1. Día 8º. María de la Merced, presencia de caridad
22 de septiembre de 2011
Valor: Caridad
Monición:
En este octavo día de la novena queremos recordar que
nuestro querido Fundador vivió la caridad más exquisita.
Sabemos por sus escritos y por los testimonios que recibimos
de su vida, que amó a la manera de Dios y que supo perdonar
como Él perdona. Bebió el amor de Dios en sus fuentes, en el
misterio del Verbo encarnado y en la Eucaristía, así como en
la vida de la humilde peregrina del amor y de la gratuidad
humana, María de la Merced. El corazón del Padre Zegrí ardió
en el amor de Dios y como fuego que purifica, recrea y
restaura se lo entregó como regalo a los pobres.
El alma de la Virgen de la Merced se alimentaba de amor; el
amor era la misteriosa necesidad que agitaba su espíritu; el
amor, el único móvil de sus operaciones; el amor, el principio
vital que sostenía su existencia.
.Canto: ¨Canta Caridad¨.
¨Calienta mi corazón¨. Folder # 384
Moniciones a los salmos del día
Salmo 29
Dios nunca se desentiende de nosotras. Su amor de Padre es permanente.
Reconocerlo y agradecerlo debe ser la reacción lógica que adoptemos en
nuestra vida.
Salmo 31
Dios es perdón porque es caridad. Dejémonos perdonar para que
disfrutemos de la alegría del perdón.
Cántico
2. Con este cántico, recuperemos nuestro optimismo y nuestra esperanza. No
caminamos solas, él va con nosotras. Con él, siempre venceremos.
Lectura: del día de la novena
Jn. 19, 25-27
Constituciones:
María de la Merced, nos enseña a acercar a la humanidad a amor que Él vino a
revelar: amor que se concreta, sobre todo, en los que sufren, en los cautivos,
los oprimidos y los pecadores.
En su condición de mujer, y como pobre de Yahvéh, nos muestra el camino
del Evangelio hecho cercanía, acogida, justicia y misericordia.
Frases inspiradoras del Beato P. Zegrí:
“María de la Merced es de todos y para todos”. P. Zegrí
Música de fondo
Reflexión:
«Dios es amor» (1 Jn 4, 16); y María, que en su calidad de Madre estuvo más
cercana y unida a Dios que cualquier otra criatura, fue inundada más que
ninguna otra de su amor. «Cuanto más una cosa se acerca a su principio—
enseña Santo Tomás— tanto más participa de su efecto» (Suma Teológica, III,
27, 5, 3). María, que el ángel saludó «llena de gracia» (Lc 1, 28), está
igualmente llena de amor. Pero la plenitud de gracia y de amor en que fue
colocada desde el principio, no la dispensó del ejercicio activo y constante de
la caridad, como tampoco del de las demás virtudes. Así nos la presenta el
Concilio cuando dice: «La Bienaventurada Virgen.. Cooperó en la forma del
todo singular, por la obediencia, la fe la esperanza y la encendida caridad, en
la restauración de la vida sobrenatural de las almas» (LG 61), y repetidas
veces la señala como especial modelo de caridad.
3. María de la Merced que, a través de la participación escondida y, al
mismo tiempo, incomparable en la misión mesiánica de su Hijo, ha
sido llamada singularmente a acercar a los hombres/mujeres al
amor, que halla su expresión más concreta en aquellos que sufren,
en los pobres, en los prisioneros, los que no ven, los oprimidos y los
pecadores. Ella ha de ser para nosotras la mujer que asumiendo el
plan de Dios, colabora a la liberación de su pueblo. Con su
compromiso vivido con caridad, con gozo y con exigencia, está
presente en cada uno de nuestros actos de amor, en nuestro
empeño humanizante y en nuestra opción por los más pobres,
esclavos y débiles de este mundo.
María de la Merced es camino, modelo de nuestro amor. Ella, como
madre de misericordia, es modelo de compasión hacia los demás; es
modelo de vida en clave de solidaridad, que brota necesariamente
del amor; Ella es fundamental en la edificación de nuestras
comunidades educativas como lugares de vivencia en libertad, en
justicia y en solidaridad; valores que han de brotar de la
preocupación por el prójimo, porque como mercedarios y
mercedarias, al igual que María, nada humano nos es ajeno. María de
la Merced es camino, modelo de nuestra oración liberadora
redentora. Ella impulsa nuestra plegaría como fuente de libertad
interior; Ella es modelo de oración liberadora-redentora cuando
canta, en el Magníficat, las proezas de Dios liberador de los
oprimidos, que levanta a los humildes y derriba a los poderosos de
este mundo. Oración liberadora-redentora que nos debe acompañar
a lo largo de nuestras tareas educativas, entre otras cosas, para
dar cumplimiento al mandato de Jesús: “Orad sin descanso”. María
de la Merced es camino, modelo de respuesta fiel y perseverante al
plan de Dios.”Hágase en mi…” significa la aceptación plena de la
voluntad de Dios en su vida, un hágase que no fue expresión de un
momento de euforia, sino que la acompañó durante todo su camino
4. vital. Pero en Caná de Galilea nos hace a todos y a todas las
invitaciones cariñosas a seguir en nuestras vidas el plan de Dios:
“Haced lo que Él os diga”. Plan de Dios que se resume en una llamada
al amor y libertad como felicidad plena.
ALGUNAS FRASES DEL BEATO ZEGRI CON RESPECTO A
LA CARIDAD QUE TENEMOS QUE VIVIR LAS HERMANAS:
• La caridad que tiene que vivir la religiosa tiene que
manifestarse primero, con la piedad hacia Dios;
segundo, con su deseo de servir al prójimo,
especialmente a los pobres; tercero, con la fidelidad a
las Santas Reglas y Constituciones.
• Si el sentimiento de la caridad no ejerce completo
ascendiente sobre vuestro espíritu y os dejáis llevar de
miras egoístas, Dios y nuestra santísima Madre no
estarán con sus religiosas mercedarias.
• La caridad que debe tener la hermana mercedaria debe
ser fervorosa, modesta, respetuosa, cordial, compasiva
y delicada, especialmente con los pobres y necesitados.
• La dulzura y el miramiento deben ser la salsa de la
verdadera caridad de la religiosa.
• Como médico, procura curar los corazones enfermos a
causa de la culpa, derramando sobre ellos la esperanza.
• Es también caridad todo el deseo del alma por el bien de
los hermanos: la limosna bienhechora, el consejo
prudente, la frase cariñosa, todo esto tiene que ver con
la causa suprema del amor de Dios.
• Cómo llenará vuestro corazón el día que podáis decir al
terminarlo: he enjugado las lágrimas de alguien que
sufre con una palabra de consuelo.
5. Tiempo de oración personal: Música de fondo
Canto final: Magníficat. 170 Folder
Padre nuestro:
Oración Final: