1. Denisse Borja Rendón Sexto Sociales Una excusa para la mediocridad Hace ya varios meses el gobierno nacional planteó una propuesta de evaluación a los maestros del sector fiscal. Con estos exámenes, el Ministerio de Educación decía buscar una mejora en la calidad de educación que reciben los alumnos de las escuelas públicas. Quienes no obtuvieran el puntaje suficiente recibirían una capacitación y tendrían la oportunidad de volverlo a tomar. Esta propuesta a los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE) que alegaban que las intenciones del gobierno eran controlar la educación pública y la forma en que se dictaban clases en los colegios. Aunque algunos maestros de la costa se presentaron a tomar los exámenes, otros se negaron a hacerlo, en la sierra se dio mayor resistencia a la reforma. Los alumnos de colegios públicos como el Mejía en Quito, quienes apoyaban el proyecto de gobierno, recibieron amenazas por parte de sus profesores. Ellos sentían que sus maestros se negaban a tomar las pruebas porque no querían salir de la mediocridad y tenían temor de perder el año por expresar su apoyo a la reforma. Debido a este ataque por dos frentes (gobierno y alumnos) se decidió convocar a un paro a nivel nacional. Esta medida tuvo poca acogida en las principales ciudades del país, pero no dejó de afectar a miles de alumnos que no recibieron clases durante dos semanas. Logró así la UNE dialogar con el gobierno y entregar una reforma planteada por ellos que está por ser llevada a análisis en la Asamblea Nacional. ¿Cómo es posible que un educador se niegue a probar que conoce la materia que enseña? Cuando el gobierno plantea una reforma al pésimo sistema educativo; los profesores se niegan a aceptarla. ¿No es deber del maestro buscar la superación del alumno? ¿No es derecho de los niños y jóvenes recibir una educación de calidad? Es absolutamente necesaria la evaluación de los formadores de los alumnos. Si el maestro no está capacitado peor el estudiante. Si nos negamos a una mejora viviremos sumidos en la mediocridad y el atraso.