1. Nuestro Gran Reto
Mientras que los países desarrollados duplican su
población cada 120 años, nosotros lo hacemos cada 33
años: para el año 2010 seremos aproximadamente
ciento quince millones de mexicanos, ¿cómo haremos
para contar con suficientes fuentes de trabajo,
viviendas, servicios médicos, alimentación, etc.
La experiencia de las grandes naciones como
Alemania, Francia, Japón, Inglaterra, Italia, Canadá y
Estados Unidos determina lo que es obvio: la educación
ha sido el factor clave para su progreso y desarrollo.
El gobierno se deberá asociar en una acción conjunta
durante los próximos 10 años, en un ambicioso
programa educativo que nos permita afrontar los retos
que plantea la nueva competencia y que nos prepare en
este siglo XXI.
Los que hemos recibido educación, medios de
realización laboral, posibilidades de tener una empresa
y de hacer un patrimonio personal, podemos decir que
México ha sido bueno con nosotros; ha llegado la hora
de preguntarnos qué tan buenos seremos ahora con
México.
Debilidades de las empresas mexicanas ante la nueva
competencia internacional:
1.Bajo nivel educacional. No tenemos siquiera el nivel
de los países socialistas. Recordemos que nada grande
puede hacerse con hombres pequeños.
2.
3. 2. Cuarenta años de proteccionismo. No estamos
acostumbrados a competir; no debemos temer a la
competencia sino a nuestra propia incompetencia.
3. Nivel tecnológico deficiente. La sentencia es clara:
“Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos, que
Dios ayuda a los malos si saben más que los buenos”.
4. Política económica misteriosa. Se dice mucho pero
se entiende poco; la verdad es que aún no tenemos
claro adónde vamos. Recordemos el precepto bíblico:
“Y sí el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”.
Fuerza mexicana ante la apertura:
1. La crisis es una ocasión para morir, pero también es
una oportunidad para renacer. Séneca decía: “Gozan
los ánimos fuertes en las adversidades, al igual que los
soldados intrépidos triunfan en las batallas”.
2. El despertar de la conciencia empresarial. Existe una
nueva generación de empresarios mexicanos que no
están preocupados solamente por las utilidades a corto
plazo, sino que están sembrando para el futuro.