1. PIERRE FAURE. “MI VOCACION A LA EDUCACION PERSONALIZADA, LA MOTIVO LA
ESPIRITUALIDAD DE SAN IGNACIO DE LOYOLA”
PADRE PIERRE FAURE.
En 1904, nace en Pessac (Gironda), Francia, Pierre Faure.
Realiza sus estudios de enseñanza media en el Colegio de San
José de Tívoli (Bordeaux), obteniendo el título de bachillerato en
ciencias latinas y matemáticas. Obtiene más tarde la licenciatura en
química general.
En 1921 ingresa en la compañía de Jesús y en 1926 realiza su
servicio militar en Siria. Es Profesor en la Universidad de San José
en Beirut (Líbano), y en el colegio de Sarlat, después de su regreso
a Vals, donde pasa tres años estudiando teología y filosofía.
En 1935 es ordenado sacerdote y en 1936, crea una Secretaría para la Educación que se
convierte en el actual “Centro de Estudios Pedagógicos” en París, colaborando en tres revistas:
una para padres de alumnos (AuxParents), otra que servía de lazo de unión entre los centros
de secundaria franceses y una tercera propiamente pedagógica, para el público, que se edita
desde 1945, hasta hoy.
En 1940 organiza cursos y sesiones pedagógicas para la formación del profesorado. En ese
momento entra en contacto con Madame HeleneLubienska de Lenval, quien colabora con él
en estos cursos y trabajan durante mucho tiempo.
Fue precisamente Madame HeleneLubieska de Lenval quien lo ayudó en la puesta al día de
cierto número de obras pedagógicas editadas por primera vez por ediciones Spes; trabajo
bastante científico de lingüística con aplicación pedagógica para los niños, permitiéndoles el
aprendizaje simultáneo de la lectura, escritura y ortografía, de forma activa y personal.
En 1945 funda la revista “Pédagogie”, de la que es Director hasta 1972 y en 1946 organiza
un grupo de maestros y maestras para abrir un colegio cerrado durante la guerra. Siempre en
colaboración con Mme. Lubienska, organiza un curso de formación de 20 días. Más tarde El
Centro de Estudios Pedagógicos tuvo que instalarse en una dependencia de la escuela Saunt
Louis David.
A partir de esta fecha las sesiones pedagógicas se multiplican por toda Francia y el
extranjero. La originalidad de estos cursos (15-20 días a un mes) fue la de haber utilizado,
2. desde su comienzo, las clases prácticas con los niños para poder seguir su evolución y caer en
la cuenta (en el plan pedagógico) de los instrumentos de trabajo necesarios para que el
alumno pueda asumir PERSONALMENTE el trabajo e intercambiar el fruto del mismo con sus
compañeros.
En 1949 funda una segunda escuela normalpara educadores en Neuilly, asociada a la
primera: “Centre de FormationPádegogique” de Neuilly, que continua hoy en activo.
Ya en esta época tiene a su cargo la cátedra de psico-pedagogía y metodología de la
Universidad Católica de París.
Para 1956 crea en la Universidad Católica de París una tercera Escuela Normal para
profesores de enseñanza especializada y en 1963 es nombrado director de los cursos de
formación de base para educadores, del Departamento de Pedagogía de la Universidad
Católica de París.
En 1971 crea una Asociación Internacional que reagrupa a los profesionales de la
enseñanza, inspirados en su pensamiento: (A.I.R.A.P.). Gracias a ésta asociación, su acción
pedagógica ha podido multiplicarse a través de los miembros integrados a ella y cuyos
representantes ya están en muchos países.
En el curso de 1972 se celebraron 11 sesiones: en 1973, 15 (en Francia, España, Brasil,
México, Beirut, Canadá, Bogotá, Santo Domingo y Venezuela); en 1974 alrededor de 20,
repartidas igualmente en los respectivos países. En todas ellas se intenta promover una
pedagogía que tiene como objetivo la formación total del niño y del adolescente de hoy, en
una perspectiva humanista y espiritual, personalista y comunitaria.
“Pierre Faure estudia los signos de los tiempos y, como todo buen pedagogo, critica la
escuela existente, se pregunta por su misión y trata de recrearla. Hombre ecléctico, recoge
ideas y experiencias para responder al reto de nuestro tiempo. Su línea de trabajo se centra en
las corrientes de la educación activa; revisa la escuela nueva, rechaza todo extremismo y trata
de evitar los desequilibrios que producen generalmente las reformas educacionales.
Su planteamiento es esencialmente realista, aunque no pragmático. En las sugerencias para
la innovación valora cuidadosamente todos los aspectos de la vida escolar. Es tan importante
para él la continuidad y universalidad de la educación en las estructuras de la enseñanza como
el espacio, el tiempo dedicado al trabajo personal, la relación alumno profesor, el material, las
actividades extraescolares, etc. Nada es insignificante en una tarea donde los factores decisivos
son múltiples e interdependientes”.