2. FORTIFICACIONES EN EL CARIBE.
Las fortificaciones costeras y defensas portuarias que construyó el poder colonial
español en América fueron la respuesta a los ataques por parte de tropas y piratas
ingleses, franceses, holandeses y portugueses.
Hacia 1550 ciertos puertos estratégicos se habían convertido en enclaves
fortificados: Santo Domingo, Hispaniola, y San Juan, Puerto Rico (centros del
poder español en las islas del Caribe); Cartagena (guardián del norte de América
del sur e incursiones por la zona del istmo de Panamá); Nombre de Dios y
posteriormente Portobelo en el istmo; San Juan de Ulúa en Veracruz (punto clave
y ingreso a México); y La Habana (centro estratégico y punto de encuentro de los
grupos de barcos para emprender su viaje de regreso a España). También se
construyeron otras fortificaciones secundarias en Yucatán, Florida, América
Central, y las islas para desalentar a los atacantes y colonos extranjeros. Las
primeras defensas eran simples fuertes de tierra armados con unas
pocos culebrinas y cañones de pequeño calibre. Pero la captura de La Habana por
atacantes franceses en 1555 puso en evidencia la necesidad de contar con
fortificaciones y fuertes más grandes y resistentes. Para finales del siglo XVI y
durante el siglo XVII, comenzando con la circunnavegación de Sir Francis
Drake en (1577–1580), atacantes ingleses, franceses, holandeses y bucaneros
asolaban el comercio y los puertos españoles a lo largo de las costas del Pacífico
y forzaban a los españoles a fortificar El Callao, Panamá, Acapulco, y otros
asentamientos y puertos.
En el Caribe y el Golfo de México, la construcción de construcciones colosales
diseñadas por ingenieros militares españoles e italianos incorporaba cambios
arquitectónicos revolucionarios derivados de los avances en Europa. En 1563 el
ingeniero Francisco Calona comenzó a rediseñar las fortificaciones de La Habana
para incorporar bastiones modernos, plataformas para cañones, bóvedas de
paredes gruesas, y un foso seco. Estas mejoras le proveyeron a los defensores un
muy buen campo de tiro contra los atacantes a la vez que les proveyeron
protección contra los ataques con cánones por parte de las fuerzas de asalto. La
captura de la fortaleza de San Juan de Ulúa y de la ciudad de Veracruz (1568)
por John Hawkins, y la serie de ataques de Drake por el Caribe entre 1585 y 1586,
durante los cuales capturó Santo Domingo y Cartagena, hicieron que Felipe II
enviara al renombrado ingeniero italiano Juan Bautista Antoneli para diseñar
fortificaciones modernas en San Juan de Ulúa y evaluar las defensas del Caribe.
Las propuestas de Antoneli condujeron a la construcción de un costoso pero
bastante efectivo sistema de de fortificaciones que en el caso de La Habana
resistieron los intentos de capturarla por casi 200 años hasta 1762. En efecto, los
nuevos ataques por parte de Drake y Hawkins en 1595 contra las fortificaciones
mejoradas fracasaron en San Juan, Puerto Rico, y en Cartagena, la fiebre
amarilla, la malaria y la disentería, y otras enfermedades tropicales obligaron a las
tropas de ataque a desistir en sus intentos. Drake atacó y arrasó Nombre de Dios
en el istmo, luego de lo cual el pueblo fue abandonado y la actividad se concentró
en Portobelo.
3. FORTIFICACIONES VALOR SOCIAL:
Las fortificaciones americanas, así como las del resto del mundo, se han regido
por los mismos principios y por ello constituyen un patrimonio de valor universal.
Los estudios de la evolución de la arquitectura militar reafirman que ésta siempre
estuvo condicionada a determinados períodos de desarrollo científico-técnico. Sus
valores formales, funcionales y conceptuales entran en contradicciones por las
nuevas realidades sociales, económicas, políticas y tecnológicas. Por lo tanto, los
viejos patrones constructivos se modifican, se adecuan y se modernizan a través
de la historia, a fin de responder a otras necesidades de origen castrense. Estas
transformaciones se constatan hasta nuestros días. El patrimonio de las
fortificaciones surge y se desarrolla en América entre los siglos XVI y XIX.
Específicamente, en la región del Caribe este patrimonio tiene un propósito
económico-mercantil. El factor geográfico en esta región proporcionó la seguridad
y la rapidez de la navegación y generó una ruta comercial en este período, cuyo
punto de partida fue Sevilla, a través del río Guadalquivir y los puertos españoles
de Cádiz y Sanlúcar de Barrameda. Desde aquí la Flota de Nueva España,
denominada Carrera de Indias, y la Flota de la Mar del Sur, denominada Naos de
Tierra Firme, establecieron un itinerario de ida y retorno que hoy tiene una gran
connotación histórica y cultural por el tráfico de oro, plata, artículos suntuosos y
fabulosos cargamentos extraídos de los virreinatos del Perú y Nueva España, de
Filipinas y del Lejano Oriente.
