1. La verdadera sabiduría
El propósito de este escrito es hacer una breve comparación entre lo qué
es la sabiduría y la inteligencia para Dios y el significado que el mundo le
ha dado a estos dos términos. Para lograr lo anterior, vamos analizar
varios pasajes bíblicos que nos darán una clara perspectiva de lo que se
pretende estudiar.
“Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y
bueno para comer; también el árbol de vida en medio de huerto, y el
árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2:9)
Vemos en este pasaje cómo es que Dios creó la naturaleza en la que
habitaría también el hombre y entre esa instauración decidió poner el
árbol de la vida y el de la ciencia del bien y el mal, tal vez puso allí esos
árboles porque hasta ese momento Dios tenía una relación directa con el
hombre y entonces ese jardín donde Dios permitió que el hombre
habitase era como el cielo eterno. Con respecto a esto dijo Dios:
“mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17)
En este pasaje, Dios está dando un mandato al hombre diciéndole “No
comas de este árbol”, y también le declaró la consecuencia de no acatar
ese mandato advirtiéndole que “moriría”, entendiendo el significado de
morir como separarse, en este caso una separación entre Dios y el
hombre.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a
los ojos, y árbol codiciable para alanzar la sabiduría; y tomo de su fruto,
y comió; y dio también a su marido, el cual comió asó como ella.”
(Génesis 3:6)
Después de que la serpiente maligna (satanás) tentó a la mujer y la sedujo
para desobedecer a Dios, cambió la visión de las cosas para el ser
humano, eso lo llevó a revelarse contra Dios y a tomar su propio camino,
rechazando la relación de amor obediente con su Creador. La sabiduría se
convirtió en algo codiciable, pero la codicia no tenía cabida en la relación
de Dios con el hombre, por lo tanto, cuando la visión del hombre cambio y
se inclino al mal, eso le trajo una separación de Dios.
El árbol de la ciencia del bien y del mal (a los ojos del ser humano) era
codiciable para alcanzar la sabiduría y el hombre en su entendimiento
continua queriendo decidir él mismo lo que es el bien y lo que es el mal,
2. creando un código de valores propio (desobediencia) y eso le ha
mantenido separado de Dios. La Sagrada Escritura en el Nuevo
Testamento dice:
“en quien tenemos redención por su sangre (Jesús), el perdón de pecados
según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia,” (Efesios 1:7,8)
En el versículo anterior vemos que existe una correlación entre la gracia
– la sabiduría – y la inteligencia, dice que la gracia de Dios ha
sobreabundado en toda sabiduría e inteligencia para con los que desean
llevar una relación de obediencia en amor con Él. Pero antes de hablar
más acerca de esto, vamos a analizar de qué manera busca la sabiduría y
la inteligencia el hombre que rechaza la gracia de Dios y que por ende no
tiene una relación de obediencia con Él.
El significado de la inteligencia y la sabiduría para el hombre
¿Qué es la inteligencia para el hombre?
Ser mejor que los demás: en la sociedad actual impera un ambiente
de competencia en todo sentido, el ser humano tiende a competir
con los demás para demostrar que es el mejor, de esa manera al
cumplir su cometido, se hace a la idea de que es más inteligente que
otros.
Engañar a los demás: vemos como el mundo le da el merito de
inteligente a aquel hombre que en su astucia realizó un acto de
engaño, que se robó algo o que lo oculto y nadie se dio cuenta,
entonces las personas dicen “oh que ingenioso e inteligente, nadie
se dio cuenta de su engaño”
Tener más que los demás: la mente material se ha adueñado del
hombre, y ahora el énfasis y el fin común es la búsqueda de bienes
materiales, (sí él tiene esto, entonces yo también) incluso existen
corrientes filosóficas como “el darwinismo social” que proponen la
idea de que el hombre que tiene la capacidad de adaptación en la
sociedad es aquel que tiene el talento para producir más riqueza
que los demás, de tal manera que los que no tienen dicha capacidad
deben ser erradicados. Un ambiente de competencia impera en este
mundo.
Estas tres cosas que analizamos anteriormente podemos traducirlas de
la siguiente manera:
3. ¿Qué es la sabiduría para el hombre?
Saberlo todo: el ser humano tiende a querer saberlo todo, pretende
que de esa manera obtendrá la sabiduría, cuando logra obtener un
conocimiento nuevo acerca de algo, todavía no asimila ese
conocimiento cuando ya desea saber más y más, como una “gula de
conocimiento” insaciable.
