1. III
3.3. DESARROLLO SOCIOCULTURAL DE LA SEXUALIDAD.
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos,
la educación recibida en el colegio, la religión, etc., sobre la sexualidad. Las distintas
sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad.
Cada sociedad y cada cultura establecen una NORMATIVA cuya finalidad es regular
y controlar el comportamiento sexual de sus miembros y unos ROLES SEXUALES
los cuales implican y, a la vez, definen una imagen determinada de Hombre - Mujer
y Relación. La norma, inicialmente externa al ser humano, termina siendo
interiorizada por éste, a través del proceso de socialización, llegando a constituir
parte de su propia personalidad.
En relación con los roles, "La cultura condiciona las cualidades, características y
funciones que corresponden a cada sexo, y el ser humano concreto dentro de una
sociedad, los asimila a través de la socialización”. Cuando el ser humano asume su
sexualidad está asumiendo, en parte, los patrones culturales vigentes en su medio
La Identificación Sexual involucra, en parte, estas dos dimensiones. El (la)
adolescente, en su proceso de crecer y madurar, comienza a definir su propia
opción de "ser hombre" y "ser mujer", opción que algunas veces produce un choque
con los parámetros tradicionales machistas vigentes en sus padres, madres, centro
escolar.
El ser humano no nace ni crece solo; se desarrolla en un ambiente social primario,
que es la familia; aprende y llega a ser adulto interactuando con las demás personas
de la comunidad. La comunidad donde nace, crece y se desarrolla cada persona,
tiene sus propias formas de organización. Por medio de lo que aprendemos en el
hogar, en la escuela y en la comunidad, es que obtenemos una serie de
conocimientos, valores, actitudes y comportamientos que pueden influir en la forma
de vivir nuestra sexualidad.
2. III
Hay muchas conductas sexuales que una persona puede aprender en la
comunidad, algunas pueden ser buenas, como el respeto por el sexo opuesto, pero
otras pueden ser equivocadas, como la agresión y la violencia sexual. La sexualidad
también está muy influida por los valores, costumbres y creencias que existen en el
medio social donde vive una persona.
En esta dimensión se producen considerables modificaciones en la manera de ver
y relacionarse con los y las otras, además de que aumentan las responsabilidades
conforme se entra a un mundo nuevo y se asume una nueva posición frente al
mismo, adquiriéndose también nuevos derechos relacionados con la exploración de
este mundo.
La relación con los otros suele cambiar, pues al intentar buscar un afuera de la
familia, reconstruir la identidad y atravesar toda la serie de cambios propios este
periodo, se provoca no sólo un cambio para él o la adolescente, sino que también
para las personas a su alrededor. La relación con las personas de la misma edad
(o grupo de pares) se torna fundamental durante la adolescencia, provocando la
necesidad de compartir y apoyarse fuertemente en ellos y ellas. Entre todos y todas
se ayudan, comparten alegrías, tristezas, triunfos y fracasos, lo que les permite
sentir que no están solos en esto que están viviendo, desarrollando una sensación
de seguridad y de solidaridad para con la gente más cercana.
Las tres esferas que se han mencionado en esta unidad se encuentran fuertemente
interrelacionadas, por lo que en conjunto generan cambios considerables en el
mundo y el entorno en los que se desenvuelven los y las adolescentes, cambios
que producen una importante reestructuración en su identidad.
3. III
La sexualidad humana está ampliamente relacionada con estas tres esferas, por lo
que los cambios que se generan en ellas durante la adolescencia incidirán de forma
notable en el desarrollo de la sexualidad de los y las adolescentes, así como el
desarrollo de la sexualidad afecta las tres esferas mencionadas.
Esta forma de enfocar y aproximarse a la adolescencia y dentro de esta a la
sexualidad, concuerda ampliamente con la definición de desarrollo propuesta por
Maier (1979, citado por Valverde, 2000): “un proceso evolutivo que se funda en una
secuencia de hechos biológicos, psicológicos y sociales experimentada
universalmente”, con lo que se busca un enfoque amplio e integral de la
adolescencia y la sexualidad.