4. MATERIALES DE LAS FORTIFICACIONES:
Los orígenes del arte de la fortificación se remontan a los tiempos en que se
constituía la sociedad y se identifican con la probablemente más antigua de
las relaciones internacionales: la guerra. La posibilidad de enfrentarse a multitudes
descontroladas de enemigos armados obligó a rodear los pueblos con estacas,
paredes de adobe y fosos que al cabo se convirtieron en murallas ciclópeas de
piedras provistas de lienzos, cortinas, torres, etc. Las mejores y más importantes
plazas se construían sobre eminencias o terrenos elevados luego llamados
ciudadelas o alcázares, baluartes con frecuencia rodeados en parte o totalmente
por ríos, precipicios o desfiladeros de forma que la naturaleza contribuyera a aislar
el recinto con sus obstáculos. Las de las llanuras o tierras bajas solían contar con
dos o tres hileras de fosos e igual número de líneas de defensa. Los materia más
usados en estas fortificaciones fueron la piedra coralina, extraída de los arrecifes
y de las costas cercanas, y la piedra de cantería son utilizadas para levantar los
muros. Estos se levantaban con grandes bloques labrados en forma de sillares, en
talud y gruesos, para enfrentar armas de fuego con gran poder de penetración.
Muchos se empañetaban para protegerlos de la agresión ambiental, pues en los
primeros siglos los principales sistemas defensivos estaban proyectados hacia el
mar. Los otros materiales son secundarios, pero imprescindibles. Por ejemplo, la
madera, para los trabajos de carpintería, se utiliza en la construcción de sólidas
puertas, puentes fijos y levadizos con balaustradas, estacadas y rastrillos. El
hierro, otro material, se empleaba para cerrar los vanos de puertas y ventanas,
balaustradas y rejas. La teja se destinaba para las cubiertas de las edificaciones
complementarias, es decir, para las edificaciones internas, muchas veces situadas
en la plaza de armas, y se utilizaban para cuarteles, almacenes de alimentos,
pertrechos y municiones, caballerizas, abrevaderos y otras dependencias.
5. Funciones de las fortificaciones y usos actualmente.
Se ha trabajado en el rescate, conservación y restauración de conjuntos fortificados y de
fortificaciones puntuales con la misión de integrarlas al desarrollo del turismo cultural. A
partir de la década de los noventa surgieron importantes proyectos. Entre los más
destacados se haya el proyecto Route 2004, creado en 1996 para la preservación y la
puesta en valor de los recursos históricos, culturales y naturales de Haití, y las
fortificaciones costeras fueron una de sus prioridades. Igualmente, se trabajó en el
levantamiento de 17 fortificaciones de extraordinarios valores histórico-constructivos a lo
largo de la costa norte, desde Fort Liberté hasta Môle Saint Nicolas, y en la costa sur, en
Saint Louis du Sud. Otra acción importante fue el estudio para la rehabilitación del Parque
Histórico y Cultural de Bocachica, en la isla de Carex, en Cartagena de Indias, desde
1995. Sus valores fundamentales se destacan en las fortificaciones que protegían la
entrada del puerto, los caminos militares y el excepcional paisaje natural. En este
proyecto se emprendió la labor de restauración en las baterías de San Fernando y en la
de San José y de reconstrucción en la batería del Ángel San Rafael. En la ciudad, a su
vez, se trabajó en las baterías de San Sebastián del Pastelillo, Manzanillo, la muralla y en
el baluarte de Santa Catalina, uno de los más antiguos de esta extensa y monumental
obra. La Sociedad de Mejoras Públicas ha contribuido en las labores de recuperación y de
educación y la Fundación Parcarex ha trabajado para la revalorización de las
fortificaciones. Ha sido relevante la restauración y puesta en valor del Parque Histórico
Militar Morro Cabaña en la ciudad de La Habana, Cuba, desde 1991. Allí se encuentra el
conjunto de fortificaciones del XVI al XIX más representativo del país. Actualmente es uno
de los principales atractivos turísticos y culturales de la capital y constituye un verdadero
ejemplo de rescate de un conjunto de alto valor monumental y de sus tradiciones
históricas, con una repercusión sociocultural relevante. Una de las fortalezas más
importantes de este conjunto es la de San Carlos de la Cabaña, del siglo XVIII, en cuyas
instalaciones se celebran eventos, convenciones y ferias. Castillo de San Salvador de la
Punta. La Habana, Cuba. Social y culturalmente, pues por sus espacios transitan cientos
de personas, sobre todo niños y jóvenes, que se ven rodeadas de múltiples opciones
culturales durante todo un día. Una obra puntual es la del Castillo de San Salvador de la
Punta, también en La Habana, importante obra de Bautista Antonelli del siglo XVI, que fue
rescatada en el año 2001. En sus bóvedas se exhibe una valiosa colección de joyas,
monedas, oro, plata y otros objetos arqueológicos recuperados de los pecios en tierra
cubana.
