El Papa Francisco inauguró el Jubileo de la Misericordia, un Año Santo en el que invita a anteponer la misericordia al juicio. Durante este año, los sacerdotes podrán perdonar pecados graves como el aborto y los fieles podrán ganar indulgencias plenarias cruzando puertas santas u orando en sus casas si están enfermos. El Papa Francisco también designó a 800 sacerdotes para perdonar otros pecados reservados al Papa, y recordó que Dios es amor y espera con los
1. Año de la misericordia
Integrantes: Juan Gesto y Martin Greco
Curso: 4º B
Profesora: Elsa Molinari
Colegio: Pompeya Pallotti
2. El Papa Francisco abrió este martes la puerta santa de la basílica de
San Pedro para inaugurar el Jubileo de la Misericordia. Un Año Santo
en el que el Santo Padre invita a «anteponer la misericordia al juicio».
Pero ¿qué es un Año Santo? ¿qué significa ganarse una indulgencia
plenaria?
3. ¿Qué es un Año Santo?
El Año Santo o Jubilar es tradicionalmente un año de
perdón y reconciliación. Hasta ahora solo se han
realizado 26 celebraciones jubilares ordinarias. La
última fue el Jubileo del año 2000 convocado por san
Juan Pablo II. Un jubileo extraordinario puede ser
convocado en una ocasión especial o por un evento que
tiene una importancia especial, como es el caso del Año
Santo de la Misericordia.
4. ¿Cuál fue el primer Año Santo de la
historia?
El primer Año Jubilar de la historia, con el perdón
general de todos los pecados, tuvo lugar en el 1300 por
iniciativa del Papa Bonifacio VIII. La idea era
celebrarlo cada 50 años, siguiendo la antigua costumbre
judía, pero después se pasó a convocarlos cada 25 años
para asegurar que tenga lugar una vez para cada
generación.
5. ¿Qué significa una indulgencia
plenaria?
Lo esencial del jubileo es pedir perdón a Dios y
perdonar a los demás. La indulgencia que se
gana al cruzar la puerta santa limpia las huellas
que dejan en el alma y en la conducta los
pecados ya perdonados en la confesión. La
devuelve al estado original.
6. ¿Qué es una puerta santa?
Cada una de las cuatro basílicas de Roma tiene una
puerta santa, que normalmente se sella desde el
interior para que no se pueda abrir. Las puertas
santas sólo se abren durante el año del Jubileo para
que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y
ganar la indulgencia plenaria vinculada al Jubileo.
El rito de la apertura de la Puerta Santa pretende
ilustrar simbólicamente que a los fieles de la Iglesia
se les ofrece un «camino extraordinario» hacia la
salvación durante el tiempo del Jubileo.
7. ¿Cuáles son las condiciones para
conseguir la indulgencia plenaria?
Los requisitos son: peregrinación a la puerta
santa, sacramentos de la confesión y Eucaristía,
rezo del Credo y una oración por el Papa.
8. ¿Es necesario peregrinar a Roma?
No. El próximo domingo, cada obispo abrirá la
puerta santa de la catedral de su diócesis, en el
primer jubileo que permite ganar las
indulgencias en miles de lugares del mundo
entero.
9. ¿Interesa solo a los católicos?
No. El Jubileo de la Misericordia crea una mayor
sintonía espiritual con judíos y musulmanes, que
también consideran la misericordia como el
primer atributo del Dios único.
10. ¿Qué pasa con los enfermos y los
presos?
Las personas enfermas o impedidas podrán ganar
la indulgencia en sus casas, y los presos –que
Francisco visita con frecuencia– cruzando la
puerta de su celda.
11. ¿Qué pasa con los pecados cuyo
perdón están reservados al Papa?
