1. DISTINCIÓN E
IGUALDAD DE
VARÓN Y MUJER
"Dios no creó al hombre en solitario.
Desde el principio los creó hombre y mujer.
Esta sociedad de hombre y mujer es la
expresión primera de la comunión de
personas humanas" , considera asímismo
como un desarrollo histórico positivo que
la mujer reclame "la igualdad de hecho y
derecho con el varón" y observa que "es
conveniente que la mujer pueda asumir
con plenitud el papel que le corresponde
según su propia naturaleza" (Gaudium et
Spes 12, 9, 60).
La distinción de sexos existe
desde el mismo comienzo del
género humano y es
inherente a la idea y a la
realidad del hombre. La
creación de la humanidad
como varón y mujer es parte
integrante de la decisión
divina de dar existencia al ser
humano. Este hecho significa
que la noción de hombre no
encuentra su plena
realización en el varón solo,
sino en el varón y la mujer.
La importancia de la mujer es patente en el Nuevo
Testamento, no sólo por la figua única de María, sino por la
valoración de la mujer como guardiana y destinataria del
mensaje evangélico.
"Es universalmente admitido que Jesús fue ante sus
contemporáneos el promotor de la verdadera dignidad de la
mujer y de la vocación correspondiente a esta dignidad. Lo
cual provocaba a veces estupor, sorpresa, e incluso llegaba
hasta los límites del escándalo: 'Se sorprendían de que
hablaba con una mujer' (Jn. 4,27) porque este
comportamiento era diferente al de los israelitas de su
tiempo". (S. Juan Pablo II, Mulieris dignitatem, 12)
Solamente después de creada la mujer se ha producido la creación
completa del Adam (Hombre en hebreo, la mujer es Adamah). Significa así
mismo que la personalidad humana puede expresarse según el modo del
varón y según el modo de la mujer.
Diferentes por su respectiva condición de varón y hembra, el hombre y la
mujer son iguales con base en la naturaleza humana que ambos poseen
Fuente: El Misterio de la Creación, José Morales.
"El género humano que tiene su origen en la llamada a
la existencia del hombre y de la mujer, corona toda la
obra de la creación: AMBOS SON SERES HUMANOS EN
EL MISMO GRADO, TANTO EL HOMBRE COMO LA
MUJER" (S. Juan Pablo II, Mulieris dignitatem 6