El documento ofrece consejos para hablar con niños de 8 a 11 años sobre la muerte de un ser querido. Se recomienda expresar seguridad sobre la continuidad de sus propias vidas, explicar claramente que la persona falleció debido a una enfermedad, responder preguntas poco a poco en lugar de dar toda la información de una vez, evitar prohibirles expresar emociones, compartir recuerdos de la persona fallecida, y asegurarles que no se olvidará a esa persona aunque haya muerto.