El documento habla sobre la resurrección de Jesús y cómo los discípulos que fueron al sepulcro vieron y creyeron. Alienta a los lectores a dejarse renovar por la misericordia de Dios y a ser instrumentos que ayuden a otros a experimentar el amor transformador de Cristo resucitado. Desea a los lectores una feliz Pascua llena de la paz y alegría que trae el Señor resucitado.

1. Entonces, entró también el otro discípulo,
que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó
(Jn 20,8)
Queridas Hermanas,
¡El Señor ha resucitado! ¡Solo la intuición del amor permite al discípulo ver y creer!
La sorpresa de la Vida Verdadera Resucitada sorprendió a los discípulos en aquella mañana de Pascua y lo
llenó de alegría, de esperanza y de valentía para anunciar aquello que habían visto:
¡¡EEll AAmmaaddoo hhaa RREESSUUCCIITTAADDOO!!
Es la fiesta de la fragilidad que se hace potente; de la piedra desechada que ahora es la piedra angular.
De esta experiencia profunda, que los discípulos han vivido en el dolor y en la alegría, Jesús quiere también
hoy anunciadores de la Buena Noticia, testimonios felices de una vida centrada en Él y transfigurada en su
presencia.
Son significativas y actuales las palabras del Papa Francisco en la Pascua del año pasado: “¡Acojamos la gracia
de la Resurrección de Cristo! Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús,
dejemos que la potencia de su amor transforme también nuestra vida; y seamos instrumentos de esta
misericordia, canales a través de los cuales Dios pueda irrigar la tierra, custodiar todo lo creado y hacer florecer
la justicia y la paz”.
El Señor Resucitado colme el corazón de cada una de paz y alegría; y la potencia de su amor transforme la
vida de cada día, y os bendiga.
¡¡BBUUEENNAA FFIIEESSTTAA DDEELL SSEEÑÑOORR RREESSUUCCIITTAADDOO!!
Auguro que sea Jesús mismo quien ilumine nuestra vida para que se transforme en
¡¡CCAASSAA DDEELL AANNUUNNCCIIOO!!
Con afecto fraterno un grande abrazo,
Sor Alaíde Deretti
y Hermanas del Ámbito Misión ad/inter gentes