No equivocarse: el temor a equivocarse a llevado al hombre a
codiciar aquel conocimiento que aun no posee, la mentalidad del
hombre que induce a pensar que equivocarse es sinónimo de
debilidad e incapacidad lo ha llevado a la soberbia, porque aun
cuando da cuenta de que está mal porque alguien más se lo hizo
saber, él quiere pensar lo contrario “yo estoy bien”.
Llenándose de conocimiento: el hombre quiere saber mucho,
llenarse de conceptos y términos, saber toda la teoría, pero se olvida
de la práctica; uno de mis hermanos acuñó un término a esta
actitud del hombre y llamó “bulimia religiosa” a ese afán por
llenarse de conocimiento y después írselo a vomitar a alguien que
esté dispuesto a escuchar hora tras hora tanta palabrería. El
hombre piensa que la sabiduría se obtiene a través del
acaparamiento de teoría referente cualquier tema.
Estas tres cosas que analizamos anteriormente podemos traducirlas de la
siguiente manera:
Ser mejor que los demás
Engañar a los demás IMPIEDAD
Tener más que los demás
Saberlo todo
No equivocarse DESEO MUNDANO
Llenarse de conocimiento
4. Después de haber mencionado algunas de las formas en las que el hombre
busca la sabiduría y la inteligencia, ahora vamos a analizar varios pasajes
bíblicos que hablan acerca de la diferencia entre la sabiduría de este
mundo y la que pertenece al Señor, comenzaremos en Tito 2:11-14 que
dice:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los
deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente”
La gracia que Dios ha hecho sobreabundar en toda sabiduría e
inteligencia y que ha sido manifestada a los que desean seguir al Señor, es
la que nos enseña a renunciar a la manera en la que el hombre
equivocadamente busca obtener la sabiduría y la inteligencia; nos enseña
a no querer ser mejor que los demás con un deseo perverso de
competencia, a no engañar a los demás, a no pensar que teniendo más
que los demás somos superiores, a no ambicionar saberlo todo (gula de
conocimiento), a no tener temor a equivocarnos (equivocarse trae
aprendizaje, pero no se trata tampoco de caer siempre en los mismos
errores), a no estar afanado en llenarnos de conocimiento todo el tiempo
(bulimia religiosa).
La sabiduría de este mundo
El Apóstol Pablo escribió continuamente acerca de este tema, y es que
desde tiempo antiguo la sabiduría de este mundo que da pie a filosofías
que se desvían del camino verdadero era pregonada por los paganos, sin
embargo Pablo manifestó lo siguiente: “Porque nuestra gloria es esta, el
testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de
Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos
hemos conducido en este mundo, y mucha más con vosotros” (1 Corintios
1:12) en este pasaje nos damos cuenta de la diferenciación que se hace con
respecto a las maneras existentes de conducirse en el mundo, una manera
es con la sabiduría humana que lleva a lo que anteriormente revisamos
(impiedad y deseos mundanos) cosas que no agradan a Dios y por lo tanto
eliminan toda posibilidad de agradarle y encontrar la verdad; la otra
manera es con sencillez y sinceridad de Dios, aspectos que tienen que ver
con parte de Su carácter bondadoso y que manifiestan al mismo tiempo
Su gracia, que como volveremos a mencionar es la que nos ha hecho
renunciar a los caminos por los que el hombre busca el conocimiento. El
mismo Pablo dijo que esas filosofías (las de la sabiduría humana) están
5. impregnadas de huecas sutilezas, están vacías, porque se rigen de
rudimentos mundanos conforme a tradiciones de este siglo y no conforme
a Cristo. (Colosenses 2:8)
En 1ra carta a los Corintios se habla acerca de lo que piensa Dios acerca de
los sabios de este mundo, que han maquinado perversas ideas enfocadas
en el egoísmo y en la perdición (aunque superficialmente no se alcance a
notar dicha intención), dice en capitulo 1 versículos del 19 al 25: “Pues
está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el
entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido
Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el
mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a
los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden
señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado (la cruz), para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura; mas para los llamados, así judío como griego,
Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios
es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los
hombres.”
Cosa extraña era para los filósofos de Atenas aquello que les predicó Pablo
(Hechos 17:18-21), así mismo en este tiempo, muchas personas que sin
siquiera saberlo se han conformado al pensamiento e ideas que tienen
como raíz la sabiduría de este mundo (filosóficas, educativas,
conductuales, económicas, salubres, etc.) consideran que es una locura
vivir como a Dios le agrada y por eso rechazan cualquier cosa que tenga
que ver con alinearse a la Voluntad del Señor, esto es, tomar su cruz cada
día y seguirle dejándolo todo atrás. Debido a esto las personas rigen sus
vidas con base en la sabiduría humana, y por estar cada vez más alejados
de Dios, se olvidan de: la sencillez, la sinceridad, la bondad, la
misericordia, el amor, la justicia, la paciencia, la sobriedad, la piedad,
cosas de las cuales se agrada Dios. De todas estas cosas se olvida el
hombre que se ha inmiscuido en las filosofías y corrientes de pensamiento
mundanas.
