1. KURI CHUKLLUCHA
La comunidad de T intinco, posee una rica cultura que viene de tiempos muy remotos la historia y tradiciones de su pueblo que
han sido retratados en relatos fantásticos transmitidos de generación en generación que reflejan su espíritu y su pensamiento
de una forma única, para ello yo Meri Yaneth Ouispe Cruz estudiante de 5to grado del distrito de Cusipata de la I.E. CPED
505027 - TINTINCO ponemos en consideración:
LA LEYENDA TITULADO KURI CHUKLLUCHA.
A utor: seudónimo Mery Alumno: Meri Yaneth Quispe Cruz Institución Educativa: 50527 CPED TINTINCO Grado y
Sección: 5ío
Cuenta una leyenda muy antigua de Cusipata que existió una vez una familia de
campesinos muy pobres, compuesta por el matrimonio y cinco hijos. Apenas tenían
para comer, sobrevivían gracias a un campo de maíz. Con el maíz hacían tamales y
pan con el que podían comer y parte del maíz que les sobraba, lo vendían por las
tardes en el mercado de la feria de los domingos.
Sin embargo, la única que trabajaba en esa familia era la madre. Ella se encargaba
de cuidar recolectar, cocinar y vender el maíz, llevaba también la casa y mandaba
cada día a sus hijos al colegio, Mientras el marido holgazaneaba sin hacer
absolutamente nada.
Un día la muchacha estaba realmente agotada, no pudo recolectar suficiente maíz,
al hacer el recuen to, se dio cuenta de que ese día no podría hacer pan suficiente
para comer, mucho menos llevar el maíz al mercado de Cusipata para traer unas
pocas monedas, desconsolada, lloro y lloro... si su marido le ayudara podrían unir
fuerzas y recolectar mucho más ma íz, pero no lo conseguiría pues era muy egoísta
y prefería dedicar. Su tiempo a dar tranquilos paseos por el campo, ¿Qué podía
hacer?
Cuando la mujer, ya desesperada, se iba a retirar a la cama, descubrió que algo
brillaba con mucha fuerza en medio del gr an montón de maíz.
Al principio creyó que era el destello del sol, además al estar llorando, el destello
era borroso... pero ya cuando se alejaba de allí, se dio la vuelta y volvió a mirar
entonces cayo en cuenta de que era de noche, así que no podía ser un rayo de sol,
empezó a buscar en el montón de maíz, de que podía ser aquello y de repente.
-Pero - dijo en voz baja la campesina - no puede ser! - ¡si es una mazorca de oro!