La arquitectura colonial en Latinoamérica se caracterizó por construcciones sobrias y sencillas de estilo religioso, civil o militar con puertas y ventanas dependiendo del tamaño. Las características incluyen patios centrales, zaguanes, aleros, plantas rectangulares, jardines internos, paredes altas y elementos ornamentales modestos. Las viviendas coloniales se construyeron desde el siglo XV hasta mediados del siglo XX y podían ser urbanas de 1 o 2 pisos o rurales en el campo.