c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
Boigrafia jose de la mar
1. Boigrafia:
Nació en Cuenca, Virreinato de Nueva Granada, el 12 de mayo de 1776. Sus padres
fueron don Marcos La Mar, funcionario español administrador de las Cajas Reales y
doña Josefa Cortázar, dama de la aristocracia guayaquileña. Sus primeros años los
desenvolvió en Guayaquil, puerto que desde 1803 había vuelto al Virreinato del Perú,
con quien mantenía poderosas relaciones comerciales, por lo cual La Mar siempre se
consideró peruano, nunca grancolombiano.1 De cualquier manera, la circunstancia de su
nacimiento sirvió a sus enemigos para desacreditarlo como extranjero en varias
ocasiones.
A los dos años de edad fue enviado a España en compañía de su tío, don Isidoro
Cortázar, antiguo oidor de la Real Audiencia de Bogotá y Agente de la Real Audiencia
de Quito. En España transcurrió el resto de su infancia y su juventud.
Por esos días Abascal fue sustituido por Joaquín de la Pezuela, con quien La Mar trabó
buenas relaciones, estando siempre presente en todas las juntas de guerra reunidas
para organizar la defensa militar del Virreinato. En julio de 1818 le fue denunciada una
conspiración, en cuyos planes se preveía la liberación de los detenidos patriotas y la
captura de las fortalezas del Callao y debió dictar las medidas que hicieron fracasar
tal complot. En marzo de 1819, una escuadra patriota procedente de Chile y bajo el
mando del almirante Thomas Cochrane inició el bloqueo del Callao, y tras un ligero
combate se retiró con algunas presas realistas. Dicha escuadra volvió a amenazar el
puerto en septiembre de ese año. Previsor y sereno mostróse La Mar durante aquella
emergencia, y en diciembre del mismo año mereció ser promovido a Mariscal de Campo.
Obras y hechos importantes de su gobierno
1. Primer esbozo de Presupuesto.- El ministro encargado de Hacienda, José de
Morales Ugalde, presentó al Congreso una extensa memoria de todo lo hecho
dentro de su ramo en el pasado gobierno y una relación de las entradas y
gastos públicos en 1827. los gastos pasaban de cinco millones de pesos: de
ellos, Guerra y Marina absorbían casi dos millones y medio.
2. Promulgación de la Constitución liberal de 1828.- Pocos días después de
instalarse el Congreso Constituyente en 1827, se declaró nula y sin vigor la
Constitución Vitalicia jurada el año anterior, y en su reemplazo se dio la
Constitución de 1828 cuya promulgación y juramento público se dispuso para el
día 5 de abril de 1828, lo que tuvo que ser postergado para el día 18 de ese
mes, por haber ocurrido el 30 de marzo un tremendo terremoto en Lima que
dejó a la ciudad casi en ruinas. Y aunque sus bases fueron tomadas de la
constitución de 1823, se las enriqueció con normas que la experiencia
aconsejaba. En lo civil puso término a ciertos rezagos de la vida colonial, a
2. saber: empleos hereditarios, mayorazgos, vinculaciones y privilegios. Se abolió
la tortura y las penas infamantes y solo hubo pena de muerte en los casos de
homicidio calificado. En lo político estableció: la elección indirecta del
presidente y el vicepresidente, para un período de cuatro años, inmediatamente
renovable; cámaras de senadores y diputados, cuya renovación se efectuaría
cada dos años por tercios y mitades, respectivamente; creación de un Consejo
de Estado, al cual se encargaba la misión de observar y asesorar al poder
ejecutivo; creación de las Juntas Departamentales, como medio de satisfacer y
atenuar las tendencias federalistas. Pero especialmente debe subrayarse que
esa constitución liberal autorizó al Presidente de la República suspender las
garantías constitucionales e investirse de facultades extraordinarias, por un
tiempo determinado y con cargo de informar al Congreso acerca de las medidas
adoptadas durante el ejercicio de dichas facultades. Finalmente, agregaremos
que dicha Constitución ofreció el fomento de las industrias y la educación, la
realización de estadísticas, la civilización de los indígenas y el apoyo a la
inmigración, entre otras buenas intenciones que poco o nada se materializarían
al correr del tiempo.
3. La ocupación de Bolivia y el Tratado de Piquiza.- Bolivia se hallaba todavía
bajo la órbita grancolombiana, con el mariscal Sucre a la cabeza como
Presidente vitalicio. Sucedieron por entonces varios movimientos rebeldes en
dicho país, en uno de los cuales resultó herido el mismo Sucre, quien tuvo
entonces que delegar el poder en su Presidente del Consejo de Ministros,
general José María Pérez de Urdininea. Gamarra, que tenía bajo su mando el
poderoso ejército peruano del Sur, por voluntad propia invadió Bolivia el 1º de
mayo de 1828, con la manifiesta intención de salvar a dicho país de la amenaza
de la anarquía y proteger la vida de Sucre, aunque su verdadera intención era
expulsar a los grancolombianos y poner punto final al predominio bolivariano en
dicho país. Tras un paseo triunfal por territorio boliviano, sin apenas hallar
resistencia, firmó con el gobierno de Urdininea el Tratado de Piquiza (6 de julio
de 1828), en el cual se acordó, entre otras cosas, el retiro de las tropas
grancolombianas de Bolivia y la renuncia a la presidencia por parte de Sucre.
Este hecho fue muy importante para el Perú, pues se eliminaba un peligroso
frente en la guerra que ya se venía con la Gran Colombia.