2. 1. Todo hombre, por naturaleza, desea saber; pero,
¿de qué vale la ciencia sin el temor de Dios?
Ciertamente el humilde campesino que sirve a Dios
es mejor que el soberbio filósofo que, desatendiendo
a sí mismo, investiga el curso de los astros. El que se
conoce bien a sí mismo se considera de poco o
ningún valor, y no se deleita en alabanzas humanas.
Si yo supiera todo lo que existe en el mundo y no
estuviera en la caridad, ¿de qué me serviría delante
de Dios, quien me juzgará según lo obrado?
3. 2. No te inquietes con un excesivo deseo de saber,
porque allí se encuentra un gran extravío y
desengaño. Los que saben gustan ser considerados y
declarados como sabios. Muchas son las cosas cuyo
conocimiento poco o nada beneficia al alma; y muy
necio es el que se dedica a cosas que no son las que
conducen a su salvación. Las muchas palabras no
sacian el alma; mientras que una vida buena
reconforta la mente, y una conciencia pura
proporciona una gran confianza en Dios.
4. 3. Cuanto más y mejor sabes, tanto más severamente
serás juzgado, si no vivirás santamente. Por eso, no te
enorgullezcas por el mucho arte o la mucha ciencia,
sino más bien teme por el conocimiento que se te ha
dado. Si te parece que sabes mucho y que entiendes
muy bien, ten por cierto que es mucho más lo que
ignoras. “No te enorgullezcas” (Rom 11,20), sino más
bien confiesa tu ignorancia. ¿Por qué quieres
anteponerte a alguien, cuando hay muchos que son
más doctos que tú y más expertos en leyes? Si quieres
saber y aprender útilmente cosas profundas, ama
pasar desapercibido y ser considerado una nulidad.
5. 4. Ésta es la ciencia más profunda y más útil; el
verdadero conocimiento y desprecio de sí mismo.
Gran sabiduría y perfección es el tenerse a sí mismo
en nada y tener siempre un alto concepto de los
demás. Aunque veas a alguien pecar abiertamente o
perpetrar algo grave, aún así no debes estimarte
mejor, porque no sabes cuánto tiempo podrás
perseverar en el bien. Todos somos frágiles, pero tú a
nadie considerarás más frágil que a ti mismo.
FUENTE: IMITACIÓN DE CRISTO
6. EXAMÍNENLO TODO Y QUÉDENSE CON LO BUENO. CUÍDENSE
DEL MAL, DONDEQUIERA QUE LO ENCUENTREN.
1 TESALONICENSES 5:21-22
POR LO DEMÁS, HERMANOS, FÍJENSE EN TODO LO QUE
ENCUENTREN DE VERDADERO, DE NOBLE, DE JUSTO, DE
LIMPIO, EN TODO LO QUE ES HERMOSO Y HONRADO.
FÍJENSE EN CUANTO MERECE ADMIRACIÓN Y ALABANZA.
FILIPENSES 4:8
7. NOS PRESENTAMOS, PUES, COMO MENSAJEROS DE PARTE
DE CRISTO, COMO SI DIOS MISMO LES ROGARA POR
NUESTRA BOCA. Y DE PARTE DE CRISTO LES SUPLICAMOS:
“DÉJENSE RECONCILIAR CON DIOS”.
2 CORINTIOS 5:20
HÁGANME UN LUGAR EN SU CORAZÓN.
2 CORINTIOS 7:2