1. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Por Lácides Martínez Ávila
Demostrado está que los medios de comunicación no son más que eso: medios. No son fuentes,
sino medios de expresión de sus dueños, por lo general personas acaudaladas, las cuales, para
mantener su acumulación de riquezas, necesitan manipular a la opinión pública, distorsionando o
acomodando la verdad a conveniencia.
Se ha querido mitificar el status y el papel de los medios de información (léase: desinformación),
atribuyéndoles una investidura de autonomía e independencia que no tienen. Esto lo han hecho
con el fin de blindarlos y crearles una areola de intocabilidad, alegando para ello el derecho a "la
libertad de expresión". Libertad, claro, sólo para ellos; porque ¡envíe alguien un artículo que afecte
sus intereses, para ver si se lo publican!
No son, pues, los medios de comunicación ningunos entes autónomos ni mucho menos objetivos o
imparciales, como se pretende hacer creer. Son, simplemente, órganos de expresión de sus
adinerados dueños.
No los veamos, entonces, como entidades independientes, sino como lo que son: medios creados
por individuos con dinero para defender sus propios intereses económicos, políticos y de cualquier
otra índole.