El canon de belleza romántico rompió con las normas clásicas de belleza griega. La belleza se experimentaba de manera subjetiva y podía encontrarse en lo feo o extravagante. Los hombres adoptaron pantalones y trajes oscuros que reflejaban la nueva clase burguesa, mientras que las mujeres idealizaban la palidez y delgadez extrema como signos de enfermedad y fragilidad.
2. • Rompe con el clasicismo.
• Rompe con las normas estrictas del arte y belleza griegos.
• Este movimiento artístico y cultural es una manera de sentir y
concebir la naturaleza, la vida y al hombre que se representa
de manera distinta y particular en cada país donde se
desarrolla.
• La belleza se experimenta directamente, no es una belleza
estética y armónica, sino cambiante. Bello puede ser todo, lo
feo, lo grotesco, lo extravagante, lo horrendo… Supuso un
auténtico culto a la irracionalidad.
3. • Los hombres dejaron atrás los culottes (prenda empleada
sobre todo por la nobleza) para empezar a utilizar
pantalones y trajes que reflejaran la riqueza ascendente de
las clases burguesas.
• Un hombre romántico "guapo" podía hallarse en aquel que
llevase el nuevo estilo: el peinado "a la furia" (los bucles
revueltos y libres) o de lado, sombrero de copa y su traje
que, a diferencia de las "modas viejas" imponía ahora los
colores oscuros, pasionales, como el púrpura, el rojo
burdeos o el negro.
• El romántico podía ser el prototipo del hombre preso de
sus pasiones o del elegante dandy.
4. Desde tiempos medievales la tez pálida predominó en Europa por ser considerada un
signo de nobleza, pues los nobles no se asoleaban en el campo junto con los siervos.
En el Romanticismo las mujeres llevaron al extremo esta cualidad, pues con la aparición
de la tuberculosis como pandemia del siglo, e incurable para entonces, se hizo hincapié
en que la belleza de la mujer, además de su palidez, radicaba en parecer (y o padecer)
tuberculosa.
De esta forma, la mujer romántica "guapa" era aquella de tez casi transparente,
semblante enfermizo (para lo que se recurría desde ingerir arsénico hasta maquillarse
con pigmentos verdes para obtener el deseado color), ojeras marcadas y prominentes
(signo de que la enfermedad, y la enfermedad del amor no permitían a la dama conciliar
el sueño), mejillas ruborizadas (a causa de las fiebres), languidez y una delgadez casi
esquelética (que la transformaba en un ser frágil)
A propósito del ballet, este sigue los cánones
románticos para la mujer, pues su surgimiento nace
con la idea de que la mujer es un ser tan delicado y
etéreo que puede sostenerse en las
puntas de sus pies.