
poesía. Horacio concluye que la poesía puede
servir, indistintamente, para enseñar, para deleitar o para ambos
fines a la vez.
• c) Res / Verba: acerca de qué importa más en una obra
literaria, contenido o expresión. Horacio mantiene el valor de
ambos, aunque admite que, en ocasiones, uno de ellos
predomina sobre el otro.
16. • Sobre los géneros
• Horacio no plantea en su obra una teoría original sobre los
géneros, sino que sigue las pautas griegas, especialmente las
que marca Aristóteles en su Poética. De hecho, los versos
dedicados a los géneros concluyen con una breve historia de los
géneros literarios en Grecia y aconseja que se tomen como
modelos.
• Horacio distingue dos modalidades fundamentales: «géneros
dramáticos» y «géneros no dramáticos». En la línea
aristotélica, presta mayor atención a la primera, aunque a las
clases de género dramático planteadas por Aristóteles (tragedia
y comedia), Horacio añade una tercera modalidad: el «drama
satírico», forma intermedia entre tragedia y comedia.
• Dentro de los géneros no dramáticos, distingue entre diversos
tipos según el tema que traten o el metro que empleen; así, la
épica está compuesta en hexámetros, la elegía mezcla distintos
tipos de verso, mediante los yambos puede expresarse la
furia, la lírica seduce con su canto...
17. • La Poética horaciana es uno de los textos clásicos más
conocidos e influyentes a lo largo de la Historia: ya durante la
Edad Media era citado por san Isidoro. Durante el Renacimiento
alcanzó gran difusión, e incluso sirvió en gran medida para dar a
conocer las ideas teórico-literarias de Aristóteles. Gracias a la
atención que le prestó Nicolás Boileau, logró convertirse en la
principal referencia de las poéticas dieciochescas.
• Nicolas de Boileau (1636-1671)
• La obra que posteriormente mejor recoge el espíritu clasicista de
Aristóteles y Horacio es el Arte Poética de Nicolás Boileau
(1674). En ella se defienden, de forma estricta: la pureza de la
lengua francesa, la necesidad de una versificación
rígida, creencia en una belleza absoluta, eterna e inmutable que
reside en el ideal clásico, así como un mayor interés por la forma
de la obra literaria que por su contenido. El Arte Poética fue muy
traducida y ejerció una considerable influencia en otros países a
lo largo del siglo XVIII.