El próximo Miércoles de Ceniza, Francisco
otorgará a 800 sacerdotes «Misioneros de la
Misericordia», ya seleccionados, poder perdonar
pecados reservados al Papa como la profanación
de formas eucarísticas, la absolución a cómplices
en pecados sexuales, la ordenación de obispos
sin permiso, la ordenación sacerdotal inválida de
mujeres o la rotura del secreto de confesión
12. El Año de la Misericordia nos
recuerda que Dios es amor y nos
espera
Dios es amor, él nos amó primero, nos ama
siempre, reiteró el Papa Francisco en su homilía, en
la Misa de la mañana, que celebró en la capilla de la
Casa de Santa Marta. Haciendo hincapié, en el
mandamiento nuevo deJesús, regalo de amor de
Dios, y con la primera Carta de San Juan, en la
exhortación de amarnos «los unos a los otros,
porque el amor procede de Dios y el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios»
13. El Santo Padre recordó de dónde viene
el amor verdadero:
«Esta palabra ‘amor’ es una palabra que se usa
tantas veces y que cuando se usa no se sabe qué
significa exactamente. ¿Qué es el amor? A veces
pensamos en el amor de las telenovelas. No, ese
no parece amor. El amor puede parecer un
entusiasmo por una persona y después… se
apaga. ¿De dónde viene el amor verdadero?
Todo el que ama ha sido generado por Dios,
porque Dios es amor. Juan no dice: todo amor
es Dios, sino Dios es amor»
14. Y con el amor de Dios, el Papa
reflexionó asimismo sobre
la compasión de Jesús
Recordada en la liturgia del día, en la
multiplicación de los panes. «Jesús vio una gran
muchedumbre y se compadeció», que no quiere
decir que tuvo pena, advirtió el Santo Padre, para
luego reiterar que no es lo mismo compadecer y
tener pena. Porque el amor que Jesús siente hacia
quienes lo rodean «lo lleva a padecer con ellos, a
implicarse en la vida de la gente»
15. Entre los ejemplos del amor de Dios que es
el primero en amarnos, recordó también el
del hijo pródigo y el Jubileo de la
Misericordia:
«Cuando tenemos algo en el corazón y queremos
pedir perdón al Señor, es Él el que nos espera para
darnos su perdón. Este Año de la Misericordia es
también esto: que recordemos que el Señor nos está
esperando, a cada uno de nosotros. ¿Para qué? Para
abrazarnos. Nada más. Para decir: hijo, hija, te amo.
He dejado que crucificaran a mi Hijo por ti; éste es
el precio de mi amor; éste es mi regalo de amor».
16. ¿Qué pasa con los pecados muy graves
como el aborto?
Durante el Año Jubilar, todos los
sacerdotes podrán perdonar el pecado de aborto,
reservado habitualmente al obispo por su
especial gravedad. Cometen ese pecado no solo
la mujer embarazada, sino también todas las
personas –médicos, asistentes, gestores de
clínicas especializadas, etc.– que llevan a cabo
materialmente ese procedimiento o lo provocan.
17. Tras alentar a que tengamos siempre la certeza de que
«el Señor me espera, el Señor quiere que yo abra la
puerta de mi corazón», el Papa Francisco dijo que si se
asoma el escrúpulo de no sentirse dignos del amor de
Dios, es mejor, porque Él nos espera como somos, como
nos dicen que hay que ser:
«Ir ante el Señor y decir: ‘tú sabes Señor que te amo’. O
si no: ‘tú sabes Señor que quisiera amarte, pero soy tan
pecador, tan pecadora’. Y Él hará lo mismo que hizo
con el hijo pródigo que se gastó todo el dinero en vicios:
no dejará que termines tus palabras y con un abrazo te
hará callar. El abrazo del amor de Dios».
18. Vestir al desnudo
Siempre tendrás que cubrir la desnudez del prójimo
con el manto de la caridad.
Siempre hay en nuestro ropero o placard, alguna
ropa que ya no usamos y que está en buenas
condiciones, y que podemos obsequiársela a un
pobre que no tiene vestido. Entonces el cuerpo de
ese pobre, la carne de aquel cuerpo hablará a Dios
de nosotros, de nuestra caridad, y Dios nos colmará
de bendiciones de todo tipo.