1. Luis Carlos González
Modelos Literarios
7 de septiembre del 2014
En la antigüedad antes de que existirán la mayoría de las cosas había un dios llamado Larrintín, era
el dios supremo que de el salieron otros tres hijos llamados Presilinio, Fesrileo y Tristamón.
Larrintín era un dios que no quería que sus hijos fueran unos buenos para nada, quería dejarle su
poder a alguien que pudiera manejarlo sabiamente, que fuera justo con los que lo necesitaran,
que fueran unos dioses honorables, que nadie más pudiera atreverse a juzgar sus mandatos
porque estaban tan bien criados que no tendrían problema alguno con las decisiones que
tomaran. Pero cuando crecieron, no sabía cómo hacer que ellos tomaran la responsabilidad, no
tenía idea alguna de lo que tenía que hacer para que sus hijos fueran igual de inteligentes, sabios,
valientes y justos como él, hasta que su esposa, Kilewa, le recomendó ponerles un reto donde
ellos demostraran tal capacidad que su padre exigiría tanto.
El padre de ellos les hizo una prueba en donde les pondría a sus hijos ciertas tareas que tenían que
realizar para poder crear un mundo donde toda la humanidad, que serían unos animales
caminantes que había creado Larrintín ya desde hacía mucho tiempo, sólo que no tenía aún idea
alguna de dónde ubicarlos. Así que en una noche, les ordenó a sus hijos que lo vieran en donde el
se encontraba, los citó para darles el gran aviso. Su padre, el dios Larrintín, les dio la tarea de que
cada quien haría un mundo que ellos consideraran el mejor para la vivencia de cierto tipo de
personas, que necesitarían que cada planeta tuvieran suficientes alimentos, bebidas y zonas de
trabajo para que los humanos pudieran habitarla infinitamente, también tenían que tener en
cuenta que necesitaría ese mundo una luz natural, que pudiera servirles a todas horas, en todo
momento. Cada dios, ya sabiendo lo que tenía que hacer, fueron por la bendición de su madre,
Kilewa, y a pedirle de manera respetuosa que les diera fuerza para ese tipo de tarea, que los
hiciera más sabios de lo que ya eran y que pudieran demostrarle a su padre Larrintín que ellos
podían ser igual de capaces que él en todos los aspectos que él les pedía. Al día siguiente cada
quien emprendió un viaje a una parte del universo para pensar claramente y así comenzar con su
trabajo tan esencial para cada uno de ellos.
El dios Presilinio estaba en un profundo pensamiento sobre cada detalle que le agregaría a su
mundo, no sabía cómo crearlo, no sabía con qué constituirlo y tampoco sabía si todo lo que
pusiera ahí fuera comestible para los habitantes que estarían en ese lugar. Estaba bloqueado, no
podía pensar en absolutamente nada nuevo, hasta que se vio las manos y pensó en la sangre azul
que pasaba entre sus venas, pensó en que gracias a esta sustanciaél podía sobrevivir sin problema
alguno, entonces después de razonar mucho tiempo, decidió empezar a crear su mundo, el cual lo
constituiría un gran porcentaje de agua, que este sería la fuente de vida de los humanos que
habitasen en él. Esta agua sería algo tan vital para los humanos que si no llegaban a tomarla
durante mucho tiempo, esto los llevaría hasta la muerte, así que se encargó de poner mucha agua
en el planeta, y que no tuvieran ningún problema en encontrarla. También había decidido crear
unos animales que habitaran en el agua salada, que estos pudieran ser alimento y que fácilmente

2. pudieran cazarlos, unos animales acuáticos que se necesitaría primero ser desinfectados para
luego llegar a ser el alimento de salvación de los humanos que lo necesitasen. Creó una hembra y
un macho de cada especie, para que pudieran procrearse sin la ayuda de ningún dios y sólo por
puro instinto. Presilinio estaba seguro de que su mundo era un total éxito, así que le dijo a su
padre que su mundo ya estaba listo, y que esperaría pacientemente las indicaciones de su padre
para que este le otorgara el honor de poner humanos en este. Al recibir la autorización de su
padre, Presilinio estaba más que emocionado, por fin demostraría su capacidad para hacer las
cosas que su padre le ponía a hacer.
Presilinio al cabo de pocos días, se empezó a dar cuenta que los humanos que habitaban ahí
estaban hartos de tener tan poco lugar para caminar, ya que ellos eran humanos y necesitaban
tierra para poder sobrevivir, el dios sólo les había dejado una pequeña isla donde pensaba que
sería perfecto el lugar para dejarlos dormir ahí, pero jamás se imaginó que los humanos llegaran a
querer caminar, se le hacía extraño, también se llegaron a hartar porque la comida del mar les
llegó a aburrir, y también se sentían muy mal porque no tenían ninguna luz que los alumbrara al
momento de cazar. Con todos estos comentarios de parte de los humanos, el padre, Larrintín,
decidió suspender el mundo de su hijo, que estaba más que decepcionado de sí mismo; jamás en
la vida había querido defraudar a su padre de tal modo, y al parecer lo había hecho. Larrintín al día
siguiente se llevó a los humanos de nuevo a su guarida para esperar aquel lugar perfecto: uno
menos, faltaban otros dos mundos.
El otro hermano llamado Fesrileo, viendo los resultados de su hermano Presilinio, estuvo también
mucho tiempo pensando en lo que sería la decisión correcta, en una forma en que los humanos
pudieran sobrevivir ya que en el mundo que había hecho su hermano, que casi todo estaba
constituido por agua, los resultados fueron devastadores, tristes y fraudes. Por eso él necesitaba
crear algo en donde ellos pudieran caminar y encontrar alimento que también se pudiera
recolectar en el mismo lugar, por estocreó todo su mundo hecho de tierra, que sería algo duro y
terreste donde los humanos fácilmente podrían vivir y caminar, e incluso podrían jugar. Fesrileo se
dio cuenta que se vería muy triste si todo estaba café, parecería sin vida, así que tardó otro gran
rato para sacar la conclusión de que tendría que crear las plantas, y para hacer estas empezó co
con una semilla, sembrándola en lo interior de este mundo. A partir de esta semilla, poco a poco
empezó a crecer una pequeña plantita, que luego creció para verse como una rama, para después
terminar siendo un grande, grueso y alto árbol, todo a partir de una semilla. Con el paso de los
años, ese árbol fue creciendo, y a su vez, este hizo crecer más semillas como ese tipo, las cuales el
dios Fesrileo recogió con su propia mano, para ser esparcidas por todo el mundo, creando a su
paso más vegetación, árboles de distintas maneras y hermosas flores de muchos colores. Pero
aunque el gran trabajo del dios parecía perfecto, sentía que le faltaba un poco más de vida, y esa
vida era los animales, los cuales serían el alimento fundamental y vital en alguno de los
organismos que habitaran su mundo. Fesrileo empezó a crear estos animales por medio de un
poco de vino de su padre, y un poco de plantas que yacían verdes y grandes en su mundo. Así fue
como se crearon los animales como el león, los elefantes, las vacas, los gatos, los perros, entre
otros.