Sin embargo la Palabra de Dios advierte: “Nadie se engañe a sí mismo; si
alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante,
para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo
es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios
en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los
sabios, que son vanos”. (1 corintios 3:18-20) Cualquier corriente de
6. pensamiento humano es vana para Dios, y aunque esto pueda sonar
arrogante es la verdad. Sólo miremos con atención hacia donde se inclina
cada una de las teorías filosóficas, sociológicas y pedagógicas de este
mundo y descubriremos que están enfocadas en inculcarle al hombre una
mentalidad positivista, en la cual sólo tiene que creer en lo que se ve y se
puede palpar, rechazando aquella certeza de lo que se espera y la
convicción de lo que no se ve (la fe); todo esto es absurdo para el Señor (y
por eso lo rechazamos). El mismo Santiago en su epístola a las doce tribus
menciona que la sabiduría terrenal, la que no viene de lo alto, es animal y
diabólica. (Santiago 3:14-17)
La sabiduría que viene de lo alto
Ya hemos hablado acerca de la sabiduría de este mundo, ahora nos
enfocaremos en la verdadera sabiduría, en la sabiduría de Dios, pero
¿Cuál es está sabiduría? Primeramente vamos a leer de 1 Corintios 2:6,7
para darnos una idea de los principios que rigen a dicha sabiduría:
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado
madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo,
que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la
sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria,”
La verdadera sabiduría está oculta a los ojos de las personas que se han
conformado a los preceptos de este siglo corrupto, cuyas filosofías se han
empeñado en mantener cegados de la verdad a los seres humanos. El
conocimiento de la verdad que lleva a la sabiduría es un misterio para el
hombre carnal, un tesoro oculto que nunca encontrará, un conocimiento
que abarca cosas que no puede entender por la dureza de su corazón. En
Colosenses 2:2-4 dice que en Cristo están escondidos todos los tesoros de
la sabiduría y del conocimiento, por lo tanto, si una persona no
permanece en Cristo (1 Juan 2:6 y 3:6,24) no puede aspirar nunca a
obtener la verdadera sabiduría, como la obtuvo Justino Mártir después de
haber conocido tantas formas de pensamientos humano.
Podemos hacer un breve comparativo entre los principios que gobiernan a
cada una de las sabidurías de las que hemos hablado en este escrito:
7. Sabiduría de este mundo Sabiduría de Dios
Sé mejor que los demás Sé humilde y considera a los demás
como superiores a ti mismo
Engaña a los demás Habla la verdad con tu hermano en
todo momento
Ten más que los demás para que
seas superior
Teniendo sustento y abrigo ten
contentamiento
Es mejor que lo sepas todo (gula de
conocimiento)
Sí te crees sabio, mejor hazte
ignorante
No te equivoques porque eso es
incompetencia
Se fiel en lo poco, Dios te pondrá en
más
Llénate de conocimiento (bulimia
religiosa)
Oculta está la verdad a los sabios y
entendidos y es revelada a niños
Un pasaje muy conocido nos dice en qué lugar se encuentra esa sabiduría
e inteligencia que a los ojos del mundo son ocultas; veamos pues de que
habla este:
“Ciertamente la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde se refina. El
hierro se saca del polvo, Y de la piedra se funde el cobre. A las tinieblas
ponen término, Y examinan todo a la perfección, Las piedras que hay en
oscuridad y en sombra de muerte. Abren minas lejos de lo habitado, En
lugares olvidados, donde el pie no pasa. Son suspendidos y balanceados,
lejos de los demás hombres. De la tierra nace el pan, Y debajo de ella está
como convertida en fuego. Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus
polvos de oro. Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vio;
Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella. En el pedernal
puso su mano, Y trastornó de raíz los montes. De los peñascos cortó ríos,
Y sus ojos vieron todo lo preciado. Detuvo los ríos en su nacimiento, E
hizo salir a luz lo escondido. Mas ¿dónde se hallará la sabiduría?
¿Dónde está el lugar de la inteligencia? No conoce su valor el
hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes. El abismo dice: No está
en mí; Y el mar dijo: Ni conmigo. No se dará por oro, Ni su precio será a
peso de plata. No puede ser apreciada con oro de Ofir, Ni con ónice
precioso, ni con zafiro. El oro no se le igualará, ni el diamante, Ni se
cambiará por alhajas de oro fino. No se hará mención de coral ni de
perlas; La sabiduría es mejor que las piedras preciosas. No se
igualará con ella topacio de Etiopía; No se podrá apreciar con oro fino.
¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar
de la inteligencia? Porque encubierta está a los ojos de todo viviente,
Y a toda ave del cielo es oculta. El Abadón y la muerte dijeron: Su fama
hemos oído con nuestros oídos. Dios entiende el camino de ella, Y
8. conoce su lugar. Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto
hay bajo los cielos. Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida;
Cuando él dio ley a la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos,
Entonces la veía él, y la manifestaba; La preparó y la descubrió
también. Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la
sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.” (Job 28)
Es muy posible que después de estar profundizando en cuál es la
verdadera sabiduría e inteligencia en comparación con las falsas ideas de
este mundo, nos imaginábamos que encontraríamos un tratado
especializado en el tema del que estamos hablando, en dónde leeríamos la
respuesta de Dios acerca de dónde encontrar esa sabiduría verdadera; no
obstante, el Señor simple y sencillamente dice: “La sabiduría es el
temor a Mí, y la inteligencia es apartarse del mal” y es que sí
ponemos atención y reflexionamos acerca de esto: ¿A que nos lleva el
temor del Señor? a obedecerle y cumplir con sus estatutos, a hacer la
voluntad de Dios, al vivir de esa manera obtenemos la capacidad de ser
sabios en todas las cosas que hagamos cotidianamente en este mundo y
¿A qué nos lleva apartarnos del mal? a no hacer lo malo, sino tener una
inclinación hacia lo bueno, hacia lo que Dios estableció y que al hombre le
es para bien (sí lo acata). Contrario a la sabiduría de este mundo, la
sabiduría que viene de lo alto es la que nos enseña cómo vivir en este
mundo obscuro (andar en la luz), la sabiduría de este siglo sólo mantiene
a las personas en tinieblas.
Conclusión
A través de los años, el hombre se empeña en cambiar el significado de los
que Dios crea, por ejemplo: Dios creó la sabiduría y el hombre la
convirtió en un deseo mundano codiciable a los ojos (aunque ni siquiera
es algo material que se pueda ver); Dios creó la inteligencia y el hombre
egoístamente la convirtió en impiedad; Dios creó el matrimonio para
que el hombre y la mujer fueran una sola carne, tuvieran hijos y se
mantuvieran en el orden que Dios estableció, pero el hombre convirtió el
matrimonio en un contrato social para que en común acuerdo trabaje
junto con la mujer para lograr sus propios deseos y ambiciones,
descuidando a los hijos (si es que los tienen) y viviendo en desorden ante
el Señor; Dios creó la naturaleza para proveer al hombre un lugar donde
habitase y el ser humano se ha dedicado a destruirla aprovechando los
recursos que de ésta obtiene para producir en exceso distintos productos
(la mayoría innecesarios) que le reditúen altas ganancias monetarias;
Dios creó la autoridad y el hombre toma el mal testimonio de los
9. gobiernos de este mundo, que han hecho un mal uso de la espada que
Dios les otorgo (Isaías 10:1-4), para justificarse y pensar que la autoridad
es mala, al mismo tiempo eso lo ha llevado a crearse una imagen falsa de
un Dios tirano e implacable que lo único que desea es castigar al hombre,
quien sin importar lo que haga, no puede satisfacer la ira de Dios (aunque
haga lo bueno), cuando más bien se trata de una autoridad justa de Dios
que pagará a cada uno según sus actos en este mundo; Dios creó la
educación o formación para las personas, ese privilegio fue dado a los
padres de familia (formar en casa a los hijos), pero el hombre ha
distorsionado totalmente el significado de la educación y lo transformo en
una programación, dándole el poder al gobierno de que con base en un
sistema secular se eduque a sus hijos.
Vemos las consecuencias en estos tiempos malos, de que el hombre
mundano se ha dedicado cambiar el significado de lo que Dios crea,
dando como resultado una “perversa generación” encaminada al mal, que
busca la sabiduría y la inteligencia en cosas que perecerán, aun así la
Palabra de Dios permanecerá para siempre y sigue manifestando a los
hombres que: “Con Dios está la sabiduría y el poder, suyo es el
consejo y la inteligencia” (Job 12:3), por lo cual amados, desde el día
en que sabemos de estas cosas, no cesemos de orar, y pedir que seamos
llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e
inteligencia espiritual, para que andemos como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios. (Colosenses 1:9,10) AMEN…
Por Pedro Santos