16. El Lavacro es un símbolo de Cristo, la Palabra viviente.
17. El agua del Lavacro nos habla de la Palabra escrita.
18. Los sacerdotes eran lavados completamente en el Lavacro antes de ministrar en el Santuario.
19. El Lavacro nos enseña de la santificación por la Palabra de Dios.
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24. Lavar los pies era una de las labores más humillantes que alguien pudiera efectuar.
25. El lavado de los pies no era meramente una costumbre ceremonial. Era una práctica importante y necesaria.
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29. No se trata de ser “convertido” de nuevo, sino de que sus pies sean lavados.
30. No podemos “lavarnos” (justificarnos) notros mismos. Debemos dejarnos lavar por Cristo.
31. Es necesario confesar nuestro pecado a Dios (1 Jn 1:9) y recordar que por ese pecado Cristo murió. Es necesario ser lavado constantemente para tener comunión con Cristo y poder servirle.
32. Cuando un creyente ha pecado, su comunión con Cristo se interrumpe. La salvación ni la vida eterna no se pierden. Pero es necesario volver al Señor y confesarle nuestras faltas (arrepentimiento).
33. La Biblia es el espejo que pone en evidencia nuestro pecado (Stgo 1:23).
34. La Biblia nos da los recursos para no pecar (1 Jn 2:1).