Canal 13 acumuló una deuda de más de US$55 millones debido a una serie de errores a lo largo de los años, incluyendo la pérdida de audiencia y publicidad frente a canales privados en los 90, altos costos en eventos como el Festival de Viña, y una estrategia de "parrilla flexible" que ahuyentó televidentes y anunciantes. La universidad asumirá esta deuda como nuevo controlador del canal.
1. El Mercurio / CUERPOB http://www.mer.cl/modulos/catalogo/print_noticia....
Altos costos fijos, cierre del área dramática y la
"parrilla flexible" complicaron la situación:
La cadena de
errores que llevaron
a Canal 13 a
acumular una deuda
de más de US$ 55
millones
La números hablan por sí solos: Canal 13 adeuda unos US$ 45 millones a terceros, otros US$ 10 millones a
la propia Universidad Católica, además de deudas de corto plazo y la apremiante necesidad de capital de
trabajo. Todos, costos que ahora asumirá el nuevo controlador, los Luksic.
¿Pero cómo es que llegó el canal a acumular una deuda como ésa? La respuesta no se limita a un hecho
particular ni reciente, sino más bien a una serie de errores que se fueron sucediendo y sumando.
En los 90, con la aparición de los canales privados, comienzan los primeros problemas. Megavisión, La Red,
Chilevisión y un renovado TVN entraron a la carrera por la publicidad dejando atrás a Canal 13, que llevaba
un cuarto de siglo dirigido por Eleodoro Rodríguez Matte.
En 1998, este hombre que se caracterizó por una administración paternalista y que concentró las
decisiones en sus manos, murió sin dejar un sucesor. En esos años ya había pérdidas económicas, que se
calculaban en $3.500 millones. Fuentes del canal cuentan que tras su muerte se descubrió que el déficit era
mucho mayor. Se citan, por ejemplo, millones de pesos perdidos en derechos de películas que nunca fueron
transmitidas y, por lo tanto, nunca se pasaron a gasto.
La modernización y el cambio eran necesarios. Y buscando nuevas ideas, se nombró a Rodrigo Jordán
como director ejecutivo. A menos de diez días de haber tomado el cargo, Jordán reestructuró por completo
la plana ejecutiva de la estación. Creó el primer matinal (un dolor de cabeza hasta hoy), cambió a los
sacerdotes que hacían el comentario religioso y descabezó el área informativa. Nacieron nuevas áreas y se
cambió la imagen del canal, achicando la sigla UC del logo y eliminando al "angelito", todo a una velocidad
demasiado rápida para la estación.
Su gestión se vio marcada por el despilfarro en que se convirtió el Festival de Viña, que el canal se adjudicó
en 1999 por cerca de $700 millones anuales. Aunque el evento es una reconocida vitrina para levantar
rostros y programas, trajo pérdidas verano tras verano.
El milenio comenzó con una nueva administración a cargo de Jaime Bellolio, consuegro del entonces rector
Rosso, cuya gran misión fue terminar con los números rojos. Se disminuyeron los sueldos escalonadamente
y se ajustó el convenio colectivo de los trabajadores. Cayó en un 50% el número de personas free lance y
con contrato fijo. Se creó, además, una dirección de operaciones para optimizar la gestión. Y, lo que fue
más evidente para la pantalla: se redujeron los presupuestos de los programas, bajando la calidad y el
rating.
Siguiendo la política de "programa que no se financia, no se puede hacer" se puso fin al área dramática. En
2000 se suspendió la teleserie chilena "Corazón pirata", y se reemplazó por "Yo soy Betty, la fea". Si bien
triunfó en rating, la estación perdió en competitividad, al estar más de un año sin teleseries locales.
El sucesor de Bellolio, Enrique García, encabezó el último gran año de Canal 13: en 2003, "Protagonistas de
la fama" y "Machos" se transformaron en éxitos que atrajeron auspiciadores y a un público joven que la
estación había perdido. Sin embargo, se generaron críticas y cuestionamientos en la PUC, que se
agudizaron tras el testimonio de Gema Bueno en "Teletrece". En enero de 2004, la universidad aumentó las
atribuciones del Consejo Asesor para supervisar la gestión y los contenidos de la estación.
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2. El Mercurio / CUERPOB http://www.mer.cl/modulos/catalogo/print_noticia....
En los números, García recuperó las pérdidas de 2002, de unos $6.000 millones a $1.071 millones en azul en
2003. Su gestión terminó con el fallido intento de vender parte del canal al empresario mexicano ángel
González.
Monstruo de dos cabezas
A pesar de los ajustes, el 13 seguía teniendo un "ejército de caciques", lleno de gerentes, subgerentes y
productores ejecutivos con un alto nivel de sueldos. Tras las desconfianzas que generó García, la PUC
eligió a alguien de sus filas: Eliana Rozas. Sin embargo, la directora ejecutiva debió convivir con Sergio
Cavagnaro como gerente general, lo que generó una pugna de poder entre quien dirigía la programación y
quien manejaba las platas para financiarla. Surgió así lo que se llamó "el monstruo de dos cabezas".
A Rozas la sucedió Mercedes Ducci. Junto a ella, se sumó un tercer actor a esta pareja que compartía el
poder: Patricio del Sol reemplazó como presidente del Consejo Asesor al ahora superintendente de Valores
y Seguros, Fernando Coloma. Del Sol asumió con más injerencia, incluso tomando decisiones en el día a
día.
Junto a Ducci y Del Sol surgió la figura de Vasco Moulian, director de programación. Si bien el canal llegó a
estar primero en audiencia gracias a la controvertida "parrilla flexible" -en la que la programación se
cambiaba minuto a minuto de acuerdo al rating-, el movimiento de programas ahuyentó a televidentes
tradicionales y generó desconfianza en avisadores y socios, como la ANFP (Moulian suspendió a última
hora la emisión de un partido, porque el people meter estaba bajando). En este período (2007-2010) dejaron
el canal figuras clave, como Verónica Saquel, del área dramática, y Juan Pablo González, encargado de
estelares, quien este año llenó de rating y dinero a CHV con "Fiebre de baile".
08/08/2010
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