6. Otro ejemplo es el Castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz, única fortificación en la
región que tuvo la doble función de proteger la ciudad y de funcionar como puerto oficial
del Virreinato de Nueva España. A partir de 1993, el INAH y el Proyecto San Juan de Ulúa
han desarrollado un programa de ingeniería y de arquitectura para salvaguardar este
extraordinario monumento, a pesar de la agresión del entorno. Este castillo es uno de los
atractivos turísticos más importantes de México, donde se ha respetado la evolución de la
arquitectura, y mantiene un programa sociocultural destacado. Actualmente se trabaja en
la colocación de un tablestacado para aislarlo de la contaminación y la fuerza del mar.
CASA ARISTOCRATICA (MEXICO)
La casa aristocrática novohispana va conformándose desde temprano, las habitaciones
se congregan, como en el resto de Hispanoamérica y como en Andalucía, alrededor de un
patio principal cuyo modelo es el castellano, ”junto a ese patio principal estaba otro u otros
destinados a los servicios, lugares con fuentes que eran abastecidas con agua potable
desde los surtidores públicos a través de cañerías subterráneas, costoso privilegio del que
gozaban sólo unos cuantos”. La planta baja es totalmente utilitaria, allí se encuentran las
accesorias que se alquilaban y abrían a la o las calles, sin conectarse con las
habitaciones internas donde se disponen las usadas por la servidumbre masculina, más
las bodegas y las necesarias para guardar coches y caballos. “Algunos palacios poseían
después de esta planta unos entresuelos destinados para habitación de algunos
sirvientes, de parientes pobres de la familia o del administrador de las fincas durante sus
estancias en la ciudad”. La planta alta es la de la vida familiar, y sus dependencias tienen
destinos específicos.
7. Suele adornarse a las azoteas como otro sitio ajardinado de reunión,
especialmente vespertina. Es interesante observar que la cocina ya ocupa un
lugar fijo dentro del área privada y si bien las letrinas se ubican separadas, dentro
de las casas se instalan las bañeras, llamadas placeres. Tal disposición está
manifiesta en el plano de la casa de los Condes del Valle de Orizaba –más
conocida como Casa de los Azulejos--, en este caso las letrinas se ubican dentro
del ámbito de la planta noble.
CASA QUITEÑA (ECUADOR).
La vivienda colonial quiteña se organiza también alrededor del espacio central que
conforma el patio porticado. Las habitaciones abren a él y no se comunican entre
sí, sino a través de las galerías. Se ha dicho --indica Alfonso Ortiz Crespo-- que
las viviendas querían parecerse a los conventos, sin embargo, en una ciudad
como Quito que cuenta con extraordinarios modelos conventuales, la vivienda no
Por lo general la casa temprana es de una sola planta, aunque en el centro de la
ciudad, donde los terrenos son menores “era habitual la casa llamada de ‘altos’, es
decir de dos pisos cuando por necesidad de más espacio o por ganar respeto
social en la ciudad, se construía un segundo piso”. La estructura compositiva y
funcional perdura, incorporándose la escalera “en uno de los ángulos anteriores al
patio central. Por el exterior era cerrada, solamente con la abertura necesaria para
la luz y la ventilación, volcándose la actividad hacia el interior, alrededor del patio y
esta arquitectura, convertida en tradicional se utilizará hasta entrado el siglo XX
8. CUSCO (PERU)
En el patio cusqueño colonial las galerías perimetrales no serán una solución
habitual sino hasta el siglo XIX, aunque en algunas casas tempranas se usaron,
tal el caso de la Casa del Almirante. Es más frecuente encontrar galerías en los
lados menores del patio, pervivencia mora en el área andina, como los techos
artesonados realizados con primor por los artesanos nativos. En la segunda mitad
del siglo XVII los lados mayores tendrán en la planta alta corredores con pies
derechos, que conforman un balcón corrido con barandas de antepecho, esta
solución permite liberar a los cuartos de la servidumbre de paso por su interior, a
la vez que crean una protección en la planta baja. La combinación de las galerías
con arquerías y los corredores, es variada.
POTOSI (BOLIVIA)
Las viviendas se organizan como es habitual alrededor de un patio, ubicándose
las tiendas en la planta baja y la sala y cuadra hacia la calle. La planta alta, como
se ha visto en otros sitios, es lugar reservado a la vida familiar, por ello aparecerán
las salas con balcones, las alcobas, salitas y cuadras. También se identifica otro
tipo de casa y es aquel cuya planta alta ocupa solamente el sector esquinero,
solución funcional que aparecía en las casas tempranas habaneras. Son rasgos
propios observables, los zaguanes con bóvedas de cañón con arcos fajones, las
galerías de las plantas bajas resueltas con columnas y arcos rebajados, que se
repiten en la alta afarolados. También se recurre, como en el Cusco, al balcón
corrido volado “con baranda de varilla”, que comunica los cuartos altos y crea un
alero o corredor angosto en el piso bajo. Las galerías o corredores en uno o dos
lados, enfrentados o perpendiculares. Es de notar que hay muchos ejemplos de
patios sin galerías, es posible pensar en que el motivo sea la búsqueda de horas
de sol y calor en los lienzos de estas casas andinas.