3. Fesrileo estaba tan seguro de su gran trabajo que le avisó a su padre, el dios Larrintín, que ya
estaba listo para pasar la prueba. Su padre le mandó a los humanos, que se instalaron felices en su
nuevo mundo agradecidos de no tener que ver tanta agua a su alrededor. Las primeras semanas
los humanos estaban muy contentos con todas las plantas que tenían, la variedad de estas los
hacía sentir en un ambiente acogedor y les agradaba la idea de sentirse tan a gusto, también les
gustaba cuando estos se ponían de acuerdo para ir de caza en busca de alimento, esta se podría
considerar su actividad favorita de todo el día. Pero como siempre, pronto empezaron las quejas
de estos seres tan difíciles. Estos extrañaban el agua del mar y sus animales acuáticos, ya que en el
agua del mar se podían bañar cuando se sintieran cochinos, o podían conseguir piedras preciosas
con las cuales podían hacer trueques. También extrañaban los animales acuáticos porque estos no
eran tan pesados como la carne de los animales terrestres. Y, obviamente, seguían muy
desacuerdo de la falta de luz, o sea la obscuridad, ya que esta abundaba en todo el mundo por
falta de un algo que alumbrara de día y de noche, porque no se podía diferencias estas ultimas
dos. Su padre, Larrintín, al escuchar las quejas de los humanos, suspendió la tarea de su hijo
Fesrileo, porque aunque había tenido una gran idea, no había sido lo suficientemente buena para
que los humanos la aceptasen. Fesrileo estaba tan decepcionado de sí mismo que no podía pensar
en otra cosa más que en su gran fraude cometio. Era triste saber que ya su hermano y el habían
cometido tantos errores siendo los hijos de todo un sabio. No sabía si reír o llorar. Todo el orgullo
que llevaba con él a todos lados en estos momentos eran puros pedazos de basura esparcidos por
todo el lugar donde él habitaba. Jamás había sentido tanta deshonra hacia su padre como en esos
momentos, y no era para nada bonito.
Después era el turno del último hermano, Tristamón, que su idea sería al parecer la última opción
para no defraudar la honra de su gran dios padre. Así que estuvo pensando todo un mes, sin poder
dormir y pensar en otra cosa que no fuera la prueba que tenía que superar. Tenía la gran idea de
crear una bola de fuego grande, la cual pudiera alumbrar y calentar a su mundo de una manera
natural y fácil. Para colocar esta bola, tuvo que hacer muchos cálculos, y vio que necesitaba unas
órbitas alrededor de esta bola de fuego para que no se fuera en direcciones diferentes y sólo se
quedara en un lugar específico del espacio. De alguna manera tenía que rellenar las órbitas, pero
no sabía cómo hacerlo, así que se le ocurrió llenar esos espacios vacíos con otros planetas, los
cuales cada uno de ellos tuviera una tarea importante que cumplir cada año. A la tierra la puso a
una distancia del sol suficientemente lejana y a la vez cercana para que estuviera con una
temperatura casi perfecta. A esta bola de fuego la llamó Sol, y era el más grande de toda la galaxia,
y la única que proporcionaba tanta energía calorífica. El problema ya estaba solucionado, pero
Tristamón creía que los humanos también se hartarían de tanto calor o de la misma vista todos los
días, así que creó una bola gris cercana a la tierra, que estaría localizada en un lugar específico al
igual que el sol, pero a diferencia de este último, la luna se encargaría de proporcionar luz tenue
en una noche donde sólo se veía un cielo negro seco. Por esto creó las estrellas, que adornarían el
cielo y que brillarían todas las noches, a la misma hora, para darle una vista hermosa a estos seres
tan importantes para su obra.

4. Poco después de que concluyó su obra, Tristamón le dijo a su padre que él ya había acabado, y
que estaba seguro de que su obra sería un fraude, ya que se había concentrado solo en la luz para
su mundo, pero ni siquiera se inmuto en crear su propio mundo. Su padre, los citó a los tres hijos
para poder tener una plática. Los hijos, que ya sabían que serían deshonrados por su padre por no
poder cumplir su petición fueron hacia él. Su padre les dijo alegremente que les había encantado
los mundos de cada quien, y que juntándolos hacían el mundo perfecto. Por esto, se creó el
mundo, el planeta tierra, siguiendo las aportaciones de cada uno de estos hijos. Su padre, era un
dios orgulloso.