La segunda etapa artística de Luis Caballero consistió en trasladarse a París para mejorar su técnica en el dibujo y la pintura clásica, enfocándose en la anatomía humana y creando imágenes homoeróticas. Sus obras de este periodo muestran un dominio progresivo del cuerpo humano y temas como el erotismo, la cercanía física y la pérdida. Caballero buscaba crear imágenes con toda la fuerza y sensualidad de la realidad.